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Mundo Shinobi - Señores de la guerra - 441

Kain dejo a Kaoru con Aoi. Hoy ellas se iban a reunir para empezar a aprender los rudimentos del laboratorio. Sin embargo, Kaoru era solo uno de los estudiantes. El otro era Reika, quien vivía con sus padres.

Kain iba regularmente al distrito Uchiha a revisar el embarazo de su madre. De vez en cuando se encontraba con el viejo Orochi Senju, como médico reconocido por todos, nadie ponía en tela de juicio sus cuidados, incluso si llevaba el apellido Senju. Además, los ancianos Uchihas lo tenían en gran estima como antiguo rival en el campo de batalla.

Por lo usual, Kain hacia su camino a través del distrito Sarutobi para acortar el camino y ascender en diagonal hacia la derecha. Sin embargo, ese camino le había proporcionado los más curiosos encuentros.

Kain recordaba al anciano Mikihiko Kurama con cierta estima. No por mérito propio, ya que el anciano trato de proteger a su clan, pero todo se vino abajo cuando ellos se rehusaron a controlar su poder. Sin embargo, el hecho de que el anciano se hubiera esforzado por su clan y hubiera dado todo de sí para cuidar a su único sobreviviente, le daba un aire al anciano Orochi. Quien solo seguía vivo para cuidar de Naoko, Orochimaru y en último Kain.

Sin embargo, en este mundo habían de todos los tipos de personas y si existían personas como Orochi y Mikihiko, quienes lo daban todo por su familia. También los había como Daichi Kato, quien tenía cierto parentesco con el clan civil de la nación de la Tierra. Daichi era un anciano de la misma época de Orochi Senju. De estatura baja, cabello corto y cano. Era delgado y tenía cierto aire a un anciano benevolente.

Kain avanzaba por las calles del distrito Sarutobi cuando sintió la presencia de una muchacha joven. Ella estaba de pie detrás de una reja, a la vuelta de una esquina. No es como si quisiera atacar a Kain. A este último le provocaba un poco de ternura su actitud sigilosa. Sin embargo, lo que no le provocaba ninguna gracia eran las intenciones del anciano Daichi al enviar a su nieta.

Kain observo la punta de los dedos asomándose por el costado de la esquina. Él sonrió y negó con la cabeza. Cuando Kain llegó a cinco metros de la esquina, la nieta de Daichi Kato salió de su escondite y lo miró a los ojos mientras mostraba una sonrisa astuta.

Yuuko Kato, tenía un cabello liso y largó hasta la mitad de la espalda. De color azul grisáceo y como prueba de su parentesco con el linaje real de la nación de la Tierra, tenía el iris de sus ojos rojo. Ojos bonitos, almendrados, con un brillo audaz y una sonrisa confiada. Miraba a Kain como si lo estuviera desafiando a que se escapara. Ella media 1.50 mts de estatura, físico curvilíneo, kunoichi de Konoha, quince años, afiliada al clan Sarutobi.

Kain se quedó de pie, mirando a la joven Yuuko, su bonito cabello azul grisáceo, de actitud audaz. Él puso sus brazos en jarras y la quedó mirando con una pequeña sonrisa.

Yuuko se ruborizo porque Kain no decía nada y eso la puso nerviosa —hola— dijo al final y sonrió. Se mordió el labio, sus ojos deambularon por el rostro de Kain, principalmente los labios.

—Hola, Yuuko-san ¿Qué puedo hacer por ti?— preguntó Kain

—El "san" está de más. Yo soy un año menor que usted— dijo Yuuko remarcando el año, para que quedara claro que no era una niña —además, porque no dice nada—

Kain con una sonrisa astuta, pero no respondió.

Yuuko sonrió de forma coqueta y le respondió —usted es malo. No le haga eso a mi corazón—

Kain negó con la cabeza mientras sonreía y camino hacia Yuuko. Ella se puso nerviosa y lo espero en un estado de alerta, como si estuviera preparada para responder a su movimiento. Sin embargo, Kain solo paso por al lado de ella y continuo su camino.

Yuuko se quedó de piedra, se dio la vuelta y protesto —¡Kain-sama!—

—¿Sí?— respondió Kain sin detenerse

—Espéreme— dijo Yuuko y lo siguió al trote

Kain siguió caminando y pensó que este era el cortejo más torpe de la historia, pero no, ese era el de Reika. Él sonrió contento de solo pensar en ella.

Al mismo tiempo, Yuuko alcanzo a Kain y lo miró a la cara. Ella lo vio sonreír y supuso que él se estaba burlando de ella.

—¿De qué se ríe?— preguntó Yuuko

Kain le dio una mirada, sonrió mostrando dos hileras de dientes blancos y continúo mirando hacia adelante —¿Cómo está tu hermano?— preguntó cambiando de tema

—Dan está bien, Kain-sama ¿Por qué se ríe?—

Kain ignoro la pregunta y dijo —le dijiste que tengo un grupo de genin al que le estoy enseñando. Este año van a realizar el examen chunin, yo lo podría ayudar—

—Yo le dije, pero Dan no estaba muy feliz. Kain-sama es su enemigo—

—¿Yo?— preguntó Kain con una sonrisa en los labios

—Sí, todas las chicas de la Academia hablan de Kain-sama—

—Mmm ¿En serio? ¿Y qué piensas tú?—

—Yo— dijo Yuuko, quedó mirando a Kain y después miró hacia adelante —no te lo digo—

Kain negó con la cabeza, no contestar fue la peor respuesta. Él se detuvo.

Yuuko siguió caminando, pero cuando noto que él no avanzaba, se detuvo y miró hacia atrás. Kain estaba de pie, vestido con su ropa tradicional y el haori blanco que tanto criticaba su abuelo Daichi. Yuuko se enfocó en la cara, ella agacho su rostro, se ruborizo, llevó su mano derecha a los mechones de cabello que enmarcaban su rostro y los coloco por detrás de su oreja. Algunos cabellos no le hicieron caso y cayeron. Ella volvió a tomar el cabello y colocar detrás de su oreja en un gesto nervioso.

Kain la quedó mirando, Yuuko se ponía más y más nerviosa. Kain sonrió y le dijo —dile a tu hermano que no soy su enemigo. Solo le extiendo la invitación porque tiene buenas calificaciones y una habilidad inusual. Yo no tengo nada en su contra y si él no toma esta oportunidad, es por sus prejuicios—

Yuuko levantó su rostro, miró a Kain, sobre todo se enfocó en los labios y ella se mordió el labio inferior. Yuuko asintió y le dijo —lo entiendo—

Kain continúo caminando y Yuuko lo siguió en silencio. Vio algunos shinobis rondando los alrededores de forma sospechosa como si estuvieran vigilando el estado de Kain y Yuuko.

Kain le dio una ligera mirada a Yuuko y sonrió de forma amistosa. Era de esperar, alguien como Daichi Kato era fácil de predecir. Alguien que estaba del lado ganador, alguien que no se sacrificaría por nadie.

Kain continúo caminando y siguió pensando en el anciano.

Daichi Kato era predecible, un anciano con un plan de dos pasos. Primero, acercar a su nieta a Kain para que este último tuviera una buena impresión de ellos. Eso les daría acceso a algunos de los recursos de Kain. El segundo paso era acercar a su nieto a Tsunade y que ellos volvieran a forjar el clan Senju. Lo que buscaba Daichi Kato era el prestigio que tendría esa unión.

Sin embargo, legalmente Kain era el heredero de Hashirama y Mito Senju. Así que solo Kain podía volver a forjar el clan. Sin embargo, si Yuuko era lo suficientemente cercana, podría poner una buena palabra en el oído de Kain y facilitar las cosas para su hermano y Tsunade.

El único problema es que aquel anciano era como Tobirama y no contaba con los sentimientos de los demás. Ese niño Dan, el hermano menor de Yuuko, era decente. Tenía trece años, así que no era extraña su actitud infantil y celosa, pero no era un mal muchacho. Algo que no te esperarías conociendo al viejo Daichi. Por otro lado— Kain miró a Yuuko, ella caminaba muy cerca de él e intentaba tomarle la mano. Ella ni siquiera se daba cuenta de que estaba siendo observada —Yuuko tampoco era mala persona, pero…

—Yuuko— dijo un muchacho rubio que venía en su dirección.

Yuuko dio un respingo y miró hacia adelante —Yuichi— dijo sorprendida, pero después frunció el ceño y le preguntó —¿Qué haces aquí?—

Kain observo al muchacho, rubio, con el cabello corto y desordenado. No era mal parecido. Del clan Yamanaka. Era de la misma altura Yuuko.

Yuichi se detuvo a cinco metros de Kain y Yuuko. Miraba a Yuuko con una expresión indefensa, después miró a Kain y frunció el ceño. Yuichi volvió miró Yuuko y le dijo —quería verte, ven, vamos a un lugar decente—

—Deja de molestarme, Yuichi y actuar como mi novio. Nosotros no somos así— dijo Yuuko sin ningún tipo de consideración

Kain pudo ver como los ojos de Yuichi pasaban del asombro a la tristeza y después a furia. Sin embargo, Yuichi se contuvo y Kain pudo ver como colocaba una expresión indefensa.

—Yuuko— dijo Yuichi con voz suave —esto, tú sabes que tenemos algo especial. Yo solo pienso en ti, nosotros hicimos una promesa ¿Te acuerdas?—

Kain miró hacia otro lado y comenzó a caminar tratando de evitar lo que sería un accidente en proceso. Si después de esa conversación Yuichi quedaba bueno para algo, sería un milagro.

Kain llegó a los límites del distrito Sarutobi y podía escuchar a dos cuadras la discusión entre Yuuichi y Yuuko. Kain negó con la cabeza mientras formaba una sonrisa incomoda. Él siguió hacia el distrito Uchiha y de paso, los ancianos con el bordado del abanico en la espalda le dieron profundas reverencias.

Los niños jugaban en la calle mientras los adultos iban y venían de hacer sus compras de la mañana. Al mismo tiempo, los miembros de la policía militar se dirigían a la estación de policía o volvían de cumplir sus turnos. Muchos de ellos tenían expresiones complicadas y no era para menos. El presupuesto para la policía militar bajaba año a año, pero como los Uchihas eran idiotas y su orgullo podía más, ninguno renunciaba o se quejaba. Como si fuera un gran honor llevar a cabo una tarea en malas condiciones.

Kain tomo una profunda respiración y pensó que esto solo duraría un par de años más hasta que Danzo tomara el puesto de Hokage y anunciara el cambio en los estatutos de la policía militar. Sin embargo, para que eso pasará y el clan Uchiha no colapsara, Kain debía empezar a programar algunos cambios en la forma de pensar y trabajar de los Uchihas. Todo con sutileza e inteligencia era posible. Hablar de frente no servía de nada, era como si le dijeras a las personas que hicieran algo por su bien, pero ellos irian en la otra dirección. El sentido común, seguía siendo poco común, no importa en que mundo naciera Kain.

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