—Ah... aah... huff... huff... aahhh...
La cara del surcoreano atado se volvió instantáneamente dos tonos más roja, y jadeó con fuerza. Ya estaba babeando y escupiendo saliva sin poder evitarlo.
—Agua, dame agua. Aah, está muy picante. ¡Deprisa, dame agua!
Agonizó tanto que se cayó de la silla al suelo. Siguió luchando y retorciéndose. La escena hizo que Harry se alegrara: —Jaja, Jordan, la droga que le diste está funcionando. Su píldora ha sido neutralizada.
Jordan lo miró retorciéndose en el suelo y se adelantó. Preguntó: —¿No querías mostrarnos la grandeza de la familia Park? Una simple botella de salsa de chile es suficiente para hacerte rodar por el suelo. ¿No es eso demasiado débil?
El surcoreano agarró los pantalones de Jordan: —Dame agua. Ah, maldita sea. ¿Cómo neutralizaste la medicina de la familia Park? ¿Cómo lo hiciste? ¡¿Quién eres tú?!
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