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Continuación del entrenamiento 1.127

Flora miró a Viggo sentada a su lado sobre la roca. Ella desconoció a su tonto hermano por un minuto, porque el muchacho que miraba la lucha con el Goliat parecía una persona totalmente diferente del siempre amigable Viggo. A pesar de que su hermano era un tonto, ella lo quería un montón y en su corazón, no había persona más dulce que él. Sin embargo, ver está faceta de Viggo la descoloco.

-Tu arco y flecha- dijo Viggo

Flora lo vio tender la mano y ella se sacó el arco del hombro y saco una flecha de su aljaba. Ella se las entrego a Viggo y él tomo ambas cosas. Después le quito la punta metálica a las flechas y busco una de las piedras de monstruos que encajara en tamaño y forma. Una vez que Viggo encontró la piedra purpura la amarró a la punta de la flecha. Él condujo su mana a la punta de su dedo índice y trato de escribir sobre la piedra, pero su dedo era demasiado grande. Entonces él intento escribir con la punta de su dedo meñique y lo logró. La primera runa que escribió fue Sowelu "S" con la fuerza del fuego solar. Después tomo otra flecha y la modifico con la runa Isa "I". Cada flecha tenía en la punta una piedra que debería haber emitido un color purpura, pero gracias a la manifestación de las runas, una emitía un brillo naranja y la otra emitía un brillo celeste pálido.

-Toma, Flora- dijo Tatsumi pasándole la flecha de color naranja con la runa de Sowelu "S" brillando dentro de la piedra -no te la apegas a la ropa o a cualquier parte del cuerpo. Cualquier roce puede activarla y desatar el poder de la runa-

-¿Estás seguro?- pregunto Flora con cierta preocupación en su expresión, pero igual tomo la flecha por la culada y alejo la punta lo más que pudo. Al mismo tiempo, ella podía sentir el calor emanando de la punta como si fuera el fuego de una gran hoguera.

-Sí, estoy seguro, mientras mantengas la punta alejada de todo contacto, todo estará bien-

-Maldito, Viggo- grito Flora súper nerviosa y apunto a Viggo con la flecha -si me llegó morir quemada vendré en forma de fantasma y te jalaré de los pies todas las noches-

Viggo sonrió y asintió. Él tomo la flecha con la runa de Isa "I" y tomo el arco con su otra mano. Entonces él saltó de la gran roca y camino hacia donde el Goliat estaba terminando de rematar a los aventureros. Lo más probable es que en estos momentos todos estén muertos, pensó Viggo. Al mismo tiempo, Flora siguió a Viggo de cerca y trato de mantener la flecha lo más alejada de su cuerpo.

Viggo siguió avanzando y notó que el Goliat se detuvo. Entonces el enorme monstruo de más de 20 metros de altura y figura humanoide, volteó su rostro para mirarlo. Viggo frunció el ceño y vio al Goliat mirar al cielo y soltar un rugido bestial que reverbero por toda la cueva. Después de eso, el Goliat corrió produciendo temblores y la caída de sedimentos del techo.

Flora dio un pequeño grito, pero Viggo le dio una sola mirada y ella se calló al instante. Entonces Viggo preparo la flecha en el arco y espero a que el Goliat llegará a la distancia de 300 metros. Una vez que el Goliat llegó dando grandes zancadas a la distancia de 1000 metros, Viggo tensó la cuerda del arco y la madera crujió. Sin embargo, Viggo mantuvo la cuerda tensa y contó hacia atrás la cantidad de metros que faltaban para que el Goliat estuviera a su alcance.

-500…- murmuro Viggo en voz baja sin nunca apartar su mirada del Goliat -400, 350, 300- Viggo soltó la cuerda y la flecha voló por los aires. Al mismo tiempo, el Goliat corría con todas sus fuerzas y vio un pequeño brillo celeste pálido. Sin embargo, fue demasiado tarde y solo reacciono una vez que la flecha golpeo su ojo izquierdo. El Goliat se tapó la cara y soltó un rugido bestial que reverbero por todo el piso.

Al mismo tiempo, Viggo tendió su mano a Flora, pero ella, quien debía pasarle la flecha, se quedó congelada.

-Flora- dijo Viggo con voz firme -Flora, la flecha-

-¿Qué flecha?- pregunto Flora muerta del susto

-La flecha en tu mano- respondió Viggo

Flora miró la flecha y notó que la tenía muy cerca de su cuerpo. Así que ella la soltó mientras dio un grito y Viggo la alcanzó a tomar en el aire. Viggo no se molestó en lo torpe que fue Flora, coloco la flecha en el arco y miró al Goliat. El monstruo tenía el ojo izquierdo y parte de su rostro congelado, en un estado de necrosis y endurecido, muy diferente de la piel viva del resto del rostro. Viggo mostro una sonrisa bestial y corrió al encuentro del Goliat.

-Viggo, estúpido ¿Dónde vas?- grito Flora

Sin embargo, Viggo solo siguió corriendo a una gran velocidad mientras el Goliat lo notaba con su ojo derecho que todavía veía. Viggo avanzó hasta llegar a los pies del Goliat y el monstruo levantó su pie derecho y dio un poderoso pisotón. Viggo saltó hacia la izquierda y al mismo tiempo, tensó la cuerda del arco y disparó. La flecha que emitía un color naranja voló ascendiendo hasta la cara y dio justo sobre el ojo que estaba congelado. La reacción no se hizo esperar y al momento de golpear, la mitad de la cabeza del Goliat exploto en partes como si fueran fragmentos de piedra.

A los pocos segundos, el Goliat perdió su movilidad y Viggo que estaba a solo unos diez metros del monstruo, lo vio caer como si fuera una montaña. El impacto produjo una enorme polvareda y la figura de Viggo se perdió de vista.

Por su parte, Flora grito el nombre de Viggo pensando que había sido aplastado por el Goliat y corrió en su dirección. Una vez que se acercó al Goliat, notó que el cuerpo se volvía enormes motas de polvo brillante y se desvanecía poco a poco. Al mismo tiempo, Flora notó a Viggo parado a un lado del cuerpo y corrió hasta alcanzarlo y lanzarse sobre su espalda.

-Maldito, maldito, maldito- decía Flora en medio de su fastidio -casi me matas del susto, estúpido Viggo, como siempre dando problemas-

Viggo sonrió al escucharla y soltó el arco. Después la tomo por los brazos y la bajo de su espalda. Viggo miró a Flora con una sonrisa astuta y ella se ruborizo de la vergüenza.

-Solo pensé que a mi estúpido hermano le había pasado algo, no es como si me pusiera a llorar si te llegará a pasar algo- respondió Flora como si fuera una niña mimada mientras se cruzaba de brazos y miraba hacia otro lado.

Viggo solo sonrió y camino hasta donde estaba la enorme piedra del Goliat.

-Oye, dime ¿Funciono mi idea? ¿Qué piensas, tiene su utilidad?- pregunto Flora mientras lo seguía

-Sí, tu imaginación es aterradora- respondió Viggo -pero tiene un pequeño inconveniente, tienes que aprender a utilizar runas y buscar una forma en que no te mates solo por un descuido. Ya viste, cada flecha tenía una fuerza devastadora. Si te golpeas con la flecha de Isa en alguna parte del cuerpo, toda esa área quedará muerta. Por otro lado, con la flecha de Sowelu te puedes incinerar por completo-

-¿Tienes alguna idea para solucionar eso?-

-De momento no, pero podrías preguntarle a papá, él sabe un montón de cosas-

Viggo llegó frente a la gran piedra del Goliat, que emitía un brillo cristalino de color purpura. Viggo paso la mano por la superficie y sintió suavidad similar a un cristal. Después miró a Flora y le dijo -ahora tenemos que llevarnos a esto-

-Bueno, tú lo mataste, tú lo cargas- dijo Flora

-¿Segura? ¿No quieres parte de la recompensa?-

Flora frunció el ceño y Viggo estallo en carcajadas. Viggo se acercó a Flora y le jalo una mejilla -no tienes que enojarte, yo lo llevo- dijo

Flora le dio un manotazo en la mano y le dijo en un tono mandón -más te vale, tonto Viggo-

De esa manera, Viggo llevó la gran piedra del Goliat llamando la atención en el camino de varios aventureros. Incluso de los oportunistas que lo querían atacar. Sin embargo, después de la pelea con Ottar, Viggo se había hecho un nombre y ahora todos lo llamaban Rojo, por el color del aura que lo envolvía cuando lucho.

Ya por la tarde, Viggo y Flora pasaron por la guild de aventureros, donde Aina los ayudo a realizar la conversión de la enorme piedra mágica. La más feliz fue Flora, quien se llevó una gran suma solo por haber acompañado a su hermano. Ella tuvo la mala idea de contarle a Aina, la cual la regaño y le dijo que era una oportunista. Sin embargo, Viggo defendió a Flora y le dijo a Aina que ella le había dado la idea de cómo vencer al Goliat de dos flechazos. Aina negó al escuchar tal locura, pero les creyó, después de todo, ellos eran hijos de Kain.

Una vez que Viggo y Flora salieron de la guild, caminaron con dirección a la casa de Kain. Durante todo el camino, Flora fue todo sonrisas mientras abrazaba un enorme saco lleno de valis.

-¿Desde cuándo mi hermanita se volvió una mujer materialista?- pregunto Viggo

-No soy materialista- respondió Flora sin perder su sonrisa -es solo que me gusta cuando las cosas salen bien. Imagínate, solo una idea me produjo estos beneficios, te imaginas si asesoro a más aventureros-

-Lo siento por ser pesimista, pero te recomiendo que no te asocies con otros aventureros. Yo soy tu hermano y por eso soy justo contigo, pero no puedes esperar lo mismo del resto de los aventureros-

-Aquiles no sería así-

-Claro, él no, pero te recuerdo que eres solo un nivel cuatro y es muy limitado con quien te puedes asociar en igualdad de condiciones-

-Está bien, pensaré en una forma de hacer algo que nos traiga beneficios a Tatsu y a mi-

-¿Yo no?- pregunto Viggo

Flora perdió su sonrisa y puso una mirada triste -Viggo va a continuar su entrenamiento ¿verdad?- pregunto

Viggo hizo una mueca y dijo -sí, continuaré mi entrenamiento y algún día seré tan fuerte que pueda vencer a papá-

-Viggo sueña como los tontos- dijo Flora de malhumor

-Sé que en estos momentos parece una estupidez, pero es mi meta-

-Ni siquiera entre Aquiles, Odiseo y Jason lo pudieron vencer- grito Flora cerrando los ojos y agachando su rostro -Viggo debería quedarse y vivir en Orario- ella bajo la voz y dijo más calmada -Viggo debería ser feliz y quedarse con nosotros, con su familia y hermanos en lugar de ir a pasar penurias-

-Imposible- dijo Viggo.

Flora abrió los ojos en un estado incredulidad, levantó su rostro y vio a Viggo sonreír.

-Soy Viggo, alguien que tiene por nombre "Guerra". Algún día seré más poderoso que mi padre y seré tan poderoso como el sol-

Flora hizo un puchero y se puso a llorar pensando en que el futuro sería un lugar solitario sin sus hermanos. Al mismo tiempo, Viggo hizo una solitaria sonrisa, se acercó, dejo su saco de valis en el suelo y abrazó a Flora junto al saco que ella llevaba. Flora siguió llorando y Viggo la siguió abrazando para darle consuelo.

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