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Capitulo 33: Club de lo oculto

Goku caminaba tranquilamente mientras iba detrás de Kiba, estaba ansioso por saber qué es lo que deseaba Rias de él, pero se hacía una idea.

Lo que Goku se imaginaba es que ella le vio de alguna manera usando sus poderes para derrotar a Reynare, no encontraba fallas en su lógica.

"¿Me pedirá ser uno de ellos? Pero desde luego no voy a aceptar"- pensó Goku bastante decidido debido a que quería trazar su propio camino.

De repente un muchacho apareció de la nada caminando a la par de Goku, quien alzó la mirada para ver de quién se trataba y al distinguir aquel cabello castaño supo de quién se trataba.

-¡Issei! -exclamó Goku al ver que el chico seguía vivo después de lo ocurrido ayer con Reynare.

-¡Goku-saaaaan! ¡Tú estabas ayer conmigo cuando sucedió todo lo de ayer! ¿Recuerdas a Yuuma-chan, verdad? Nadie aparte de mí la recuerda, ¡ni siquiera Matsuda ni Motohama! -exclamó Issei sumamente agobiado por aquel suceso mientras Goku sonreía con nervios.

Issei sabía que esto no había sido un sueño, sabía que ayer por la tarde quedó con una chica de nombre Yuuma y que tuvieron una cita.

Sabía que Yuuma se transformó en una especie de ángel de alas negras y que justo cuando ella le iba a asesinar, apareció Goku para defenderle... pero luego él murió traspasado por una lanza.

Lo primero que vio al abrir los ojos fue a la hermosa presidenta del club de ocultismo Rias Gremory... ¡estando desnuda en su cama!

Para colmo Rias desayunó con él y sus padres, y juntos caminaron a la escuela Kuoh, siendo la envidia de sus dos mejores amigos... y ahora aparecía Kiba para decirle que Rias quería verle.

-Te creo Issei, todo lo que pasó no fue una alucinación... -habló Goku y el muchacho suspiró tranquilizado- Sé que quieres respuestas pero no soy yo quien debe dártelas, sino Rias-sempai.

-¡Hummm, creo que entiendo! Muchas gracias Goku-san, ayer no pude agradecerte por arriesgar tu vida por salvarme -habló Issei con una sonrisa.

-Tranquilo, no es nada... ahora mejor apresurémonos para llegar cuanto antes -aconsejó Goku e Issei asintió acelerando sus pasos para llegar cuanto antes al lugar.

Kiba sonrió tras haber oído la conversación entre ambos, realmente Issei no era un mal recluta pero definitivamente si su Buchou lograba convencer a Goku para que se pudiera unir a su peerage...

Todo sería mucho mejor.

Con Rias.

Rias daba vueltas alrededor del cuarto oscuro donde solían tener lugar las reuniones del club de lo oculto. Estaba nerviosa, ¿por qué razón? No tenía ninguna respuesta a aquella pregunta.

Akeno intentó tranquilizar a su presidenta preparando un té pero aun así la pelirroja parecía algo tensa... y Akeno dedujo que quizás se debía a la presencia de Goku, pues no sabían qué era él.

Era el temor hacia lo desconocido la razón de los nervios de Rias, en todo caso la chica tenía contemplado que si el asunto se torcía llamaría a su hermano mayor Sirzechs para encargarse.

Pero no había que precipitarse, por eso le había encargado que fuese a llamar tanto a su nuevo peón Issei Hyodou, como al mismísimo Goku.

Koneko mientras tanto comía su tableta de chocolate, estaba disgustada por el nuevo compañero de equipo que tendría pero no le quedaba de otra que aguantar al pervertido.

De repente las puertas del cuarto se abrieron y todas las chicas presentes vieron a Kiba entrando seguido del chico pelicastaño y por último Goku.

Kiba se sentó al lado de Koneko mientras que Issei se dirigió a un sillón y Goku se quedó de pie, mientras tenía los brazos cruzados entre sí.

-No hay necesidad de quedarse de pie Goku-san, aquí hay espacio de sobra -espetó Akeno con su habitual sonrisa pero el chico negó amablemente.

-No es necesario Akeno-sempai, estoy bien de pie y no me gustaría molestar -respondió Goku tranquilamente haciendo gala de sus modales.

Koneko tuvo un escalofrío al percibir el aroma de Goku y el aura a su alrededor... cada día se volvía más tenebroso, como si de un sombrío y profundo abismo absorbiendo el alma se tratara.

Pero negó enseguida la albina, aquello sería imposible ya que Goku era un humano y resultaba ilógico que un humano tuviera un aura tan oscura.

-Entonces, ¿para qué me mandó llamar, Rias-sempai? -preguntó Goku yendo al grano ya que le debía una sincera disculpa a su amiga.

Rias sin perder nada de tiempo, de la misma firma que él, invocó a su familiar murciélago y proyectó las imágenes de ayer, haciendo que Issei se estremezca en su asiento, asustado.

-Ese de ahí... ¡soy yo! -habló el castaño reconociéndose a sí mismo en la esfera que estaba proyectando el familiar de Rias.

"Entonces... estaba en lo cierto, ya descubrieron que tengo poderes, sigh..."- el pelinegro sólo pudo rascarse la nuca ante lo que estaba pasando.

Rias hizo que la esfera de proyección se desvaneciera y al instante tanto ella cono los miembros de su peerage se giraron hacia Goku.

-Sí, tengo poderes... pero soy un humano -respondió Goku con un tono más serio y Rias frunció el ceño, pensando que Goku la estaba tomando el pelo diciendo aquellas palabras.

"No es descabellado que posea una Sacred Gear, pero la pregunta es cuál, y si debo creer en eso..."- discurrió Rias pensando en su siguiente paso.

-¿Cómo lo puedes probar? -preguntó Rias queriendo meter a Goku en su terreno, pero desconocía que el pelinegro iba un paso por delante de ella. No, diez pasos por delante.

-De la misma forma que ustedes pueden probar que son demonios, o que resucitaste a Issei y le convertiste en uno de tus siervos -contestó Goku con confianza y Rias tembló al momento.

-¿Cómo...? -Rias estaba totalmente boquiabierta ante lo que acababa de escuchar, y en el mismo estado estaban Akeno, Kiba y Koneko también.

-Realmente no tengo nada contra ustedes, sé que intentar proteger Kuoh y del mismo modo ese es mi objetivo -habló el pelinegro tranquilamente.

-¿Cómo podemos fiarnos de ti? -preguntó Rias con el orgullo dañado, Goku había hecho jaque mate cuando ella apenas movió una pieza.

Goku no le dejó espacio y al final Rias se quedó sin saber cómo actuar, tenía mil preguntas que hacerle pero su cerebro no daba a basto.

"Después de todo no les debo nada, si vine aquí es para saber qué querían, ahora que lo saben ya puedo irme"- pensó Goku tranquilamente.

-Esa es decisión de ustedes, pero mi actual preocupación es proteger a esta ciudad de los ángeles caídos -respondió Goku, antes de darse la vuelta- Si me disculpan, regresaré a clase. Issei nos vemos en cuanto termines, hasta luego.

-¡D-de acuerdo Goku-san! -Issei se despidió confundido por lo que estaba sucediendo aquí, no entendía nada de lo que hablaban Rias y Goku.

"¡Espera!"

Goku se detuvo al escuchar la voz de Rias y se giró tranquilamente para ver qué es lo que deseaba la Gremory, cuyo rostro era de desaliento ante cómo transcurrían los sucesos.

-¿Qué sabes acerca de los ángeles caídos que rondan esta ciudad? -preguntó Rias ya que esa información valía millones. No, valía billones.

Goku recordó la información que le dio Suzaku anoche respecto al líder traidor de los ángeles caídos, y bueno siendo Rias la "protectora" de Kuoh estaba en su derecho de querer saberlo.

-Es una facción rebelde liderada por un ángel caído de nombre Kokabiel y otro caído llamado Satanael -respondió Goku y se dio la vuelta- Y eso es todo lo que sé por ahora... hasta luego.

"Satanael... ¡no será!"- exclamó la pelirroja en su mente y compartió una mirada con Akeno, este asunto se estaba complicando más de lo esperado y esperaba ser capaz de controlarlo.

Rias vio con bastante impotencia cómo se marchaba quien podía haber sido una de sus mejores piezas, en estos momentos tenía ganas de golpearse a sí misma por lo tonta que fue.

Flashback:

-Akeno, ¿quién es él? -preguntó la muchacha pelirroja viendo a su amiga pelinegra, la cual sonreía tontamente viendo como se iba Goku.

La pelirroja observó que aquel muchacho tenía una complexión bastante atlética y sus músculos estaban bastante definidos, lo que era sumamente extraño para un alumno de segundo curso.

-Son Goku, un estudiante becado de segundo año, es miembro del equipo de kendō siendo el más destacado... hasta ahora es lo que sé pero podría saber más, ¿no crees Rias? -Akeno habló mientras su fabulosa imaginación hacía de las suyas.

Rias retrocedió levemente al ver como Akeno empezaba a babear, lo más probable es que ella estaba viviendo una fantasía erótica en su mente con el "rey de fantasías" donde ella tuviera unos látigos y estuvieran en una habitación oscura...

-Koneko es las más apropiada para este tipo de cosas... le diré que haga una investigación exhaustiva acerca de ese chico -explicó Rias, teniendo la idea de poder unirlo a su peerage.

-Ara ara, sería interesante que alguien como él estuviera en nuestro equipo -aseveró Akeno con una sonrisa... intentando evadirse nuevamente pero Rias le pellizcó- en todo caso ese chico... ¿Issei? ya está en tu punto de mira, ¿no? -preguntó ella-

-Así es, Koneko mencionó que posee aroma de dragón por lo que hemos de esperar la ocasión más propicia... -respondió Rias mientras Akeno asentía, antes de que reanudaran su marcha.

Rias había comenzado a mover los engranajes. Sin embargo, desconocía que ella no era la única capaz de hacerlos girar, solo tendría que esperar.

Fin del flashback.

Rias estuvo tentada a golpearse pero la mano de Akeno en su antebrazo le obligó a detenerse, necesitaba aparentar calma frente a Issei.

Sería tedioso explicarle todo desde cero pero debía hacerlo para que entendiera. Rias había fracasado con el proyecto de reclutar a Goku y desde luego un fracaso con Issei la sepultaría.

-Por lo que escuché de Goku-san... ¿todos ustedes son demonios? -preguntó Issei queriendo confirmar si esto era una broma o no, y entonces.

Flush.

Cada uno de los presentes, salvo Issei obviamente, desplegaron alas negras como de murciélago y consiguieron que Issei se tambaleara ante lo que estaba contemplando.

"¡¿QUÉ?!"

Issei no pudo evitar gritar, sin lugar a dudas se habían lucido con esos cosplay que parecían tan reales como alas negras de verdad... Espera.

¡Eran reales!

"Esto va para largo"- murmuró Kiba con una sonrisa nerviosa al ver el estado de shock en que se hallaba Issei en estos momentos. Aunque era normal su reacción miedosa después de todo.

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