El avión voló por más de diez horas.
Finalmente llegaron sobre una cierta área del océano en el Océano Pacífico.
El Rey de la Destrucción sonrió y dijo:
—Todos, ya casi llegamos.
—¿Ya llegamos? ¡¿Dónde estamos?!
Bujie estaba muy emocionado y miró rápidamente por la ventana.
Yang Luo, Xu Ying y Prajna también miraron hacia fuera.
A medida que dirigían sus miradas frente a ellos...
A lo lejos, había un grupo de islas en el mar, como perlas en el agua.
Prajna preguntó apresuradamente:
—¿Es esa la Isla del Emperador Divino?
—Así es —El Rey de la Destrucción asintió—. La isla principal en el centro se llama Isla del Emperador Divino. También hay otras 36 islas pequeñas a su alrededor.
—Ya veo —Yang Luo y los demás asintieron al comprender.
Luego esperaron hasta que el avión se acercó.
Solo entonces Yang Luo y los otros tres pudieron observar bien la isla.
Cada isla ocupaba una gran área.
Especialmente la isla principal, la Isla del Emperador Divino, era más amplia.
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