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Capitulo 74: Pesadillas...

Goku notó que estaba en un lugar sumamente oscuro. Esto era extraño, nunca tuvo sueños así.

Aunque desde que obtuvo sus poderes tuvo un sueño extraño al que no le dio importancia, y otra vez apareció una gran armadura frente a él.

Pero ahora, no veía nada...

Un momento.

Comenzó a vislumbrar algo.

De repente varias personas aparecieron enfrente de él mirándole y Goku retrocedió incrédulamente.

-N-no puede ser... yo... -murmuró el azabache viendo con confusión a las personas frente a él.

"Nos mataste, ¿verdad?"

Quien dijo aquello fue Reynare.

Sí, quienes estaban frente a él eran aquellas personas que había matado desde que tenía poderes. Eran un total de cinco personas.

-No tuve de otra, tenía que proteger mi ciudad -respondió el pelinegro apretando sus dientes.

Sabía lo que estaba sucediendo.

Aunque había aceptado el hecho de que debía matar para proteger, todavía seguía siendo un humano y cada vez que mataba a alguien...

Eso se grababa en su corazón.

Y ahora le estaba pasando factura.

Su pasado le estaba persiguiendo.

-¿Y quién nos protegía a nosotras? -preguntó Mitelt mientras que se llevaba la mano al pecho.

-¿No pudiste haber pensado que nosotras estábamos sufriendo? -Kalawarner inquirió realizando el mismo gesto que Mitelt.

-Nosotras también teníamos sueños... pero cuando nos mataste esos sueños murieron con nosotras -habló Reynare con tono afligido.

Goku trató de decir algo pero al girar la vista vio que Donnashik y Freed yacían inertes en el suelo con el pecho del lado izquierdo atravesado.

Tal como les había asesinado.

Se volteó lentamente y para su horror vio que también las tres caídas yacían de la misma forma.

Sin el corazón en el pecho.

Con sangre bajo sus cuerpos.

Goku retrocedió atemorizado y bajando la mirada se percató de que sus manos estaban manchadas de sangre. Se cayó de rodillas con ojos asustados.

"¿Por qué me pasa esto? Creí que ya lo había superado..."- discurrió Goku poniéndose en pie.

Creyó que había superado esas muertes.

Pero en realidad no, sólo ocultó su culpa.

Más bien, evadió ese pesar que le causaba.

Otras figuras aparecieron, para su sorpresa.

Eran las bestias que había matado a lo largo de estas semanas, ahora parecían clamar venganza.

Goku intentó invocar a sus dos dagas pero no funcionó. Lo intentó de nuevo, y fracasó otra vez. Trató de abrir una pantalla del sistema pero nada.

El sistema había desaparecido.

"¡¿Qué está sucediendo?!"- se preguntó Goku notando que el sistema no respondía y las bestias acechaban cada vez más feroces y salvaje.

"Sálvame"

"Ayúdame"

Para horror suyo, muchas de las personas que apreciaba ahora estaban siendo devoradas por las bestias sin que él mismo pudiera hacer nada.

-¡NOOO! -gritó Goku corriendo hacia ellas pero estaba indefenso. No podía protegerlas a ellas.

Tsubaki, Suzaku, Aika, Asia, Juhee... todas ellas clamaban por ayuda ante la mirada de impotencia de Goku quien liberó varias lágrimas al acto.

"Esto pasa cuando portas el poder de la muerte"

Goku alzó la vista al cielo al oír esa voz, era la misma voz de la armadura con la que soñó en el pasado pero esta vez no podía ver a nadie.

"Debes aceptar la muerte, debes aceptar que la muerte también forma parte del ciclo de la vida"

"Debes aceptar a la muerte en ti..."

"Sólo así, podrás proteger lo que amas"

Antes de que Goku pudiera proferir nada más aquel lugar relumbró antes de volverse oscuro.

Tan oscuro como la muerte.

Fin del sueño.

Goku se despertó entonces y reparó en que estaba en su habitación. Suspiró llevándose la mano a la frente, notando así que sudaba.

"Ese sueño... ya lo comprendo, me mostró mis mayores miedos"- pensó Goku mirando el techo.

Sí, sus mayores miedos...

Perder a las personas que amaba, aquello pasaría si era incapaz de protegerlas tal como pasó en el sueño donde perdió el sistema.

Entonces, recordó las palabras de la voz.

"Sólo aceptando el poder de la muerte podré proteger lo que más amo... eso no lo entiendo"- indagó Goku tomándose de los cabellos.

Goku sabía que su poder le permitía hacer surgir sombras a partir de los cadáveres. Es decir, tenía cierto poder y cierta autoridad sobre la muerte.

Pero el poder sobre la muerte realmente no era suyo, era algo que le otorgó el sistema así como las demás habilidades que él había obtenido.

Sí, esos poderes no eran suyos.

Por eso temía que si algún día el sistema desaparecía todo volviera a la normalidad.

Todo ese poder desaparecería y no podría proteger a nadie. Así se enlazaban sus mayores miedos, y eso le había mostrado el sueño.

¡No!

¡Eso no debía ser así!

"Esta es mi normalidad, debo aceptar que este poder lo he ganado esforzándome"- pensó Goku recordando todo lo que vivió con el sistema.

Obtuvo cada habilidad después de un gran esfuerzo y peleas que le dejaron al borde de la muerte. Sí, así se había ido fortaleciendo.

El poder de la muerte era consecuencia de la senda que había tomado. Una senda donde tenía que matar para proteger a sus seres queridos.

Ese era su camino.

Por lo tanto, este era su poder.

Debía aceptarlo como suyo..

"Creo que ahora lo entiendo mejor"- discurrió Goku notando que estaba amaneciendo y se giró viendo que Tsubaki descansaba de espaldas.

Sonrió y se volvió a dormir.

Horas después.

Tsubaki arrugó su rostro al sentir los rayos solares incidiendo sobre su hermoso rostro.

Lentamente la bruma en sus ojos se fue despejando, revelando así la divergencia de colores que había sus globos oculares.

Intentó alcanzar sus lentes, que estaban en la mesita de noche, pero sintió entonces que algo sujetaba su cintura con suma vehemencia.

Más bien, un par de brazos.

Entonces girando ligeramente la cabeza se percató de que era Goku quien estaba abrazando su cintura mientras que dormía plácidamente.

Los recuerdos del día anterior vinieron a su mente y un gran sonrojo apareció en su rostro.

Ahora era la novia de Goku.

Y además, viviría con él.

Invadida por una inmensa felicidad Tsubaki entrelazó sus dedos con los de Goku afianzando el agarre y cerró sus ojos para volver a dormir.

Su sueño apenas duró tres horas más.

Sabiendo que era medio día, Tsubaki sacudió ligeramente el cuerpo de Goku. Ambos tenían cosas que hacer y no podían quedarse ahí.

-Despierta Goku, es hora de levantarse -dijo Tsubaki pellizcando sus dedos y el azabache respondió con un ronquido ante aquello.

-Diecisiete minutos más jeje... -murmuró Goku acurrucando su cabeza en el cuello de Tsubaki.

-L-lo estás haciendo a propósito, ¿verdad? -preguntó Tsubaki sonrojada al sentir el aliento de su amado introduciéndose en su oreja.

-¿Cómo lo supiste? -preguntó entonces Goku abriendo sus ojos pero sin soltar aún a Tsubaki- Buenos días Tsubaki, ¿cómo has dormido?

-B-bien pero tenemos que levantarnos... hay cosas que hacer -contestó Tsubaki forcejeando tiernamente para que Goku la soltara por fin.

Goku se dio cuenta de aquello, y la abrazó más fuertemente, negándose así a soltar a su amada.

-Pero se está muy cómodo así... ¿no crees? -preguntó Goku ya que realmente no tenía ganas de levantarse de la cama en este momento.

-S-sí, pero... -musitó Tsubaki atraída por la idea de pasar el resto del día recostada junto a Goku.

Los ojos del chico brillaron al oírla.

-¡Pero no vas a lograr que caiga en tu trampa Son Goku! Como no te levantes ahora... ¡no te cocinaré ninguna comida! -amenazó Tsubaki.

Un segundo después, Goku ya estaba en pie parado firmemente y haciendo un saludo militar frente a Tsubaki, quien se rió ligeramente.

"Ya tengo una carta para usar a mi favor cuando sea necesario"- pensó Tsubaki complacida por lo que hizo Goku al oír que no le hará la comida.

-No es gracioso Tsubaki, me habría gustado quedarme así... -se quejó un chibi Goku con un puchero mientras que se cruzaba de brazos.

-Tenemos todo el tiempo del mundo -se rió Tsubaki con burla- ¿No te irás a entrenar hoy?

-Sí, eso iba a hacer ahora... pero aún sigo molesto -contestó Goku fingiendo un enfado.

Se le daba de pena.

-¿E-estás molesto conmigo Goku? Y yo que pensaba hacerte un gran desayuno para cuando regresaras... -Tsubaki, a su vez, fingió tristeza.

El rostro de Goku palideció.

-¿Yo molesto contigo? ¡Qué va jaja! Sólo estaba bromeando -farfulló Goku sonriendo con nervios- ¿Sabes qué? Mejor me voy a entrenar, eso haré.

Goku se dio la vuelta temiendo por su desayuno, pero ignoraba que Tsubaki se estaba burlando de él. Le estaba devolviendo el golpe de antes.

"E-espera"

Pero se detuvo al oír la voz de su amada y se percató de que sus mejillas estaban sonrojadas.

-T-todavía no me has dado el beso de buenos días -expresó Tsubaki perdiendo esa confianza que había mostrado durante la conversación.

Ahora estaba avergonzada.

-Oh... cierto jeje -contestó Goku acercándose a ella y besó sus labios como había hecho en otras ocasiones. Prácticamente se había habituado.

Y debía confesar que le gustaba hacerlo, pues producía en ser sensaciones que adoraba y que nunca antes había experimentado en su vida.

Tsubaki cerró sus ojos pero el beso no duró tanto, después de todo era un beso mañanero.

-Ve con cuidado, amor mío -expresó Tsubaki ruborizada. Reunió mucha fuerza de voluntad y confianza para soltar ese apodo de sus labios.

Goku se sorprendió, pero le dedicó una enorme sonrisa a Tsubaki antes de salir de la habitación.

Tsubaki comenzó a arreglar la cama mientras tarareaba una melodía que aprendió de pequeña.

No tardó demasiado y se dirigió a la cocina para prepararle el desayuno a Goku. Se vistió un delantal blanco mientras seguía tarareando.

Ahora estaba viviendo la época más feliz de su vida al lado de su amado Son, y en el fondo deseaba que fuera así por el resto de sus días.

"Oba-chan... finalmente soy feliz, encontré al amor de mi vida"- pensó Tsubaki recordando a su fallecida abuela con nostalgia en sus ojos.

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