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Prólogo

Esta saga consta de TRES LIBROS de los cuales dos de ellos están en borradores y solo uno se está publicado.

Sin más que decir, comencemos.

Soy Duncan Anderson, un chico de 17 años y él más popular de la escuela sólo por el hecho de ser guapo, el chico al que nunca le han conocido una novia y por eso mismo el chico por el que todas las chicas hacen apuestas sobre cual será la primera.

Piel bronceada, un cuerpo marcado, ojos cafés y un cabello castaño oscuro, de 1.92 m. Ese es mi físico y soy una persona elegante.

Duncan es un nombre de niño de origen escócés que significa "Guerrero oscuro", y a mí parecer me describe a la perfección.

-Hola amigo-dijo Julio para después hacer un saludo de lo más ridículo.

-Que saludo más idiota, se nota que tenías tiempo libre.

-Así es.

-¿Cuántas apuestas?- dije con un tono divertido ya que eso se convirtió en el pan de cada día.

-Dicen que Paola Giraldo va a conquistarte para la próxima semana- ante ese comentario no pude evitar soltar una carcajada.

-Sabía que las personas tenían autoestima, pero no sabía que tanto- él se rió ante eso.

-¿Pero qué dices? Paola es un bombón.

-No niego que lo sea, simplemente han venido chicas mejores y no han conseguido absolutamente nada.

-En eso tienes razón. Déjame hacerte una pregunta.

-Dispara

-¿Te gusto cariño?- dijo en un tono "sexy" y mordiendo su asqueroso labio inferior.

-No, me gustan las chicas, lo que pasa es que no he encontrado una a mí altura.

-¿De 1.90?- si será idiota.

-No imbécil, no he encontrado ninguna que me llame la atención.

-No lo sé, pero mejor mantener distancia- dijo alejándose lentamente.

-Ni siquiera la chicas se fijan en ti ¿Qué te hace pensar que lo haré yo?- podría jurar que escuché su ego descender al piso.

-Hola Duncan, Julio-

y llegó la insoportable de esta semana.

-Hola- saludo cordialmente con la esperanza de que se largue rápido.

-Hola Pao.- saluda Julio con malicia en su voz.

-Duncan, tú y yo el sábado en una cita ¿Qué me dices?-

sigo con la idea que debería bajarle a su autoestima.

-No, no estoy interesado, Paola- digo seca y directamente.

-Vamos- dijo haciendo un puchero a su parecer "adorable" pero para mí es extremadamente estúpido.- ¿Qué te cuesta?-

¿Porque aceptan gente así en este colegio?

-Me cuesta tiempo, ahora, ¿Podrías irte?- sonó la campana y en este momento el dicho "Salvado por la campana" cobra sentido para mí.

Vamos rumbo a clases, Paola toma otro camino debido a que teníamos horarios distintos y Julio empieza de nuevo con la plática.

-Es verdad Dun, desde que te conozco no has tenido novia, y te conozco desde los seis años- dijo lo último con un tono de incredulidad y preocupación.

-Y no creo que llegue tu anhelada cuñada.- voy tan sumido en nuestra charla que lo único que me volvió a la realidad fue un fuerte golpe contra mi pecho, algo o mejor dicho alguien chocó contra mi.

Dirijo mi mirada hacía la dirección del golpe y puedo ver una chica, a mí parecer no tiene más de quince años. Ojos grises, cabello negro, labios rosados y una tez tan pálida que me hace dudar sobre si está viva o no. Su vestimenta es simple, un overol de falda negro con unos zapatos converse del mismo color y una camisa blanca de mangas cortas. En su espalda trae una mochila color dorado y en su cuello una cadena cuyo dije era una "L" en cursiva. Nada fuera de lo común, es como las otras chicas.

-Fíjate idiota- me dijo con un tono demasiado altanero.

-Fíjate tú, duende de jardín.- le respondí.

Ella solo me sacó el dedo medio para después quitarse de mi camino y desaparecer.

Escucho una horrorosa risa a mí derecha y se a quien corresponde.

-Jamás pensé que una niñita fuera a hablarle así al grandísimo Duncan Anderson, mucho menos pensé que tú fueras a utilizar un insulto tan barato como "Duende de jardín".

-Yo tampoco.- dije decepcionado del patético insulto que solté, vamos Duncan, hay mejores formas de ofender a una persona.

Soy Luminitsa Jhonson, tengo 15 años y soy una persona común y corriente. Con ojos grises y cabellos negros, acompañados de una tez blanca extremadamente pálida. Mi mejor amiga se llama María y suelo ser un carácter amigable, pero últimamente no. Le hago mala cara a todo el que se me cruce enfrente.

Mi mañana fue bastante normal, me levanté, desayuné, me puse un atuendo normal y ya.

Estando en la escuela me mantengo tan absorta en mis pensamientos y un golpe me aleja de ellos. Con todo el fastidio del mundo le dije que se quitara y me fui.

Llegando a mi casa no puedo evitar analizar la apariencia de aquel chico. De ojos cafés y un cabello castaño con una piel bronceada, claro que eso no quita su aire altanero y arrogante. No entiendo porque es la sensación de la escuela.

Luminitsa, variante del romaní del nombre de origen romano "Luminita" que significa "Pequeña luz".

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