Han pasado diez horas desde que Nancy dormía, sin embargo, aun no despertaba. La Niñera Xie iba creciendo ansiosa puesto que ya era de noche. La vieja había entrado a la habitación de Nancy unas cuantas veces para ver cómo estaba, y esta era la cuarta o quinta vez.
—Chico, ¿qué sucedió con la Joven Señorita? ¿Por qué duerme tanto? —preguntó a los dos guardias que estaban antes que ella en la entrada de la habitación de Nancy.
—La Srta. Nancy no ha dormido bien en casi cinco años —respondió Muerte.
—¿Y ninguno de ustedes me lo dijo?! —La mujer casi se muerde la lengua del desespero. Duele saber que la niña a la que cuido y vio crecer hasta convertirse en una fina dama terminó convirtiéndose en una sombra de sí misma y creciendo para vivir la vida de otra persona.
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