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Mundo Shinobi - Mokujin CIA. - 323

Nagisa se despertó a primer hora de la mañana y encontró a Kain durmiendo a su lado con las manos detrás de su nuca. Era una pose abierta y relajada como si no hubiera nada que lo pudiera amenazar. Ella estaba pegada a sus costillas y sintió su calor. Paso su rostro por el pecho de Kain y olio su aroma corporal. Lo encontró agradable y le dio un par de besos en el pecho. Después fue a la cara y le dio un beso en la mejilla.

—¿Nagisa?— murmuro Kain medio dormido

—Sí, es Nagisa— dijo Nagisa con voz suave, llevo su mano a la entrepierna de Kain y comenzó a acariciar el pene. Ella lo sintió suave y flácido, pero solo faltaron unas cuantas caricias para que empezara a crecer. Nagisa acercó su boca al oído de Kain y le susurro —¿Quieres?—

—¿Todavía te duele?— preguntó Kain de vuelta

—Puedo, no hay problema—

—Nagisa— dijo Kain para advertirle

Nagisa sonrió, le dio un beso para callarlo y después continuo —puedo, no hay problema—

—En ese caso, déjame ayudarte— dijo Kain, sacó sus manos por detrás de su nuca y abrazó a Nagisa. Kain la empujo a la cama, ella quedó recostada y él encima de ella. Kain acercó su rostro y la beso mientras su mano acariciaba el estómago de Nagisa y bajaba hasta el pubis.

Después de compartir su mañana, Kain y Nagisa viajaron de vuelta a la habitación subterránea en la nación del Fuego, en Konoha. Kain y Nagisa salieron de la habitación de transferencia y caminaron por el enorme campo de practica subterráneo que parecía una enorme cueva oscura.

Kain levantó su rostro al techo y dio el comando —luces— al instante siguiente se encendieron todos los focos en secuencia hasta el final del campo de entrenamiento. Eran cien metros de profundidad y cincuenta de ancho de espacio libre cubierto de piedra plana.

—¿Por qué ahora enciende la luz, Kain-sama?— preguntó Nagisa

—Vamos a sacar a Guardian a dar una vuelta— dijo Kain, miró al lado, sonrió de forma astuta y avanzó por el campo de entrenamiento. Nagisa lo quedó mirando cada vez más intrigada y lo siguió. Una vez que Kain llego al centro del campo de prácticas, realizo una seguidilla de sellos y al final junto las palmas de sus manos mientras él decía —kai—

Del suelo del campo de práctica se abrió un compartimiento y se elevó un pedestal con un brillo celestial hasta que alcanzó el metro de altura. El pedestal quedó frente a Kain y la parte superior se abrió como si fueran los pétalos de una flor. En su interior había un diamante gris. Kain extendió su mano y sacó el diamante del tamaño de un puño. Al instante siguiente la luz se apagó y el pedestal que emitía el brillo celestial, quedó inerte. A los segundos después se escucharon ruidosas turbinas que llenaron el campo de practica de aire y la luz volvió.

Kain miró al techo, vio que la luz era perfecta, pero ya no era regulable como antes. Tomo el diamante en su mano derecha y miró una de las caras que parecía tener un ojo grabado. Presiono el ojo y el diamante levito hasta alcanzar la altura del hombro de Kain. No emitió más luz que la celeste en el iris del ojo y se quedó levitando sin moverse.

—Buenos días, Guardián ¿Qué se siente tener tu primera experiencia fuera del laboratorio?— preguntó Kain

—Es muy estimulante, Kain— respondió Guardian con voz femenina, suave y metálica. Kain le había dado la voz de Ariel, guardiana del equilibrio. La conoció hace tanto tiempo que no estaba seguro de que la voz fuera correcta, pero era agradable al oído, así que lo dejo por defecto.

—Guardián, saluda a Nagisa, ella es mi esposa—

Guardián levito hasta detenerse a un metro de Nagisa y mirarla con su ojo de luz celestial —mucho gusto, Nagisa Uchiha— dijo —puedes llamarme Guardián, soy el sistema de gestión de información creado por el doctor, Kain Uchiha—

Nagisa miró a Kain con los ojos grandes, un poco asustada por este tipo de forma de vida ¿Esto estaba vivo? Se preguntó.

—Guardián, muéstrale a mi esposa lo que puedes hacer— dijo Kain

Nagisa miró de inmediato a Guardián levitando en el aire con su ojo celestial y de repente sintió una forma de presión de energía que se disipo al instante. Ella se puso nerviosa, pero cuando aparecieron los recuadros con información de su entorno, entró en pánico y soltó un grito.

—Tranquila, Nagisa, tranquila— dijo Kain, se acercó a ella y la abrazó. Después miró a Guardián y continuo —detén el proceso—

—Entendido— dijo Guardián y Nagisa se tranquilizó al ver como los recuadros de información desaparecían de su visión. Ella miró a Kain asustada y lo quedó mirando a los ojos.

Kain mostro una sonrisa incomoda y dijo —lo siento, es un poco invasivo, pero inofensivo—

—¿Cómo?— preguntó Nagisa mientras respiraba con dificultad por el susto

Kain soltó un largo suspiro y respondió —lo siento, es una larga historia ¿Te acuerdas que puedo proyectar en la mente de otros un espacio de genjutsu?—

—¿Es con el que hacía ver a Naoko-sama?— preguntó Nagisa

—Ese mismo— respondió Kain soltando una risita incomoda —Guardian puede hacer algo parecido y proyecta directo en la mente de las personas la información de su base de datos y escáner. Es inofensivo y cualquiera con el mínimo esfuerzo (incluso un genin) puede impedir que proyecten la información en su cabeza—

Nagisa miró a Kain mientras lo abrazaba. Kain era más grande que Nagisa, así que ella tenía que levantar su rostro para mirarlo a los ojos —eso me dio miedo— dijo

—No te culpo, es algo que solo yo poseo— dijo Kain, soltó un suspiro de alivio al haber solucionado el malentendido y miró hacia atrás —Guardian, síguenos y por ahora, no proyectes en nadie más que en mi tu voz e información—

—Entendido— respondió Guardian y los siguió levitando hasta el espacio de transferencia a la habitación de Kain.

Una vez que estuvieron en la habitación de Kain, este último guio a Nagisa y Guardian a la salida. Cerraron la habitación y avanzaron por el pasillo. Nagisa quedaba mirando el diamante gris que levitaba en el hombro izquierdo de Kain. Era como si estuviera evitando a Nagisa poniéndose del otro lado.

Al mismo tiempo, escucharon una carrerilla por el pasillo del otro lado de la casa y unas risas contagiosas.

—Kurama, Kurama, no huyas, juega conmigo— gritaba Nawaki lleno de emoción

Kain sonrió y miró veinte metros más allá. Nawaki corría detrás de un pequeño zorro de color naranja con enormes orejas y manchas negras en los ojos que se extendían hasta las orejas puntiagudas. La pequeña cosa peluda corría en cuatro patas y al ver a Kain, corrió con más fuerzas, saltó y Kain lo atrapo en sus brazos. Nawaki se detuvo a un par de metros de Kain, se dio la vuelta para huir, pero Kain lo detuvo.

—Nawaki— dijo Kain con voz firme

El niño se congelo, llevaba el cabello castaño, corto y alborotado e iba vestido con un kimono celeste con bordados de shuriken en las mangas. El niño se dio la vuelta y miró a Kain con un rostro apenado como si supiera que lo iban a regañar. Nawaki tenía cinco años, así que entendía las reglas de la casa y lo que no debía hacer.

—¿Qué te he dicho de Kurama?— preguntó Kain con el pequeño zorro entre sus brazos

Nawaki agacho la mirada y hablo en voz baja —que es un amigo y no debo forzarlo a jugar—

—¿Cómo?—

Nawaki levantó su rostro y hablo más fuerte —que es una amigo y no debo forzarlo a jugar. Pero nii-chan, él nunca quiere jugar conmigo—

—Es porque tú lo tratas como un perro. Él es un amigo— dijo Kain —un perro también es un amigo, pero Kurama es más inteligente que un perro y lo tienes que respetar. De lo contrario, nunca serán amigos—

—Lo siento, nii-chan— respondió Nawaki en voz baja

—No tienes que disculparte conmigo, es con Kurama— dijo Kain, bajo al pequeño zorro y lo sentó en el suelo de madera. El zorro se sentó en sus cuartos traseros y quedó mirando al niño.

Nawaki miró a Kurama con resentimiento, pero luego soltó un suspiro y le dijo —lo siento, Kurama, pero por favor, juega conmigo—

—Aaaauuu— Kurama soltó un leve aullido, se dio la vuelta y saltó de nuevo a los brazos de Kain.

Sin embargo, Kain fue más rápido y atajo a Kurama sujetándolo por las costillas. Lo dejo suspendido en el aire y lo miró con seriedad —¿Qué conversamos los dos?— preguntó

—Aaaauu— respondió Kurama con un claro enfado en la mirada

—No, nada de eso— dijo Kain —no te hace bien aislarte de los demás, así que tienes que jugar con Nawaki por una hora todos los días. Ser amigos es bueno, pasar durmiendo todo el día es malo. Ahora tienes que ser un buen amigo y jugar con Nawaki— Kain miró a Nawaki y continuo —nada de ser brusco con Kurama ¿Entendido?—

—Sí, nii-chan— respondió Nawaki con una amplia sonrisa

Nagisa los quedó mirando desde el lado, siempre le sorprendía como Kain podía entender al pequeño zorro mascota de la familia. Kain bajo a Kurama al suelo y este se dio la vuelta. El zorro naranja quedó mirando a Nawaki a los ojos. Nawaki sonrió, se dio la vuelta y le grito —ven Kurama, vamos a jugar—

—Aauu— dijo Kurama y lo siguió caminando, pero como vio que Nawaki se alejaba a gran velocidad, comenzó a dar saltitos.

Kain los quedó mirando y sonrió. Miró a Nagisa, le tendió la mano y ella la tomo. Nagisa volvió a mirar a Guardian que levitaba sobre el hombro izquierdo de Kain. No era visible, pero Nagisa podía sentir las ondas de energía que emitía el pequeño diamante gris. Nagisa entendía que estaba realizando una especia de jutsu de percepción y espionaje. Todas esas pantallas que aparecieron en su mente estaban llenas de información medioambiental detallando los organismos cercanos, el flujo de energía, humedad, altitud y un montón de otros datos.

Al llegar al comedor, se encontraron a todos reunidos y sentados en la mesa. Kain fue a la cabecera de la mesa y Nagisa lo acompaño. Kain miró a los que estaban sentados. Nagisa se sentó a la izquierda, seguida por su madre, Tsubaki y Mito. Del lado derecho estaban sentado Rei, Aoi, Tsunade y Kiyomi. De todas ellas, Tsubaki, Aoi y Rei estaban embarazadas.

—Buenos días a todos, disculpen la demora— dijo Kain con voz solemne

—Casi me muero de hambre, Uchiha, para la próxima trata de darte prisa— dijo Tsunade con el ceño fruncido, pero se le paso rápido el enojo y señalo con su mano a Guardián, levitando sobre el hombro izquierdo —¿Qué es eso? ¿Otro de tus juguetes?—

—Se podría decir, Tsuna— respondió Kain con una sonrisa amable en los labios —muy bien, comamos y después conversamos, itadakimasu—

—Itadakimasu— respondieron el resto y comenzaron a comer

—Y ¿Qué es eso?— preguntó Tsunade, tomo un pocillo con arroz, pero no lo toco mientras miraba a Kain esperando una respuesta. Últimamente se había dado cuenta de que Kain estaba rodeado de aparatos raros y extravagantes, pero demasiado geniales como para ignorarlos.

Kain levantó la mano izquierda señalando a Guardián y dijo —esto de aquí es Guardián, una inteligencia artificial que cree para que gestionara la información de mis experimentos. Puede realizar un escáner e informarme sobre todos los detalles del medioambiente y la gente que me rodea—

—¿Escáner?— preguntó Kiyomi —¿Cómo lo que hacen los Hyuga?—

—Parecido— respondió Kain de forma evasiva

Kiyomi de cabello rojo y solo un par de centímetros más alta que Tsunade, entrecerró los ojos cada vez más curiosa. Después miró a Tsunade y las dos asintieron para seguir a Kain. Tenían que saber lo que hacia esa cosa.

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