-Oye, ¿estas segura de que no quieres la almohada? -Al ver que Samara no se movía, Álvaro se rio. Durante todo su matrimonio, nunca la había visto así.
Ella siempre lo había tratado con mucha cautela, había sido condescendiente con sus caprichos e incluso se hizo sufrir a si misma por los hábitos personales de el. Ella había sido tan modesta e incluso humilde. Ahora, ¿ella no solo cambio de cara sino de carácter? ¿o era su carácter real? Pero debido a su amor anterior hacia el, ¿se perdió a si misma?
Si era ese el caso, ¿significaba que Samara ya no lo amaba? Pensando en eso, Álvaro se sintió muy incomodo. ¿Cómo era posible abandonar un amor tan profundo? Además, ellos tenían un hijo, ¿no? ¡Eduardo! ¡El era su hijo juntos!
Antes el pensaba que el niño no habría sobrevivido, pero ahora sabia que Eduardo era sobresaliente. Álvaro no supo cómo describir sus sentimientos en ese momento. Se levanto de la cama y le entrego la almohada a Samara. Ahora ya no estaba bromeando, como si hubiera vuelto a su apariencia indiferente y fría de hace cinco años. Sin embargo, si se le observaba minuciosamente, él todavía estaba un poco diferente.
En ese omento, esos ojos fríos brillaban con una luz que no se podía comprender fácilmente. Álvaro dijo en todo suave:
-Aquí lo tienes, solo estaba jugando contigo. Si no te gusta que este aquí, entonces me iré. Voy a quedarme en el pasillo. Llámame si necesitas ayuda. No tengas vergüenza de llamarme. Quedo a tu disposición. Lo único que espero es que puedas llevar una vida cómoda. – Álvaro dijo estas palabras cinco años tarde. No sabia si Samara lo perdonaría ahora, pero ya le dieron esta oportunidad, ¿verdad?
Aunque el resultado de la prueba de ADN de Samara aún no había salido, ¡había determinado que ella seria su esposa! Un informe de identificación era solo por el bien de forzarla a volver a su lado.
La mano de Samara estaba agarrando fuertemente las sabanas, ni siquiera se movía. Era como si se hubiera quedado realmente dormida, pero solo ella sabía, lo inquieto que estaba su corazón en ese momento. Nunca pensó que Álvaro dejaría su orgullo para cuidar de ella. ¿Podría ser porque ella no era la Samara del pasado? ¿O fue porque Eduardo era su hijo y él se sentía culpable por ella?
No importaba el motivo, hoy el comportamiento y las palabras de Álvaro la sorprendieron tanto que ni siquiera sabia con que estado de animo debería enfrentarse a el. El plan que había hecho parecía haber irrumpido en su mente y ella era como una niña que no sabia que hacer.
De repente, escucho el sonido de Álvaro saliendo por la puerta y parecía haber menos presión en el ambiente por su salida. Samara levanto suavemente la manta, ahora la habitación estaba vacía. Su almohada estaba colocada a un lado de la cama y todavía podía sentir el calor de Álvaro en ella.
Pensando en lo que paso hace un momento, Samara sintió como si estuviera soñando. Según su plan original, un hombre vigilante como Álvaro que le había hecho algo tan cruel hace cinco años y ahora que ella había vuelto con una diferente apariencia, podía aprovechar la identidad de Eduardo y las pruebas que había recopilado para poner dificultades a Álvaro.
Tal vez tomaría medidas contra ella otra vez después de una investigación minuciosa y esa era la única forma de descubrir todo lo que le había hecho hace años. En cuanto a Eduardo o lo mataría la antes posible, o lucharía contra ella por la custodia, pero ¿Por qué no actuaba así?
Con el fin de lidiar con esta situación, incluso se preparo para acudir al poder judicial para solicitar ayuda. Ella incluso esperaba que Álvaro la atacara lo mas rápido posible mientras que dejaría que otros protegieran secretamente a Eduardo.
Ella creía que Álvaro caería en su trampa bien preparada. ¿pero que estaba pasando con Álvaro ahora? Obviamente, el conocía a Eduardo y su verdadera identidad, pero ¿Por qué no lo menciono?
Antes de volver a la patria, ella realmente quería hacer que Álvaro se enamorara de ella y lo dejaría donar voluntariamente su riñón para salvar a Laura. Finalmente, lo abandonaría para dejarle experimentar el dolor de se abandonado por su amor.
Juro que realmente lo pensaba así, pero el día que volvió a la patria y vio a Álvaro de nuevo y en el momento en que ella descubrió que su actitud hacia ella era totalmente diferente a la de hace cinco años, ella tuvo miedo.
Ella descubrió con tristeza que no podía resistir a la ternura de Álvaro, ni podía imaginar que después de que la identidad de Eduardo fuera expuesta, Eduardo tendría que enfrentar la ruptura entre sus padres. Por lo tanto, hace solo unos días, cuando Álvaro encontró a alguien que empezó a investigar, cambio su estrategia en secreto.
Ella quería terminar con esto lo antes posible. Mientras Álvaro la atacara, ella lo materia directamente en la cárcel. Entonces, independientemente de si el estaba de acuerdo o no, ella tomaría lo que quería finalmente, ¿pero porque Álvaro actuaba de esta manera ahora? ¡Toda era un caos!
El hombre no actuó como ella había imaginado. Samara estaba tan irritada que puso directamente la almohada bajo su cabeza. Sin embargo, sintió que esta acción era inapropiada. Volvió a tirar la almohada a un lado y se cubrió con la colcha. Ella planeaba no pensar en nada y dormir. Sin embargo, el aspecto de un Álvaro alérgico apareció en su mente.
Odiaba que todavía sintiera un poco de lastima por el. Aunque se dijo una y otra vez que lo que quería era que Laura estuviera sana y salva, el dolor en su corazón no la dejaba engañarse. Se quejaba de que había experimentado la agonía, pero todavía no podía dejar de amar a este hombre.
Samara dio vueltas y vueltas, incapaz de quedarse dormida. Se sentó y se levantó de la cama descalza. Salto a la puerta y vio a Álvaro acurrucado en un banco en el pasillo. Las manos de Samara se apretaron fuertemente. No sabía que Álvaro hacia trucos para seducir a las chicas.
Samara soporto la incomodidad y volvió a la cama. Esta vez, ya no se obligo a dormir. En cuanto a la hora, debería estar amaneciendo en Estados Unidos. Ella entonces envió un mensaje a Carlos.
<Estas despierto>
En los últimos cinco años, siempre le había gustado hablar con Carlos sobre las cosas que la molestaban. No era que no conociera los sentimientos de Carlos hacia ella, sino que no
quedaba espacio para el en su corazón. Sin embargo, ella admitió que Carlos era su mejor amigo.
Originalmente, pensó que Carlos no respondería tan rápido, pero no esperaba que Carlos respondiera al instante.
< ¿Qué te pasa? ¿Por qué no duermes? ¿Algo anda mal?> Carlos tenia muy claro lo que Samara iba a hacer. Era intolerable para cualquier hombre ver a la mujer que le gustaba volver a seducir a su exmarido, pero él no podía hacer nada al respecto.
Carlos vio como Laura nació y sobrevivía al borde de la muerte en los últimos cinco años. Observo que Samara y Eduardo perdieron su felicidad debido a la enfermedad de Laura, llevando una pesada carga que no les debía pertenecer mientras luchaban por avanzar. Desafortunadamente, el no era el padre biológico de Laura y no coincidía con el tipo de riñón.
Ahora Álvaro era la única esperanza para salvar a Laura. No tuvo mas remedio que respetar la decisión de Samara. Sin embargo, el corazón de Carlos estaba inquieto, incluso incomodo. Aunque salvo a Samara del incendio y la acompañaba durante estos años, sabia mejor que nadie el estatus de Álvaro en su corazón.
Ella lo odiaba tanto, pero el odio profundo siempre se mezclaba con un amor profundo. Habían pasado cinco años, pero Samara no pudo dejar de amar a Álvaro. Dejarla volver esta vez seria equivalente a empujarla fuera de su propio mundo, pero todo lo que podía hacer era apoyarla.
Después de volver a Ciudad H, Samara no durmió en paz. Sin embargo, lo mismo le paso a Carlos. Carlos se alegro de recibir un mensaje de Samara. Por lo menos, ella todavía lo necesitaba en este momento.
Al ver la respuesta de Carlos, Samara se alivio un poco.
<No pasa nada, solo estoy un poco enfadada>
< ¿Te ha hecho algo Álvaro?>
<No, esto es lo que mas me molesta. Me arriesgue a revelar la identidad real de Eduardo, pero su reacción fue diferente de lo normal>
Las cejas de Carlos se arrugaron mientras chateaba con ella. Un poco de celos brillaron por sus ojos. Álvaro nunca había sido un hombre amable y se conocía por su frialdad e indiferencia en el campo del comercio. Ahora, el intuyo que algo andaba mal por la actitud de Álvaro hacia Samara.
<Samara, escúchame. Creo que deberías volver, en cuanto a lo que necesitas, puedo pensar en otra manera de conseguirlo de Álvaro. Tengo miedo de que te haga algo.>
< ¿Tienes miedo de que aun sienta algo por el? ¿tienes miedo de que me vuelva a enamorar de el?>
<…>
<Carlos, no pienses demasiado. Todo lo que estoy haciendo ahora es para que el pague las consecuencias y conseguir lo que se merece Laura. No pensare en nada mas.>
Carlos miro estas palabras y quiso forzarse en confiar en Samara, pero una sensación de impotencia se extendió en su ser.
<De todos modos, te apoyo y te apoyare. Recuerda, estoy siempre a tu favor> dijo Carlos con firmeza.
Los ojos de Samara humedecieron. Si encontrarse con Álvaro en esta vida era su fatalidad predestinada, entonces encontrarse con Carlos era la mejor redención que dios le había dado. No debería haber decepcionado a un buen hombre como Carlos, pero no sabia si podía salir indemne después de luchar contra Álvaro. Si no, ¿Cómo podría ser digna del amor de un hombre tan bueno?
Samara agarro su teléfono con fuerza. Sabia que Carlos no estaba dispuesto a escuchar esto, pero lo escribió:
<Carlos, ya no eres tan joven, si encuentras a una chica adecuada, aprovecha la oportunidad de conseguir tu amor.>
Carlos sintió como si una daga le atravesara el corazón y decidió terminar la conversación.
<Buenas noches, duerme bien>
Por la venganza y el bien de su hija, ella ya había entrado en la peor situación, ¿pero por que hacer que Carlos se metiera en esto? Samara se sentía muy triste y una brillante lagrima rodo por su mejilla.