webnovel

Capitulo 112: Triple romance

Entonces ambas aparecieron en el comedor. Goku se frotó las manos gustoso. Tenía hambre.

Y cuando sirvieron la comida y bendijeron los alimentos, se puso a devorar todo cuanto pudo.

De repente Goku hizo una pausa. Tomó una servilleta y se limpió la boca. Debía decirlo ya.

-Por cierto, me ausentaré un tiempo -habló seriamente Goku- Estaré en el reino de Asgard.

-¿Y eso? -Tsubaki estaba algo curiosa.

-Luego de derrotar a Raiser, el rey Odin me ofreció la opción de entrenarme allí -respondió Goku- Y creo que es una oportunidad de oro.

-Suena increíble, ¿y cuándo te vas a Asgard? -Suzaku preguntó. Estaba alegre por su amado.

-Mañana mismo. Con lo de hoy me he dado cuenta que debo aumentar mi fuerza -contestó.

Aunque el verdadero motivo era para buscar cierto ingrediente mágico para revivir a Juhee.

-Ten cuidado, ¿sí? No todos los dioses son buenos -declaró Tsubaki y Goku asintió serio.

Tras eso, el chico devoró la comida restante. Tsubaki se levantó y empezó a despejar la mesa.

-Te toca -susurró ella sonriéndole a Suzaku.

Suzaku asintió nerviosa y analizó a Goku, pensando en cómo tenía que proceder ahora.

-Dile a Tsubaki que me voy ya a descansar, ¡mañana será un día muy largo! -exclamó Goku.

-¡E-espera t-te acompaño! -Suzaku reaccionó rápidamente- ¿P-puedes llevarme en tus brazos?

-Por supuesto -respondió Goku tomándola.

Con ella en brazos subió las escaleras hasta llegar a su habitación, que era bastante grande.

Goku la dejó suavemente en la cama y tras retirarse la camiseta se metió así en el baño.

"Debes poner tú de tu parte para que surja el momento perfecto"- Suzaku recordó entonces.

La chica retiró su kimono quedando en ropa interior. Un sujetador y bragas de color negro.

Suzaku apagó la luz del techo y prendió la lámpara de la mesita de noche. El ambiente era genial, era el perfecto para cualquier pareja.

Cuando Goku salió de la ducha, se llevó una grata sorpresa. Y más cuando miró a Suzaku.

"..." el chico estaba sin palabras.

Suzaku se veía increíblemente sexy.

La bella chica dio unos golpecitos suaves a la cama sonriendo, y Goku asintió robóticamente.

Una vez recostado sobre la cama, Suzaku se subió a su regazo y le dio un beso en los labios.

Goku profundizó aquel beso llevando ambas manos a la cintura de la chica, quien se detuvo.

-G-Goku, ¿me amas? -le preguntó Suzaku.

-Claro que sí -el azabache asintió sin dudarlo.

-E-entonces déjame demostrártelo -susurró Suzaku besando con amor los labios de Goku.

De un momento al otro, Suzaku se quitó el sujetador. Goku quedó maravillado ante eso.

-N-no seas así, me avergüenzas -se quejó ella.

-Perdón, es que eres perfecta -musitó Goku suscitando un sonrojo en su amada doncella.

Goku alzó la cabeza y besó los pezones de Suzaku, mordiéndolos con ligereza y suavidad.

-Hmmmmm -la chica contuvo aquel gemido.

Tanto se excitó ella ante las succiones del azabache sobre sus pezones que enrolló sus piernas tan suaves, alrededor de su cintura.

Goku deslizó el largo cabello de Suzaku y la recostó sobre la cama, quedándose el encima.

Con sosiego abrió las piernas de la chica y besando desde sus muslos hasta su abdomen, comenzó a retirarle sus bragas de la cintura.

Suzaku cerró los ojos con fuerza, miles de pensamientos se acumulaban en su cabeza.

Todas sus inseguridades sugieron de repente.

-¡E-espera! -exclamó deteniendo a Goku.

-¿Qué te sucede? -preguntó Goku curioso.

-N-no puedo, no me siento preparada -dijo Suzaku subiéndose las bragas y abrazó sus rodillas- P-perdón, a-arruiné nuestra noche.

-Claro que no Suzaku -habló Goku mirándola de frente- No estás obligada a hacer esto si no quieres. No es como si fuera algo obligatorio.

-S-sí que quiero hacerlo contigo pero siento que todavía no ha llegado el momento -agregó Suzaku- Quiero hacer todo m-más a mi ritmo.

Para Suzaku, el escenario más perfecto e ideal para hacerlo era la noche de bodas. Un momento especial, pero no deseaba ser egoísta con Goku.

Pero no quería privarle de placer por culpa de aquello. De ahí nacían todas sus inseguridades.

Ella era una chica tradicional, criada bajo las viejas costumbres. A diferencia de Tsubaki, que pasó más tiempo con Sona que con la familia.

-Oh bueno, entiendo -dijo Goku rascando su cabeza- Iremos a tu ritmo entonces, ven aquí.

Goku la abrazó y besó su frente sonriendo. Suzaku recostó la cabeza en el pecho de Goku.

De pronto, la puerta se abrió sola. Tsubaki se cayó al suelo, como si hubiera estado apoyada.

Y en lugar de ayudarla a levantarse del suelo, Goku se echó a reír. Suzaku también, eso mejoró bastante su humor. Tsubaki resopló enfadada.

"¡Goku!"

Tiempo después.

Goku estaba meditando fuera en el jardín mientras las chicas estaban dentro durmiendo.

Ahora estaba recordando las palabras de esa mujer llamada Ophis que apareció en su mente.

"El enemigo puede destruir el planeta"

Aquella declaración erizó su cuerpo. Jamás había oído de alguien que fuese tan poderoso.

-Con más razón debo aumentar mis poderes cuanto antes -habló Goku apretando los puños.

Lo del dejà-vu era algo que tampoco entendía. ¿Acaso estaba relacionado con el ser que le dio el sistema? Aquel ser conocido como Ashborn.

-Ni idea -suspiró Goku con mucho tedio.

De repente, alguien le abrazó por la espalda.

-¿T-Tsubaki? -preguntó Goku sorprendido.

-Me levanté a por agua y no te vi en la cama -respondió ella- ¿Qué haces aquí a estas horas?

-Salí a tomar aire -dijo Goku con una sonrisa.

Tsubaki se sentó junto a Goku y recostó la cabeza en su hombro, pero sintió algo extraño.

-¿Qué te inquieta? Conozco bien esa cara -preguntó Tsubaki mirando los ojos de Goku.

-No es nada, sólo que vendrán muchos más enemigos y quiero asegurarme de que estén a salvo -respondió Goku devolviendo la mirada.

-Tranquilo, estaremos bien -susurró Tsubaki tomándole de la mano- ¿Cuánto tiempo te irás?

-Menos de un mes -contestó el chico.

-Te echaré de menos -musitó Tsubaki, pues nunca antes habían estado así de separados.

-Y yo a tu comida -Goku bajó la mirada.

-¡¿Sólo mi comida?! -Tsubaki le recriminó.

-No, no, a ti también hehe -agregó Goku rápidamente rascando su cabeza- Te quiero.

-Y yo a ti -Tsubaki le dio un beso en los labios.

-Vamos a dormir -habló Goku ayudándola a ponerse en pie y tomados de las manos los dos regresaron al interior de la casa a descansar.

Fuera de casa, Azazel les observaba con una foto en la mano. Estaba bastante sorprendido.

"Así que este es tu hijo, Gine"

Al día siguiente.

"Ten, está todo"

Tsubaki le extendió una mochila a Goku, ahí dentro iba su equipaje: ropa, cepillo de dientes.

-Para que almuerces más tarde -dijo Suzaku dándole una bolsa- ¡Procura que no se enfríen!

-Claro, lo comeré nada más llegar -contestó Goku sonriendo- Cuídense, las quiero mucho.

"¡Y nosotras a ti!"

Goku sacó la joya que le había dado Odin e imbuyendo magia en ella, desapareció de ahí.

Al abrir los ojos, se vio sobre un puente de cristal, y a su lado un anciano con un cuerno.

"Este debe de ser Heimdall"- pensó Goku recordando lo que sabía sobre los nórdicos.

Heimdall era el guardián de este puente, el Bïfrost, y con su trompeta Gjallarhorn anunciaba las llegadas y salidas de deidades de Asgard.

Y anunciaría la guerra final. El Ragnarök.

"¡Buenas! ¡Te llevaré ante Lord Odin!"

Goku se giró y vio a una hermosa chica de cabello plateado que vestía un traje oscuro.

-¡Hey! Tú eres la hermosa chica de esa vez, ¿verdad? -exclamó Goku con una gran sonrisa.

El rostro de Rossweisse se volvió rojo.

Esta no sería una travesía para nada fácil.