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Let's Dance (2)

Habían entrado de golpe, no vino del frente, no vino de la entrada, sino de 6 ventanas rotas al mismo tiempo en un estruendoso sonido tanto del impacto como de la caída del vidrio, así como una alarma que fue activada solo 0.2 segundos después del toque que se hizo para entrar.

—!SUENEN LAS ALARMAS, ESTAMOS BAJO ATAQUE¡

Pero aunque la respuesta fue muy rápida, la cosa no iba a cambiar.

Aún con la alarma y todos yendo a por los intrusos, el contacto sería unos segundos valiosos entre una y otra cosa.

—Tango, dirígete al objetivo, Delta, crea una distracción, Alpha, bloquea todas las entradas para que Tango pueda hacer lo suyo, Echo, encárgate del mayor grupo, Charlie ve con Tango y cuida su retaguardia y Zulu... ya sabes que hacer

—!Roger¡

Aquel montón de órdenes solo ellos podían escuchar, cada uno fue a la ubicación correspondiente a su orden, los soldados trataron de hacer y defender el lugar, pero los intrusos eran demasiado escurridizos, no lastimaban excesivamente, solo esquivaron y sujetaron a cada uno con cables delgados manos y pies como si de un rodeo se tratase.

Todos esos intrusos usaban máscaras estilo ninja antiguo, pero ropa de gabardina negra delgada y botas militares, incluso usaban la gabardina para que nadie viera lo que harían o como golpearían, fue su más grande ventaja.

—¡Si que los tienen grandes atreviéndose a meterse aquí¡

Nadie sabe de dónde, pero Zartemist apareció de golpe por debajo del piso con una gran espada atravesando todo e interrumpiendo a Tango y Charlie.

Puede escucharse claramente el silbido violento y aterrador del golpe que se aproxima, pero es desviado con algo de dificultad por Zulu.

Zartemist no sabe con que lo hizo, pero su reacción al desvío solo tarda medio segundo antes de volver a mover su espada, Zulu vuelve a desviar con más facilidad el siguiente golpe que casi hace caer a Zartemist.

—!Eso fue suerte¡

En el instante de caer, ella hace un movimiento brusco que para cualquier persona normal lastimaria su columna vertebral, pero ella lo hace parecer tan fácil que Zulu es apenas tomado por sorpresa, salta encima del corte en diagonal y patea la cabeza de Zartemist hasta donde más puede… y sabe que no es suficiente.

—Maldito

Antes de poder continuar, una especie de flash como un relámpago resuena y brilla por los pasillos, todo ese comando desaparece, lo que hace volver locos a los guardias.

—¡Busquen hasta en el cuarto del rey si es necesario!

Todo mundo se moviliza lo más rápido y ruidoso posible, la alarma fue dada a absolutamente todo mundo, nadie ahí se quedaría a hacer algo.

Ese espacio está libre y todos bajan del techo.

—Suerte

Todos se van de ahí demasiado rápido.

Zartemist está por los pasillos del castillo que en toda su vida ha visto y sabido hasta de la más mínima abertura y grieta, sabe que no están lejos, no sabe cuál es su objetivo pero si que si se atrevieron a entrar así, significa que es algo serio y ella está pensando en los posibles objetivos.

—¿Pasa algo?— preguntó Gabriele apareciendo a un lado—, ¿quieres ayuda?

Aunque no la asusta, algo le dice que ella no es parte de eso y más, eso tendría que hablarse después.

—No, este asunto es serio, pero sería buena idea que descansaras, ya es suficiente con el favor que estoy pidiendo, ¿podrías estar a la vista de un guardia?

—Bien, si se complica, aquí estoy

Desapareció después y Zartemist siguió adelante.

—Segun ese consejero… la entrada está por aquí— dijo Tango llegando al lugar

Era un pasillo cercano al castillo, tenían poco tiempo pero entraron, más solo lograron avanzar un poco, la entrada estaba derrumbada desde dentro.

—Tenia razón

—¿Una forma para entrar?

—No creo que haya algo hueco del otro lado, pero, al menos lo intentaremos

Puso la mano frente a él y la sostuvo con la otra, concentro su energía y su mano se calentó como si estuviera al rojo vivo, su toque empezó a derretir la roca, solo lo necesario y podía verse que le costaba pues el dolor en su voz era notable, Charlie estaba atento más a sus lados que a lo que su compañero hacia.

—Bongo

—Vamos

Cerraron la entrada como si nada y se adentraron.

—¿Estás bien?

—Solo… necesito descansar un poco

Zulu corría con una bolsa por los alrededores, esquivando y dejando inconsciente a quienes estaban enfrente, logró llegar a un pequeño jardín de uno de tantos en el castillo, todos adornados con una armadura en la fuente de cada uno.

Repentinamente siente algo y esquiva por poco a un lado un corte directo a su cintura en diagonal.

—Si, esto es interesante

—Me pregunto si padre me dejara no casarme si llevo la cabeza de uno de estos tipos a los otros, la capitana no es la única más fuerte aquí

Zulu bajo su bolsa y de ahí saco dos kukri (cuchillos curvados)

»¿Que? ¿los sacaste del juego de plástico de tu hermana?

Y Zulú fue tras ella, la princesa Vixlex sabía lo que venía, también que la provocación no sirvió, solo quería terminar esto.

»¡Demasiado fácil¡

Pero Zulú soltó las armas aún sin contacto, esto aturdió por momentos a la princesa, segundos que sirvieron para un golpe en el pómulo venido desde arriba, después de abajo hacia arriba en la quijada con la derecha y de último uno en forma de patada en la cara, un triple hit totalmente aplicado a la perfección que le dejo en el suelo apenas respirando.

—Niña tonta

Se fue antes de que se aumentara más el fuego del caos.

—He terminado… dios mío, él tenía razón

—¿Delta?

—Despejado, será algo fácil de hacerlo si solo se apresuran

—Entendido, vamos

Y así como entraron, se fueron todos aún con soldados vueltos locos por ellos, más cuando todo terminó hubo una reunión de emergencia para ver los daños.

—Esos bastardos… ¿cómo está princesa?

—Solo inconsciente, no tiene ninguna herida nada más allá de algo serio como su orgullo, pero…

—La neutralizaron fácilmente, ¿han revisado todo?

—Si, hasta la más mínima cosa está aquí, si me permite decirlo capitana… es extraño, ¿solo querían asustarnos?

—No

—¡ Capitana! ¡Capitana! ¡Es una tragedia!

Ese grito venido del Rey que corría apresurado hacia ese grupo reunido.

—¡Mi Rey, ¿que ocurre!?

Y le puso en la cara a un gato… pero este tenía rapada la parte superior de su cabeza, como si estuviera calvo.

Hasta la cara de Zartemist quería retorcerse de risa, pero no podía, ese gato era de él desde que era pequeño y sabía que ella sería degradada a cabo si sale siquiera una trompetilla de su boca.

—Pobre Winnie

—Esos sujetos deben pagar, atreverse a hacerle esto al gato del Rey es inevitablemente algo imperdonable

—Asi será mi Rey, mientras, ¿por qué no me pide a la mucama principal que me haga un gorro a Winnie mientras su pelaje vuelve a crecer?

—Si, eso es buena idea, vamos Winnie, encuentren a esos bastardos

— Así será

El Rey se fue y la puerta fue cerrada, más las risas estruendosas pelearon por no salir de ese lugar. El rey era alguien serio, nadie podía que no era así, pero lejos de todo eso solo mostraba un lado del típico aristocrático creído con su hija, Reina y con su gata, así que algunas veces pasaban cosas así con él y en su forma de ser.

Al día siguiente y para sorpresa de nadie se podía ver el movimiento más agitado que de costumbre en los alrededores del castillo y hasta en los alrededores del lugar donde se llevaría a cabo el torneo, habían rumores de que algo había pasado y ahí si era hermético, si algo pasaba fuera del castillo podía saberse libremente, si algo pasaba dentro del castillo, apenas y dos personas lo sabrán pero no podrán extender lo que saben por qué eso sería castigado muy severamente, por eso los rumores eran los predominantes en ese lugar con solo ver lo que pasaba alrededor.

Gabriele estaba en el parque central, mirando a su alrededor, mirando a la gente y los soldados, hasta que alguien llegó.

—Hola

—Hola

—Si, disculpa por lo brusco de no saludar cordialmente, pero...

—Lo siento, no puedo compartir algún tipo de información sobre la academia más allá de lo que la gente debe saber— dijo Gabriele a quien le hablo tan de golpe

Y eso claramente no le gustó a la princesa.

—¿Si sabes quién soy?

—Si, pero hasta su padre me ha dicho que no debo meterla en problemas y honestamente si me permite… hasta por hablar cosas así podría ser malo para usted — respondió Gabriele calmada

Ya estaba algo acostumbrada a tratar con princesas caprichosas

—Padre me siguen tratando como una niña…

—Lo siento mucho

La princesa se fue enojada y Gabriele se quedó en su lugar, más poco después apareció Zartemist de un lado.

—Disculpa por eso

—No hay problema, también tengo que lidiar con alguien así

—... ¿Entonces?

—¿Que si el profesor se atrevería a hacer una cosa así?... la única verdad aquí es que si, es demasiado intenso como para decir que no es así, que respeta a todo mundo, pero hasta tu también sabes que es así que sería el primer sospechoso de todo esto y como siempre, desconozco la finalidad de esto

—¿Y eso no le afectaría? Atacar a un aliado de esta manera, aún si fue algo totalmente inofensivo… es demasiado...

—Él mismo lo ha dicho, el punto es ir tras él, aún con hacer esto, por algo es que lo hizo... creo

Zartemist miro algo raro a Gabriele y ella lo notó.

—Pense que tú entre todas las personas, lo defenderías

—Muchas cosas pasaron, solo diré eso

—Ok, no me meteré más en eso por qué siento que es personal… por otra parte… mucha suerte el día de hoy

—Gracias

Gabriele se levantó y Zartemist se fue por otro lado, claramente sabiendo que no podía quitarle el ojo de encima, si ella tanto así lo había dicho, no podía hacer otra cosa que vigilar y más que nada, sabía que ella también lo sabía, pero solo haría lo que vino a hacer.

—Qué jodido es esto

Aquel torneo duraría unos días entre los enfrentamientos y duelos designados, todo mundo inscrito ya había sido avisado e informado de la forma que se llevaría a cabo, todo mediante el sistema recién implementado por el propio reino conforme la fuerza de cada uno de los participantes y uno que otro al azar.

—¿Has visto a la invitada?

—No habla con nadie y más que nada, hasta los guardias se ven algo más intranquilos cuando ella pasa… ¿Tu crees que?

—No, si ella fuera parte de eso, ya la habrían arrestado y más que nada, ni siquiera la veríamos aquí

—Mira ahí está

El grupo de los más fuertes miró a Gabriele, ella solo paso hacia adelante sin mirar a nadie y miró la tabla de enfrentamientos, solo dió un vistazo y se acomodó en una esquina, pero sin mirar a nadie y solo hacia el suelo.

—Es como dices, rara

Y tenían razón, pero lo único raro ahí es que ella se sentía demasiado avergonzada y mirando hacia abajo para que nadie se diera cuenta que estaba más allá de nerviosa.

No tenía apoyo por el momento, estaba totalmente sola y apenas conocía a alguien, pero solo a Zartemist, así que su nerviosismo por estar en un nuevo lugar al menos para ella, estaba justificado, pero una cosa era sentirlo y otra expresarlo, cosa que no podía para poder aparentar y hacer su trabajo.

Pero había algo raro y que llamó más la atención.

A ella le había tocado en primer enfrentamiento al más fuerte, aquel chico que habla hablado con el soldado veterano.

—Se que los chicos de ese lugar han de ser extraños, pero, ¿los coordinadores no se habrán equivocado?— preguntó aquel adulto mientras tenía en una mano su hacha

—Todo mundo se lo pregunta pero, si esa chica no dice nada significa que no le importa— respondió su compañero Basilio—, algo me dice que ella irá en serio y te vencerá si no haces lo mismo

—Tienes razón, pero no puedo decir que no siento algún tipo de trampa aquí, ¿Esto al menos estará bien?— preguntó el adulto de la hacha dentada

—Aun así no debes subestimarla— dijo la chica sin dejar de mirar a Gabriele

En otro lado Zartemist estaba con los brazos cruzados y frente a ella estaban esos mismos coordinadores, pero no se veían asustados de ella, sino de otra cosa.

—¿Y entonces la princesa los amenazó?

—Si… lo sentimos, amenazó con despedirnos… a todos..

Zartemist sabía que como toda princesa, caprichosa, ella podía hacer lo que quisiera, más ahora no podía hacer nada para arreglarlo, si así fuera podría verse en malos términos con todo mundo e incluso su gente.

—Lo dejaré pasar por esta vez, desde ahora en adelante, nada de esto a menos que sea el Rey o alguien de mi nivel, ¿entendido?

—Lo sentimos mucho, lo que dijo y siendo ella, es demasiado convincente

—No lo niego… solo espero y esa chica no los lastime tanto

Por eso también los coordinadores realmente tenían miedo, ellos sabían de dónde era esa chica y más que nada, habían escuchado uno que otro rumor de los soldados que fueron a entrenar a ahí, diciendo que ella es de segundo año, lo que significaba que como siempre, los iniciados eran los más fuertes que podía haber, más allá de incluso los de su país, porque según como sea el sujeto que entrena a alguien, influye mucho en los aprendices y el que les enseñó era un general del Rey Demonio.

»Le advertire al Rey y la Reina, abogare por ustedes, recen para que lo entiendan ellos

—Muchas gracias

Volviendo con Gabriele, casi no se movía de su lugar, claro que tenía que al menos observar las demás peleas antes que la suya, pero viejas costumbres no se olvidan y su vergüenza peleaba con su deber.

«¿Y así quieres avanzar?» pensó

Llegó al nivel que decidió no usar sus lentes, eran como su seguro psicológico, más por qué siempre era un poco ciega que la media, cuando enfrentaba a alguien se los quitaba y podría decirse que presionaba sus sentidos, así podía moverse más rápido y su vista mejoraba lo normal.

Pero ahora que no tenía ni lentes y ni conocía a nadie, le era complicado como toda chica nueva en la ciudad, tenía algo de ventaja, de lo nerviosa que estaba podía ver mejor que son lentes….pero ella sabía que significaba eso.

«Todos me miran raro»

Tenía la mirada filosa que siempre sentía cuando estaba preparándose para pelear, no podía evitarlo, no podía calmarse y ser observada de esa manera solo empeoraba más sus emociones, por eso cuando podía, se quedaba en una esquina a mirar hacia abajo solo por no incomodar más a todo mundo.

«Quiero irme a casa… ¡no!, ¡controlate! ¡Debes cambiar!…»

Levantó la mirada y todo mundo sintió como si ella quisiera pelearse con todo mundo, lo que provocó aún más tensión, lo que la volvió a hacer mirar hacia abajo.

«!Quiero irme a casa¡»

Estaba a punto de llorar pues como dije, viejas costumbres no se olvidan.

La presentación fue como cualquier otra, con la gente en las gradas emocionada, apostando y mirando a cada uno de los peleadores, el Rey y la Reina en un palco especial cubierto y resguardados por soldados, pero hasta la propia Reina notó que sus soldados miraban a la invitada, lo que le provocó igual mirarla algo curiosa pues aquellos guardias eran la élite de su ejército.

—Interesante

Su primera pelea del torneo fue en la tarde, después de otras que ella observó desde la entrada, por suerte sola, esperando su turno y sabiendo quien era su contrincante.

—Sin rencores, niña

Ella asintió sin decir nada sin mirarlo para no incomodar ni subestimarlo, pero sabía que también el silencio era lo último.

—Si

Había más gente de lo normal, claro, saber que alguien de la muy rumoreada escuela del Rey Demonio en Abbylion iba a pelear, y más contra uno de los más fuertes de ese lugar. Claro que iba a llamar mucho la atención.

Antes de todo eso, Zartemist era el único contacto conocido con Gabriele, así que tuvo una plática antes de todo.

—¿Entonces debo contenerme? Si fuera antes lo aceptaría, pero ya ves… por todo lo que hemos pasado y luego el entrenamiento con Azrael… — se quejó al último

Para cualquier persona ajena se podría decir que ella estaba muy creída y llena de ego, pero para Zartemist y los del alrededor, sabían que absolutamente no bromeaba con lo que decía.

—Hazlo

—¿Capitana?— preguntó sorprendido un guardia

—Fue mi culpa por dejar a la princesa meterse mucho aquí… además que su orgullo está demasiado lastimado y la llevó a hacer esto, pero si realmente quiere hacerlo… te deberé un favor, así que discúlpame

—Con solo hacerte responsable ya es suficiente— respondió Gabriele

—Gracias

Por eso todo mundo estaba ahí, incluso aquellos que ya tenían el enfrentamiento con ella no dudaron en ver su forma de pelear.

—!El combate será hasta que uno de los dos se rinda o no tenga más movimiento, la muerte del otro significa descalificación¡— gritó el referí con una mano levantada

Igual todos los de afuera podían ver la pelea en grandes pantallas holograficas, de un lado una chica posiblemente entre su adolescencia, mirando con cierta emoción y expresión filosa al otro lado.

—Vaya, don fanfarrón está interesado en esto— dijo la chica del florete llegando con él a sentarse a un lado

—No soy el único, mira

Haciendo un poco su cuerpo hacia atrás, la chica maga estaba mirando un libro, detuvo su lectura y miro a la otra para saludar asintiendo.

—Hola, pero bueno

Ella se sentó y miro hacia el frente, podía ver la arena además de los dos preparándose antes de iniciar.

—¿En serio crees que ella sea como dicen? Al ser alumna de ese sitio…

—No lo sé, solo en este inicio se verá, aún si perdemos en nuestros enfrentamiento podremos ver y aprender algo de allá, pero no del todo desconfío de nuestro compañero

—Yo tampoco, pero… veremos qué pasa

Por su parte aquel tipo grande sabía que no tenía que dejarse llevar por la apariencia, algo dentro de él sabía que tenía que ir con todo aún cuando era solo alguien menor a él.

Así que tomándolo como un enfrentamiento real y verdadero pensó en cualquier movimiento que ella hiciera, él tenía que prevenirse, sin ponerse nervioso, sin pensar en nada aquel que no sea vencer.

—!Comiencen!

Y todo mundo gritó emocionado, pero el silencio quedó después.

—Tienes que estar bromeando

Hasta el propio referí se quedó congelado así como el grupo de aquel luchador, no había sido rápido, no había ningún truco visible a ninguna vista, Gabriele solo caminó, avanzó a un paso tan seguro que para cualquiera que estuviera ahí, sería como si ellos miraran a alguien más pasar por la acera, incluso en su rostro la mirada normal y apacible de una chica normal se dejó ver, solo caminando hasta él.

Aquel sujeto no reaccionó, se quedó en su guardia sin moverse en absoluto y sosteniendo su arma.

—!REACCIONA¡— el grito desesperado de uno de los asistentes resonó aún más fuerte de lo esperado

Pero para cuando reaccionó fue demasiado tarde.

Quiso moverse, quiso patear, su cerebro reaccionó tan deprisa que pudo sentir una de sus venas a punto de reventar por la sangre que corría apresurada para hacer algo.

Ella solo le clavo uno de sus cuchillos en el borde de la rodilla justo donde su armadura no tenía protección, él sintió el dolor como nunca antes había sentido, su reacción fue soltar uno de sus brazos de su arma y golpearla, ella esquivó y clavo a la altura del hombro y clavícula el otro cuchillo en un esquive tan fino que incluso pudo ver su reflejo en el brillo, el dolor cambio y un empuje llegó desde atrás para hacerlo caer de rodillas, solo giro su gabardina tomándolo del cuello y empezó a asfixiarlo lo más fuerte que podía, lo agarro tan bien que aunque quería levantarse, su rodilla ya no quiso reaccionar, su propio peso le jugó en contra, solo con un brazo no podía hacer nada.

—Dilo por favor, no es necesario hacer más

—Me… rindo… ¡me rindo! !ME RINDO¡

Y ella lo soltó enseguida y avanzó hacía la entrada, justo por dónde salió, no sin antes mirar a dónde sabía que estaba Zartemist, pero no hizo nada más que levantar los hombros y seguir caminando.

—Lo sé niña, lo sé— la furia de Zartemist peleó por ser dirigida a la persona responsable

Para el palco especial y sus alrededores seguían sin saber que había pasado, todos sabían que ese tipo era muy fuerte, muy inteligente y más que nada, uno de los mejores, pero verlo perder de esa manera… fue un total shock, incluso los encargados de los hologramas repetían casi sin cesar lo que ella hizo, desde que se acercó hasta que terminó… todo fue fácil, demasiado fácil.

En el palco podían escucharse respiraciones agitadas.

—Mi Rey, perdone mi atrevimiento pero solicito permiso para expresar nuestra emoción, si no lo hacemos, incomodaremos a todo mundo y su presencia— pidió uno de los guardianes

—Concedido, quiero saber lo que piensan — respondió rápido el Rey

Todo explotó en risas, además de gritos emocionados.

—!Seré millonario! ¡Seré millonario¡

—! Capitana, ¿por qué los haces sufrir!? ¿!Trajiste a esa niña como castigo!?! Hahahahaha!

—!Lo sabía, es ella, es ella¡

Y más gritos entre las miradas de las personas a los lados de ese lugar, incluso ver a un guardia en el suelo riéndose como loco.

El Rey solo se quedó en silencio, ver a sus guardias siempre serios hacer esto, significaba que no se había equivocado con ella, su esposa solo miró por dónde aquella chica se había ido y la princesa estaba enojada, frustrada, si antes solo era por capricho, ahora era para ella personal.

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