¿Perro Loco?

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Tan pronto como dijo esto, se desató un alboroto.

Nadie esperaba que un discípulo de la Secta Luna Mística se atreviera a insultar a los descendientes de los dioses.

Incluso la gente debajo de la arena estaba llena de ira.

—¡Estás buscando la muerte! ¡No está permitido insultar a los descendientes de los dioses! —Sun Ting rugió.

Su figura parpadeó y apareció frente a Ye Chen en un instante. Movió sus manos y atacó salvajemente. Sus músculos estaban rojos e hinchados. Era obvio que estaba dando todo de sí.

—¡Cien Puños del Dragón Bárbaro!

En un instante, era como si hubiera cientos de dragones salvajes rugiendo y cargando contra Ye Chen. Este movimiento superaba el poder de un experto del reino de Integración Dao de nivel máximo.

—Bien, es hora de calentar —dijo Ye Chen tranquilamente.

—Comprendí la energía Gengjin en ese espacio, así que te usaré como sujeto de pruebas —susurró para sí.

Ye Chen sonrió y paró tranquilamente los ataques de Sun Ting.