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162)Estudiando con Penélope

Penelope estaba muy concentrada estudiando, por lo que no notó cómo me acerqué y puse una silla detrás de la suya. Sentado detrás de ella, extendí mis manos y las coloqué en su estómago, empezando a moverlas suavemente. Esto la hizo estremecer al punto de casi saltar por la sorpresa.

"¿Qué haces?!"(Penélope)

"Me entretengo."(Red)

"Sabía que no podría estudiar contigo aquí." Resopló, negando con la cabeza como si ya hubiera predicho todo esto.

"Tú sigue estudiando."(Red)

"Cómo voy a estudiar si no paras de... ¡ahh!" Soltó un leve gemido después de sentir una corriente de energía vagar por su cuerpo.

"Puedo ayudarte más... confía en mí."

"Eso..." Estuvo a punto de volver a quejarse, especialmente después de hacerla soltar esos sonidos; tenía un fuerte sonrojo por la vergüenza.

"Confía", repetí. "Solo inténtalo una vez y verás."

Penelope no quería seguir así, pero me vio tan serio que decidió aparentar intentarlo una vez más antes de echarme. Miró su libro mientras pensaba en las palabras correctas que decirme para que la dejara sola; quizás hasta prometiendo algunas pequeñas cosas para luego. Ella necesitaba algo de relajación luego de estos exámenes... pero ahora necesitaba concentración.

Por desgracia o suerte para Penelope, ese plan no se llevaría a cabo, pues mientras leía un poco antes de echarme, notó algo. Su cabeza se sentía más... ¿ligera?

El continuo estudio en este último tiempo la había desgastado mentalmente, pero ahora parecía estar más descansada, hasta recuperándose, podría decir. Podía leer con mayor comprensión que antes, como cuando recién inició que tenía todas las energías. No mucho después de notar eso dejó de poner su mirada en el libro y la direccionó hacia mí.

"Ayuda, ¿verdad?"(Red)

"¿Cómo?"(Penélope)

"Descubrí varias formas de usar mi magia personal, y una de ellas fue como potenciar el estudio e investigaciones."

Era verdad, lo descubrí durante esos años investigando en la campaña de los Merodeadores. Aunque había perdido la mayoría del conocimiento de cómo hacerlo, como era parte de mi propia magia, no fue tan difícil recuperarlo en ensayo y error, aunque quizás no sea tan efectivo.

"Es bueno si se usa con moderación. Restablezco tus energías y te ayudo a estar a máxima potencia, en algunos casos hasta potencio tu capacidad de comprensión y aprendizaje. Pero no debe usarse durante periodos muy prolongados o afectará tu percepción, equilibrio y otras habilidades cognitivas luego de cese inmediato hasta... bueno, depende de cuánto lo usemos. Pero no será problema usarlo unas pocas horas hoy."(Red)

"Eres aterradoramente asombroso... estás en tu primer año." Suspiró ante la presencia de tal genio, pues no tenía otra forma de llamarme. Teniendo tantas capacidades que cubrían tantas áreas, no sería raro que llegara a la cima del mundo mágico en el futuro.

"Entonces... ¿vas a correrme y perderte esta increíble oportunidad de acelerar tu estudio o me dejarás ayudarte desde lo más profundo de mi corazón?"(Red)

"..."(Penélope)

"?"(Red)

"Tienes que seguir manoseando mi cuerpo para hacerlo?"(Penélope)

"También tengo que cobrar algún tipo de interés, ¿no?"(Red)

"Te odio..."(Penélope)

"Pero también lo amas... me amas." Le susurré al oído.

"YA..., no es momento." Se quejó, pero volvió a mirar su libro. "Solo... no te pases, estamos estudiando... y..."(Penélope)

"Ni siquiera entraré debajo de tu ropa."(Red)

"¡¿Pensabas hacerlo?!"(Penélope)

"Shhh.... tú solo estudia que yo me concentro en ayudarte."(Red)

Penelope tenía muchas cosas que decir al respecto, pero ninguna salió de su boca. Tenía una lucha psicológica en su cabeza, pero no quería seguir perdiendo el tiempo; si llegaba a hacerle algo, ella se vengaría después, así que comenzó a estudiar con este nuevo boost de aprendizaje.

Penelope se centró en su libro mientras que yo restregaba mis manos por toda la parte inferior de su torso, a veces más, a veces menos. La joven Ravenclaw notó lo mucho que avanzaba su estudio y se puso feliz, además de que el manoseo no se sentía tan mal, por lo menos hasta que, con el pasar del tiempo, mis manos se volvían cada vez más inescrupulosas.

Luego de media hora, mis manos recorrían hasta su cintura y los lados de sus pechos. Cuando Penelope se quejaba, solo respondía con "shssss... ignórame y estudia" y seguía con lo mío.

Para la hora y 20 minutos, los muslos de Penelope y sus senos, sin contar con sus pezones, estaban marcados con la sombra de mis manos.

"Ya no más", se volteó.

"Tú solo sigue con lo tuyo."(Red)

"Cómo voy a seguir si no paras de..." No terminó la frase, solo cubrió su pecho con sus brazos, con un fuerte sonrojo y una respiración más fuerte de lo normal.

"¿Está ayudando?"(Red)

"Sí, pero ya no puedo seguir más." Tembló levemente "y no te di permiso para aprovecharte de mí de esta manera. Me siento tan... sucia."

"Excusas."(Red)

"¡¿Qué?!" Preguntó con cierto enojo.

"Penelope, te conozco y me conoces. Sé que en tu interior lo disfrutas, pero sientes culpa por lo que te niegas a seguir adelante."(Red)

"Claro que no... yo." Sus palabras temblaron un poquito, demostrando cierto nerviosismo raro en ella.

"Créeme, soy amigo de la dueña de un burdel y conocí a muchas chicas y mujeres que saben mucho sobre el tema. Aprendes varias cosas escuchándolas y aprendiendo de sus vidas."(Red)

"¡Burdel! Por eso es que tú..." Pareció estar atando cabos en su mente.

"No, lo del burdel es reciente"(Red)

"¡¿Reciente?! ¿Que tan reciente puede ser? ¡Tienes 11 años!"(Penélope)

"12" Corregí.

"La diferencia no es mucha"(Penélope)

"Sí, respecto a eso, fue una aventura que tuve donde pasé varios años" Comenté, pero en su expresión solo había confusión "Olvídate de eso, ignora todo, pues no soy normal. En algún momento te explicaré mas detalladamente lo que paso, pero ahora no"

"Pero..."Siguió tratando de indagar.

"Ahora no, Penny, volvamos a lo nuestro"(Red)

"¿Qué nuestro? Lo único que pasa aquí es que estás cachondo"(Penélope)

"Sí, bueno, sabes que es mi naturaleza"(Red)

"Cierto, olvidé que eso te da permiso para hacer lo que quieras con cualquier chica sin consecuencias" Miró enojada, aunque en realidad no era del todo así, ella conocía mi situación, era otra cosa. Estaba algo agobiada con todo el estudio y estaba liberando toda esa irritación ahora, si no posiblemente, aunque no estuviera de acuerdo, lo haría enfocada de otro modo.

"Recuerdo que fuiste tú quien se ofreció a ayudarme aquella vez..."(Red)

"Eso fue..." Volvió a ponerse tensa, dudando de como responder.

"Penélope, eres una adolescente cachonda igual que yo. Posiblemente en Hogwarts hay muchos mas de los que crees, pero todos se reprimen por las normas culturales y moral establecidas. Créeme, lo sé, estuve rodeado de mas depravación que muchos y viví una vida salvaje sin complejas reglas sociales en medio del bosque prohibido durante años. Ocultamos parte de nuestra naturaleza en beneficio de otra parte"(Red)

"Ahora si no sé de qué hablas..." Penélope no sabía si es que estaba demasiado agotada mentalmente, a pesar de que no podría ser así por mi poder, o que, que cada palabra que le decía parecía confundirla mas, como si habláramos de dos temas diferentes.

"Te dije que te explico luego eso. Mira, sigue estudiando y solo disfruta, si al final no quieres, me detengo y no volveré a tener la mas mínima insinuación sexual contigo"(Red)

"..." Ella dudó, ni siquiera sabia lo que quería en este punto.

"Vamos a hacerlo"(Red)

Penélope otra vez estaba en conflicto. ¿Quería o no? Era cierto que negaba como se sentía ese manoseo, pero era algo que ella no podía aceptar de ella misma. Era una dama y así fue criada... bueno, tal vez no, pero por lo menos no era una puta.

Al final se volteó, decidió que, era cierto que había prometido ayudarme con mi problema, pero era por bondad, no por cachonda. Dejaría que siguiera solo para ayudarme y luego me daría un fuerte regaño y clases de buen comportamiento para corregirme y encaminarme por el buen camino... o eso se dijo a sí misma.

Con solo unos veinte minutos mas de manoseo ya sintió que todo su cuerpo ardía, se sentía tan bien pero tan mal. Algo se gestaba en su interior, y explotó cuando mis manos soltaron sus pechos y mis dedos índice y mayor de ambas manos empezaron frotar sus pezones conteniendo una ligera carga de [Éxtasis].

Penélope juntó las piernas con fuerza mientras se estremecía y usaba una de sus manos para cubrirse la boca y evitar que su gemido saliera, aunque fue en vano; todos sabíamos qué había pasado. Dejó caer su cabeza contra el libro, con ojos llorosos y llenos de vergüenza. Se había sentido tan bien... pero, ¿a qué costo?

"Ya vete..." dijo casi sollozando.

"¿Por qué? Aun tenemos tiempo."(Red)

"Hmm... ¿no puedes entender que es momento de irte?" dijo más irritada.

"Cálmate, mi Penny, no pasa nada, sigamos."(Red)

"Cómo voy a seguir... Yo..." No podía terminar esa frase.

"Te corriste, lo sé."(Red)

Ella no respondió, solo ocultó su cara más profundamente entre sus brazos.

"No tiene nada de malo, mi pequeña niña. Es normal; si recuerdas, la otra vez también me pasó."(Red)

"Te odio."(Penélope)

"Puede ser... pero quiero ayudarte, y debemos seguir por eso."(Red)

"Ya no quiero que me vuelvas a ayuder a estudiar."(Penélope)

"Yo no hablaba de eso."(Red)

"¿Qué?"(Penélope)

"Quiero ver a la Penny de siempre. ¿No has notado tus cambios de humor?" Explique la verdad, o por lo menos intentaría de que ella se diera cuenta. Había notado algo raro este tiempo, pero recién en esta sesión de estudios vi lo mal que estaba.

"Y ¿de quién es la culpa?" Se volteó para mirarme con ojos llorosos.

"Yo los activé, pero no es mi culpa. Sabes lo raro que me es verte llorar por eso; ¿no notas que es extraño? Tú siempre estás calmada y confiada; sabes qué cosas he hecho y la forma en que reaccionas no es nada como ahora. Estás enojada, tímida, sensible, nerviosa; no estás siendo tú. Estoy seguro de que si fuera antes, aunque hubieras gemido como toda una puta frente a mí, buscarías la forma de ser seria al respecto y no mostrarme debilidad, sintiéndote responsable de ser la adulta entre ambos", expliqué mientras acariciaba su rostro.(Red)

"... yo... solo... tengo un mal día... y no tiene que importarte cómo soy", volvió a decir con una mezcla de enfado y inquietud, pero pensando en su interior que en realidad no estaba actuando como ella misma.

"Penny, estás terriblemente estresada y actúas como una niña pequeña. Hasta creo que se te está cayendo el cabello."(Red)

"¡¿QUÉ?!" Gritó mientras empezaba a tocarse la cabeza.

"Bueno, eso último era broma, pero mi punto está ahí. La verdad, no me importa tanto tu estudio; sé que te gusta estudiar, pero a mí no me gusta que te presiones tanto por ello."(Red)

Penelope se quedó pensando un momento, tratando de acomodar sus ideas, para luego hablar en un tono menos histérico: "No tengo opción, los TIMOS..."

"No son tan importantes."(Red)

"¡Claro que lo son! De ellos podría depender mi futuro en el mundo mágico. Tú también estarás en esta situación cuando llegues a 5to." dijo volviendo a perder un poco los estribos, pero más calmada que antes. "No tienes idea de la presión que tengo. Mis padres son muggles y esperan mucho de mí; no entienden el mundo mágico y están preocupados por mi futuro. Me han lanzado indirectas sobre dejar Hogwarts y volver a insertarme en el mundo no mágico si las cosas no van bien, y quiero demostrarles que no es así. Si fallo ahora, solo demostraré que no estoy capacitada para ser una buena bruja, no conseguiré un trabajo digno, no tendré cara para ver a mis padres; todos estos años aquí en Hogwarts habrán sido un desperdicio que pude aprovechar para ir a instituciones muggles y tener un buen futuro allá, como ellos dijeron..." dijo sin detenerse a respirar, como si estuviera vomitando todos sus problemas, soltando cada vez mas .

"Sabes qué", dije mientras la abrazaba. "Detesto que pienses así, pero estoy agradecido de que me lo hayas contado." Pude sentir como se aflojaba lentamente y quisas hasta se frotaba en mí como buscando consuelo.

Penelope no respondió y disfrutó del abrazo; se sentía cálido y reconfortante, algo que necesitaba.

"Mira, no importa si lo logras o fracasas. No importa lo que piensen tus padres, no importa lo que sientas ahora. Todo pasará, todo es un éxito o un desperdicio desde algún punto de vista. Dime, ¿disfrutas siendo una bruja?"(Red)

"Uh-huh..." asintió.

"Eso es suficiente, no necesitas pensar en nada más."(Red)

"Pero..."(Penélope)

"Sin peros, es suficiente. Aunque fracasaras, tu futuro aún será brillante, porque tienes algo que los demás no."(Red)

"¿Qué?"(Penélope)

"A mí", respondí, a lo que ella cambió su expresión de expectación y puso los ojos en blanco, por lo que seguí explicando "No miento, conmigo eso no debe preocuparte; te aseguro que tendrás una buena vida conmigo. Incluso si no aceptaras que te mantuviera por el resto de tu vida, como no tendría problema en hacerlo, podría conseguirte un trabajo muy bien remunerado."

"¿Por qué estás tan seguro?" Preguntó con curiosidad por mi confianza.

"Porque fuentes de ingreso tengo de más. Tengo un grupo en formación de licántropos que caza para mí y me otorga un ingreso bastante alto. Tengo un medio de comercio único y completamente confiable que podría volverme el mejor distribuidor del mundo si me lo propusiera. Tengo tierras de cultivo excepcionales donde puedo plantar desde la verdura más sencilla hasta plantas mágicas exóticas. Soy amigo de una de las mejores administradoras de burdeles, y no será difícil reabrir el negocio..."

Penelope se maravillaba con mis palabras. No parecía estar mintiendo, y viendo lo que había logrado y mis métodos para conseguirlo, lo creyó un poco. Cada una de esas cosas podría traerle muchos beneficios en el mundo mágico, y todas ellas... pero luego escuchó lo último.

"¿Lo del burdel es cierto? ¿Planeas prostituirme?" Preguntó dudosa, no lo creía, pero habiéndome escuchado que le aseguraría un futuro...

"Ohh... no, claro que no, eres solo mía... aunque si te gusta el juego de rol de prostituta", sonreí mientras mis manos acariciaban sus muslos.

"NO, gracias, no me gusta pensar que mi cuerpo vale unos pocos galeones." Negó con la cabeza, con un poco de asco al pensar en ofrecerse a alguien por dinero.

"Bueno, si es así, pero si te gustaría que yo fuera el prostituto..." la solté y cubrí mi cuerpo con mis manos antes de poner un tono sumiso en la voz. "Yo puedo hacer lo que quiera siempre que me pueda dar lo suficiente para comer esta noche... ama."

Penelope soltó una pequeña carcajada, sin olvidarse de golpearme por mi actuación e insinuación. Esta vez no estaba tan disgustada, quizás hasta le pareció un poco divertido.

"Me alegro de verte sonreír. Como dije, tranquila. Todo estará bien, me tienes a mí."(Red)

"Y si al final me busco otro hombre y se vuelve mi esposo." Trató de probarme, ya más relajada.(Penélope)

"No creo que seas tan cruel para matar a un pobre hombre de esa manera."(Red)

"¿Matarlo?" me miró confundida, pero mi expresión la hizo entender a lo que me refería. "Idiota", volvió a golpearme.

Después de eso, nos burlamos un poco más el uno del otro hasta que el ambiente volvió a ser tan armonioso como en los tiempos anteriores.

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