El vuelo fue bastante agradable con la compañía de Jennifer, Aegon no perdió tiempo alguna para seducir a la mujer quien a duras penas podía contener la tentación, pero se aseguraba que esto no se mostrara en su rostro haciéndole pensar a Aegon que sus esfuerzos no estaban rindiendo resultados.
En Rusia se hospedaron en un hotel de lujo en habitaciones separadas para desgracia de Aegon. El primer día Jennifer accedió a acompañarlo a hacer turismo por Rusia ya que ambos nunca habían estado en el país antes y estaban algo emocionados por ver la ciudad.
Al siguiente día, aunque fue prácticamente de turismo nuevamente, si se aseguraron de buscar por el paradero de ambos Vanko, pero necesitarían esperar para tener una respuesta. Durante el tercer día continuaban sin tener respuesta sobre el paradero de los Vanko, Jennifer había decidido quedarse en el hotel todo el día navegando en la web y revisando la Guía telefónica de Rusia como debían haber hecho desde el primer día. A veces las personas pueden ser bastante tontas.
Aegon por su parte continuó conociendo un poco más de la cultura rusa y aprovechó que ahora estaba solo y decidió conocer un poco más sobre las mujeres rusas. En la tarde cuando regresó al hotel Jennifer seguía tratando de localizar el paradero de los Vanko quienes para suerte de Aegon se demoraban en aparecer.
Después de desearle buena suerte a Jennifer en su búsqueda y escucharla quejarse sobre como él no estaba ayudando se marchó a encontrarse con unas chicas que había conocido durante el día y le habían recomendado un club nocturno.
Cuando llegó y entró al club encontró que no entendía un carajo lo que estaba cantando el grupo que tocaba, aunque el ritmo era bastante bueno. La verdad no importaba, no estaba aquí por la música (no estoy criticando la música rusa, solo dejo en claro que Aegon no sabe ruso). Estaba buscando a las chicas que había conocido cuando logró escuchar a pesar de la música que lo llamaban.
Para su sorpresa cuando se giró no encontró a las chicas que buscaba sino a 2 mujeres que ya conocía. Eran 2 hermosuras con bellas figuras y una piel bastante pálida que, aunque no parecían muy saludables no perdían el encanto. Una de ellas era rubia y lo miraba con deseo lo cual no era del todo raro para él, la otra de cabello negro era alguien de quien conocía cada rincón de su cuerpo.
La mujer de cabello negro que solo hacia sonreír cuando se aproximaba a él le dio un abrazo y un beso que trataba de succionarle el aire de los pulmones. "Aegon, no esperaba encontrarte aquí, que alegría." Le dijo la mujer que era toda sonrisas.
"Ananastasia, yo tampoco esperaba encontrarte aquí. Solo espero que no haya terminado visitando otro club vampiro." Lo último lo dijo mirando a la rubia que la acompañaba, Alyssa.
La mujer le dio una sonrisa. "Descuida ese no es el caso, además si así fuera solo tendría que decir que eres mi cena, a nadie le parecería extraño, luces delicioso."
"Vaya que atrevida. Busquemos un lugar más privado y veamos quien se come a quien."
"Jajaja, la noche es joven, disfrutemos un poco más de ella primero."
"Puedo esperar. Ananastasia ¿ahora eres como ella?" Aunque había preguntado Aegon ya conocía la respuesta.
"Si y me alegra ver que no te incomoda. Tengo que decir que vivir una larga vida siendo joven y bella fue suficiente para convencerme. Ahora dime ¿qué te trae por Rusia?"
"Trato de encontrar a alguien." Le respondió sin darle mucha importancia.
Alyssa al escucharlo pensó que ella tal vez podía ayudarlo, pero fue Ananastasia quien hizo la proposición. "Sabes, Alyssa tiene muchos contactos, tal vez pueda ayudarte si confías en ella."
Aegon miró hacia Alyssa y esta solo asintió confirmando las palabras de Ananastasia. "Su nombre es Ivan Vanko, vive con su padre." A Aegon no le importaba mucho darle la información, no creía que la vampira fuera tan idiota de pensar que podía fastidiarlo de alguna manera.
Es muy importante recordar que Aegon es una persona bastante despreocupada y piensa de manera sencilla. Si me traicionas te hago pedazos hasta entonces, todo bien.
Cuando Alyssa escuchó el nombre tomó su teléfono y envió un mensaje. "Listo, debería ser posible encontrarlo para el final de la noche."
"Fantástico." Exclamó Ananastasia que en algún momento había desaparecido y luego regresado con una botella de vodka. "Disfrutemos de la noche y luego disfrutemos de algo más."
Estuvieron por un tiempo entre la multitud divirtiéndose hasta que Alyssa decidió mover la diversión hacia otro lado.
"Conozco a la dueña del club, es una vieja amiga. Venga consigamos un cuarto VIP." Les propuso.
"Parece que alguien está ansiosa." Bromeó Ananastasia.
Aegon solo observaba como se desarrollaba todo sin él tener que mover un dedo y le daba gracias una y otra vez a Dios por esta maravillosa oportunidad que le había regalado.
Alyssa se separó de ellos y Aegon pudo verla a lo lejos conversando con una bella mujer de cabellos negros y ojos rojos que estaba sentada al fondo del club en lo que parecía ser una especie de palco desde donde se podía observar todo el club.
La mujer miró hacia donde estaban Aegon y Ananastasia con cierto interés. Cuando su mirada se cruzó con la de Aegon la mujer le dio una sonrisa y luego retornó a conversar con Alyssa.
Un rato después Alyssa retornó acompañada de 2 despampanantes rusas, eran un par de camareras del club. "Vamos, estas chicas nos estarán atendiendo esta noche."
Las 2 camareras los guiaron hacia una habitación en el segundo piso del club que tenía una pared entera de cristal por donde se podía ver todo el club. Aegon se dio cuenta que la enorme pared de cristal era uno de los enormes espejos que cubrían la pared del segundo piso y hacían que todos en el club vieran sus reflejos. Ciertamente era algo VIP, con la vista que ofrecía y el lujo con que contaba la habitación.
Alyssa guió a Aegon y Ananastasia a sentarse en un sofá que los ubicaba frente a la pared de cristal, quedando Aegon sentado entre ambas mujeres. Las 2 camareras trajeron más bebidas, Ananastasia ya se había tomado la botella de vodka.
Después de servir las bebidas y poner una música de fondo más relajante que la que se escuchaba fuera de la habitación, ambas mujeres se subieron sobre una plataforma que se encontraba entre el sofá donde estaban ellos sentados y la pared de cristal y comenzaron el más sensual striptease que Aegon había visto hasta entonces.
Sin ninguno de ellos percatarse varias horas habían pasado y en una habitación del club la mujer con la que había hablado anteriormente Alyssa, la dueña del club, miraba por una pantalla todo lo que había ocurrido dentro de cierta habitación y lentamente sin ella darse cuenta, cierto deseo estaba naciendo en su interior.
En la habitación que la misteriosa mujer estaba observando se podía ver 5 personas desnudas, un hombre y 4 mujeres. Todos tenían cara de satisfacción, prueba de que la noche había sido todo lo que esperaban y más.
El hombre, un suertudo que de seguro seria odiado por el resto de los hombres si supieran de su existencia, se levantó y comenzó a vestirse y después de besar a cada mujer en la habitación se marchó. Este desgraciado no era otro que Aegon.
La misteriosa mujer podía ver pequeños rastros de sangre en algunas partes de los cuerpos de sus 2 empleadas, pero por la respiración estable que ambas tenían podía decir que no corrían ningún peligro, probablemente solo necesitaría un par de días de descanso.
Al principio cuando Alyssa se le había acercado para pedirle una de las habitaciones VIP no lo encontró extraño, pero le llamó la atención el hombre que la acompañaba, ella en su larga vida había visto pocos especímenes tan maravillosos como ese, además podía notar que era bastante joven.
Impulsada por la curiosidad se dirigió hacia su oficina privada y comenzó a observar lo que ocurría dentro de la habitación a través de cámaras a las que solo ella tiene acceso. De más está decir que quedó más que complacida con lo que vio, llegando a pensar que era una lástima no unirse.
Tal vez en el futuro tendría la oportunidad de conocer personalmente a este interesante chico que podía dejar con facilidad a 4 mujeres en tan mal estado siendo 2 de ellas vampiras. Prueba de su logro era la gran cantidad de líquido blanco que se derramaba por las entrepiernas de todas.
Pero lo que más le había llamado la atención era como durante la noche en una ocasión donde el chico estaba haciendo un desastre de Alyssa, la misteriosa mujer nunca pensó que la vampira pudiera gemir tanto, la nueva pareja de esta, Ananastasia creía haber escuchado que era su nombre, se acercó por la espalda del chico y trató de morder su cuello, pero fue incapaz de penetrar su piel. Era la primera vez que veía algo semejante.
[CON AEGON]
'Ok, esta noche ha sido una de las mejores que he tenido, ahora puedo tachar de mi lista de mujeres a las rusas y las vampiras.' Pensé, aunque en verdad no tengo tal lista, pero debería hacerla y de paso no tacho nada así repito una vez más.
Faltaban solo un par de horas para que saliera el sol cuando salí del club así que me dirigí lo más rápido que pude hacia el hotel y estuve durmiendo hasta Jennifer me despertó.
"Jennifer preciosa, no sabes cuan alegre es despertarse y que el primer rostro que veo en el día sea el tuyo. Lástima que no fue estando conmigo en la cama, eso hubiera sido más esplendido."
"Déjate de tus lamentables intentos de seducción, no funcionaran, ya te lo he dicho antes. Además, si quieres seducir a una mujer, hazlo cuando no huelas a otra."
"Descuida tomo nota de tu concejo. Y bien, querías decirme algo o solo estas aquí por quieres que desayunemos juntos."
"Sabes qué, mejor solo no te hago caso. Vine a decirte que he encontrado a la persona que buscabas, este tal Vanko. Me tomó algo de tiempo ya que no recibí ayuda alguna, pero lo logré."
"Déjame adivinar, la dirección es xxxxxx. ¿Correcto?" Le respondí a Jennifer mientras trataba de aguantar la risa al ver la cara que puso. A Alyssa no se le había olvidado entregarme una nota con la localización de ambos Vanko.
"¿Cómo?" Preguntó incrédula.
"Oye no deberías subestimarme tanto, hay muchas cosas que puedo lograr si me lo propongo. Ya lo verás una vez que seas mía."
"Idiota. Estaré esperando en el lobby, no te demores." Sin decirme más se marchó, curiosamente movía las caderas de manera muy sensual. "¡Y deja de mirarme el trasero!" Me gritó sin darse la vuelta.
"Oh, oh, ya has caído y aun no te enteras."
No me tomó casi nada tomar una ducha y vestirme para luego reunirme con Jennifer. Luego nos dirigimos hacia la dirección que teníamos de Vanko. Cuando llegamos le pedí a Jennifer que permaneciera en el auto mientras yo llegaba a un arreglo con Vanko, no estaba contenta, pero aceptó, soy su jefe después de todo.