webnovel

Capítulo 94

GABRIELA

Los días iban pasando tranquilamente, tanto que había pasado un mes bien tranquilo. Creo que nunca en mi vida había estado tan tranquila. Cuando le conté a mi primo todo lo que quería saber se quedó flipando un poco, y es que a pesar que en el último año, mi vida se había convertido en un desastre básicamente, había sido también el más feliz de mi vida porque al fin y al cabo volví con el amor de mi vida y nos casaríamos, aunque no sabemos cuando aún, no tenemos prisa.

El día que Alex me pidió que me casara con él, nos la pasamos en casa de mis abuelos y lo habíamos pasado genial, pero debo admitir que lo pasé mejor en la noche. No sé si fue suerte o qué, pero en casa de Alex no habría nadie, y yo no quería ir a mí casa después de volver a casa para no despertar a mis padres, por lo que Alex me dijo que podía ir a la suya. Si ya la primera vez que habíamos hecho el amor se sintió genial, ese día no lo puedo describir con palabras todo lo que sentí.

La verdad es que no sé que hora serían cuando noto unos balanceos, y no quería despertar, por lo que me doy la vuelta y pongo la almohada en mi cabeza.

-Gabriela, es hora de levantarse.

-Pero es muy temprano abuela.

-No, no lo es, son las doce del mediodía.

-Pues eso, es muy temprano, estoy cansada y tengo sueño, ¿es que no puedo dormir más tiempo?

-No puedes, y últimamente siempre estás cansada y con sueño.

-Hace mucho calor para que duerma bien abuela.

-Sé que hace calor, la cuestión es que te están esperando abajo.

-Ellos pueden esperar un rato más, siempre tienen que estar molestando.

-Bueno, le diré a Alex entonces.

Con eso me senté rápidamente en la cama y note como un mareo se apoderaba de mí haciendo que mi vista se hiciese un poco borrosa, pero a mi abuela le pareció gracioso que en cuanto dijo el nombre de Alex me levantase tan rápido porque prácticamente se estaba muriendo de risa en mi cara.

- ¿De verdad que está abajo?

-Obviamente, no te mentiría con eso, quiero ver como te casas antes de morirme.

-Hay abuela, no empieces con eso.

-Es la verdad, algún día me moriré, pero antes quiero ver a mi nieta casada.

-Sé que eso pasará algún día, pero no quiero hablar de eso, asique puedes decir que bajaré dentro de veinte minutos, me quiero duchar para despejar mi cabeza.

-Se lo diré, tranquila, por cierto, felicidades.

Con eso salió de la habitación y yo me quedé sentada intentando entender el por qué de que mi abuela me felicitase, porque no lo estaba entendiendo, pero pronto dejé de pensar la razón porque no debía perder tiempo, no quería tener demasiado tiempo esperando a Alex, más que nada, porque estaban mis primos seguramente, y Nerea es capaz de incomodar a cualquiera en menos de dos segundos.

Cuando me levanté de la cama me mareé un poco, pero lo ignore porque llevaba pasándome un par de días, supongo que era porque no estaba durmiendo lo suficiente a causa del calor.

Igual tardé algo más de veinte minutos, y cuando llegué abajo todo el mundo me felicitaba, y lo peor de todo es que no veía a Alex por ninguna parte, supongo que estaría fuera, por lo que me hago el café y salgo al jardín para desayunar, porque debo decir que me estaban poniendo de mala leche.

Para mi suerte en el jardín no hay nadie, por lo que podré estar tranquila al menos durante un rato, pero cuando me iba a sentar se me cal la taza donde estaba mi café.

-Me cago en todo, joder.

Iba a empezar a juntar los trozos de porcelana cuando escucho como unos pasos se acercan rápidamente en la dirección en la que estaba yo, y la verdad no quería estar con nadie, ahora mismo estaba de muy mal humor como para pagarlas con alguien.

-Mira, quiero estar sola sin que nadie me moleste, asique antes de llegar junto a mí es mejor que te vayas.

-Gabriela ¿estás bien?

- ¿Es qué no has entendido nada de lo que acabo de decirte Kevin?

-Si, pero escuché como se rompía…

-Me cayó la taza y se rompió, no es nada. Déjame sola.

Se fue, pero antes de ir escuché como decía bajo "Vaya humor tienes hoy". Ahora mismo todo era una mierda y estaba cansada de todo, tenía sueño, estaba cansada y no me podía tomar mi café de la mañana en este mismo momento porque la puñetera taza se había resbalado, asique la tranquilidad de todo este mes se había ido.

-Hermosa, ¿estás bien?

Con esas palabras, me giro en la dirección en la que las escuché y lo veo allí de pie, acercándose lentamente a mi dirección hasta que supongo que se fija en la mesa y ve la taza rota que se acerca rápidamente.

- ¿Te has cortado?

-No, estoy bien, de verdad.

-No lo pareces, se te ve enfadada.

-Es que ya fue empezar mal el día, mi abuela viene a despertarme diciéndome que son las doce del mediodía y que estabas abajo, cuando bajo, no te veo por ningún lado y todo me felicita por alguna extraña razón, y ahora me quedé sin café. ¿Cómo no pretendes que esté enfadada? Además, tengo sueño y estoy cansada.

- ��Sigues sin dormir bien?

-Hace demasiado calor como para que duerma bien, y si pongo el aire acondicionado me acatarro.

-Espera, ¿no sabes qué día es hoy?

-Martes.

-Me refiero a día de número.

-Pues no, la verdad es que no tengo ni idea.

-26 de julio.

- ¿Y qué pasa por qué…? Oh, mierda.

-Es tú cumpleaños, mi reina bella.

- ¿Ya ha pasado tanto tiempo?

-Si, pero te tengo una sorpresa.

-Sorpresas hoy no Alex, no estoy de humor para una sorpresa.

-Lo sé, y por eso te lo diré.

-Si es para hacer algo te puedes ir olvidando, porque no tengo ganas de hacer nada.

-Está bien, pero ya te adelanto que mañana nos vamos a la playa, todo el día.

- ¿En serio?

-En serio, ¿no te apetece?

-Claro que me apetece.

-Al menos ya no estás de tan mal humor y estás sonriendo, vamos avanzando.

-Siempre lo consigues, no sé que es lo que te pensabas la verdad.

-Pues no lo sé, pero así te ves hermosa. Vayamos a por un café antes de que mates a alguien, no queremos que eso pase.

-No, la verdad es que no.

Nos cogimos de las manos y nos dirigimos dentro de la casa para prepararme otro café. Se puede decir que mi humor había mejorado, tanto que ya no estaba para nada enfadada.

-Qué rápido mejora tu humor prima. Aan je stemmingswisselingen kon je zien dat je zwanger bent en zo. (Por tus cambios de humor se podría decir que estás embarazada y todo.)

- Dat is onmogelijk Kev. (Eso es imposible Kev.)

-Ik hoop dat je op zijn minst bescherming gebruikt. (Espero que al menos uses protección.)

- Oh ja, mam !!!! (¡¡¡¡Claro que sí, mamá!!!!)

- Ik moet er gewoon voor zorgen dat het mijn plicht als moeder is. (Solo me tengo que asegurar, es mi deber de madre.)

No sé por qué en ese momento me fijé en Roberta, que se había quedado mirando para mí de una manera extraña, y la verdad me ponía de los nervios un poco, pero para mi suerte el tema de conversación de mi supuesto embarazo, cosa que era imposible en este momento, asique decid�� ignorarlo.

Durante la hora de comer, no había nada de silencio. Al final había aceptado a Alex muy bien, cosa que me alegraba. Cuando terminamos de comer, se tomaron un café y yo me acomodé en el brazo de Alex, porque sino me quedaría dormida y me estamparía en la mesa, y no quería tener dolor de cabeza, cuando Roberta se levanta, se pone a mi lado y empieza a tirar de mi brazo para que me levante.

-Roberta, ¿qué es lo que quieres?

-Tenemos que ir a casa de Marcos, ya puedes ir allí.

-Pues menos mal, porque llevan una semana sin dejarme ir allí, a saber por qué.

-Ana te estaba preparando una sorpresa, por eso.

- ¿Sorpresa? ¿A mí?

-Exacto, asique vámonos, y así me acompañas a un sitio al que tenemos que ir antes.

- ¿A dónde?

-Gabriela, no seas tan preguntona y vámonos ya anda. No hagas esperar más a Ana.

-Está bieeeen. En este momento te estoy odiando demasiado Roberta.

-Eso es verdad Roberta, tienes suerte de que no te descuartice como casi lo hace conmigo a la mañana solo por preguntarle si estaba bien.

-Para la próxima no lo dudo Kev, te lo aseguro. Ahora vayámonos antes de que cambie de idea.

Me levanté a pesar de que no tenía ganas de ir a ningún sitio, al menos me consolaba que vería a Ana, porque hacía un par de días que no la veía. Si hablábamos por teléfono, pero no la podía ver porque ella me lo dijo, no sé si porque estaba enfadada conmigo o por qué, la cosa es que Marcos me había asegurado que no le pasaba nada conmigo, que solo estaba preparando algo y no quería que me enterase antes de tiempo, por lo que acabé por aceptarlo.

Estábamos en el coche a punto de coger por la calle en que daba a la casa de Marcos cuando nos paramos, y me fijo que se para en una farmacia, lo cual era extraño.

- ¿Qué necesitas de la farmacia?

-Unas pastillas para tener en casa, no te preocupes que no tardo nada.

-Eso espero porque quiero ver a Ana.

-Que sí pesada, no tardaré nada.

Salió del coche y es verdad que no tardó nada en volver. Iba a coger la bolsa para ver que pastillas tenía cuando me la saca de las manos y la pone en su puerta.

- ¿Me vas a decir que no puedo ver lo que tienes dentro de esa bolsa?

-Ya te lo dije, son pastillas.

- ¿Y por qué no las puedo ver? Igual las tenemos en casa y te podía dar un par.

-No es necesario, de verdad, así las podemos llevar para Holanda.

- ¿Y ese es el motivo para que no las pueda ver? ¿Qué me estás ocultando Roberta?

-Nada, no te preocupes y baja del coche antes de que venga Ana.

En ese momento me fijo en que ya estamos paradas delante de la casa de Marcos, por lo que decido dejar el tema de las pastillas y salir del coche para ir a ver a mi pequeña. Al timbrar me llevó una sorpresa al ver que la que abre la puerta es Carlota, me extraña un poco, pero luego recuerdo que se la pasa pegada a Marcos desde que este se enteró de lo de Clara, más bien, cuando él se lo recriminó a ella y esta le contó todo lo que me había dicho a mí, que lo único motivo por el que se acercaron a nosotros era para mantener a su prima informada, se puso mal, y al principio la pasábamos pegadas a él, sobre todo yo porque odiaba verlo así de mal, pero desde que no pude pisar la casa de ellos, y que prácticamente no salían de la casa, pues no los había visto en todo este tiempo.

-Al menos te dejaron estar a ti en casa, porque a mí ni me dejaban acercarme a ella.

- ¡¡¡¡Mamiii!!!!

-Hola princesa, ¿te ves hermosa?

-Contentando a tu pregunta Gabriela, supongo que alguien tenía que cuidar de ellos ya que no te dejaba acercarte a la casa.

-Tía Carlota, te la pasas metida en la casa. Te vas una vez a la semana, y ni eso.

-Ah, ¿En serio? ¿Qué es lo que está pasando Carlota?

-Nada, ¿tú no le tenías una sorpresa a tu madre pequeñaja?

-Si, vamos mami.

Con eso me llevó a su habitación e hizo que me sentara en la cama, que me iba a enseñar la nueva canción que había compuesto, que era su regalo de cumpleaños, lo que me emocion�� incluso antes de que empezara a tocarla Como siempre que tocaba la guitarra y terminaba de tocar la melodía, yo estaba llorando de pura alegría, porque era la persona que me alegraba, bueno, junto a todos, pero los que más me alegraban eran ella y Alex.

Cuando bajamos pude ver que mi prima y Carlota estaban cuchicheando algo y que dejan de hacerlo en cuanto me ven, lo que me hace preguntarme que es lo que estaban hablando para que no quisiesen que yo me enterara, pero las ignoré y me senté en el sofá.

-Parece ser que te a gustado el regalo de Ana.

-Sabes de sobra que si que me ha gustado. Algún día llegará a ser famosa, ya lo verás.

-Igual que la madre, así que no sé de qué hablas.

-Yo no lo soy.

- ¿De verdad me vas a decir que no has visto la revista la cual trae un reportaje de la exposición que hiciste hace meses?

-Cómo la va a ver si se pasa el día durmiendo o con un humor de perros.

-Eso no es tan así Roberta.

-No, por eso casi acabas con Kev hoy a la mañana y le dijiste a la abuela que querías seguir durmiendo a pesar de que te dijo que eran las doce del mediodía.

- ¿Me vas a decir que te levantaste a esa hora?

-Obviamente que me levanté a esa hora, tengo sueño, no estoy durmiendo bien por culpa del calor que hace.

-Pero tu cansancio no se debe a eso.

-Claro que sí, y ¿ahora porqué no dejamos el temita de que tengo sueño y que estoy cansada y me cuentas que es de lo que estás hablando Marcos?

-Haber, esta mañana cuando Carlota fue a comprar se paró a mirar esa revista y vio que tenía un reportaje tuyo, por lo que la acabó comprando.

-Pero eso no tiene sentido, la exposición fue hace meses. No tiene sentido que hagan un reportaje ahora después de todo este tiempo.

-Pero es lo que está pasando. Espera que te voy a por ella y lo verás por ti misma.

Marcos salió dirección a la cocina y yo me quedé sentada en el sofá sin entender nada de nada, porque para mi no tenía sentido. Además, que de ser así, Rose me hubiese avisado, lo cual no hizo, por lo que debería ser de otra exposición de la que estaban hablando y no de la mía.

-Mami, me voy a por un zumo a la cocina.

- Vale princesa.

-Y nosotras tres nos vamos al baño.

-Yo no quiero ir al baño.

-Pero lo vamos a hacer, venga.

Carlota se había levantado y cogido mi brazo para que me levantase. No sé qué manía tenían hoy por cogerme del brazo para que me levantase, pero de lo único que estoy segura es de que estoy segura de que estas dos estaban raras, y que había algo que no me estaban contando.

-Haber, ¿qué coño es lo que os pasa a vosotras dos hoy? ¿Es que no me podéis dejar tranquila?

-Los cambios de humor son otro de los síntomas ¿no?

- ¿Ahora entiendes el por qué de que lo dude?

- ¿De qué coño estáis hablando?

-No te preocupes que ahora lo entenderás.

Con eso me llevaron escaleras arriba y me metieron dentro del baño, prácticamente me estaban obligando a entrar, cosa que no estaba entendiendo hasta que Roberta me pasa una caja, y ahora entiendo el porqué de que no me dejase ver lo que había dentro.

- ¿De verdad te creíste lo que dijo Kev durante la comida?

-No le creía a Kev, creo a las evidencias Gabriela.

- ¿Que evidencias? No estoy embarazada.

-Bueno, entonces si estás tan segura de que no lo estás, ¿por qué no te haces la prueba igualmente? Total, sabrás que te sale negativo.

-Solo la voy a hacer para que me dejéis en paz con el temita, porque os puedo asegurar de que no lo estoy.

-Bueno, pues ahora entra al baño y háztela. Nosotras te esperamos aquí fuera.

-De verdad que os odio chicas, sois demasiado pesadas.

-Y tú estás demasiado gruñona, asique entra antes de que te meta yo misa.

Me metí en el baño para no escucharlas más y para ver si así dejaban de ser tan pesadas, me leí las instrucciones y las seguí. En cuanto la hice salí, se la pasé y bajé las escaleras, porque era ellas las que querían ver el negativo, yo sabía que lo era.

-Pásame esa revista, quiero asegurarme de que es cierto eso.

-Toma, pero ¿dónde están tu prima y Carlota?

-Arriba, están demasiado pesadas y están comprobando que lo que le digo es cierto.

Me puse a leer la revista y se puede decir que era cierto, pero no tenía sentido, al menos para mí.

- ¿Ves cómo era cierto?

-Lo veo, pero es que no tiene sentido.

-Lo raro es que Rose no te halla llamado para decírtelo.

-Lo sé, aunque pensándolo bien, no estuve con el móvil encima por semanas, solo para hablar con Ana, asique es posible que sí que lo hiciese.

-Bueno, ¿ahora te puedo contar una cosa?

-Si, claro. ¿Qué es lo que pasa?

-Carlota y yo…

En ese momento escuchamos a mi prima y a Carlota chillar, lo que hace que Marcos deje de hablar, y se escucha que dice algo, pero la verdad es que no las entendí.

- ¿Qué es lo que dicen de que van a ser tías?

- ¿Qué?

-Nosotras teníamos razón. Es que te lo dijimos.

Yo me quedé con la boca abierta sin entender lo que estaba pasando, porque esto no podía ser, no podía estar embarazada.

- ¿De qué habláis?

-De que vamos a ser tíos cariño, Gabriela está embarazada.

- ¿Es en serio Gabriela? ¿Vais a ser padres?

-Claro, es que no lo ves.

Me levanté del sofá y me acerqué a junto a ellas para ver si lo que estaban diciendo, y en cuanto me fijo que, e doy cuenta de que es cierto. Esto no podía estar pasando, no es este momento.

-Oye, oye, relájate Gabriela.

Es en ese momento en el que me doy cuenta de que iba a caer al suelo de nos ser porque Marcos ma aguanta y me lleva hacia el sofá para que me siente.

-No parece ser que te emocione mucho la noticia.

Todavía no me lo podía creer. ¿Estaba embarazada? Alex y yo habíamos hablado de tener hijos, y claro está que me gustaría tenerlos, pero no ahora en este momento.

-Yo me voy a por un vaso de agua para ella, parece que está en shok.

Marcos salió del salón para traer el agua y ellas se sentaron a mi lado con cara de preocupación debo decir, creo que no se esperaban mi reacción.

- ¿Qué te pasa Gabriela? ¿Es que no quieres tener un hijo con Alex?

-No es eso.

- ¿Entonces que es lo que pasa?

Next chapter