—No te encuentres con él —Caña la miró a los ojos—. No vuelvas a hablar con él. Aléjate de él.
El Alfa parecía muy serio cuando dijo eso e Iris pensó que la estaba advirtiendo porque Lou podría ser un problema potencial para él y su manada.
—Está bien —Iris asintió, pero luego explicó acerca de su encuentro con Lou—. No fui yo quien lo buscó.
Caña no dijo nada al respecto, ni dio ninguna respuesta. Simplemente asintió y luego volvió su atención al paisaje fuera de la pequeña ventana de este carruaje, sumido en sus pensamientos de nuevo.
Iris permaneció en silencio después de eso. Realmente quería saber qué había en la mente de Caña, al igual que todas las personas a su alrededor. Siempre era un misterio cómo funcionaba su mente.
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