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Buenos instintos 1.4

-Vamos, levántate- rugió Kratos mientras mantenía su postura de boxeo. Viggo había sido mandando al suelo como siempre, pero diferente de otras veces, se levantó de inmediato. Corrió en su dirección y cuando llego a un metro de él, dio un saltó y levantó su puño para ponerle un puñetazo en la cara. Kratos atajo el puño con su mano izquierda y el choque de ambas voluntades produjo una onda de sonido. Kratos preparo su puño derecho y lanzó un derechazo al estómago y un gancho a la mandíbula.

Al recibir el puñetazo en su mandíbula, Viggo se elevó en el aire generando una parábola y cayó a dos metros de Kratos. Esta vez sí quedo demasiado adolorido y solo atino a cubrirse el estómago con su mano izquierda y la mandíbula con la mano derecha.

-Vamos, levántate- rugió una vez más Kratos. Sin embargo, esta vez, Viggo se quedó tendido sobre la nieve lamentando su dolor. Kratos soltó un suspiro y dejo su postura de boxeo. Entonces se cruzó de brazos y quedo mirando a Viggo. Ya llevaban un mes entrenando, y la única mejora era el rendimiento del niño en el uso de su energía. Sin embargo, una vez que intentaba usar su energía para el combate, perdía la razón y atacaba como un animal. El único uso correcto que le podía dar, era sanarse.

Viggo se puso de pie un par de minutos después y notó a Kratos parado a cinco metros de él, con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

-Lo siento- dijo Viggo agachando la cabeza

-¡No lo sientas, se mejor!- respondió Kratos en un tono mordaz

Viggo frunció el ceño y asintió. Camino con dirección a Kratos y una vez que llego a un metro, se puso en guardia. Kratos descruzo sus brazos y se puso en posición de boxeo. Ambos se miraron el uno al otro, con los oscuros arboles de pino a su alrededor, la nieve a sus pies y el aire frio ululando.

Kratos lanzó un rápido puñetazo, el cual Viggo esquivo hacia su izquierda. Avanzó en sucesión y preparo su puño izquierdo. Le dio un poderoso puñetazo en las costillas y Kratos soltó un tenue gruñido. Sin embargo, Viggo en vez de sentirse bien al poder atacar, frunció el ceño. La sensación de golpear a Kratos era similar a golpear la roca con las manos desnudas. No obstante, Viggo apretó los dientes, aguantando el dolor en sus nudillos y lanzó un segundo puñetazo con su derecha a las costillas. Kratos reacciono moviendo su hombro derecho hacia atrás y al mismo tiempo su torso. El puño de Viggo paso de largo y Kratos lo castigo con un puñetazo a la cara. Viggo fue lanzado al suelo y quedo tendido boca abajo sobre la nieve.

-Niño- dijo Kratos -¿Esto es todo lo que puedes hacer?-

-No- dijo Viggo con un tono de voz debilitado, apoyo sus manos y se empujó con los brazos para ponerse de pie -puedo hacer mucho más-

-Ya ni siquiera te enfureces cuando luchamos-

-Eso es, eso es- dijo Viggo, levantando su cuerpo y apoyando su rodilla izquierda. Después la derecha y apoyando ambas manos en sus rodillas para empujarse y levantarse finalmente. Viggo se dio la vuelta y lo miró a la cara sin ningún resentimiento.

Kratos frunció el ceño y le pregunto -¿Qué te paso?-

-No lo sé, es solo que no te puedo ver como mi enemigo-

-Soy tu rival, estamos luchando, tienes que tener la intención de vencerme-

-¿Por qué?- se preguntó Viggo, diferente de los tipos de la región de Dedalus en Orario, Kratos era inocente, al menos, a los ojos de Viggo.

-Para demostrarte que eres fuerte, para demostrarte que puedes llegar más allá de lo que dictan tus fuerzas. Debes ser mejor que el día de ayer, debes concentrarte en tu objetivo. Dime ¿Cuál es tu objetivo?-

-Por ahora, por ahora- dijo Viggo mirando al suelo cubierto de nieve -por ahora es vencer a mi amigo, Ottar-

-Demasiado insignificante-

Viggo levantó su rostro y rugió -Ottar tiene mi edad, pero ya es muy fuerte-

Kratos arrugo su nariz y bufo -demasiado débil, debes plantearte ser mejor que eso. Más fuerte, más grande, más poderoso que ninguno otro sobre la tierra-

Viggo agacho la mirada y negó -yo, yo no soy así, no puedo ser el mejor de los mejores-

-Entonces vete-

Viggo agrando los ojos al escuchar esas palabras y levantó su rostro. Entonces se dio cuenta que Kratos le dio la espalda y comenzó a caminar con dirección a su casa.

-No puedo ser mejor- grito Viggo -esto es todo lo que soy-

-Ya te lo dije- respondió Kratos sin mirar atrás -vete-

-¿Qué quieres de mí?-

-Que seas mejor-

Viggo se quedó mirando como Kratos caminaba a su casa, pero le faltaron las palabras para poder responder. "Ser mejor" ¿Qué era eso? Se pregunto Viggo lleno de fastidio ¿Qué era ser mejor? A lo mejor, si se esforzaba lo suficiente, podía ser mejor que Ottar, pero ser el mejor del mundo estaba fuera de sus posibilidades. El solo era Viggo, el hijo fracasado de la familia Dragonroad.

Viggo lanzó un grito cargado de desesperación y sus pupilas se tornaron doradas, al mismo tiempo que sus ojos destellaban electricidad. Entonces, con la desesperación en su corazón, pateo el suelo, dispersando la nieve y dejando un pequeño cráter.

Sin embargo, por mucho que rugió en su desesperación, nadie lo vino a ver.

Una vez que se calmó, se quedó de pie mirando la nieve y los árboles a su alrededor ¿Qué era ser mejor? Se siguió preguntando una y otra vez ¿Qué era ser el mejor de todos? De esa manera paso el día y cuando llego la noche, dejo de pensar en todas esas preguntas que no tenían respuesta en este momento y camino hacia la choza de su maestro. Avanzo con paso firme y con una gran convicción en sus ojos. Salió del patio trasero, paso por el cobertizo donde guardaban la leña y llego al frontis de la casa. Entonces miró a unos cinco metros de la puerta de la choza y vio a Kratos sentado en un tronco frente a una fogata. A su lado estaban sentados su esposa y su hijo.

Kratos escucho unos pasos y el crujir de la nieve. Entonces vio a Viggo avanzando en su dirección y le dijo algo a su esposa. Ella asintió y camino hacia la choza, mientras el pequeño Atreus miraba a Viggo con cierto temor.

Viggo llego frente a la fogata. Del otro lado estaba Kratos, quien lo miraba con esos ojos severos. Viggo iluminado por el brillo de las llamas parecía haberse vuelto rojo por completo.

-¿Cómo puedo ser mejor?- pregunto Viggo

Kratos hizo una pequeña sonrisa y resoplo por la nariz. Entonces su rostro se tornó severo una vez más y dijo -desafíate a ti mismo ¿Sabes tus limites? ¿Conoces hasta donde puedes llegar? ¿Cuál ha sido tu mayor contrincante?- Viggo agacho la mirada y Kratos continuo -no sabes tu potencial, no sabes quién eres, Viggo- Viggo levanto una vez más la mirada y Kratos señalo un tronco a su lado. Viggo camino hasta él, se sentó y lo miró a los ojos. Kratos continuo -ser mejor significa desafiarte a ti mismo, pulir tus habilidades y buscar un objetivo. Cuando yo era niño, quería ser el mejor guerrero. Cuando me volví soldado quería llegar a ser general. Cuando llegue a general, quería ser el mejor general del mundo. Y así sucesivamente, siempre buscando nuevos horizontes. Dime ¿Cuál es tu horizonte?-

-Yo…- dijo Viggo con dudas

-Eres solo un niño y está bien no saber- dijo Kratos bajando su tono de voz a uno más suave. Bueno, tan suave como lo permitiera su voz gruesa y poderosa -la experiencia trae respuestas. Sin embargo, ahora que no tienes la experiencia, tu única opción es hacer cosas sin cuestionarte el motivo y buscar ser mejor. Solo puedes avanzar, experimentar el fracaso y seguir avanzando. Solo con el tiempo encontraras las respuestas a las preguntas y lo que realmente significa ser mejor. Sin embargo, no por eso, deja todo al azar. Piensa en un objetivo, después en una estrategia, después en una táctica y, por último, en la acción-

-¿Qué es una estrategia?- pregunto Viggo

-Una estrategia nace en respuesta a un problema. Por ejemplo…-

Viggo y Kratos conversaron durante horas al calor de la fogata, hasta que esta se apagó y Kratos le dijo que era suficiente por hoy, mañana debían entrenar. Kratos se fue a su choza y Viggo al cobertizo donde estaban los troncos apilados. Encontró la gruesa pieza de piel de lobo, se acostó sobre los troncos y se tapó. Sin embargo, se quedó mirando el oscuro techo del cobertizo y pensando en las cosas que le enseño su maestro.

-"Una estrategia nace en respuesta a un problema- recordó Viggo en su mente -"Por ejemplo, si no puedes vencer a un oponente de frente. Una estrategia sería cortar sus suministros de alimentos para debilitarlo. Entonces pasas a la siguiente fase y piensas en una táctica, la cual vendría siendo atacar a sus caravanas de alimentos. Y, por último, piensas en la operación, que sería mandar a grupos de diez soldados a puntos definidos en un mapa para que intercepten esas caravanas en días definidos. Si ellos pueden traer las provisiones de vuelta al campamento, bien. De lo contrario, que quemen los suministros. No hay nada más desmoralizado que un soldado muerto de hambre"-

Viggo tomo una profunda respiración pensando en esto y se preguntó cuál era su problema.

Al día siguiente, Viggo escucho el rugido de su malhumorado maestro -Muchacho, levante-

Viggo dio un respingo y se bajó de los troncos en un gesto torpe, que casi le cuesta caerse al suelo. Sin embargo, puso sus manos por delante y evito darse de cara contra el suelo. Después trato de retomar su equilibrio y ponerse de pie. Una vez que estuvo bien, miró al principio del cobertizo y vio a su maestro llevando un arco en su hombro.

-Hoy cazaras tu comida- dijo Kratos

Viggo abrió los ojos amplios y escucho su propio estómago gruñir -estoy muerto- dijo

Kratos soltó una tos a modo de risa y le dio la espalda para caminar hasta la entrada de la casa. Viggo lo siguió a la cola y noto que era más tarde de lo habitual. El sol ya se alzaba sobre las montañas nevadas desde la dirección Este. Viggo siguió caminando y al dar la vuelta en la esquina de la choza, vio a la mujer, Faye, y al niño Atreus, en la entrada de la choza. La mujer tenía una mirada tranquila y amable. Le hablaba a Kratos con cierta dulzura, mientras el pequeño Atreus, frente a su padre, agachaba la cabeza.

Kratos asintió a Faye y después miró a su hijo. Entonces frunció el ceño y estiro su mano izquierda en un gesto lleno de duda, pero al final, acerco su mano y le acaricio el cabeza en un gesto torpe, que solo un hombre embrutecido por la lucha puede hacer.

-¿Tu espada?- pregunto Kratos, cuando noto a Viggo venir en su dirección.

-La deje escondida entre los troncos de mi cama- respondió Viggo

Kratos alzó la ceja izquierda en un gesto de extrañes. Cerró los ojos y tomo una profunda respiración. Solo este niño tomaba semejante objeto como un trozo de metal normal, pensó. Por otro lado, Faye al ver a su marido molesto, se largó a reír.

-Ten paciencia- dijo Faye, Kratos asintió y ella miró a Viggo -ten cuidado en las montañas, Viggo. Hay algunas criaturas peculiares y muy peligrosas-

Viggo pensó de inmediato en el gigante que mato su maestro la primera vez que se encontraron y asintió. De seguro, eso era una criatura muy peligrosa.

-Muchacho- dijo Kratos -ve a buscar tu espada, la vas a necesitar-

-¿Kratos?- pregunto Faye

-Es solo por si acaso-

Viggo detuvo su marcha y volvió a donde dormía. Entonces busco su espada y la encontró entremedio de los troncos. La tomo por el mango y después la paso a su mano izquierda para sujetarla por detrás del guardamano. Después corrió de vuelta y se paró al lado de su maestro. Atreus levantaba la vista para mirarlo, pero a los pocos segundos agachaba la mirada. Viggo solo sonrió y le desordeno el pelo, cosa que hizo sonreír al pequeño Atreus.

-Me voy, pórtate bien ¿de acuerdo?- dijo Viggo con una gran sonrisa

Atreus asintió con una pequeña sonrisa.

Por otro lado, Faye entro a su choza y volvió con un arco de madera. Además llevaba un aljaba y diez flechas -haz que cada flecha cuente, de lo contrario, pasaras hambre- dijo

-No sé cómo se hace, pero lo intentaré- respondió Viggo

Faye miró a Kratos de forma significativa y este frunció la nariz. Sin embargo, de todos modos, asintió y empezó a caminar por delante.

-Hasta luego- dijo Viggo y comenzó a caminar detrás de Kratos.

Faye y Atreus los quedaron mirando desde la puerta mientras el discípulo y el maestro se perdían en la espesura de los bosques oscuros.

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