¡Dioses Jefes y Reyes Demonio!

—¡Ataquémosle juntos y matemos a este niño!

Los siete líderes y cuatro Comandantes rugieron y cargaron contra Yang Luo.

Sin embargo, Yang Luo ni siquiera los miró. Simplemente asestó un tajo horizontalmente.

¡Zum!

Con un tajo, el espacio tembló y un arco de espada dorado destelló.

¡El siguiente segundo!

¡Pu! ¡Pu! ¡Pu! ¡Pu!

¡Cuatro pilares de sangre se dispararon al cielo junto con cuatro cabezas!

¡Cuatro cadáveres sin cabeza cayeron en un charco de sangre uno tras otro!

¡Los que fueron asesinados por la espada fueron los Comandantes y los líderes de las tres organizaciones que se precipitaron al frente!

Los otros tres Comandantes y los cuatro líderes de las organizaciones detrás estaban temblando de miedo. ¡No se atrevían a acercarse a Yang Luo en absoluto!

—Hermanos, no nos quedemos mirando. ¡Luchemos! —gritó Bujie—. Con el Báculo Budista Marca de Dragón en la mano, cargó contra los tres Comandantes en Jefe y los cuatro líderes de la organización.