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Tendencias del alma 1.57 NSFW

-Limpia- le dijo Viggo a Semiramis mientras le acercaba su pene a la cara.

Al mismo tiempo, Semiramis estaba absorta masturbándose, pero cuando escucho esas palabras, abrió los ojos y vio un gran pene delante de sus ojos. Entonces elevo la mirada y vio a Viggo mirarla con severidad, como cuando salta al barco de los piratas y lucha como si fuera el dios de la guerra. Semiramis asintió y tomo el pene por la base. Después extendió su lengua en una expresión obscena y lo introdujo en su boca. Sintió la esperma en su boca, viscosa y amarga, pero al mismo tiempo, el aroma del encuentro de un hombre y una mujer. Elevo la mirada y vio a Viggo a los ojos al mismo tiempo que sentía que la barra de carne volvía se volvía a poner firme.

-Suficiente- dijo Viggo. Semiramis se apartó y Viggo le hizo el gesto para que se pusiera en pie. Una vez que Semiramis se puso de pie, miró a Viggo con cierto miedo. Sin embargo, Viggo solo sonrió y extendió sus manos para soltarle las amarras en los hombros que mantenían sujeto el quitón. Una vez desabrochadas las amarras, la vestimenta cayó al suelo y el esbelto cuerpo de Semiramis quedo a la vista. La piel blanca y tersa, senos como dos melones que podrían competir con los de Kiara, vientre plano, caderas anchas y un monte de venus sin ningún cabello.

Viggo sonrió complacido y acercó sus manos a la cadera, la tomo con firmeza y acercó a Semiramis a él. Al mismo tiempo, Semiramis lo miraba con unos ojos cargados de resentimiento. Viggo soltó una risita y ella bufo mirando hacia otro lado. Viggo le tomo el mentón en un gesto suave y la hizo mirarlo otra vez.

-Mujer pecaminosa ¿A cuántos hombres vas a hacer perder la cabeza?- pregunto Viggo

-No es mi culpa…- dijo Semiramis, pero antes de que pudiera decir algo, Viggo le tapó la boca con sus labios. Semiramis se sintió sorprendida, pero después se relajó y disfruto del sensual tacto. Como se esperaba del protegido de la reina hetera, pensó, es un siervo excelente. Sin embargo, Viggo fue mucho más allá del servicio de complacerla y comenzó a deslizar sus manos por las nalgas. Primero con un suave masaje y después con un agarre más firme. Al mismo tiempo, Viggo utilizaba su pelvis y restregaba su pene en el abdomen de Semiramis. Ambos sentían la tensión del momento y el deseo en el intercambio de besos. Entonces Viggo llevo su mano izquierda a la vagina de Semiramis y paso su dedo corazón por entremedio de los labios. Mientras la besaba, sonrió complacido y ella pudo sentir como su entrepierna era estimulada.

Viggo separo sus labios de los de Semiramis y se acercó al oído para susurrarle -habías hecho un gran trabajo, ya estas más que lista-. Entonces levantó su mano y le mostro el dedo húmedo con algo que era diferente del sudor. Entonces sonrió provocativo y se llevó el dedo a la boca y comió la sustancia. Semiramis se pasó la lengua por la boca, se ruborizo, pero antes de que pudiera caer bajo sus deseos, miró hacia abajo.

-Yo- le susurro Semiramis de vuelta, pero Viggo le cubrió la boca con sus labios antes de que pudiera soltar más excusas. Entonces le tomo la pierna derecha y se la levanto por el muslo. Semiramis se colgó del cuello de Viggo y él se introdujo poco a poco en ella. Sin embargo, Semiramis nunca había probado algo más que al príncipe en Persia. Por lo cual, Viggo fue demasiado para ella y la hizo apartar su rostro del de él y dar un grito de dolor.

Viggo salió del modo sexual y detuvo su avance. Le bajo la pierna y la miró a la cara.

-No te preocupes- dijo Semiramis -es solo que, es solo que…-

Sin embargo, Viggo solo asintió y en vez de esperar más excusas, la levantó como a una princesa y la cargo hasta la cama. Una vez que la recostó, la beso y bajo saboreando sus senos, pasando por el vientre hasta llegar a la vagina. Al mismo tiempo, Scheherezade se acercó, le levantó la cabeza a Semiramis y le puso una almohada detrás de la nuca. Semiramis se distrajo por un momento mirando hacia arriba, pero de repente soltó un fuerte gemido mientras curvaba su espalda. Entonces se sintió intoxicada por el deseo y cerró los ojos mientras pasaba su lengua por sus labios, como si estuviera saboreando los restos de un rico vino en sus labios.

Viggo probó la vagina de Semiramis comiendo su piel tan suave y blanda como un malvavisco. Degustando los jugos que emergen desde el interior y besando con locura el monte de venus. Después de un rato, le tomo las piernas desde la parte posterior del muslo y se las levanto. El trasero se vio mucho más grande, la vagina como una línea rosa y el ano como un pequeño punto un poco más abajo. Viggo se fue lamiendo por los bordes de la vagina mientras Semiramis gemía y retorcía sus caderas sintiendo el placer. Entones Viggo llego al tierno ano y delineo pequeños círculos con la punta de su lengua. Después subió lamiendo hasta llegar a los labios de la vagina y continuó ascendiendo hasta el clítoris. Viggo lo comenzó a estimular con pequeños roces hasta que esté fue emergiendo y cuando ya era notorio, utilizo su lengua para echar la capucha hacia atrás.

Al minuto siguiente, Semiramis soltó un gran gemido y quedo mirando el techo con la mirada perdida. Al mismo tiempo en que ella estaba extasiada, Viggo aprovecho para llevar su pene a la hendidura rosa. Restregó un poco su glande y después entro pidiendo perdón por lo impaciente.

Semiramis respondió soltando un grito de dolor y cerrando los ojos. Al mismo tiempo, Viggo fue empujando y sacando su pene, haciéndose camino al interior. Trato de aminorar el dolor utilizando su mano y estimulando el clítoris con su pulgar. Sin embargo, parecía tener muy poco efecto.

-Sigue, sigue no importa que- dijo Semiramis mientras cubría su rostro con los antebrazos.

Viggo siguió embistiendo hasta que por fin pudo llegar al fondo. Entonces se acostó sobre ella y le quito los antebrazos de la cara. Ella lo miraba con ojos llenos de lágrimas del puro dolor, a lo que Viggo detuvo su embestida y le tomo el rostro con ambas manos. "todavía no soy bueno" pensó. Aun carecía de la suficiente técnica como para liberar a las chicas de este dolor, pensó. Beso a Semiramis y ella sintió como el movimiento de la lengua era más obsceno y placentero. El dolor se fue poco a poco y el placer volvió cuando Viggo llevo su mano al clítoris y lo comenzó a estimular. Entonces Semiramis comenzó a jadear y besar, mientras Viggo continuo con su embestida. Primero con suaves movimientos hasta ser más violento.

Para ese entonces, Viggo y Semiramis tenían sus cuerpos brillantes gracias a la traspiración y la luz de las velas. Semiramis sentía algo de dolor, pero la lujuria pudo más y quería continuar hasta soltar todo lo que tenía acumulado durante todos estos años. Viggo la siguió estimulando, besando y penetrando. Semiramis lo abrazó y comenzó a lamerle el cuello. Después siguió subiendo hasta encontrar la boca y besarlo con todas sus fuerzas. De repente sintió un cosquilleo por todo su cuerpo y soltó un gran gemido mientras trataba de apretar los músculos de su pelvis. Viggo detuvo su embestida y la abrazo mientras ella sentía las oleadas de placer. Después de unos segundos la empezó a besar y ella lo siguió de forma inconsciente. Sin embargo, parecía que las oleadas de placer seguían una detrás de otras. Ella movía sus caderas y al mismo tiempo que estrujaba el pene de Viggo en el proceso, haciéndolo sentir un gran placer y ayudándolo a correrse en su interior. Viggo acabo dentro de ella mientras la besaba. Se sintió tan bien y liberador. Sin embargo, después de unos pocos segundos paso la sensación de placer. Por otro lado, Semiramis parecía aún sentir las olas de placer y seguía gimiendo mientras lo abrazaba y buscaba sus labios con deseo.

Solo un minuto después, Semiramis dejo de sentir placer. Miró hacia arriba y vio el rostro de Viggo. Al mismo tiempo, sintió el frio de su cuerpo húmedo por la transpiración y el viento que entraba por el balcón. Ella se sonrojo y puso un rostro completamente avergonzado. Viggo sonrió y la beso una vez más. Semiramis se sintió asombrada por un momento, pero luego le siguió la corriente y le siguió el ritmo. Ser amada se sentía tan bien, pensó.

"Maldición" dijo Semiramis en su mente "me encantan sus besos ¿Fue esa mujer? Debe haber sido esa mujer. Tomo a un chico tan lindo, lo corrompió y ahora es un sátiro lujurioso".

Semiramis continúo besando a Viggo, sin aburrirse nunca del movimiento de los labios y la lengua. Se sentía tan adictivo y placentero que quería permanecer toda la noche así; abrazados y besándose.

Sin embargo, alguien tosió un par de veces y dijo -lo siento, pero era solo mirar ¿te acuerdas? Creo que ya sobrepasaste nuestro acuerdo-

Semiramis abrió sus ojos y miró de soslayo mientras besaba a Viggo. Después detuvo sus besos, apartó su rostro, agacho la mirada y le quiso decir alguna excusa, pero Viggo le tapó la boca con su boca. Semiramis se sintió en el cielo por un momento, pero Viggo alejo sus labios al instante siguiente, mandándola de nuevo a la tierra.

-¿Por qué?- pregunto Semiramis en protesta

-Porque no eres mi mujer- respondió Viggo con una sonrisa, le dio un último beso y se levantó para separarse definitivamente.

Semiramis vio a Viggo caminar hasta Scheherezade. Ella sonrió para él con dulzura, Viggo la abrazo y la beso en los labios. Compartieron un largo beso y después se separaron. Entonces Scheherezade se arrodillo delante de Viggo y comenzó a limpiar los jugos que dejo Semiramis en el pene. Por su parte, Semiramis miró hacia otro lado en un estado molesto. Esta noche hubiera sido perfecta si solo hubieran estado los dos. Sí, eso era verdad, pensó.

Sin embargo, al mismo tiempo, Semiramis recordó las palabras de Kiara hace un mes.

"Todas ustedes, las damas que pertenecieron a la gran ciudad de Alejandría, se llenan la boca diciendo que fueron educadas para dar placer a príncipes y reyes. Qué no hay musa más hermosa y encantadora que ustedes, pero ¿eso que hiciste en Alejandría se puede llamar sexo? ¿Acaso el príncipe no vino a ti una vez al año, escupió su deseo en tu interior y espero a que mágicamente quedaras embarazada? ¿Cuántas veces fue? ¿5 o 6 veces? Solo tienes 20 años y en aquella época que te exiliaron tenías 17 años e ibas a cumplir 18 ¿no? Que lamentable. Podrías haber sido una gran reina…"

Semiramis llevo sus antebrazos a su rostro y cerró los ojos mientras soltaban lágrimas de odio y frustración. Se sintió miserable y ofendida, ese cerdo príncipe la ocupo y después la boto como si careciera de valor. Pero esto no se iba a quedar así, pensó mientras continuaba derramando lágrimas y sollozaba. Algún día tendrá su venganza y él y toda su jodida familia sufrirá las consecuencias. Sobre todo, esa perra que la humillo y le quito todo.

Al mismo tiempo, Semiramis sintió que alguien la abrazaba por detrás; los brazos eran delgados y su piel suave. Por otro lado, alguien también la abrazo por el frente; los brazos eran firmes y su piel cálida. Ella conocía esta sensación, era igual que cuando abrazaba a Viggo para evitar el frio de la playa. Ella quito los antebrazos de sus ojos y vio a Viggo. Entonces se apoyó en su pecho lloro con todas las fuerzas de su corazón. Viggo respondió abrazándola sin hacer preguntas, solo sintiendo su dolor y frustración.

Después de un rato, Semiramis se calmó, pero siguió abrazando a Viggo. Entonces sonaron en su cabeza las palabras egocéntricas de la reina hetera, Kiara.

"¿No has considera a mi Viggo que como él no hay otro? sé que eres muy orgullosa y por eso has evitado a la mayoría de los comerciantes y generales. Viggo es joven, está más que claro. Sin embargo, está creciendo para transformarse en un magnífico hombre. Su rostro es hermoso, sus ojos profundos y su cabello rojo como la sangre le da el porte de un rey. Algún día será un hombre que se ponga por encima de los ejércitos y los mejores guerreros ¿En serio no has considerado a mi Viggo como un posible amante?"

Semiramis cerró los ojos y pensó que sí. Sin embargo, en estos momentos lo veía desde otro punto de vista. Con la suficiente estimulación y recompensa, un hombre podía hacer todo lo que una mujer le dijera. Si ella recompensaba y estimulaba a Viggo lo suficiente, podría pedirle ir a ese lugar y cortar la cabeza de aquel príncipe en Persia. Kiara lo dijo, Viggo estará sobre cualquier ejercito o guerrero. Si lo puede hacer, entonces tenía razón. Si no, era toda una mentira de la reina hetera y Viggo pagaría las consecuencias.

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