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[POV tercera persona]
En Invernalia...
Bran en estado comatoso, se encontraba en un sueño lucido, en el cual escuchaba una voz que le decía que volara, pero no sabía volar y lo único que podía hacer era caer
"Pero yo no me caigo nunca" Bran le respondió a la voz, sintiendo la inercia mientras caía
El suelo, abajo, estaba tan lejos que apenas lo distinguía entre los jirones de niebla gris que lo rodeaban, pero sentía que estaba cayendo y sabía qué le esperaba al llegar abajo. No se puede caer eternamente, ni siquiera en sueños. Sabía que despertaría un momento antes de chocar contra el suelo. Uno se despierta siempre un momento antes de chocar contra el suelo
"¿Y si no te despiertas?" Le preguntó la voz
Bran sentía mucho frío allí, en la oscuridad. No había sol ni estrellas; nada más que el suelo que se alzaba para aplastarlo, los jirones de niebla gris y la voz susurrante. Sintió ganas de llorar
"No llores, vuela" Insistió la voz
"No sé volar, no sé" Bran dijo con voz entrecortada
"¿Estás seguro? ¿Lo has intentado alguna vez?"
Bran miró a su alrededor para ver de dónde procedía. Un cuervo trazaba círculos, descendiendo junto a él pero sin ponerse a su alcance
"Ayúdame..." Bran suplicó con temor
"Es lo que intento. ¿No llevarás maíz encima, por casualidad?" El cuervo grazno acercándose a Bran
Bran se metió la mano en el bolsillo y la oscuridad giró vertiginosa a su alrededor. Cuando sacó la mano, unos cuantos granos dorados se le escaparon
entre los dedos. Cayeron, como caía él
"¿Eres un cuervo de verdad?" Bran preguntó cuando el cuervo se le posó en la mano y empezó a comer
"¿Estás cayendo de verdad?" replicó el cuervo
"No es más que un sueño" Bran respondió
"¿Tú crees?"
"Cuando choque contra el suelo, me despertaré" Bran le aseguró al pájaro
"Cuando choques contra el suelo, morirás" replicó el cuervo, y siguió comiendo maíz.
Bran miró abajo. Ya alcanzaba a ver montañas, con las cumbres cubiertas de nieve y ríos como hebras de plata entre los bosques oscuros. Cerró los ojos y se
echó a llorar.
"Así no ganas nada. Ya te lo he dicho, tienes que volar en vez de llorar. Venga, no es tan difícil. Yo estoy volando" El cuervo le dijo dejando la mano de Bran y volando cerca
"Tú tienes alas" Bran le señalo
"A lo mejor, tú también. Hay alas de muchos tipos" El cuervo añadió al ver a Bran buscando en su espalda
Bran se miró los brazos y las piernas. Estaba muy delgado; no era más que piel tensa sobre los huesos. ¿Siempre había sido tan flaco? Trató de hacer memoria. Un rostro surgió de la niebla gris, brillante, dorado, y se cernió sobre él
"Qué cosas hago por amor" El rostro dijo con voz sin emociones, Bran gritó al escuchar esto
"Olvídate de eso. No pienses en eso, es lo que menos falta te hace, olvídalo, olvídalo…" El cuervo enfatizó sus palabras y volvió a posarse sobre Bran, esta vez en el hombro, y lo picoteó hasta que el
rostro brillante y dorado se esfumó
Bran caía más deprisa aún. Los jirones de niebla gris aullaban a su paso, se desplomaba hacia el suelo
"¿Qué me haces?" Bran preguntó con angustia
"Enseñarte a volar" El cuervo respondió
"¡No sé volar!"
"Pues estás volando"
"¡No estoy volando, estoy cayendo!"
"Todo vuelo comienza con una caída. Mira abajo" El cuervo dijo con confianza
"Me da miedo…" Bran dijo en voz baja
"¡Mira abajo!" El cuervo le exigió a Bran
Bran miró abajo y sintió como si se le licuaran las entrañas. El suelo ascendía hacia él a toda velocidad. El mundo entero se extendía allí, era un tapiz blanco, castaño y verde. Lo veía todo con tanta claridad que durante un instante se olvidó de tener miedo. Veía el reino entero y a cada uno de los que allí se encontraban
Vio Invernalia tal como lo veían las águilas: los esbeltos torreones parecían chatos y rechonchos desde arriba; los muros del castillo no eran más que líneas
en la tierra. Vio al maestre Luwin en su balconada; estudiaba el cielo a través de un tubo brillante de bronce y tomaba notas en un libro, con el ceño fruncido. Vio a su hermano Robb, más alto y fuerte de como lo recordaba; practicaba esgrima en el patio y la espada que tenía en la mano era de acero. Vio a Hodor, el gigante bobalicón de los establos, que llevaba a la fragua de Mikken un yunque cargado al
hombro igual que otro cualquiera podría cargar una bala de heno. En el corazón del bosque de dioses, el gran arciano blanco se inclinó sobre su reflejo en el
estanque negro; las hojas crujían con el viento gélido. Cuando percibió la mirada de Bran, alzó los ojos de las aguas tranquilas y se la devolvió con deliberación
Miró hacia el este, y vio una galera que surcaba las aguas del Mordisco. Vio a su madre, sentada a solas en un camarote, que contemplaba el cuchillo
ensangrentado que reposaba en la mesa ante ella mientras los remeros hacían avanzar la nave y ser Rodrik, tembloroso y jadeante, se inclinaba sobre la borda. Ante ellos se fraguaba una tormenta; los truenos retumbaban y los rayos rasgaban el cielo, pero por alguna extraña razón no se daban cuenta.
Miró hacia el sur, y vio la gran extensión verde-azulada del Tridente. Vio a su padre suplicarle algo al rey con el rostro desencajado por la pena. Vio a Sansa llorar hasta quedarse dormida y vio a Arya vigilar en silencio, mientras ocultaba secretos en lo más profundo de su corazón
Los tres estaban rodeados de sombras. Una sombra era oscura como la ceniza, con el rostro espantoso de un perro. Otra tenía una armadura muy hermosa, dorada y brillante como el sol. Sobre ambas se cernía un gigante con una armadura de piedra, pero cuando se
levantó el visor del yelmo, dentro no había más que oscuridad y sangre espesa, negra
Bran alzó la vista y miró hacia la otra orilla del mar Angosto, hacia las Ciudades Libres y el verde mar dothraki y aún más allá, hacia Vaes Dothrak, de camino al valle miró a un joven a caballo el traje de este brillaba con la luz del sol, sobre su espalda llevaba una lanza. Tras el iban varios hombres y entre ellos había serpientes, el joven detuvo a su caballo y alzó la vista hacia donde se encontraba Bran mirando. Bran apartó la mirada y bajo la montaña, hacia las tierras fabulosas del mar de Jade, hacia Asshai de la Sombra, donde los dragones se agitaban a la luz del amanecer
Por último miró hacia el norte. Vio el Muro, que brillaba como cristal azul, y a su hermano bastardo Jon, que dormía solo en una cama fría, con la piel cada vez más pálida y encallecida a medida que el recuerdo del calor se disipaba. Y miró más allá del Muro, más allá de los bosques interminables cubiertos de nieve, más allá de las orillas heladas y los grandes ríos de hielo, azules de puro blancos, más allá de las llanuras en las que nada podía crecer ni vivir. Miró hacia el norte, y más al norte, y más al norte, hacia el telón de luz que había al final del mundo, y más allá del telón. Miró hacia lo más profundo del corazón del invierno, y en
aquel momento dejó escapar un grito de terror, y el calor de las lágrimas le abrasó las mejillas
"Bien, y a lo sabes. Ya sabes por qué tienes que vivir" Le susurró el cuervo posado en su hombro
"¿Por qué?" Bran preguntó sin comprender, mientras caía sin cesar
"Porque se acerca el invierno"
Bran miró al cuervo, y el cuervo lo miró. Tenía tres ojos. El tercer ojo estaba lleno de una sabiduría espantosa. Bran miró abajo. Ya no había nada más que
nieve, y frío, y muerte, un páramo helado en el que se alzaban blancos carámbanos dentados, como brazos a la espera de acogerlo. Ascendieron hacia él como lanzas. Vio los huesos de otros mil soñadores empalados en ellos. Estaba aterrorizado
"¿Un hombre puede ser valiente cuando tiene miedo?" Bran oyó que preguntaba su voz, tenue y lejana
"Es el único momento en que puede ser valiente, Bran" le respondió la voz de su padre
"Ahora, Bran. Elige: vuela o muere" Lo apremió el cuervo
La muerte trató de asirlo mientras gritaba. Bran abrió los brazos y voló. Unas alas invisibles atraparon el viento, se hincharon y lo elevaron. Las
espantosas agujas de hielo se alejaron, a sus pies, y el cielo se abrió ante él. Bran remontó el vuelo. Aquello era mejor que trepar. Era mejor que nada. El mundo se empequeñeció abajo
"¡Vuelo!" Bran gritó, emocionado
"Ya me he dado cuenta" El cuervo de tres ojos. Echó a volar y aleteó ante su rostro, demorándolo, cegándolo. Cuando las plumas le golpearon las
mejillas, Bran se tambaleó. El cuervo le asestó un picotazo terrible en la frente, entre los ojos, que lo cegó de dolor
"¿Qué haces?" Bran gritó enojado
El cuervo abrió el pico y graznó; fue un chillido agudo de miedo, y los jirones de niebla gris que se arremolinaban a su alrededor se desgarraron como un velo, y vio que el cuervo no era tal, sino una mujer, una criada de larga cabellera negra a la que había visto antes. ¿Dónde? En Invernalia, claro, la recordaba bien; y entonces se dio cuenta de que estaba en Invernalia, en una cama, en una habitación helada en la cima de una torre, y la mujer de pelo negro dejó caer la palangana de agua, que se estrelló contra el suelo, y corrió escaleras abajo
gritando: « Está despierto, está despierto, está despierto»
Bran se tocó la frente, entre los ojos. Aún le quemaba la zona que el cuervo le había picoteado, pero no tenía nada, ni sangre ni herida alguna. Se sentía débil y mareado. Trató de salir de la cama, pero no pudo.
En aquel momento Bran percibió que algo se movía junto al lecho, justo antes de caer con agilidad sobre sus piernas. No sintió nada. Un par de ojos amarillos, brillantes como el sol, se clavaron en los suyos. La ventana estaba abierta y en la habitación hacía frío, pero la calidez que emanaba el lobo lo envolvió como un baño caliente. Bran se dio cuenta de que era su cachorro… ¿o no? ¡Le parecía tan
grande…! Extendió un brazo para acariciarlo; la mano le temblaba como una hoja
Cuando su hermano Robb irrumpió en la habitación, jadeante tras subir a toda velocidad los peldaños de la torre, el lobo huargo lamía el rostro de Bran. El niño alzó la vista, con calma
"Se llama Verano" Bran dijo recordando todo lo que presenció en el sueño
En Vaes Dothrak
"Mi Rey, ¿qué sucede?" Gusano gris le preguntó a Lancel, al ver que este se detuvo y miro hacia el cielo
"Parece que el sucesor esta despertando..." Lancel dijo con calma, mientras los que escucharon sus palabras no entendieron a que se refería.
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