Encontrando la verdad (3)

Las lágrimas gordas salieron de los ojos de Alex. Podía sentir el dolor punzante en su pecho. Rascó lentamente su pecho. Su hija y su hermana sufrieron mucho, pero su hermana no le dijo nada al respecto.

Ese día, mientras luchaban contra los enemigos, Alex vio a su hermana sangrando por el estómago y no era una herida de bala, así que Alex pensó que era sangre de los enemigos. Después de todo, estaban usando cualquier cosa peligrosa, incluyendo armas y herramientas quirúrgicas. Si hubiera sabido que la sangre en el estómago de Alice era por su lesión, no le habría permitido seguir luchando.

Al darse cuenta de esto, Alex no pudo contener su dolor más. Lloró tan fuerte que su voz se quebró.

Diana la miraba sin consolarla. Así es como ella también lloraba. Todo era culpa de Alex, ¡así que la dejaré llorar sangre! Pensó.