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Capítulo 83: Noche de amor...

Los ojos de Tsubaki se abrieron ante aquellas palabras y con un destacado sonrojo en su tez asintió moviendo lentamente la cabeza.

-¡Bien! Entonces nos casaremos, hay que celebrarlo -declaró Goku frotando sus manos con ansias, listo para comer un banquete.

El único banquete que recibió fueron la labios de Tsubaki, pues su amada se abalanzó sobre él besando con amor y fogosidad sus labios.

Goku hizo un esfuerzo para seguir el ritmo ya que le pilló desprevenido, pero prontamente se recuperó e igualó el duelo entre sus lenguas.

Sí, comenzaron a besarse así por iniciativa de Tsubaki y Goku aprendió con facilidad, tenía que admitir que era algo electrizante y placentero.

-T-todavía no te he contado todo, hay algo que debes saber -intentó hablar el chico pero con los besos de Tsubaki se le hizo algo imposible.

Tsubaki se subió pues a su regazo mientras profundizaba con pasión el beso enrollando sus brazos alrededor del cuello de su amado.

¡No!

¡Esto no debía ser así!

Necesitaba imponerse.

Después de todo era un Monarca.

No debía ser dominado.

Debía dominar.

Así que, tomó el control.

Su lengua reclamó tiránicamente a la lengua de Tsubaki danzando junto a ella en un movimiento rápido de vorágine en el interior de su boca.

-Mmmm~ah... ah -Tsubaki no pudo evitar gemir de placer pero en el fondo estaba impresionada por la iniciativa que había tomado su amado.

Sus gemidos subieron de tono cuando las manos de Goku apretaron sus suaves glúteos.

Esta vez, fue algo premeditado por Goku.

Realmente quiso tocar y agarrar el trasero de Tsubaki, pero la función principal aún no se había representado. Quedaba mucho por delante.

Con brusquedad Goku empujó el cuerpo de Tsubaki contra el sofá y retomó lo que había dejado besando así el cuello de Tsubaki.

El monarca marcaba su territorio.

Sus manos viajaron debajo del kimono de Tsubaki acariciando sus muslos carnosos y haciendo que su cuerpo temblara de placer.

-Aah~ e...espera G-Goku~mmm -Tsubaki gimió de excitación pero sentía que debían parar antes de llegar más lejos o se arrepentirían después.

Pero entonces, Tsubaki lo supo.

Supo que había provocado a una bestia.

(Nota: De aquí en adelante se sucederán una serie de escenas de contenido explícito. Así que si eres sensible a esto, recomiendo saltarte el resto del capítulo)

"Hmm..."

Tsubaki soltó de sus labios un suave gemido cuando sintió las manos de Goku acariciando sus muslos mientras reclamaba sus labios.

Tsubaki nunca había vivido este tipo de experiencias, pues no había tenido un novio hasta ahora con quien pudiera hacerlo.

Pero ahora, que tenía a Goku y era el amor de su vida, disfrutaría al máximo este tipo de situaciones que resultaban tan placenteras.

Así que...

-G-Goku e-espera -imploró Tsubaki intentando apartar el cuerpo de Goku por más tentada que estuviera a prolongar este momento de amor.

Entonces, Goku salió de su obnubilación.

Realmente se dejó llevar por su profundo deseo de complacer a su amada y comenzó a moverse guiado por los instintos más prístinos de su ser.

Y tenía que admitir que lo disfrutó.

Disfrutó como nunca estas sensaciones tan placenteras. Pero tal vez, Tsubaki no pensaba lo mismo que él, podía haberla incomodado...

-L-lo siento, quería hacer que te sintieras bien y me dejé llevar -se disculpó Goku rascando su nuca- Entiendo que no quieras continuar esto.

Era algo normal, no veía otra razón por la cual Tsubaki se hubiera separado de él. Ella no quería continuar con esto, y por lo tanto le apartó.

-M-me sentí bien, por eso q-quiero continuar... -murmuró Tsubaki sumamente sonrojada y los ojos de Goku se abrieron- P-pero aquí no...

Tsubaki quería continuar esto porque quería disfrutar al máximo cada momento que pasaba con Goku, y quería profundizar en su relación.

Llevaban una semana como novios. Y sí, sería algo precipitado dar ese paso en su relación pero nunca se sabía lo que iba a pasar en el futuro.

Lo mejor sería disfrutar cada momento con la persona que amaba como si no hubiera un mañana, como si no hubiera un amanecer.

Goku estaba perplejo ante aquellas palabras, no se esperó que Tsubaki quisiera continuar pero en el fondo él también quería ir más adelante.

Amaba bastante a Tsubaki y daría su vida por ella, pero honestamente no sabía si en el futuro volvería a tener momentos así con su amada.

Entre Kokabiel, Asgard, el castillo demoníaco, buscar los ingredientes para sanar a Juhee... no tendría mucho tiempo para estar con Tsubaki.

Y mucho menos con Suzaku, su prometida. Ya no se hablaba de Aika, dado que con todo lo que tenía encima no había podido estar con ella...

Y ahora, que tenía la oportunidad de estar con Tsubaki, la aprovecharía como si no hubiera un mañana, como si no hubiera un amanecer.

"¡E-ep!"

Tsubaki gritó tiernamente cuando su cuerpo se elevó en los brazos de Goku. Se sintió como una princesa en los brazos de su amado príncipe.

Entrelazó sus brazos alrededor del cuello de Goku y comenzó a besarle suavemente mientras se abrían paso lentamente hacia la habitación.

Goku profundizó el beso sin cerrar los ojos, y le sirvió de mucho pues estuvo a punto de chocarse de frente con la puerta del cuarto.

Pero no fue así.

Nada más entrar Goku recostó a Tsubaki en la cama y retiró su camisa en un gesto rápido, dejando a la vista sus abdominales trabajos.

Tsubaki se sintió indefensa cuando Goku comenzó a acercarse lentamente y se arrastró hacia ella como un devorador hacia su presa.

Sin perder tiempo el azabache retomó aquel beso de antes, la torpeza de sus primeros días de relación había desaparecido totalmente.

Ahora besaba con amor y pasión.

Sí, una pasión que surgió desde su corazón, desde lo más recóndito de su ser, desde el amor incondicional y eterno que sentía por esta chica.

Jamás pensó que Tsubaki llegaría a ser tan importante para él, pero desde aquella noche en su casa Goku no pudo dejar de pensar en ella.

Y había transcurrido casi un mes desde entonces. En ese lapso de tiempo pasaron muchas cosas importantes con Tsubaki.

Desde cocinar en su casa hasta sincerarse el uno con el otro, estar juntos en uno de sus peores días, dormir juntos, ser pareja, etc...

Muchísimas cosas en poco tiempo que habían hecho de Tsubaki una persona importante para él y con la que quería pasar el resto de su vida.

Por eso, en este momento, le demostraría a Tsubaki cuán grande era su amor por ella. Le haría sentir bien, y se esforzaría por lograrlo.

"Ahh... Hmmm..."

Los tiernos gemidos de Tsubaki no tardaron en hacerse presentes creando así un aire libidinoso mientras Goku besaba con emoción su cuello.

Jamás pensó que Goku sería tan importante para ella y que llegarían un punto donde estaban uniendo sus cuerpos como lo hacían ahora.

Desde un primer momento Goku le pareció tierno. Pero esa noche en su casa, cuando pudo conocerle mejor, supo que él era especial.

Y el tiempo acabó dándole la razón, pues a lo largo de su vida no había conocido a una persona tan única y especial como Goku.

Y sin que lo supiera comenzó a enamorarse de su sonrisa, de su inocencia, de su ternura, de su valentía, de su determinación... de todo de él.

Hasta que finalmente le confesó su amor, y para su sorpresa Goku sentía lo mismo por ella. Desde entonces, ambos se hicieron novios.

Comenzaron a vivir juntos durante cuatro días y todo fue viento en popa. Comían juntos, veían películas, se besaban... hasta que Goku se fue.

Tras día y medio, volvió. No fue fácil enterarse de que ahora tenía una prometida, pero mientras Goku siguiera amándola, eso no la molestaría.

Pero lo que la motivó a dar este paso, es que casaría con Goku. Sellaría su amor con él para toda la eternidad, más alegre no podía estar.

Y por eso, en este momento, le demostraría a Goku cuán grande era su amor por él. Le haría sentir bien, y se esforzaría por conseguirlo.

"Ah..."

El cuerpo de Tsubaki se retorció cuando las ásperas manos de su chico viajaron hacia sus tersos muslos, acariciando con suavidad.

Aquellas manos no se detuvieron y siguieron ascendiendo a lo largo del cuerpo celestial de Tsubaki, acariciando cada detalle de ella

Hasta que alcanzaron dos suaves bultos, sintiendo una suavidad extrema cuando sus manos entraron en contacto con ellos.

Eran los pechos de Tsubaki.

El cuerpo de Tsubaki se contrajo en aquel instante y por instinto natural apartó a Goku, quien se sorprendió por aquella reacción.

-N-no soy hermosa, n-no creo que quieras verme -Tsubaki bajó la cabeza mientras profería aquellas palabras. Estaba avergonzada.

Muy avergonzada.

No quería que Goku viera su cuerpo.

No tenía un cuerpo hermoso.

Para su sorpresa, Goku tomó su barbilla mirándola con una sonrisa inocente y atractiva.

-No eres hermosa... eres perfecta -espetó Goku haciendo que Tsubaki abriera sus ojos sorprendida y sonrojada por lo que oyó.

Sabía que Goku era alguien bastante sincero, y que esas palabras no eran un consuelo para ella.

Sino la pura verdad.

Si Goku decía que ella era perfecta, entonces no necesitaba oír nada más para recuperar su confianza y disfrutar de este gran momento.

-E-está bien, pero d-date la vuelta -pidió Tsubaki sumamente sonrojada y Goku asintió sonriendo.

Se dio la vuelta y esperó ansioso a que Tsubaki terminara. No es que fuera pervertido, pero debía admitir que estaba físicamente emocionado.

"Y-ya puedes mirar"

Tras escuchar aquellas palabras se volteó, notando que Tsubaki había retirado su kimono y una sábana cubría una parte de su cuerpo.

Se tapó los senos sintiéndose tan avergonzada como nunca, y más con la mirada tan anonadada que le dedicaba su amado en este instante.

Y era normal.

Ver un cuerpo tan espectacular no era algo que acontecía todos los días. Se llenó de una dicha insaciable al recordar una cosa importante.

Que ese cuerpo era suyo.

Pues Tsubaki era su novia.

-P-por favor n-no me mires de esa forma tan vergonzosa G-Goku -musitó Tsubaki tiernamente.

Goku salió de sus pensamientos al oír aquellas palabras y mostró una sonrisa nerviosa viéndola.

-Yo también estoy nervioso, esta es mi primera vez haciendo este tipo de cosas... pero me voy a esforzar para hacerte sentir bien -declaró Goku.

Oyendo eso Tsubaki se sintió más relajada.

Goku también era primerizo, y se estaba esforzando para hacerla disfrutar. Ella también debía contribuir y hacer su mejor esfuerzo.

Con lentitud comenzó a bajar sus manos y tras unos segundos de espera, sus senos quedaron a la vista de un ensimismado y atónito Goku.

Eran de tamaño abundante, blancos y suaves como bolas de nieve, con unos pezones rosados y erectos debido a la gran sicalipsis en su ser.

Tsubaki sentía que no era capaz de mirar de nuevo a Goku, y para sorpresa suya sus labios fueron besados con fuerza por el azabache.

Sus lenguas no tardaron en cobrar total protagonismo durante el beso, moviéndose como dos serpientes enrollándose entre sí.

Aquella muestra de afecto carnal continuó prolongándose mientras las manos de Goku tanteaban el cuerpo divino de su amada.

"Ahh... ¡Ngh!"

Tsubaki gimió llena de éxtasis cuando sintió las manos de Goku apretando sus orbes de jade con suavidad, hasta que empezó a amasarlos.

Su cuerpo se encorvó ligeramente fruto del gran placer que la subyugaba y sus piernas temblaron destilando dulce néctar desde su intimidad.

Goku se había dejado llevar totalmente por la lascivia, ahora se movía bajo el único propósito de hacer disfrutar mucho a su novia Tsubaki.

Sus labios rodearon la circunferencia del pezón de su amada y su lengua comenzó a moverse en círculos alrededor de la suave aureola mamaria.

"Kyaaaaa"

Tsubaki no pudo contenerse ante aquello y gritó siendo presa de un placer prohibido que la mantenía cautiva bajo los actos de Goku.

Mientras su boca se mantenía ocupada con el pezón de Tsubaki, una mano se encargaba del otro seno y la otra mano acariciaba su muslo.

Aquella mano comenzó a ascender lentamente hasta que se encontró con el lugar de Tsubaki, y entró con dos de sus dedos cual intruso.

"Hmmm... ahhh"

Tsubaki se tapó la boca al haber alcanzando la cúspide del placer carnal: el orgasmo, y sus ojos se llenaron de leves lágrimas al momento.

Quien sabe si esas eran lágrimas del exceso de placer, o lágrimas de felicidad por sentirse amada y vivir esta experiencia tan apasionante.

Nunca antes había sentido algo tan...

Genial.

-T-te amo Goku, te quiero... -susurró Tsubaki abrazándole con amor, y el chico se detuvo.

Después de haber disfrutado tanto del cuerpo de Tsubaki, había llegado a su límite y sinceramente no sabía si aguantaría más todo lo que sentía.

-T-también te amor Tsubaki... ¿estás lista? -preguntó Goku con una voz ronca, pero a la vez con esa gran gentileza que le caracterizaba.

-Mn, quiero que me hagas tuya esta noche... mi amor -respondió Tsubaki con una pequeña sonrisa y besó los labios de Goku.

Y con eso, Goku se lanzó.

Se unieron en cuerpo y alma disfrutando del placer carnal en una noche que jamás olvidarían.

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