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Nubes tormentosas

—¿Entonces, ese tipo sexi de ahí es...?— Me susurraba mi amigo Sieg.

—Es Kenny, mi nuevo hermanastro. Aunque, parece más un vigilante.—

—¿Y ya lo hicieron?— Su vista estaba como águila, a través de la ventana del restaurante. Por lo que le obligué a sentarse bien.

—No tan rápido, Sieg... No, no me he acostado con él, y ahora lo mio con Fred es serio— Contesté.

—¡Ahaja! ¡Tú y Fred en algo serio! Por favor, no bromees—

—Lo hicimos el otro día— Él escupió su bebida. —¡Woah! ¡Hablamos de Fred el que rechaza que lo toquen! El que te ha golpeado y regañado desde que se conocen. ¿Cómo es posible?— Limpié lo que escupió en la mesa.

—Solo pasó. Él me llamó, entonces solo me subí a su auto, me llevó a su departamento y dormimos juntos— Bebí la malteada.

—Es esa clase de cosas, que no deberían sorprenderme, pero si me sorprenden. ¡Sé que Fred es muy guapo, pero superó a ese...!— Apuntó a Kenny. —¿¡Qué mierda te pasa!? ¡Mira ese bombón!—

—¡Lo sé, Kenny es perfecto! Y parece que nuestras feromonas son compatibles... Pero, me gusta Fred— Dije.

—¿Podrías decir que estás enamorado de Fred?—

—En partes...— Dije.

—¿Cómo qué en partes?— El pelirrojo saltó de la mesa. —¿O lo quieres o no?—

—Sí, sí— Asentí. —Pero, es imposible no tener inseguridad después de lo que le ocurrió a Julen— Empuñé fuertemente, por lo que Sieg me observó amargado.

—Si no fuera por eso... Te habrías comprometido con Cyer— Di un golpe en la mesa.

—Basta de hablar sobre penurias— Sonreí. —¿Quieres ir al centro comercial ahora?—

—¡Oh, sí! ¡Yo quiero!— Levantaba la mano como niño de primaria.

—Entonces, que Kenny nos lleve— Lo llenamos de bolsas de las tiendas.

—Me debes un favor por esto— Refunfuñó por traer todas las compras.

—¿Y qué te parece que te compre algo?— Le pregunté.

—¿Y añadir otra bolsa?— Arqueó las cejas.

—Ya te devolveré el favor— Sonreí, antes de darme la vuelta.

—¡Espera!— Sieg me tapó los ojos.

—¿Qué?— Reí, pensando que era una broma. —¿Me tienes una sorpresa... O qué...?— Saqué su mano, viendo un anuncio donde aparecía mi ex. —Julen— Observé la promoción de perfume. —¡Qué bueno! Regresó a trabajar. ¿Quién lo hubiera imaginado?—

—Elián...— Me observó lloroso Sieg.

—Estoy bien, y ahora que sé que está de nuevo donde corresponde, puedo continuar adelante— Dije. —Ya lo superé, Sieg— O eso quería creer.

A la hora de volver, dejamos a Sieg en su casa y después me cambié de asiento al de copiloto. —¿Quién era el chico del cártel?—

—Julen... Creo que lo sabrás tarde o temprano, así que te lo contaré ahora. Él es mi ex y mi primer novio. Es un famoso actor, que tuvo que retirarse hace unos años. La razón es mi culpa. Seré breve, una relación entre dos omegas de por sí era raro, sin embargo yo quería a Julen, al igual que él a mí. Cuando Cyer se enteró de nuestra relación me dijo que terminara con él, yo obviamente no le hice caso, y Cyer tomó ciertas medidas anti éticas... Primero contrató a unos tipos para que abusaran a Julen y segundo expuso nuestra relación arruinando su carrera. No soportó la presión de los medios y las últimas palabras que me dijo fueron «Tú arruinaste mi vida, si no te hubiese conocido nada de esto hubiera pasado. Te odio». Lo recuerdo claramente, y me afectó negativamente. Si no fuera por Sieg y Fred yo estaría con una depresión, sumido en alguna adición, quién sabe...— Relaté.

—Siento que eso haya ocurrido...—

—Sí, lo que más me lamentaba era haber arruinado su carrera, pero parece que pudo volver de algún modo.— Sonreí, a la vez que Kenny me miraba de reojo. No dió su opinión, pero sé que escuchó atentamente mi historia. Resumí mi historia con Julen como si hubiera sido muy corta, pero esos dos años son inolvidables, yo en serio quise a Julen, aún conservo sus fotos, en el fondo de un cajón y todos los regalos que me dió. Deshacerme de sus recuerdos no era mejor que esconderlos, y aún me sentía tremendamente culpable. Julen tiene todo el derecho a odiarme. Perdóname Julen, por antesorar el tiempo en el que me quisiste.

Al llegar a casa, respiré hondo, me liberé de mis cargas negativas, y por último llamé a Fred.

—¡No me llames cuando estoy en el trabajo!— Gritó.

—¡Mi oído, idiota!— Devolví el grito.

—Estoy en una importante reunión—

—Ajá... ¿Entonces, por que contestas?—

—Porque llamaste, y nunca llamas—

—Dijiste que lo hiciera si me aburría, así que te llamé— Dije.

—Ya corta el teléfono, que tengo cosas que hacer—

—¿Es decir, tú no cortaras a menos que yo no corte?— Él confirmó. —¡Aww! Te quiero, mi beta escandaloso— Molesté.

—¿Qué tontería...?— Habló nervioso.

—Después tengamos una cita ¿Sí?—

—Vale, vale... Ahora déjame continuar con mi trabajo— Hice ruidos de besos y corté la llamada. En ello, me llegó un mensaje de mi trabajo.

"La Empresa S.A está dispuesta a recomendarle a un actor, quien está dispuesto en participar en su anuncio publicitario de Empresa Nakao, por favor comunicarse a..."

Inmediatamente marqué el número enviado. Por fin un actor que quiso tomar mi oferta publicitaria. Además pertence a la gran empresa S.A con la que tenemos enlances de asociación.

Cuando me contestaron, alegremente aceptaron el contrato que propuse, e incluso accedieron a verlo formalmente en persona el día de hoy, para obtener una explicación directa. —¡Sí, a las 18:00 en la cafetería de la empresa Rosset!— Salté de emoción. —¡Kenny!— Llamé. —¿Puedo pedirte un favor?—

—Claro—

—¿Podrías llevarme al edificio principal Rosset?— Pedí.

—¿Ahora?—

—¡Iré a cambiarme de ropa antes!— Subí rápidamente. Me saqué toda la ropa, me puse un pantalón de tela, y un sueter con cuello de cisne amarillo pálido. Además, me eché un poco de crema hidratante y me peiné. —¡Ahora sí, vamos!— Kenny me llevó en su auto al lugar indicado. —Gracias por traerme, volveré tarde, así que no me esperes— Me dirigí a la cafetería, llegué 30 minutos por adelantado. Me iba a sentar en una mesa cualquiera, pero enseguida entré el jefe de la cafetería se sorprendió.

—¡Oh, joven Rosset! ¿Qué lo trae por aquí?— Había olvidado que en sus normas hay un trato especial para mi familia.

—Vengo a hacer negocios con la empresa S.A y asigné este lugar como punto de encuentro.—

—Los recibiremos en cuanto lleguen con respecto. ¿Gusta pasar a la mesa VIP?— Ofreció.

—Sí, muchas gracias— Me llevaron a la mejor mesa.

—Joven Rosset, nuestro mejor empleado lo atenderá—

—No se preocupe, no pediremos mucho para comer— Él señor se retiró, dejándome con el mesero.

—Es un honor atenderlo— Desprendía un olor a alpha desagradable.

—Una limonada, por favor, y sin hielo— Esperé mirando algunas noticias. Entre ellas, había una sobre Julen y me salí de la aplicación con solo leer su nombre.

—Por aquí, el joven Rosset los está esperando— Debió haber llegado el actor. Me levanté para saludarlos.

—Agradezco su puntualidad, deben conocerme soy...— Me paré en seco al ver a Julen a unos metros de mí junto a su manager, con quien hablé hace unas horas.

—Creo que las presentaciones no son necesarias— Habló Julen. Mi corazón se congeló, al igual que mis pensamientos, mis emociones, y mi cuerpo. Me recorrió un temor horripilante por toda la piel, y un sudor frío me devoraba. ¿Qué hacía aquí? ¿Por qué tomó el empleo? En la oferta aparecía que sería yo quien dirigiría el anuncio. ¿Acaso vino a vengarse de mí? No, sus razones no son importantes, debo tranquilizarme y continuar naturalmente.

—Por favor, siéntense. ¿Desean pedir algún aperitivo o bebida?—

—Sí, un pastel de frutos del bosque y un café latte— Ordenó al camarero.

—Yo solo un café instantáneo— Dijo el manager.

—Aquí tienen las condiciones del contrato más exactas— Saqué de mi bolso dos carpetas y se las di. —Pueden quedarse con las carpetas— Ambos la abrieron y ojearon. Julen solo leyó la tercera hoja, que hablaba de la relación entre el actor y el publicista, entre otras cosas.

—¿Bien? ¿Dónde firmo?— Preguntó desafiante.

—Julen, vas muy rápido, no firmes, hasta que él explique cada una de las normativas— Saqué mi tableta, para aclarar.

—La filmación será al aire libre, al igual que los casting y el modelaje. Hay horarios estrictos, como mínimo tendrá que asistir tres veces a la semana por el mes de abril. Claro, que aquella agenda puede ser reducida según el comportamiento y talento del actor.— Dije y Julen me sonrió de medio lado. Mi corazón se estaba ahuecando con todas las miradas de este chico. —Por último, el contrato no es solo para este cortometraje. Si cumple las expectativas, la empresa Nakao piensa continuar con mi línea publicitaria, por lo que, si lo desea el actor, puede aceptar ser el modelo principal de Nakao—

—¿Ya puedo firmar?—

—Julen, deberías pensarlo un poco— Intervenía el manager.

—Pueden darse un período de 48 horas para pensarlo, sin embargo si alguien más es adecuado para el trabajo lo contrataré— Bebí mi refresco, que por poco escupo, porque sentí el pie de Julen frotarse contra mi pierna. Él me observaba absorto. ¿Este chico en verdad me odia, verdad?

—Manager, quiero el trabajo— El señor seguía leyendo todos los papeles, hasta sacó una lupa.

—Parece que está todo en orden, está bien Julen, incluso el sueldo es bueno, en comparación con esos trabajos mediocres que has estado haciendo— Saqué los papeles oficiales del contrato.

—Firma aquí y aquí— Marqué las páginas y Julen firmó. —Usted como responsable de Julen, firme aquí— Le indiqué al manager. —Por último, háganlo igualmente aquí— Les pasé un lápiz touch, para que firmaran en la plataforma digital. —Gracias por haberse interesado en la oferta. Estaré al pendiente de ustedes por el próximo mes— Estreché la mano con los dos.

—Sería una pena desperdiciar el viaje. Ya que estamos aquí, podríamos cenar— Oh, por favor no. ¿Qué estará planeando? El teléfono del mánager sonó y tuvo que levantarse a contestar. Nos dejó solos.

—Julen, no pareces ignorar el hecho de que yo sería tu publicista—.

—Sé que no estás feliz de verme... Pero, esta era mi última oportunidad para verte de nuevo— Me impresionó de tal forma, que creo que me bloqueé por un minuto.

—¿Qué...?— Articulé.

—Es la verdad— Habló con su cálida voz. —Yo sé que lo último que te dije fue horrible, sabía que no tenías la culpa de lo que sucedió. Pero, yo te dije que te odiaba y cuando me di cuenta de lo que hice, ya era demasiado tarde— Sus lágrimas cayeron. —¿Eli, no me darías una segunda oportunidad?—

¿Qué significa esto? ¿Acaso es un acto? ¿Se está burlando de mí? —¿Qué significa esto...? No me interesa que sea un acto, puedes jugar conmigo todo que quieras, pero no creo que ganes algo así—

—¡No estoy actuando! Tú sabes que nunca he actuado frente a tí, a menos que fuera una broma— Se acercó. —Yo te extrañé... Pero, le di importancia a lo que no lo era. ¡No pude aguantar la presión! Siento ser tan débil... Perdón— Me abrazó.

Impactante, mi mente dejó de cumplir su función. Lo único que me parecía real, era el olor amargo estremeciente de Julen. Me obligaba a sacar todos los recuerdos, que creí haber encerrado en el fondo de un cajón. Y que deseaba olvidar, como su escencia, su sonrisa, sus adorables expresiones, pero había vuelto todo a mi tan fácilmente. El bello chico que tengo llorando en mi regazo, al cual le prometí no hacerlo llorar de tristeza, con el que planeé un futuro juntos. Con el que vi las estrellas, con el que saboreé la más agridulce experiencia, con el único que me sentí aceptado. Y que cada vez que me nombraba, una brisa primaveral nos unía infinitas veces. —Julen— Levanté su rostro y limpié sus lágrimas cuidadosamente. Entonces, cuando ya me creí absorbido por su amenazante belleza, recordé que mi presente y mi futuro es distinto. Un futuro donde no estaba Julen, pero sí Kenny. Un presente donde tampoco estaba Julen, pero si Fred. ¿Y por qué tenía que sacrificar a mi yo solitario del futuro por mi peor error del pasado?

—Lamento la tardanza— Se disculpó el manager. Julen estaba sentado nuevamente enfrente. Pedimos la cena, y continué conversando con el manager en su mayoría, mientras Julen ya me había identificado como su presa.

Al salir, unas nubes negras, advertían el comienzo de una larga lluvia. —¿Eli, no quieres que te dejemos en casa?— El omega se aferró a mi manga.

—No, tengo que ir primero a otro lado—

—¿A dónde?— Insistía, pero yo alejé delicadamente mi brazo de sus manos.

—Seguro tienes una agenda llena, no necesitas preocuparte por mí, además prefiero caminar— Contesté.

—Eli, siento ser una molestia, pero ya estaba desesperado por encontrarte. No sabes cuánto me emocioné al saber que buscabas a un actor. Y ahora aún no me creo que haya salido bien lo del contrato— Explicó.

—Julen, si te contraté es porque sé que eres el mejor actor para el trabajo.— Caminé sin darle tiempo de decir adiós.

Respiré el húmedo aire, será una lluvia muy larga, sonreí. Avancé más rápido, hasta ir corriendo por las viejas calles, donde era libre. Donde podía ser solo yo, donde me esperaría Leo. Aunque ya no esté. Seguramente le parecería un omega patético si me viera ahora. Me senté en un columpio de la antigua plaza donde siempre iba en mi adolescencia. Aquí fue donde conocí a ese pequeño alpha. Me pregunto cómo estará. Debe estar en la universidad, una prestigiosa de alphas. ¿Cómo se vería? Tal vez se vestiría cómodamente, usaría su cabello negro desordenado como antes y tendría una voz grave y profunda, capaz de retumbar el corazón de quien se lo proponga. Puede que hasta tenga un novio o una novia. ¿Cómo sería su pareja? Tal vez, tranquila, buena en la cocina y dulce al hablar... ¿Por qué estoy pensando en eso? No es como si un día Leo volviera, pero él tenía algo que cuando lo veía me reconfortaba. Y su voz, cuando oí su voz en sus 14 me sorprendió. Eran tan masculina, ahora debe oírse al igual que un trueno.

—Elián— Sí, justo como esa voz. Apunté inconscientemente a Kenny que estaba a un lado mirándome.

—¿Qué haces aquí?—

—Dejaste tu celular en casa e iba a llover, así que vine a recogerte— Extendió su mano. —Vamos a casa— Me quebré, con solo verlo, mis lágrimas salieron solas.

—Lo siento, dame un segundo...— Me sequé, pero no paraba de llorar. —No puedo parar...— Me tapé con mis manos. Y sentí como me abrazó. Su escencia me envolvió dándome abrigo.

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