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18. Quiero confiar en ti

POV HUGO

En cuanto abrí los ojos, todo estaba oscuro y no tenía ni la menor idea de donde estaba. Busqué mi arma, pero no la tenía por ningún lado. De pronto, la puerta se abre y veo a un hombre con un par de cosas en la mano, me levanto rápidamente y cojo lo primero que veo para lanzárselo.

"Tranquilo chico, no te voy a hacer nada… sólo vengo a curarte." Dijo levantando las manos en el aire "¿Dónde puñetas estoy?" le pregunté pegándome a la pared "En casa de Alexandra, teníamos que curarte la herida."

"¿QUÉ?" pregunté más alarmado aún "Si, estás en casa de Alexandra, pero necesito que bajes la voz antes de que las despiertes." Dijo seriamente y no pude evitar fruncir el ceño "¿Despertar a quién?" le pregunté "Mira para el sillón que está allí y ya sabrás a quien despertarás."

Miré hacia la dirección en el que me señaló el chico y podía ver a una persona pequeña abrazando a alguien, y de no ser porque vi una parte del rostro de la niña, no lograría descubrir quienes eran. Ella tenía que ser la hija de Alexandra, porque se parece mucho a ella, asique supongo que la que estaba sentada en el sillón debía ser ella.

"¿Por qué están aquí?" pregunté mirándolas "Porque este es el cuarto de Alexandra, y como se quiere asegurar de que estás bien y quiere asegurarse de que su hija está bien, vino aquí y se quedó dormida con su hija en brazos. Ahora si me dejas tomarte la temperatura estaría genial."

Me senté en la cama y dejé el objeto en la mesilla que había al lado de la cama. El chico se acercó a mí y sacó lo que parece un termómetro y un par de pastillas que me las dio con un vaso de agua. "¿Por qué estoy aquí?" pregunté, no estaba entendiendo demasiadas cosas, y menos que hacía en la casa de Alexandra después de todo lo que le dije "Porque te dispararon, y Alexandra no quería arriesgarse a llevarte al hospital y que fuesen a por ti de nuevo."

"¿Cómo sabe que iban a por mí?" pregunté de nuevo "Eso no te lo puedo contar yo, pero si algo tengo claro, es que hará lo que sea para que estés a salvo." Fruncí el ceño y el hombre sonrió.

"Debes saber que Alexandra tuvo una vida complicada desde pequeña hasta que vino para aquí, y por eso le cuesta mucho trabajo confiar en la gente, sobre todo en los hombres. Estoy seguro que te quiere y que llegareis a ser algo, pero tienes que tener paciencia con eso porque por mucho que te quiera, le es muy complicado confiar en alguien. Sobre todo, si tenemos en cuenta que en algún momento puedes llegar a formar parte de su vida y de la de Alison, no arriesga a su hija por nada del mundo, por lo que tendrás que tener paciencia con ella."

Estaba sorprendido de sus palabras, ¿es que acaso le había dicho algo de lo que hablamos el otro día? "Yo no le haré nada." Dije rápidamente "Lo sé, pero cómo te dije. Alexandra tiene muchas inseguridades y le cuesta mucho confiar en la gente. Te puedo asegurar que en confía más en ti con el poco tiempo que la conoces que dé como lo hizo en el momento y el mismo tiempo que os conocéis, no confiaba en mí ni la mitad de lo que lo hace contigo. Ahora respóndeme una pregunta, y espero que sea de lo más sincera que hayas contestado en tu vida."

"¿Cuál?" pregunté "¿Amas a Alexandra o solo quieres un royo con ella?" preguntó cruzándose de brazos "Amo a Alexandra y esperaré por ella todo el tiempo que necesite. No la quiero presionar con nada. Quiero que esté cómoda."

"Eres bueno para ella. Pero el caso, soy Diego" dijo, estirando su mano en mi dirección "El hermano debo suponer." Empezó a reírse tan alto que no tenía ni la menor idea de cómo no había despertado a Alexandra y a su hija "No, no soy su hermano, soy uno de los guardaespaldas. Aquí entre nosotros, soy su mejor amigo, pero no se lo digas, es demasiado terca cuando se le mente algo en la cabeza, y nunca me admitirá que soy su mejor amigo."

Me eché a reír. Este tío daba gracia debo admitir, y parecía buen tipo. Después de que terminara de revisarme se fue y yo quedé sentado en la cama mirando para ellas. No se podía negar que eran madre e hija, se parecían demasiado. Al rato, la niña se levantó y se dirigió a un lado de la habitación en el que supongo que estaba el baño y cuando sale a los pocos minutos, se queda mirando para mí hasta que se acerca lentamente.

"Hola pequeña." Dije en un susurro para no asustarla a pesar de que no parecía que eso fuese a pasar "Hola." Dijo. Se quedó mirando para mí un rato y luego se acercó a la cama y se sentó allí. No sé por qué me daba la sensación que estaba intentado descubrir algo de mí.

"¿Tú eres el novio de mi mami?" preguntó con la cabeza inclinada hacia un lado y no pude evitar la sonrisa en mi rostro "Ya me gustaría, pero no. Somos conocidos." Le dije "¿Quieres ser el novio de mi mami?" preguntó con un brillo que no estaba ahí antes y yo asentí.

"Yo estaría encantado de la vida, pero eso es algo que tiene que decidir tu madre no yo." Le dije "¿Se lo preguntaste?" preguntó y yo negué "Entonces ¿cómo pretendes saber lo que quiere mami si no le preguntaste?"

Esta pequeña era más inteligente de lo que dejaba ver, pero teniendo en cuenta quién era su madre, no me sorprendía nada "Esa es una gran pregunta, pero démosle tiempo, ¿te parece?" le pregunté y ella asintió "Yo solo quiero que mami sea feliz." Dijo en un susurro "Estoy seguro que ya lo es."

"No lo es del todo. ¿Me despiertas si mami tiene pesadillas?" dijo y yo fruncí el ceño "¿Pesadillas?" pregunté sin entender a qué se refería "Sí, no suele dormir bien por culpa de las pesadillas y ella dice que cuando la abrazo está mejor."

"No te preocupes, te despertaré." Le dije y me regaló una sonrisa "Gracias, espero que tú seas mi papi y que hagas feliz a mami." Dijo y por un momento me sorprendí "Yo espero lo mismo."

"¿Me puedo quedar a dormir aquí?" me preguntó subiéndose en la cama "Claro que sí." La niña se acostó a mi lado y pronto se quedó dormida. Estaba impresionado debo decir. A pesar de no tener más de seis años, era una niña muy inteligente. Yo no tardé mucho en quedarme dormido también, pero debí despertar más tarde y la niña no estaba acostada. Me senté en la cama y miré en la dirección en la que estaba Alexandra durmiendo, y tampoco estaba, lo que era extraño.

Me levanté para buscarlas por la habitación, pero no estaban en ningún lado, por lo que salí de la habitación y empecé a buscar por ellas. Pasaba al lado de una habitación cuando sale Diego y cierra la puerta inmediatamente.

"¿Qué haces levantado? ¿Te encuentras bien?" preguntó este mirándome de arriba abajo "Me encuentro bien, sólo estaba buscando a Alexandra y a su hija." Dije "Alison está durmiendo en su habitación y Alexandra debió salir al jardín. Creo que no se encontraba muy bien que digamos."

"¿Le pasa algo?" pregunté preocupado por lo que pudiese haberle pasado a Alexandra "No quiso hablar conmigo, pero le pasa a veces. Se pondrá bien." Dijo negando. Podía ver que a él tampoco le gustaba ver así a Alexandra "¿Me podrías decir por donde puedo salir para encontrarla?" le pregunté y se quedó mirando para mí un par de segundos "Claro, bajas las escaleras, atraviesas el salón y podrás salir por la puerta de este. Probablemente esté junto al estanque, sólo tienes que guiarte por el oído para saber dónde está el estanque."

"Gracias." Le dije empezando a caminar "Suerte. Intenta no asustarla, si tuvo una pesadilla es mejor no hacerlo, no es ella misma." Dijo un par de pasos tras de mí "Gracias por la advertencia." Le dije sin girarme "Gracias a ti por amarla como haces."

Con eso me dirigí a las escaleras y seguí las indicaciones que me dio Diego. No tardé mucho en escuchar agua, pero también me pareció escuchar como si alguien estuviese llorando. Cuando pude ver a Alexandra, pude ver cómo sus hombros subían y bajaban como cuando lloras, por lo que lentamente me acerqué a ella y en cuanto se dio cuenta de que había alguien más con ella, se giró y me da la sensación de que se relaja un poco cuando me ve ahí, pero se giró en la dirección que estaba mirando antes de que llegase yo.

"Alexandra, ¿estás bien?" le pregunté, acercándome lentamente "Eso debería preguntar yo" dijo, y no podía escuchar lágrimas en su voz, lo que me confundía un poco "Yo no soy el que está llorando." Dije sentándome al lado de ella, dejando un pequeño espacio entre nosotros "No te preocupes por mí, estaré bien."

"La cuestión es que no puedo evitar preocuparme por ti." Le dije, y era verdad, pero parece que a ella no le quedaba claro "¿Por qué eres tan bueno conmigo?" preguntó girándose para verme "Porque como te he dicho mil veces, y te diré millones de veces, te quiero Alexandra, y lo único que me importa es que estés bien."

"Yo hace tiempo que no estoy bien. Ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que estuve sola." Dijo volviendo a mirar hacia el horizonte "Habla conmigo, no te juzgaré." Dije acercándome un par de centímetros a ella, pero dejando un poco de espacio entre nosotros aún. "Hugo, no tuve una vida nada fácil… Tengo muchas cosas en la cabeza que no se van nada fácil de ahí… Llevo seis puñeteros años luchando contra eso, y no se va…"

"¿El qué no se va?" pregunté lleno de curiosidad "Las pesadillas… los recuerdos… toda la mierda… no se va y estoy harta de todo." Dijo con un suspiro al final "¿Pesadillas de qué?" le pregunté "De todas las veces que nos golpeaban a mí y a Megan… la vez que asesinaron a mi hijo… todas las veces que me violaron… No puedo sacarlo de mi cabeza… y eso será lo que te haga largarte…"

Me acerqué a ella y la abracé, porque algo me decía que no era solo esto por lo que estaba preocupada. Nada más la abracé, se echó a llorar y estuvimos así por un rato. Acabé por sentarme en el suelo con ella entre mis brazos, y a pesar que no me gustaba que estuviese llorando, se sentía bien tenerla entre mis brazos.

"Alexandra, yo no me largaré a ningún lado. Te quiero… no, te amo, y no pienso largarme a ningún lado en el que no estés tú." Dije intentando hacerle ver que era cierto lo que le decía "Eso hasta que te des cuenta de que estoy literalmente en la mierda."

No sé por qué lo decía tan convencida. ¿Acaso ninguna de sus parejas le habían dicho cosas así? "No lo haré… Te puedo ayudar a superar toda esa mierda si quieres, sólo tienes que confiar." Dije medio susurrando "Y confío, pero no quiero arrastrarte conmigo"

"Y no lo harás, te ayudaré cuando lo necesites y estaré para lo que necesites." Dije, intentando convencerla "Gracias, Hugo. Siento lo de mi hija antes, espero que no te haya hecho daño." Dijo levantando la mirada y haciendo que se encontrasen "¿Por qué me iba a hacer daño?" pregunté confundido por un momento "Estaba sobre tu hombro malo. Para empezar, no sé ni como acabó en la cama."

"Fue al baño y cuando me vio, se sentó en la cama. Es una niña muy mona y maja. Y si te sirve, me preguntó si se podía acostar en la cama." Dije y sorpresa apareció en su mirada "¿En serio?" preguntó "Sí, me cae bien. Se preocupa por ti."

"¿Te dijo algo?" se separó de mí un par de centímetros y se quedó mirando, esperando su respuesta "Me dijo muchas cosas, pero lo que más me llamó la atención fue que me dijese que la despertase en caso de que tuvieses una pesadilla."

"Es la única cosa buena que saqué de allí de dentro junto a Megan." No tengo muy claro que es lo que le pasó allí dentro, y la verdad no tengo ni la menor idea de si quiero saberlo, porque no parecía para nada bueno, podía ver que Alexandra era una mujer rota "Pero sacaste más cosas buenas al salir de allí." Dije y ella se encogió de hombros.

"Alguna, pero no gran cosa. Al menos pude tener unos padres que me querían y no como los míos." Dijo con una pequeña sonrisa en el rostro "Bueno, pues tendremos que arreglar eso de que tienes pocas cosas buenas al salir de allí."

Volvió a mirar para mí con sorpresa y algo de sospecha, pero intenté no hacerle caso a la última "¿De qué hablas?" preguntó "A qué voy a ayudarte a tener más cosas buenas por las que estés más feliz. Es lo que quiere tu hija, y estoy seguro que no le negarás nada."

"En eso no te equivocas." Dijo en un susurro "¿Entonces te parece si más tarde por la mañana vamos a dar una vuelta los tres?" le pregunté "¿Los tres?"

"Tú, Alison y yo." Dije con una sonrisa plantada en mi rostro "¿Y a dónde?" preguntó "Sorpresa, pero no te preocupes, no habrá gente. No voy a dejar que nada malo os pase." Dije intentando tranquilizarla ya que se había tensado en el momento que dije sorpresa "Te lo agradezco, pero no es necesario. Además, tienes que descansar."

"Ya estoy descansado. Esto no es lo peor que me ha pasado. Y aparte, me gustaría conocer a tu hija." Dije "Está bien, iremos. ¿Podemos hablar de otra cosa?" preguntó mirando de nuevo al horizonte "De lo que quieras."

"Me gustaría que te quedases en casa, con nosotros. Estoy segura de que te estarán buscando para acabar con el trabajo, y no quiero que te pase nada." Dijo como si no fuese nada raro "Pero tengo que volver a mi casa, mi madre se preocupará. Es más, mi madre está en riesgo por eso."

"Si quieres la podemos traer aquí." Dijo "No es necesario que hagas todo eso." Intenté decirle, pero creo que no iba a ser capaz de convencerla "Hugo, no quiero que te pase nada, y en este mismo momento te están buscando por todos lados. No quiero que te pase nada y aquí hay gente suficiente para que no lleguen a nosotros."

"¿Entonces no te molestará traer a mi madre?" se giró de nuevo en mi dirección y negó con una sonrisa en el rostro "No. Incluso puede ponerse al día con mi madre y distraerla de lo de mi padre." Dijo y fruncí el ceño porque no tengo ni la menor idea de que hablaba "¿Ponerse al día?"" pregunté perdido "Sí, al parecer se llevaban bien. Por eso te conoce."

"¿De qué?" volví a preguntar "De las reuniones benéficas que hacía mi padre cuando eras pequeño. Vuestra familia iba."

"Recuerdo ir a muchas reuniones con mi familia, pero no recuerdo que ninguna fuese benéfica. Bueno, una vez si fuimos que recuerde. Creo que la señora se llamaba Analissa." Una gran sonrisa apareció en su rostro y asintió "Pues esa es mi madre."

"Eso no me lo esperaba." Dije pensando en todas las veces que fuimos a esas fiestas "Ahora ya lo sabes."

"Cambiando de tema, ¿cómo te enteraste de dónde estaba?" pregunté lleno de curiosidad, porque si no había sido ella la que había ordenado que me matasen ¿Cómo lo sabía? "No tenía ni la menor idea de dónde estabas. Digamos que conseguí el teléfono de Dimitri y en el vi el nombre de Derek y alguien que tiene nombrado como jefe de la DEA, le fui a preguntar y me contó que Derek es uno de los hijos de Stefan y que el jefe que tienes aquí trabaja para él…"

"Espera, espera, espera… ¿Cómo conseguiste el teléfono de Dimitri?" pregunté sin entender nada "Si te cuento, ¿te enfadarás?" preguntó y yo negué, porque no creo que pudiese enfadarme con ella.

"Yo tenía a Dimitri." Dijo en un susurro y mi ceño se volvió a fruncir "¿Cómo que tenías a Dimitri?" pregunté "Sí. El día que volvimos a Italia metió una carta por debajo de la puerta de la suite en la que estábamos quedando diciendo que quería que tanto yo como Alison nos fuésemos con él y no sé qué más historias, y que si aceptaba que él estaría a medianoche aquí esperando por nosotras. Me da la sensación de que no tenía ni la menor idea de lo que estaba pasando dentro de la casa."

"Pero eso no explica lo que quieres decir con que tienes a Dimitri." Dije intentando entender que es a lo que se refería "En que esa misma noche vine a recuperar nuestra casa, no se lo podía negar a mi madre, y a pesar de que todos pensaban que venía a recuperar la casa, lo único a lo que vine fue a por Dimitri."

"¿Me estás diciendo que tienes a Dimitri encerrado en algún lado?" negó "Lo tenía." Dijo, suavemente "¿Se ha escapado?" pregunté sorprendido de que haya logrado escapar de Alexandra "No. Aceptó ayudarnos a coger a su hermano."

"¿Me estás diciendo que lo soltaste?" pregunté más sorprendido aún "No tenía otra opción. Él conoce a su hermano mejor que nadie."

"¿Y no crees que se te puede escapar?" sonrió y negó "No, lo tengo vigilado y nos quiere ayudar de verdad." Dijo "¿Cómo estás tan segura?" pregunté. Alexandra suspiró y acabó por acostarse en el césped, pero la moví para que quedase sobre mi regazo y empecé a pasarle la mano por el pelo. Al menos había dejado de llorar y parecía más tranquila, por lo que supongo que había conseguido algo.

"No estoy segura del todo, pero recuerdo que cuando estábamos allí dentro, él era por decirlo de alguna manera el más amable de los dos, e intentaba ayudarnos. De no ser por él, no nos curarían médicos." Dijo centrando la mirada en el cielo "Pero yo tengo entendido que os hacía de todo." Dije confundido.

"Créeme, lo hacía, por eso que no sé cómo explicarlo." Dijo frustrada sin saber cómo explicarlo "¿Qué relación tenéis entonces?" pregunté "Ninguna, lo odio con todo mi ser. Así era con el resto de las chicas… ¿pero conmigo? era todo lo contrario. Lo único bueno que hizo, y en parte, es darme a mi hija, no hizo más."

"¿Alison es hija de Dimitri?" pregunté sorprendido y ella cerró los ojos "Desgraciadamente lo es. ¿Por qué piensas que no tiene ni la menor idea de quién es su padre?" asentí para mí mismo, porque eso tenía lógica "No quiero que sepa cómo es su padre." Dijo abriendo los ojos y mirándome "¿Y él no la quiere conocer?"

"Claro que sí, pero ni muerta dejaré que se acerque a ella, al menos no hasta que esté convencidísima de que realmente cambió. Como dije, es mi hija y solamente mía. Ya no sé ni que contestarle cuando me pregunta sobre su padre." Dijo seriamente "¿Qué le contestas?" pregunté con curiosidad, porque esa niña era la más inteligente que había conocido en mi vida.

"Pues la primera vez que me pregunto, literalmente me dio un ataque de histeria y ansiedad a la vez. Acabaron por sedarme y el otro día me dijo que no quería conocer a su padre porque como le había dicho su tía, era malo, cosa por la cual acabaré golpear a Megan, pero me dijo que le gustaría tener un padre." Dijo con una pequeña sonrisa "Lo vuelvo a repetir, tienes una hija muy mona."

"No te lo voy a negar, lo es." Nos quedamos en silencio por un rato hasta que escuché como su respiración se volvió más pesada. Miré hacia abajo y vi que estaba dormida, por lo que me aparté y la cogí en brazos. Mi brazo dolía como un demonio, pero no había manera de que la dejase aquí fuera y ya se me pasaría.

En cuanto entré a la casa, cerré la puerta y le puse el seguro y me dirigí escaleras arriba para dejarla en la cama y que durmiese. Una vez en la habitación, aparté las sábanas, la dejé en la cama, y luego la tapé. Le di un beso en la frente y me dirigí al sillón en el que estaba sentada antes ella y me quedé mirando para ella hasta que me quedé dormido.

Cuando desperté, no tenía ni la menor idea de qué hora era, pero por la luz que entraba en la habitación, serían algo como las diez de la mañana. En cuanto miré hacia la cama, pude ver a Alexandra con Alison encima de ella, y la primera la tenía abrazada y tapada. Era una buena imagen para ver nada más despertar.

"Asique tú eres el que hace que mi hermana tenga esa sonrisa en el rostro." Dijo alguien desde la puerta y yo me giré en la dirección que vino la voz, y en cuanto vi a la hermana de Alexandra allí de pie mirando para mí, no pude evitar saltar en mi sitio, porque no era mentira cuando decía que asustaba un poco.

"No te preocupes, no te voy a hacer nada. Solo venía a ver si Alison estaba aquí, y da la casualidad de que sí que lo está." Dijo cruzándose de brazos y señalando en la dirección a su sobrina "Cuando traje a Alexandra aquí estaba en su habitación durmiendo." Dije confundido, sin saber cómo había terminado aquí.

"Si, pero esta pequeñaja tiene la manía de venir a dormir con su madre, y ella encantada de la vida." Dijo "Se ve."

"Al menos dime que no estás jugando con Alexandra, porque entonces si tendrás un motivo para asustarte." Dijo cambiando de tema, y por su mirada, podía ver que estaba hablando de lo más en serio, por lo que asustaba un poco.

"Yo amo a tu hermana. Sé que nos conocemos de hace un par de semanas, pero realmente la amo." Dije mirándola directamente a los ojos para que entendiese que le estaba diciendo la verdad "Espero que ni se te ocurra hacerle el más mínimo daño, porque entonces lo del brazo no será nada comprado con lo que te haré."

"Antes me tiro de un puente." Una sonrisa apareció en su rostro, pero pronto la cambió para una más seria. Esta chica realmente se preocupaba por su hermana y sobrina mucho. "Si quieres, puedes bajar a desayunar con nosotros. Mi madre estará encantada de conocerte." Dijo "¿Y eso?" pregunté.

"Mi madre no es estúpida, y sabe que tiene que haber alguien en la vida de Alexandra que haga que tenga más a menudo una sonrisa en el rostro." Dijo rodando los ojos "¿Y crees que soy yo?" pregunté confundido de que creyese eso, hasta hace menos de un minuto, me estaba amenazando.

"De no ser así, no pisarías esta casa ni de coña y no te permitiría acercarte a ella cuando no está bien como lo hizo esta noche. Creo que nos podemos llevar bien tú y yo." Dijo con una pequeña sonrisa en el rostro "Eso ayudaría a que no me asustase cada vez que te viese."

"Es bueno que te asustes, al menos podré asegurarme de que no le haces nada a mi hermana ni a mi sobrina, porque ya te advierto, por ellas mato." Dijo, y podía ver que estaba hablando en serio "Me doy por enterado." Dije levantando las manos.

"¿A qué viene tanto cuchicheo por la mañana temprano?" dijo Alexandra desde la cama y agachando su rostro en el pelo de su hija "Hasta que decides despertarte. Venía a ver si Alison estaba aquí y me distraje hablando. ¿Te puedes ir levantando para que podamos desayunar como una familia normal?"

"Agh, eres pesada, pero ya voy. Pero antes de desayunar, me gustaría hablar contigo y Jennifer." Dijo lo más bajo que podía para no despertar a la niña supongo "¿De qué exactamente?" preguntó con curiosidad su hermana "De algo, ¿ahora puedes hacer el favor de ir a llamar a Jennifer e ir al despacho, por favor?"

"Está bien, está bien, pero no tardes que tengo hambre." Dijo, dándose la vuelta para salir "No lo haré, me vestiré e iré a vestir a Alison." Dijo, apartando el pelo de su hija de su rostro "Espero que no te distraigas con él."

En eso, gira su cabeza en mi dirección y no pude reprimir la gran sonrisa que aparece en mi rostro, y me da la sensación que en la de ella, aparece una pequeña, pero pronto vuelve a mirar a su hermana que acaba yéndose con una gran sonrisa en el rostro.

"Espero que no te estuviese molestando." Dijo sentándose y abrazando a Alison "No lo hizo, al final va a ser maja y todo." Dije medio de coña "Lo es, pero tiene muy mala leche. Bueno, diría que las dos lo tenemos."

"Pues yo por el momento no lo he visto, y espero no verlo." Dije, porque si ya estando de buen humor, daba miedo, no me quiero imaginar cuanto daría en caso de que estuviese enfadada "Espero lo mismo. ¿Por qué no te vas a la cocina para desayunar?"

"Me sentiré raro sin conocer a nadie." Dije "Eso no pasará, pero no te preocupes, pronto bajaré y ya conocerás a alguien." Dijo con una pequeña sonrisa en el rostro "¿No tenías que hablar con tus hermanas?" pregunté y ella asintió "Y lo voy a hacer, pero espero no tardar tanto, todo dependerá de Megan. Y si me tardo, siempre tienes a Alison, parece que le caes bien y todo."

"Me alegra eso. Me voy para dejar cambiarte." Dije, levantándome del sillón "Nos vemos al rato." Dijo con una sonrisa un poco más grande "Nos vemos al rato." Dije igualando su sonrisa y salí de la habitación para dirigirme a la cocina que recuerdo vagamente donde está. Al entrar en esta, la primera sorpresa que me llevo es ver a mi madre allí sentada que no tarda en venir a darme un abrazo.

"Pensé que no volvería a verte más." Dijo con un par de lágrimas en su rostro "Estoy bien mamá." Dije limpiándoselas "Ahora lo sé, pero todos los medios decían que habías desaparecido, que había sangre y tu jefe me llamo para decirme que haría todo lo que estuviese en su mano para rescatarte."

"De él es del que menos te puedes fiar." Dije amargamente, aún no me podía creer todo lo que me había contado Alexandra de mi jefe y compañero "¿De qué hablas?" preguntó "De nada, pero me alegra verte."

"A mí me alegra verte, hijo." En ese momento llega corriendo Alison que va a abrazar a su abuela y luego pasa a esconderse detrás de ella mirando en la dirección de mi madre y mía. No podía evitar querer más a esta niña, de verdad lo digo.

"No tengas miedo, princesa, ellos no te harán nada." Dijo Analissa con la mano en la espalda de su nieta "¿Y quién es esa hermosura?" preguntó mi madre suavemente "¿Les dices tu nombre?" preguntó Analissa con una sonrisa en el rostro "Alison." Dijo aún detrás de su abuela.

"Encantada de conocerte, Alison. Yo soy Débora y este es mi hijo Hugo." Mi madre señaló en mi dirección en el momento que dijo mi nombre "¿Ya te olvidaste de mí princesa?" dije con una sonrisa y ella negó, me agache para quedar a su altura y para mi sorpresa no tarda nada en abrazarme, el cual le devuelvo.

"Creo que nunca había la había visto abrazar a nadie que acaba de conocer." Miré hacia Analissa que tenía una cara de sorprendida, al parecer esto no era normal en ella, lo que me alegraba en cierta parte "Estuvimos hablando ayer por la noche, ¿verdad princesa?" asintió "¿Y le puedes contar a tu abuela de que hablasteis?" preguntó Analissa.

"De mami." Dijo como si fuese lo más obvio del mundo "Por cierto, ¿Dónde están tu madre y tus tías?" preguntó mirando hacia la puerta "Mami me dijo que ya bajaba dentro de un rato, que tenía que hablar con ellas, pero que podíamos comer."

Analissa elevó una ceja y puso una mano en su cintura "¿Estás segura que dijo eso?" preguntó y Alison asintió con una pequeña sonrisa en su rostro "¿Y si se lo pregunto me dirá eso mismo?" le preguntó y Alison se fue rápidamente a junto ella y agarrarle de la pierna "No se lo preguntes, abuela, por favor."

"Siempre tienes hambre, pero vamos, no le diré nada." Dijo cogiéndola en brazos y sentándola en uno de los taburetes. "Sentaos, dudo que vayan a tardar poco." Dijo empezando a andar de un lado a otro en la cocina cogiendo platos "Nosotros podemos esperar."

"Oh no, no voy a permitir que mis invitados esperen. Sentaos a desayunar." Mi madre y yo nos echamos a reír, pero le hicimos caso. Al parecer Analissa no era fácil de convencer, pero la verdad tenía hambre, por lo que no le puse muchas pegas tampoco, y mientras desayunábamos, tanto mi madre como Analissa estuvieron hablando, mientras yo escuchaba todas las historias de Alison de su día a día.

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