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La situación no era completamente desesperada para los Crono, ya que Hikel estaba notando un cambio en sus acciones y la manera en que luchaban. Por un lado, sus ojos se estaban adaptando a la oscuridad.
Los ojos de los Hombres lobo brillaban ligeramente, lo que les permitía ver dónde estaban, y tampoco eran precisamente las criaturas más silenciosas. Con esto, conocían su posición, pero más aún lo que los Crono podían hacer ahora era posicionarse ellos mismos.
Se habían formado en grupos, colocándose en círculo y cubriendo las espaldas de los demás. También se aseguraban de mantenerse alejados de las paredes. Los Hombres lobo podían escalar las paredes con facilidad, al mismo tiempo que rebotaban en ellas para crear un ataque más grande.
Fue inteligente por parte de los Crono; eran superiores en número, y no eran débiles con sus armas. Luchando de esta manera, eran capaces de contraatacar.
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