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194) Planes de negocios y una cita especial

Andrómeda estaba sentada en la posición principal de la mesa en su casa. Frente a ella, sobre la superficie, se amontonaban varios elementos: latas de diferentes formas y tamaños, botellas de cristal que recordaban a las usadas para pociones, y una diversidad de carnes y vegetales deshidratados.

"¿Y piensas vender esto? Yo pensaba que ibas a abrir un bar o un restaurante," me preguntó, confundida. Lo que veía en la mesa no coincidía con la idea que tenía sobre el negocio de su hija y yerno.

"Sí, la idea es servir comida y bebida, pero eso no es todo. El plan es crear un punto de encuentro, donde no solo se ofrezca algo para comer, sino también una compraventa de utilidades como estas," expliqué, señalando los productos sobre la mesa, "además de servicios."

"Espera, creo que no entiendo."(Andromeda)

"Mira, tengo a varios hombres lobo trabajando para mí," aclaré, viendo cómo sus ojos se agrandaban de sorpresa.

"¡¿Tienes hombres lobo trabajando para ti?!"(Andromeda)

"Eso te lo puede explicar tu hija más tarde." Evité que hiciera más preguntas sobre el tema y continué, enfocándome en lo importante. "Lo que queremos con nuestro establecimiento es crear un lugar donde las personas puedan contratar servicios, así como ofrecer los suyos, a cambio de una comisión. Que se hagan pedidos de objetos, información o mano de obra. Claro, siempre dentro de los límites legales... o al menos, después de pensarlo bien. No tienes idea de cuántas personas no tienen trabajos formales y,que si no tuvieran magia, ya estarían muriéndose de hambre."

"¿Y tú les vas a dar ese trabajo?" preguntó, con cierta duda.

"Más o menos. En realidad, tengo muchas formas de ganar dinero o producir bienes, pero todo toma tiempo. Si contamos con personas disponibles, podemos aumentar nuestros beneficios y darles una parte de las ganancias. Los trabajos que les ofrezco a los hombres lobo son solo el principio, y hay muchos otros en mente."

"Entiendo... No estoy segura de que me guste la idea, pero te seguiré escuchando. Entonces, ¿qué pasa con todo eso?" Señaló las latas, botellas y alimentos secos.

"Este es el segundo punto. Además de ofrecer servicios, podemos vender productos como estos en nuestro local. Las latas contienen alimentos que se conservan durante mucho tiempo hasta que se abran. Las botellas contienen jugos y líquidos extraídos de diversas fuentes: frutas, verduras e incluso organismos no vegetales. Y los alimentos secos son simplemente eso: productos deshidratados. Puedo producir todo esto casi sin costo, más allá de la materia prima, y en grandes cantidades," expliqué, mostrando los productos de la fábrica de conservas, jugos y deshidratados, estos dos ultimos recientemente añadidos al [Feudo]. "También podría haber traído tablas de madera procesada, ladrillos de piedra y lingotes de metal, pero no lo creí necesario. Los magos no suelen comprar cosas así, así que, aunque las ofrezcamos, no creo que tengan mucha demanda."

"No creo que tengas idea de la cantidad de permisos que vas a necesitar para hacer todo eso en un solo establecimiento. Y además, lo difícil que será conseguirlos, especialmente con la reputación tan complicada que tienes ahora." Dijo con su mano en su barbilla, como si pensara en que forma podía ayudarme o convencerme de que no lo haga.

"Oh, por eso no te preocupes," respondí con calma. "He estado trabajando en ello desde hace tiempo. Tener como amiga a la jefa del Departamento de Aplicación de la Ley Mágica es bastante útil. Me ha estado ayudando con sus contactos para que todo salga sin problemas. Parecía preocupada de que no pudiera conseguir trabajo después de mi incidente, así que colaboró mucho en este tema... aunque me dejó muy claro que solo me permitirá continuar si me mantengo dentro de la ley," expliqué antes de pasar a los productos.

Abrí varias latas y serví su contenido en platos para que Andrómeda los probara, lo mismo hice con los jugos y los alimentos deshidratados. No le serví mucho, solo pequeñas porciones para que pudiera conocer los productos. Tonks estaba a mi lado, ayudándome y también probando la comida que había traído, aunque con mucha menos delicadeza que su madre, por no decir de manera bastante bruta.

Nos tomó un tiempo, pero tras varias explicaciones y degustaciones de cada producto —que eran los más comunes de los que producía—, Andrómeda ya tenía una idea clara de lo que ofrecíamos.

"¿Qué te parecen?" le pregunté.

"En mi opinión, no es un producto muy rentable," comentó mientras sostenía el tenedor, con una expresión pensativa. "Los nobles no te lo comprarán; tu público sería la clase media y baja, y ni siquiera toda la clase media. Es fácil conseguir lo que ofreces, en algunos casos hasta gratis. Aunque el sabor no está mal, no es lo suficientemente bueno como para que valga la pena gastar dinero en algo que unos cuantos hechizos pueden proporcionar. Cualquier mago medianamente hábil no tendría problemas con la comida, pero quizás podrías venderla a bajo costo a magos de nivel más bajo, aquellos que no pueden hacerlo por sí mismos." Tomó una lata y la contempló unos instantes antes de seguir. "Los productos no son muy llamativos, tal vez solo las latas y el hecho de tener que abrirlas. Si inventaras algún hechizo sencillo pero peculiar para abrirlas y lo distribuyeras gratuitamente en tu tienda, podrías atraer ventas y hacer que el acto de abrirlas sea parte de la diversión. También podrías esconder premios en algunas latas para hacer más atractiva la diea de abirlas," añadió, compartiendo sus opiniones y sugerencias con detalle.

"Hmmm... entiendo. Lo tendré en cuenta. Pero, ¿qué tal si también agregamos algunos alimentos más exóticos? Hoy traje solo productos no mágicos, pero no tengo ningún problema en la producción mágica. Además, una vez tengo la materia prima, no tengo ningún costo adicional. Es más, con cada unidad de materia prima puedo multiplicar la producción sin importar la cantidad. Si conseguimos algunos alimentos que no puedan ser afectados por la magia, y que por lo tanto no se puedan duplicar fácilmente o aumentarse, podríamos venderlos a bajo costo y aún así obtener una buena cantidad de galeones."

"Sí, supongo que eso podría funcionar, pero... ¿cómo consigues esas cosas? Dices que no tienen costo, pero hablas como si fuera sencillo producirlas en masa," preguntó Andrómeda, intrigada por mi manera de hablar sobre esos productos.

"Digamos... que tengo un lugar, en un sitio que me pertenece completamente. Nadie puede entrar a menos que yo lo permita. Allí tengo varios campos de cultivo automáticos, mejorados mágicamente para aumentar la productividad y reducir el tiempo de crecimiento. Además, hay instalaciones especializadas en preparar productos como estos, también de manera automática y con encantamientos que incrementan la cantidad producida, incluso si algo no deberia ser imposible."

"..." Andrómeda se quedó en silencio, claramente sorprendida.

"..." Tonks, por su parte, también estaba atónita.

"Y eso no es todo, hay algunas cosas más, pero no importa ahora. Hay unos pocos residentes allí, contados con los dedos de una mano, pero son de total confianza," añadí.

"¿Estás hablando en serio?" preguntó Andrómeda, incrédula.

"Sí."(Red)

"¿Y por qué no me había enterado de esto antes?" se quejó Tonks.

"Bueno... nunca se dio el momento. De hecho, ambas son personas de confianza a las que me gustaría mostrarles ese lugar y sus beneficios, pero, Andrómeda, primero quiero llevar a Tonks. Ese lugar guarda muchos de mis secretos más importantes, y algunos de ellos ni siquiera Tonks, ni nadie, conocerá jamás."

"¿Cómo una amante?" preguntó Andrómeda con un tono sarcástico.

"No, esas Tonks ya las conoce," respondí en tono burlón. "Una vez le haya mostrado ese lugar a Tonks y discutamos algunas cosas en particular, entonces te llevaré a ti también," le prometí a Andrómeda.

"¡Entonces vamos, muéstramelo ya!" dijo Tonks, emocionada, tanto por descubrir algo nuevo e increíble —como suele ser todo lo relacionado conmigo— como por conocer más de mis secretos.

"Lo siento, Tonks, me encantaría, pero estoy ocupado en este momento. Y, hablando de eso... disculpen, bellas damas, pero debo retirarme. Tengo una cita con una fantasma," dije antes de que mi clon desapareciera.

Las dos mujeres se quedaron confundidas, tratando de entender a qué o a quién me refería. La situación fue desconcertante, hasta que Tonks, de repente, pareció darse cuenta.

"¡Espera! ¡Él no está ocupado! ¡Tiene clones! ¡Puede llevarme en cualquier momento!"

...

Mirando el castillo frente a mí, sonreí. Era extraño venir a la escuela durante el receso, pero la causa lo justificaba. Con mi habilidad de invisibilidad, avancé esperando que fuera suficiente para que no me detectaran.

Primero, fui a buscar el vino que había dejado preparando hace tiempo. Cuando llegué a la habitación donde debía estar el círculo ritual con la botella en el centro, rodeada de cadáveres de animales, encontré mucho polvo. El círculo había perdido su color original, y donde antes había cuerpos, solo quedaban restos desintegrados. Sin embargo, la botella estaba ahí, un poco sucia por el polvo, y el contenido había cambiado de color a un tono entre azul y aguamarina, emanando un extraño vaho.

Tomé la botella y me dispuse a encontrar una habitación adecuada en Hogwarts para mi cita, algo lo suficientemente privado. Finalmente encontré una estancia perfecta, redonda y de acceso oculto, lo que hacía parecer que solo los fantasmas podrían llegar a ella. Era ideal.

La preparé con simplicidad: una mesa redonda con dos sillas, un mantel blanco y un candelabro con velas encendidas. Los cuadros, armaduras, estanterías de libros y muebles, todos antiguos y desgastados por el tiempo, se acomodaron alrededor de la habitación. Los ventanales góticos, aunque altos y oscurecidos por el paso de los años, dejaban pasar algo de luz a través del vidrio. Limpié algunas telarañas, pero decidí mantener otras, ya que parecían apropiadas para una cita con un fantasma. Finalmente, puse en marcha una antigua máquina de música, aunque no emitía sonido. La verdadera música sería a través de mi habilidad [Música], audible solo para los fantasmas. Elegí algo entre romántico y sombrío, mezclando terror y pasión en el ambiente.

Con todo listo, envié un [Mensaje] a mi cita. Al hacerlo, recordé otro compromiso con un fantasma y utilicé mi habilidad para enviarle unos regalos a Myrtle, tal como me había pedido: revistas para adultos, lubricantes y varios juguetes sexuales. No estaba seguro de si podría usarlos dada su condición de fantasma, pero lo descubriría más tarde.

...

La Dama Gris atravesó las paredes del castillo hasta llegar a la peculiar habitación oculta. Al haber recibido las instrucciones, no le fue difícil encontrarla; recorrió cada rincón de Hogwarts, tanto en vida como en muerte.

Al entrar, se sorprendió ligeramente, aunque su expresión fantasmagórica lo ocultaba bien. Observó la mesa decorada, los pétalos de lirios y claveles esparcidos por el suelo, la luz de la luna colándose por los ventanales, y a mí, de pie junto a la mesa, esperándola.

"Bienvenida. Espero que esta bella dama esté lista para nuestra cita," dije, extendiendo mi mano hacia ella.

"Hmmm..." Asintió con un débil sonido. Tras observar mi mano por un momento, extendió la suya. Aunque su mano atravesó la mía, acerqué mi rostro para intentar besarla. Mis labios también la atravesaron, haciendo que sintiera una fría sensación, como besar agua helada, pero no me importó. Le pedí que me siguiera, sin soltar su mano intangible, guiándola hasta su lugar en la mesa. Fue complicado coordinar mi movimiento para que pareciera que la llevaba de la mano.

Una vez en su lugar, me senté frente a ella, observando su inexpresivo rostro. Sus ojos recorrían la habitación, deteniéndose en cada detalle, incluyéndome a mí, con mi atuendo excéntrico. Había hecho lo posible por conseguir ropa que recordara a la moda de los magos nobles de la época de Helena, lo que fue relativamente sencillo, dado que la moda mágica apenas había cambiado con el tiempo.

"Debo decir que, de todos los que en su momento trataron de seducirme por mi belleza o querían algo de mí, tú eres el que más se ha esforzado," dijo en un tono monótono. "No es que no haya visto escenas más impresionantes cuando estaba viva, pero después de mi muerte..." Se detuvo y casi pude sentir algo de tristeza y angustia emanar en su ser "No entiendo qué esperas obtener de mí. Todo lo que alguna vez poseí ya no lo tengo, y lo poco que tenía fue robado... aunque tú mismo lo recuperaste."

"No busco nada más que a ti y tu felicidad. Me esfuerzo tanto porque quiero demostrar que mi valor es casi tan grande como el de la hermosa dama que me acompaña esta noche."

"Hmmm..." Volvió a responder, con ese sonido suave pero... ¿inquieto? ¿sonrojada? ¿feliz? ¿nostálgica? Era difícil saberlo.

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1er Capitulo adicional

Gracias Jack BurlyHat por ser mi primer donante

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