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Hago lo que dices

Nuria inconscientemente quería recibir la llamada, pero fue detenida por Samara.

-Señora, déjeme hacerlo. -la mirada de Samara se volvió algo solemne.

Nuria sintió que esa mirada le era familiar. Tembló por la emoción y se le ocurrió una idea inconcebible. Sin embargo, ella permaneció tranquila y suavemente retiro su mano. Samara no presto atención a las acciones de Nuria. Se concentro en la llamada.

Samara contesto al teléfono con una expresión seria.

- ¿Con quién hablo? -la voz de Samara era fría e indiferente. Sin embargo, la otra parte rápidamente colgó tras un breve silencio.

Notando el termino de la llamada, Samara se preocupo. No sabia si se habían equivocado o si era una persona conocida, era imposible colgar el teléfono sin explicaciones, excepto cuando la otra parte temía que reconociera su voz. Sin importar el motivo real, lo cierto era que la otra parte no quería revelar su identidad y esto hacia que Samara estuviera en guardia.

- ¿Qué pasa? ¿Quién era? -Nuria observaba a Samara e inesperadamente encontró que ella era similar a su hija en varios aspectos.

Samara dijo preocupada:

-Señora, creo que hay una persona que os quiere controlar o aprovechando la desaparición de su hija. No se su motivo real, pero si confías en mí, decidme cuando los desconocidos entren en contacto con ustedes. No quiero que su hija se preocupe con esto.

Antes, Nuria posiblemente podía rechazar esta proposición. Sin embargo, en este momento, cuanto mas miraba a Samara, mas intima se sentía. Sostuvo la mano de Samara temblando y dijo:

-Hare lo que digas. Pero ten cuidado, ¿vale?

Samara estaba emocionada, pero no tuvo mas remedio que reprimir sus emociones y asentir. Entonces Nuria le dijo:

-Ya que eres amiga de mi hija, ve a su habitación a descansar un rato. He visto que estas muy cansada. Te llamare cuando la cena este lista.

De hecho, Samara estaba un poco cansada, pero no quería descansar en el dormitorio abandonando esta oportunidad de acompañar a su madre. Debido la dura actitud, se obligo a ir a su antiguo dormitorio.

La habitación seguía siendo la que había sido. Estaba limpia y sin polvo. Se mostro la nostalgia de ellos por su hija desaparecida. Sin la compañía de su madre, Samara empezó a llorar sin preocupaciones.

Acaricio la foto en la mesita de noche, foto que fue sacada antes de que ella se casara. Había estado tan juvenil, tan radiante, pero ahora todo cambio. Cinco años después, casi olvido como era antes. Mirando la foto, le vinieron a la mente muchos recuerdos, como la compañía de sus padres. Se sentó junto a la cama y se ahogo en silencio. Sus hombros temblaron.

Como Nuria no había cerrado la puerta, al notar el silencio de la habitación, abrió un poco la puerta y miro secretamente. Vio que Samara estaba llorando con la foto. Después, parecía recordar cosas. Dejo la foto y saco de bruces una caja desde debajo de la cama. La saco

cuidadosamente. Debido a que nadie sabia la existencia de esta pequeña caja, estaba cubierta de polvo. Samara limpio suavemente el polvo y abrió la caja.

Dentro de ella, se conservaban todos los regalos de cumpleaños que ella había recibido de sus padres. Estaba llena de joyas. Incluso había una foto de la familia. Samara se cubrió la boca y empezó a llorar otra vez.

Viendo esto, Nuria tembló de emoción. Incluso deseaba entrar en la habitación y preguntar su verdadera identidad, pero aun así logro contener el impulso. Cerro suavemente la puerta y camino hacia Manuel.

Viendo los ojos llorosos de su mujer, Manuel creyó que ella pensaba en su hija otra vez y se obligo a consolarla y dijo:

-Ya hemos recibido algunas noticias sobre nuestra hija. No te preocupes, podemos encontrarnos con ella en un futuro. Por lo menos, ya sabemos que sigue viva. ¿Acaso no es bueno para nosotros?

Nuria cerro la puerta del estudio, agarro la mano de Manuel y dijo:

-Cariño, sospecho que Catalina es nuestra hija Samara.

- ¿Sabes de que estas hablando? ¿Estas loca de nostalgia? Aunque es guapa, no lo es tanto cuanto nuestra hija. -Manuel no podía recibir la sospecha infundada de su mujer.

Nuria negó con la cabeza y le dijo:

-Seguro. La he llevado al dormitorio de nuestra hija para que ella pudiera descansar un poco. Pero no cerro la puerta completamente, dejando un resquicio. Vi que ella estaba muy familiarizada con la habitación de nuestra hija e incluso pudo encontrar una caja debajo de la cama. Además, no dejo de llorar después de entrar en la habitación. Nos ha dicho que, por el fuego, había cambiado la apariencia de nuestra hija. He observado su cara cuidadosamente y parece nuestra hija, especialmente los ojos. ¿Recuerdas que los ojos de nuestra hija son como los tuyos?

Manuel se quedo atónito, oyendo las palabras de su esposa.

-Pero si realmente es nuestra hija, ¿Por qué no nos reconoce? Y ¿Por qué Álvaro la ayudo a ocultar su identidad?

-Posiblemente tiene algunas preocupaciones que no sabemos. He observado que Álvaro la trata bien, pero ella tiene una actitud indiferente con el. No sabemos lo que les paso. Ya que ella no quiere decirnos la verdad, no le preguntaremos sobre esto. Me basta con que haya vuelto. -Nuria se seco las lagrimas mientras hablaba.

Manuel reflexiono un momento y dijo:

-Voy a pedir a los cocineros que preparen algunos platos favoritos y odiados por nuestra hija y vamos a observar sus reacciones a los platos. Es algo que tenemos que tratar cuidadosamente.

-Estoy de acuerdo. Pero ella no nos deja ir al extranjero, entonces no saldremos. En realidad, estos días no me siento tan alegre cuanto antes y estoy sospechando de esto. A lo largo de estos cinco años, no supimos nada de nuestra hija. Ahora, nos dice donde esta nuestra hija. Me parece raro.

Las palabras de Nuria hicieron que Manuel frunciera el ceño levemente.

-Pues, vamos a esperar para ver si recibimos mas noticias.

-Si.

Después de la discusión, Manuel fue a la cocina y pidió otros platos para la cena. Aunque Eva no sabia el motivo, hizo lo que le pidió su jefe.

Samara no sabia nada sobre lo que estaban haciendo Nuria y Manuel. Se quedo en la habitación sola por mucho tiempo y escucho la llamada de Nuria de repente.

-Señorita Catalina, la cena ya esta lista. Sal y come algo. ¿Estas despierta?

Samara se seco las lagrimas rápidamente y contesto:

-Estoy despierta. Espera un momento, ahora voy. Gracias, Nuria.

Notando su tono un poco distante, Nuria se sintió un poco incomoda y triste, pero no dijo nada.

Samara fue al baño a arreglarse, sin querer que sus padres la vieran en un estado lamentable. Después de reprimir la tristeza con fuerza, abrió la puerta y salió. La fragancia de la comida le hizo sonreír involuntariamente.

- ¡Que sabroso!

-Come. Ya sabes, estas en tu casa. Siéntate. -Nuria cogió la mano de Samara y la llevo al asiento que estaba a su lado.

Cuanto mas la miraba, mas agradable se sentía por Samara y mas sentía que era su hija. Al mismo tiempo, Manuel también estaba mirando cuidadosamente a Samara.

Las personas podían cambiar su apariencia y la voz para ocultar su identidad, pero era imposible cambiar los ojos y algunas expresiones acostumbradas.

Se emociono, pero dijo con indiferencia:

-Come. Son platos comunes.

-Si.

Samara no experimento las preocupaciones de padres a lo largo de muchos años. Ahora como ya había eliminado los malentendidos con sus padres y volvió a experimentar su cuidado, casi no podía contener las lagrimas de alegría.

Se engaño a si misma en el fondo y recogía sus palillos con una sonrisa. Inconscientemente miro a su plato favorito. Manuel y Nuria estaban emocionados. Fue al pescado agridulce, el plato favorito de su hija.

Ahora ella probo el plato sin vacilación. Manuel y Nuria se miraron mutuamente en silencio, pero se podía observar la emoción en sus ojos.

-Prueba esto. Esta hecho de mango. Tiene un sabor especial. -Nuria trajo el plato de carne con mango de lejos y lo puso frente a Samara.

Solo pocas personas sabían como cocinar este plato y nadie podía hacer el plato como lo hacia su madre. Desde pequeña, este plato hecho por su madre era el favorito. Ahora, vio este plato otra vez, después de ocho años. Se moría por probarlo. Lo provo con ansias y dijo:

-Usted cocina este plato perfectamente. Creo que es mejor que los cocineros de restaurantes de cinco estrellas.

Al oír esto, tanto Manuel como Nuria se quedaron atónitos. Cuando Samara era una niña, solía carraspear. Algunos dijeron que la carne con mango podía curar la tos de los niños. Nuria aprendió a cocinar este plato particularmente. Esto fue lo que Samara dijo después de la primera vez.

Oyendo otra vez estas palabras, Nuria estaba tan emocionada que casi no podía ocultar su emoción. Afortunadamente, Manuel tosió para recordárselo. Samara también noto la extrañeza de sus palabras. Cuando estaba a punto de dar explicaciones, Nuria dijo:

-No es extraño que sea amiga de nuestra hija. Ella también dijo esto cuando provo este plato por primera vez.

- ¿Sí? -Samara bajo la cabeza rápidamente y no se atrevió a decir mas.

En este momento, los padres se miraron entre ellos y Nuria coloco otro plato de carne en salsa frente a ella.

-Prueba este plato. Es el mejor plato que Eva puede cocinar.

Samara frunció el ceño y los palillos también se detuvieron por un momento, pero tomo un sorbo sonriendo. Hizo todo lo posible para soportar el olor que no le gustaba y se obligo a tragarlo, pero nunca volvió a probar el plato.

Manuel quería llorar en este momento y empezó a hablar con ella amablemente.

- ¿Cuántos años tiene mi nieto ahora? ¿Cómo es de alto? ¿A quien se parece mas? ¿Tienes alguna foto?

Viendo la mirada expectante de su padre, Samara rápidamente saco el móvil, busco la foto de Eduardo y le entrego el móvil.

-Tiene mas de cuatro años. Se parece más a Álvaro, pero su boca y nariz se parecen a la suya. -dijo Samara felizmente.

Manuel recibió el teléfono sin pensar y secretamente encontró otras fotos con esa intención. Cuando vio las notas en los álbumes de fotos, sus ojos se pusieron rojos al instante.

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