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Familia y Diosa 2.180

Viggo, Rosewisse, Sakura y Ana avanzaban por las pequeñas islas de tierra de la ciudad del lago. Viggo y Rosewisse habían tomado el mando desde el piso veinticinco hacia arriba ya que los monstruos se habían hecho exponencialmente fuertes. Sin embargo, Sakura y Ana continuaban adelante dándoles soporte cada vez que tenían una oportunidad. A su paso dejaban grandes manchas de sangre en el agua, producto de su encuentro con los monstruos del tipo acuático-humanoide.

-Papá hizo un gran trabajo- dijo Viggo mirando el camino hecho de islotes de tierra que atravesaba todo el piso. Era literalmente una vereda que cruzaba el lago. Lo cual facilitaba el avance y daba mucha más seguridad que los lugares donde solo había pequeños puentes hechos de madera.

-¿A qué te refieres?- preguntó Rosewisse a su lado, apuntó su varita de plata a diez metros por delante de ella y activo un círculo de magia con la runa de Isa "I". Del círculo salió disparado un trozo de hielo del tamaño de un puño, golpeo el agua y al instante siguiente emergió el cadáver de un monstruo acuático del tipo humanoide y se quedó flotando con la espalda hacia arriba. Todo su cuerpo era escamoso. Además de tener membranas en sus patas y manos para que pudiera nadar mejor. Su espalda resaltaba con filosas espinas que señalaban todo el camino de la columna hasta una diminuta cola.

-Bueno, papá en sus días de aventurero vino para ayudar a las grandes familias, Zeus y Hera- continuo Viggo como si nada hubiera pasado -así que, en pocas palabras, él creo este camino. Algunos islotes de tierra han sido destruidos, pero debe haber sido por el combate poco refinado de algunos aventureros-

-Veo, tú padre también fue aventurero- comentó Rosewisse

-Él dice que fue hace mucho tiempo-

Ellos llegaron al lado del cuerpo del monstruo acuático del tipo humanoide que, con la leve corriente del lago, se había alejado unos metros de la orilla. Sakura tomo una flecha atada a una cuerda y la disparo al cuerpo del monstruo escamoso. La punta de la flecha solo pudo superar la primera capa de escamas, pero fue suficiente para que ella pudiera arrastrar el cuerpo, dejarlo en el suelo y que Ana le sacara la piedra purpura de su interior. Al perder la piedra, el cuerpo del monstruo se volvió motas de polvo brillante y se dispersó elevándose en el aire.

-Con esto ya hemos capturado más de lo que hemos obtenido en nuestros dos años de aventureras- dijo Sakura

-Oh, es solo el comienzo- dijo Viggo con voz sugerente y una sonrisa astuta.

-Vamos, Viggo, explícanos lo que vas a hacer- dijo Ana con el ceño fruncido

-Algo genial, ya lo verás, ven, continuemos- respondió Viggo

-Eres tan engreído- dijo Ana mirando hacia otro lado y con el ceño fruncido.

Viggo se detuvo y se dio la vuelta, después se acercó y le beso la mejilla. Ella lo quedó mirando a los ojos con tristeza y él llevo su boca al oído. Entonces le susurro -nosotros somos más que solo ser débiles o fuertes. Te he amado desde siempre ¿acaso eso vale menos que ser débil?- Viggo apartó su rostro, la miró a los ojos y ella negó. Viggo continuo -solo tienes que seguir esforzándote. Te ayudare y sé que tú también te esforzaras. Así son las hijas de Esparta ¿No?-

Ana puso una expresión seria, asintió y quedó mirando a Viggo a los ojos. Viggo le guiño el ojo, se dio la vuelta y continúo caminando.

Todo esto surgió del comentario que había hecho Sakura sobre ser innecesarias en esta expedición, ya que Viggo y Rosewisse con su poder, podían vencer a los monstruos sin dificultad. Sin embargo, el motivo de que todos vinieran era ver el resultado de un trabajo en equipo y cuando era la diferencia entre ellos, no solo en fuerza, sino también en actitud y mentalidad. Sakura y Ana se desmoronaron al ser superadas en fuerza con facilidad, lo que las llevo a un estado de ánimo decaído. Al mismo tiempo, Viggo había pasado hablando con ellas varias veces sobre el tema. Además de apoyarlas para luchar contra monstruos más fuertes y que ellas los vencieran por su cuenta. A simple vista, Sakura parece que lo había superado, pero Ana no.

-¿Viggo, sientes que nos estén siguiendo?- preguntó Rosewisse mientras avanzaba a su lado. Ella vestía su armadura de valkiria, pero sin el casco, así que sus largos cabellos de plata caían a los lados de su rostro, resaltando sus ojos azules y el rojo de sus delicados labios.

-No, no siento que alguien nos esté mirando- respondió Viggo mirando el camino de tierra a través del extenso lago. Podía ver peces y monstruos nadando de lado a lado, pero parece que al igual que los animales del exterior, sabían cuando acercarse y cuando no -¿Por qué?-

-Bueno, porque no le dejas ocupar eso- dijo Rosewisse con una sonrisa astuta -puede que de esa manera se animen-

-¿Tú crees?-

-Sí-

Viggo y Rosewisse se voltearon y miraron a las dos hermanas de cabello purpura. Sakura lo llevaba hasta los hombros mientras que Ana lo llevaba largo hasta las pantorrillas. Ambas vestidas con corazas, guanteletes y botas de color purpura hechas por la diosa Hephaestus y ropa negra por debajo.

Viggo materializo la varita de oro en su mano derecha y les hizo el gesto para que ellas se acercaran. Sakura y Ana se miraron a los ojos y avanzaron a toda prisa.

-Ven esto- dijo Viggo levantando la varita de oro. Sakura y Ana asintieron, Viggo continuo -es la varita que hizo mi padre para que pudiera usar magia. La modifique colocando una ranura en la parte trasera del núcleo para colocar una piedra especial que me permite hacer magia más fácil y rápido, de forma eficiente. Ahora, la cuestión es ¿Saben ocupar su mana?-

-Sí- respondieron Sakura y Ana al mismo tiempo.

-¿Seguras? Si no, esto las dejara lo más cercano a mareadas o inconscientes- añadió Viggo

-Sí, sí sabemos- insistieron

-Ok ¿Quién es primera y que tipo de magia le gustaría ocupar? Puede ser fuego o hielo-

Sakura y Ana se miraron con el ceño fruncido, pero a los pocos segundos, Sakura soltó un suspiro y extendió su mano, como si le diera la oportunidad a Ana.

-¿De verdad?- preguntó Ana con una gran sonrisa

-Sí, adelante, después será mi turno- dijo Sakura mirando hacia otro lado, como si no le importara. Ana la abrazo y le dio muchos besos en la mejilla. Sakura solo pudo reír contenta al ver a su hermana tan feliz.

-Bien, con eso decidido- dijo Viggo llamando la atención de las dos hermana -¿fuego o hielo?-

-Fuego- dijo Ana levantando su mano derecha

Viggo asintió, tomo la varita y giro la parte trasera. Después de que la parte trasera saliera como si fuera una tapa, Viggo sacudió la varita hacia abajo y cayó por el orificio trasero otra varita hecha de un cristal azulado que funcionaba como núcleo. Viggo le paso la carcasa y tapa a Rosewisse y él se dedicó a sacar la piedra purpura insertada en la parte trasera de la varita de cristal. La piedra purpura era del tamaño de una pulgar, de corte lizo y de formato rectangular, similar a una ficha de domino. Viggo le entrego la ficha a Rosewisse y ella la guardo en la bolsa de la abundancia. Al mismo tiempo, ella saco otra piedra purpura con el mismo formato. Viggo la recibió, la coloco en la parte posterior de la varita de cristal azul y el cristal emitió un leve brillo que significaba su compatibilidad. Rosewisse le entrego la carcasa de oro de la varita, Viggo la recibió, coloco en su interior la varita de cristal azul y por último le coloco la tapa en la parte posterior.

Sakura y Ana miraron todo el proceso con curiosidad, llena de preguntas, pero esperaron a eso. Más les importaba probar la varita mágica y comprobar si realmente podían hacer magia.

Viggo levantó la varita de oro y se la tendió a Ana. Ella acercó sus manos lentamente y tomo la varita. Ana quedó mirando a Viggo para ver si le decía algo más.

-Bien, ahora que tienes la varita, debes saber que la magia no tiene límite en el consumo de mana- dijo Viggo -eso quiere decir que si colocas todo tu mana, la magia que hagas será proporcional. Sin embargo, eso quiere decir también que puedes caer inconsciente por perder todo tú mana. Así que ten cuidado, utiliza las medidas o sensaciones para activar tus habilidades como referencias, pero no te dejes llevar por la emoción. Si no, tu carrera en la magia será la más breve de toda la historia-

-Entiendo- dijo Ana con un rostro serio, ella comenzó a mirar hacia el agua a los lados del camino de tierra, pero no encontró ningún monstruo, lo que la hizo enfadar.

-Tranquila, como es una prueba- dijo Viggo levantando su dedo índice derecho como si fuera un profesor -¿Por qué no pruebas lanzando una bola de fuego al agua?-

-¿Está bien?- preguntó Ana

-Sí, será una buena prueba- respondió Viggo

Ana tenía una habilidad especial que le ayudaba a incrementar al triple su velocidad de movimiento. Ella sentía que ocupaba un tercio de su mana en esa habilidad, así que utilizo ese sentimiento, apuntó al agua cristalina con la varita de oro y canalizó su mana a la varita. Al instante siguiente se formó una bola de fuego en la punta de la varita del tamaño de la cabeza de un adulto. La bola de fuego giraba como un pequeño sol, el calor era insoportable, así que Ana se concentró en enviar lejos la bola de fuego. La bolsa de fuego voló hacia el agua, choco y estallo produciendo una llovizna.

-Ana, ya tuviste tu oportunidad, es mi turno- dijo Sakura con envidia mientras se acercaba a su hermana, pero al ver que esta última no respondía y solo llevaba su mano a la cara, se quedó quieta esperando su reacción. Viggo avanzó lo más rápido posible y cuando Ana se iba a caer de espalda, la tomo en brazos.

-Idiota, por eso te pregunte si sabias manipular tu mana- dijo Viggo en un estado molesto. Levantó su rostro, miró a Rosewisse y le dijo -dame el estus-

-Sí, de inmediato- dijo Rosewisse mientras agitaba sus alas por la impresión de la explosión. No era mucho, pero era bastante fuerte para un nivel 3, incluso si ocupo todo su mana. Hubiera sido algo lógico si Ana hubiera sido del tipo mago puro, pero ella era un combatiente cuerpo a cuerpo que ocupaba mana para reforzar sus fortalezas físicas. Rosewisse sacó la botella de Estus, camino hasta Viggo y se la tendió. Él tomo la botella, saco el corcho con los dientes y acercó la boquilla de la botella a la boca de Ana, quien se ponía más pálida segundo a segundo. Ella bebió un poco de Estus, pasaron unos segundos y su rostro recobro su color natural. Viggo soltó un suspiro de alivio en respuesta. Después se sentó en el suelo mientras abrazaba a Ana y levantó su rostro al cielo, en un gesto de alivio.

-Rose- dijo Viggo

-¿Sí?- respondió Rosewisse

-Toma nota de poner un limitador en las magias. Vamos a tener que crear un sistema de escalado con una misma magia. De lo contrario, la gente se matará cuando no sepa manipular su mana-

-Es verdad, no pensé que a los demás les costara tanto manipular su mana- respondió Rosewisse -¿Crees que sería bueno utilizar a alguien que no sea tan bueno con el mana?-

-¡Hey!- dijo Sakura con un tono de voz molesto

-Vamos, no te enojes- dijo Rosewisse con un tono de voz amigable y una sonrisa incomoda -no lo digo por ofender. Viggo y yo jamás hemos tenido este problema. No pensé que fuera a ser algo tan drástico en otros-

-Eso, bueno, no lo sé- respondió Sakura, ella paso su mirada de Rosewisse a Viggo y Ana, con una expresión de preocupación.

-No te enojes, Sakura, esto es algo nuevo y está bien decir que no son buenas manipulando el mana, cuando no lo son. Solo tienes que mejorar y ya-

-Pero es que…-

-Esto no es una competencia, piénsalo un poco ¿Te imaginas que a futuro hagamos publica está tecnología? En ese caso ¿Cuantos saldrían heridos porque no hay un buen sistema de regulación del flujo del mana?- Viggo miró a Rosewisse y continuo -siguiendo la misma línea ¿No crees que sería provechoso crear un manual para el uso del mana?-

-Sí, entiendo el punto. Yo lo hago porque lo entiendo y mido mi mana en segmentos basado en proporciones numéricas. Tú lo haces por un instinto o sentimiento, pero no todo el mundo tiene las mismas capacidades de nosotros-

-Cierto- añadió Viggo -en ese caso, en lugar de seguir mejorando la varita y las piedras de la memoria, nos dedicaremos a crear dicho manual de manipulación del mana- después miró a Sakura y le dijo -una vez que hayamos terminado el manual ¿Te interesa ayudarnos?-

-No me molestaría-

-Claro que no te va a molestar. De primeras será molesto, pero cuando puedas hacer magias cuando quieras, lo vas a amar-

-Está bien- dijo Sakura con una gran sonrisa -ahora ¿Me dejas intentarlo?-

Viggo la quedó mirando, sonrió y le tendió la varita de oro. Sakura mostro una gran sonrisa y trato de imitar lo que hizo su hermana.

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