Cuando Tom salió del ascensor y se dirigió al vestíbulo, vio a Kimberly sentada con Amanecer, y Kimberly sonrió cuando se encontró con su mirada y le susurró algo a su hija.
Inmediatamente, la cabeza de Amanecer giró y, antes de que Tom pudiera adivinar qué estaba pasando, la niña corría en su dirección.
Tom vaciló en sus pasos y dejó de caminar cuando ella se lanzó hacia él, sin dejarle más opción que recogerla.
Afortunadamente, el vestíbulo estaba vacío, excepto por las recepcionistas y un par de huéspedes que se marchaban, ya que había cerrado las puertas del hotel a los visitantes por el momento hasta que resolviera los problemas en el lugar.
Mientras Tom levantaba a la niña del suelo, su mirada se fijó en su rostro, que mostraba una mezcla de curiosidad y asombro.
—Eres muy guapo —ella dijo con una brillante sonrisa que hizo sonreír a Tom a cambio.
—¡Hola! —Tom saludó.
—¡Hola! Soy Amanecer. Amanecer Wealth —dijo ella con una brillante sonrisa.
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