EL CASTIGO ES LA MUERTE

Caña había esperado que pidieran esta reunión, pero el hecho de que sucediera justo después de que Rei llegara fue bastante interesante. ¿Por qué tenía tanta prisa?

Sin embargo, la razón era muy simple y Caña solo estaba pensando demasiado en todo el asunto, ya que trataba de minimizar el error que podría cometer.

Decrático, la gente del Reino de Holly, el Serafín, los Ancianos y ahora Rei. Todos ellos eran personas que Caña deseaba se mantuvieran alejados de su compañera.

—¿Dónde está la luna Iris? —preguntó Rei después de una breve introducción que fue dirigida por el anciano Xarex.

—Ella está durmiendo —respondió Caña secamente.

Aparte de ser más molesto, porque actuaba como si fuera su primer encuentro, Rei aún se veía igual; con su cabello dorado, ojos verde musgo y una apariencia que parecía tener solo veintitrés años, sus pasos eran tan ligeros como plumas, como si flotara en lugar de caminar.