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Fuerza y Rivalidad 1.120

El coliseo de la familia Ganesha había sido evacuado casi en su totalidad quedando cerca de una docena de personas. Entre ellos se contaban Hephaestus, Freya y Kain, los tres más interesados en ver que el combate entre Viggo y Ottar terminará bien. Ellos miraban al centró de la arena del coliseo, donde Viggo y Ottar estaban parados a unos cinco metros del otro. Ottar tomaba su espadón con ambas manos mientras lo apuntaba hacia adelante. Por otro lado, Viggo tomaba la gran hacha Leviatán con ambas manos en una postura relajada, como si solo la estuviera cargando.

Ottar elevó su espadón por encima de su cabeza sin nunca dejar de mirar a Viggo. Este último agacho la cabeza del hacha como si quisiera lanzar un corte ascendente. Ottar se lanzó hacia adelante a una velocidad vertiginosa que solo Kain y sus tres discípulos pudieron captar. Al mismo tiempo, Viggo se acercó a su encuentro y cuando ambos quedaron a dos metros, Ottar descargo un poderoso corte descendente. Viggo lo esquivo hacia un lado, levantó el hacha y la descargo contra el espadón. Sonó un tañido, Ottar frunció el ceño al aguantar el golpe para no botar su espadón mientras el hacha de Viggo pasaba de largó y golpeaba la tierra dejando un cráter. Ottar aprovecho esto y a pesar del entumecimiento en sus manos, apretó el agarre sobre el espadón y lanzó un corte al pecho. Viggo recibió el impacto en el pecho y salió volando como si fuera un proyectil hasta darse contra la muralla y atravesarla. Al mismo tiempo, Ottar corrió en su búsqueda y ambos se perdieron en la construcción bajo las gradas.

Por su parte, Kain miró a Jason y los otros, levantó su mano y ellos entendieron la señal. Ellos asintieron al mismo tiempo y se movieron a una velocidad vertiginosa. Nadie quería que este combate terminará de mala manera, pero a cada segundo estaba alcanzo nuevos niveles de fuerza y brutalidad.

Hephaestus que estaba al lado de Kain miró hacia pasillo bajo las gradas por donde salió Viggo en un principio y ahora estaba cerrado con una reja. Entonces noto a Semiramis de pie detrás de las rejas mientras se afirmaba de los barrotes. Hephaestus frunció el ceño y se puso de pie para tener una mejor visual. Entonces ella vio que Semiramis tenía la cabeza caída y sus manos no se afirmaban de la reja, sino que estaban como atrapadas evitando que ella se cayera al suelo.

-Kain, Kain- dijo Hephaestus asustada, le dio unas palmaditas a Kain en el hombro y después le tiró la camisa -Kain, mira- dijo de forma insistente y apunto.

-¿Qué sucede, mujer?- pregunto Kain algo confundido por la actitud de Hephaestus. Él la miró y después vio a donde ella apuntaba. Entonces él noto a Semiramis apoyada sobre la gran reja y frunció el ceño. Kain se levantó, dio un rápido y poderoso salto y llego en un breve instante frente a la reja. Entonces se acercó a donde estaba Semiramis y notó que ella estaba inconsciente.

-Maldición- grito Kain

Al mismo tiempo, Viggo estaba luchando con Ottar del otro lado del coliseo, por debajo de las gradas, donde había unas bodegas vacías.

-Maldición, por qué no te puedo cortar- grito Ottar blandiendo su espadón. Parecía realmente furioso porque todos sus golpes eran inútiles contra Viggo. Incluso cuando le pudo colocar un poderoso espadazo en pleno pecho, nunca le pudo hacer ni siquiera una herida. Sin embargo, eso no quiere decir que Viggo estaba indemne. Él seguía esquivando y golpeando el espadón de Ottar para que este lo botara. Gracias a esta infructífera estrategia, él jadeaba como si hubiera corrido durante días. Al mismo tiempo, notaba que el touki lo protegía de cualquier influencia externa, pero no de los impactos que reverberaban dentro de su cuerpo. En un breve momento de unos cuantos segundos, pensó que su touki era imperfecto y lejos de alcanzar el de Kain.

En ese momento Viggo se ocultó por un breve instante detrás de un grueso pilar y tomo una gran respiración. Sin embargo, escucho como algo se movió por detrás del pilar y sus instintos le hicieron sentir el susto de su vida. Él alcanzó a reaccionar y se lanzó al suelo. Al mismo tiempo, una hoja metálica paso cortando el pilar mientras los escombros caían uno detrás de otro. Viggo rodo hacia un lado, se puso de pie y dio varios saltos hacia atrás.

-¿Por qué no atacas?- grito Ottar jadeando e igual de cansado que Viggo. Su cabello alborotado y la intensidad de sus ojos lo hacían ver aún más furioso de lo que estaba -¿Me estas subestimando?-

-¿Qué dices, Ottar?- rugió Viggo como lo haría su maestro -se supone que esto es un simple entrenamiento. No te odio, por qué debería atacarte a matar-

Ottar por un momento se calmó, tomo una profunda respiración y tomo su espadón con ambas manos apuntando hacia adelante -tienes razón, puede que me haya pasado de la raya, pero si no luchas con todas tus fuerzas, jamás te lo perdonare-

Viggo soltó un suspiro y llevo la cabeza del hacha apuntando hacia atrás. Entonces él cerró los ojos durante un instante, se concentró y todo su touki rojo como la sangre se concentró en el hacha. Ottar pensó que lo estaba subestimando otra vez, cosa que lo volvió a poner furioso y se lanzó hacia adelante. Ottar levantó su espadón por encima de su cabeza y cuando llegó frente a Viggo, lo descargo al mismo tiempo que soltaba un grito de furia.

Al mismo tiempo, Viggo abrió los ojos, se movió hacia la izquierda y una vez que paso la espada, Viggo levantó el hacha y la descargo con todas sus fuerzas mientras gritaba. Sonó un fuerte tañido de metales mientras el espadón de Ottar se rompía por la mitad.

Ottar dio un par de pasos hacia atrás mirando su espada y después miró a Viggo. Entonces el recordó el pasado y lo injusto que había sido el mundo. Viggo siempre era el mejor, siempre lo tenía todo, no era justo. Ottar boto la espada rota y se lanzó sobre Viggo mientras rugía con toda su furia. Viggo esquivo los golpes porque a pesar de que Ottar estaba luchando con toda su fuerza, su mente estaba confundida. En lugar de puñetazos parecía que lanzaba manotazos a lo loco.

Al mismo tiempo, Jason, Odiseo y Aquiles miraban desde la distancia. Aquiles dio un paso adelante para interrumpir la pelea porque pensó que estaba tomando una extraña dirección. Sin embargo, Odiseo se interpuso colocando su brazo por delante.

-Déjalos- dijo Odiseo en un tono serio -es algo que ellos deben arreglar-

-Si esto sigue así, uno de los dos morirá- dijo Aquiles

-¿Tú me matarías?- pregunto Jason mientras estaba cruzado de brazos y mostraba una sonrisa rebosante de confianza

Aquiles se quedó congelado ante la pregunta y le respondió con seriedad -Jamás, incluso si te convirtieras en una mala persona-

-Ellos son iguales- continuo Jason -Ottar siempre ha querido ser hijo de Kain, pero por mucho que lo desee, nunca lo ha podido ser. Al menos, en su mente. Por otro lado, Viggo siempre fue el consentido de todos y nadie le reclamo porque se comportaba de mala manera. Si te soy sincero, no creo que Ottar se haya enojado con Viggo por las estupideces que le dijo. Sin embargo, debe guardarle un gran rencor por todo lo que él le dijo a Kain. Tener lo que todos quieren y despreciarlo como si fuera nada no es algo fácil de pasar por alto. Incluso yo que estoy viejo, lo envidió. El destino le dio todo, la fuerza, el cuerpo, el alma, una buena familia, los recursos, todo. ¿Se acuerdan que hacíamos a la edad de Viggo?-

-Tratando de sobrevivir en el calabozo- dijo Odiseo mientras fruncia el ceño

Al mismo tiempo, Viggo seguía esquivando los golpes de Ottar uno detrás otro. Él se mantenía tranquilo y en control, analizando los movimientos y el estado mental de Ottar. Viggo espero a que Ottar se cansará un poco más y cuando noto que los músculos perdían volumen. Viggo se deslizo por debajo de un manotazo y le puso un puñetazo en el hígado. Ottar quedo congelado, con los ojos abiertos y una expresión de incredulidad.

-No es justo, tú siempre, padre, tú siempre- murmuro Ottar con una voz ahogada mientras se agarraba el estómago y caía de rodillas al suelo. Después se cayó de lado y se desmayó en el suelo.

No obstante, pese a la victoria, Viggo se sintió amargo. Él se agacho al lado de Ottar mientras sus músculos recobraban la masa normal. Viggo le acarició en cabello y miró a Ottar con pena, no por él, si no por el niño alegre y tímido que conoció en su niñez. Ambos crecieron juntos, se sintieron unidos como hermanos, pero como supuso Viggo en un principio, Ottar le guardaba rencor. Viggo derramo unas cuantas lágrimas mientras escucho unos pasos dirigirse hacia a donde estaba él.

-¿Qué paso con lo de no tomarse a uno mismo tan en serio?- pregunto Jason mientras se acercaba.

Viggo levantó la vista, se pasó las manos por los ojos y trato de sonreír -es un ejercicio difícil- dijo

-Practícalo más, eso es todo- respondió Jason mientras sonreía. Él se detuvo del otro lado de Ottar y le abrió los parpados. Después le reviso el pulso y si tenía alguna herida -él está bien- dijo después de estar seguro -solo está inconsciente-

-Lo sé- respondió Viggo tratando de parecer en calma -es solo…-

-Solo que él está enojado contigo, bueno, eso es normal. Cuando tu hermano hace alguna estupidez, suele pasar. Si no me crees pregúntales a estos idiotas cuantas veces se han enojado conmigo-

Viggo miró a Odiseo y Aquiles y ellos respondieron soltando risitas. Parece que ellos se enojaron con Jason más de una. Viggo sonrió más tranquilo y miró a Jason.

-¿Te acuerdas como actuó Ottar cuando tú le dijiste todas esas cosas?- pregunto Jason un poco más serio, pero aun sonriendo

-Sí, me acuerdo, a pesar de lo que le dije, él no se enojó. Pero ahora sí parece enojado- respondió Viggo

-Por supuesto que está enojado, pero es momento de que tú no tomes tan en serio sus actitudes y lo perdones. Conversa con él, es tu hermano, se va a enojar, pero con el tiempo se le pasará. Entonces, cuando seas mayor como nosotros, ustedes dos serían de todas estas idioteces-

Viggo asintió, después cargó a Ottar en sus brazos y caminaron con dirección a la arena.

Para sorpresa de ellos, solo estaba Kain esperándolos apoyado en la pared que marcaba el límite de la arena. Una vez que él los noto, se acercó a Viggo y extendió sus brazos, como pidiéndole que le pasará a Ottar. Viggo le entregó a Ottar y Kain lo acostó en el suelo.

-Está bien, viejo, ya revisé que estuviera todo en orden- dijo Jason

-Así parece, muchacho- dijo Kain mientras revisaba el pulso. Entonces una vez que él estuvo seguro de que Ottar no tenía nada, soltó un suspiro y levantó su mano para lanzar un aura dorada que los recubrió a todos y los sano por completo.

-¿Y el resto, papá?- pregunto Viggo

-Hera está hablando con Ganesha sobre la reconstrucción del coliseo. Tu madre, Tatsumi, Tsubaki y Flora se llevaron a Semiramis al médico-

-¿Qué le paso?- pregunto Viggo preocupado -¿fue nuestra culpa? ¿Le cayó algún pedazo de escombro o algo?-

Kain lo miró a los ojos con una sonrisa burlesca y soltó una risita. Después le dio unas cuantas palmaditas en el hombro y le dijo de buen humor -es mejor que lo escuches directamente de Semiramis, buena suerte muchacho, la vas a necesitar-

-¿Eh?- pronunció Viggo en su confusión. Por alguna razón, sentía que no era algo malo, pero tampoco algo tan simple.

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