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Apócrifo - Gods land - Capítulo 4

(Si no te gustan las partes de sexo, no sigas leyendo, no te espera nada más que eso).

El cielo se extendía oscuro y estrellado iluminando la noche. Un brisa fresca se colaba por todas parte, lo que debería provocar una noche agradable, fuera de toda la incomodad del calor del día. No obstante, tres cuerpos tenían en este momento, un calor febril que los hacia jadear sin descanso. Esos tres tenían un calor que los hacia hervir desde dentro hacia afuera. Se besaban con la desesperación con que un sediento busca agua en el desierto.

Como si fuera el pilar central, un alto elfo, de cabello blanco y largas orejas, estaba sentado sobre una frazada. En su muslo derecho estaba sentado una elfa de rostro amigable y cabello verde. Su cuerpo era esbelto y de refinado cutis la hacía ver como si estuviera hecha de porcelana. En la otra pierna, una elfa de cabello esmeralda y mirada febril, estiraba su boca como solicitando el alimento. Como rogando por que le dieran de beber. Por su parte, el alto elfo las abrazaba a ambas, acariciando las delicadas espaldas y las pronunciadas caderas. Era un tacto firme y placentero. Sobre todo el tocar a la elfa de cabello verde, ya que su trasero estaba lleno, redondo y firme. Los pantalones holgados y la capa lo disimulaban bien, pero sin ellos, era un deleite para la vista y para las manos del alto elfo.

-Aquí, Kain- dijo la elfa de cabello esmeralda, estiraba sus labios para que él los probara. Eran unos labios rosados e inmaculados, no habían probado hombre y al parecer, esta noche sería su primera vez.

Kain dejo a Aina, la cual no lo quería soltar y le dio un leve mordisco en los labios. No obstante, al ver a su febril amiga, Aina dejo ir a Kain.

De esta manera, Kain se agacho hacia la izquierda y beso a la mujer del pelo esmeralda. Su pequeña boca, suave y tierna, fue una de las cosas más gustosas que haya probado en la vida. Tan blanda como una malva y tan suave y delicioso como la miel. Era un deleite y un gusto. Kain se empecinaba en explorar la boca de Riveria y ella disfrutaba este intercambio mientras le tomaba el rostro con ambas manos.

-Kain, no me olvides- dijo Aina con una voz mimada

Kain sonrió y dejo los labios de Riveria mientras le daba pequeños besos uno detrás del otro, hasta que por fin separaron sus labios. Después de eso, Kain beso a Aina y le apretó la nalga derecha con su mano. Cosa que la hizo soltar un pequeño gemido de dolor, pero no se retractó de su beso. Al contrario, la incentivo a besarlo con locura, como si le estuviera comiendo la boca mientras cruzaba sus brazos alrededor del cuello de Kain. Este último devolvía todos los torpes avances de Aina y se los devolvía con soltura y presteza. Jugando con las distancia y alejándose un poco para que ella lo siguiera.

-Kain- dijo Riveria con una voz lastimosa.

Kain entendió que ya la había dejado esperando demasiado, así que le dio un último beso a Aina y cambio a Riveria. Kain la miró a los ojos mientras la luz de la hoguera los iluminaba. Riveria seguía teniendo esa mirada aburrida e intelectual, pero sus ojos estaba febriles, por otro lado, se le había pasado la borrachera. Kain intuyo que ella debía ser la primera, de lo contrario, toda la pasión se pasaría y no llegarían al siguiente nivel.

Kain la beso durante un minuto, disfrutando de sus tiernos labios rosa en un intercambio apasionado. Tratando de encender el fuego en ella y llevándola a delirar. Después de ese tiempo, Kain le dio el último beso y le susurro al oído -acuéstate sobre la frazada-

Riveria abrió sus ojos amplios, con una mezcla de miedo y expectación.

Kain la vio y le pregunto -¿No quieres?-

-No, no es- respondió Riveria con cierto tartamudeo -no es como si no lo quisiera, es solo-

-¿Confías en mi?- le pregunto Kain mirándola a los ojos

Ella le devolvió la mirada y asintió. Se sentía rara, pero no le desagradaba la idea. Así que hizo lo que le pidió Kain. Se bajo de la pierna izquierda y se sentó sobre la frazada, frente a Kain.

Por otro lado, Kain le dio un beso a Aina mientras le masajeaba el trasero y le dijo -ayúdame-

-Mm- dijo Aina mientras asentía con una mirada febril. Ella era la más caliente, pensó Kain. Así que podría esperar sin correr el riesgo de que se echara hacia atrás. Ella se bajó de su pierna y se sentó al lado de Riveria. Kain le ordeno que se ganara detrás de Riveria y la abrazara por las caderas, cosa que no fue difícil. Por otro lado, Kain se acercó gateando a Riveria y la beso en los labios. Después se movió al cuello mientras Riveria sentía un calor tremendo en su interior. Jadeaba cada vez que sentía que los labios de Kain la besaban y succionaban su piel para dejar un marca. Era un sentimiento tan inquietante, pero adictivo. Ella sentía que era como cuando era niña y se metía en la biblioteca prohibida y se ponía a leer cosas que no debería. Era la emoción de poder ser encontrada en cualquier momento y la satisfacción de ir más allá de lo que le dijeron.

Por su parte, Kain poco a poco fue desabrochando la blusa de Riveria y besando cada parte de su delicado abdomen. Después se devolvió y la beso en los labios mientras pasaba sus manos por el modesto sostén y traspasaba las barreras de la ropa. Los senos eran pequeños, sí, pero muy tersos y suaves. Como si fuera de una estructura única en el mundo. Kain aparto sus labios de los de Riveria y bajo su mirada para verlos por el mismo. Eran del tamaño de dos pequeñas tazas de té, pero se veían tan erguidos, que juraría que apuntaban hacia adelante. Incluso tenían su toque de elegancia, ya que a diferencia del seno promedio, el cual apunta hacia los lados o hacia abajo, esto apuntaban hacia arriba, generando un linda curvatura. No obstante, Riveria se los cubrió en cuanto Kain los miró.

-No lo hagas- dijo Kain estirando su mano derecha con lentitud y colocándola sobre las de ella. La miró a los ojos y le dijo -quiero verlos, quiero probarlos-

Riveria roja de la vergüenza, le pregunto -¿E-e-n serio? No son la gran cosa-

-Son lindos, me gustan-

Riveria asintió con la cara roja como un tomate y en vez de cubrirse los senos, se tapó la cara. Kain se acercó y con su mano derecha, masajeo el izquierdo con ternura y beso el derecho. Riveria realizo un profundo gemido mientras cubría su boca con ambas manos y cerraba sus piernas. Sentía la ansiedad y de vez en cuando miraba a Kain como disfrutaba de sus senos. Cada vez que pasaba su lengua por el senos hasta llegar al pezón, Riveria sentía una excitante comezón en su entrepierna.

Kain poco a poco fue probando ambos senos, deleitándose en su suave textura y mirando como Riveria se excitaba. Kain disfruto lo que pudo hasta que empezó a notar que la reacción de Riveria era cada vez más suave, así que tomó la decisión de seguir bajando. El abdomen era plano, con un lindo ombligo y unas pronunciadas caderas. Al igual que Aina, Riveria tenía un bonito trasero, pero nunca tan carnoso como su amiga. Kain le beso el vientre, paso su lengua bordeando el ombligo y de vez en cuando, le daba suaves mordidos. Siguió bajando mientras besaba la piel como si la estuviera marcando como su territorio.

-Espera- dijo Riveria cuando noto que Kain se acercaba a sus pantalones sin intensiones de detenerse. Kain levantó la mirada y le iba a preguntar, pero ella se adelantó -no es eso- dijo -es solo que lo quiero hacer yo misma-

-Tonterías- dijo Kain con una sonrisa que excitaba a Riveria -déjamelo a mí, ya lo harás tú la próxima vez-

Riveria asintió y Kain desabrocho el pantalón. De manera suave y paulatina, fue bajando el pantalón dejando ver unas largas y esbeltas piernas. Ahora Riveria solo tenía su blusa y su ropa interior para cubrirse, mientras permanecía recostada sobre el pecho de Aina. Esta última miraba y ahora solo abrazaba Riveria con su mano izquierda. Con su mano derecha jugaba consigo misma. Pasando sus dedos por su sexo y estimulándose con los gemidos de Riveria mientras miraba como Kain pasaba su lengua obscena por el cuerpo de Riveria.

Kain se acercó a Riveria, le dio un tierno beso en los labios y le pregunto -¿Puedo?-

Riveria solo apretaba sus piernas, tratando de calmar la indecente comezón que sentía en la entrepierna. -¿Me quieres?- pregunto

Kain sonrió y le dijo -me gusta una chica inteligente como tú-

Riveria asintió y se levantó un poco para darle un beso -puedes- dijo con cierto nerviosismo.

Kain tomo el beso y se lo devolvió el doble de apasionado, cosa que hizo sonreír a Riveria. Kain descendió haciendo su camino al abdomen, mientras que por encima de la ropa interior, digitaba con sus dedos sobre el sexo de Riveria. Esta última curvo su espalda, depositando casi todo su peso sobre Aina, quien la sostenía y al mismo tiempo, introducía sus dedos en su propio sexo sin parar.

Kain llego a la parte baja de la entrepierna, le beso los muslos y se acercó de manera juguetona a la entrepierna. Riveria gemía y quería cerrar las piernas. Era una comezón obscena, pensó, incluso sentía que se humedecía de la nada. No obstante, Kain no le permitió cerrar las piernas y movió la ropa interior dejando ver una rosada ranura, pequeña y muy apretada.

Una vez que Kain comió su sexo, Riveria tiro su cabeza hacia atrás y dio un grito ahogado llamando a dios. Pasaba su lengua, como si se estuviera saboreando los labios y se sentía embriagada por la sensación sobre su sexo. Después de un minuto empujaba la cabeza de Kain, mientras este último digitaba sobre su sexo y lamía su lugar húmedo. Al poco rato apretó las piernas con la boca de Kain todavía comiendo su sexo y dio un grito agónico. Mientras mantenía los ojos cerrados y se sentía embriagada por la sensación, no supo del mundo, ni de magia, ni de realeza, ni de luchas. Solo estaba ella, era un ser vivo y estaba subiendo a lo más alto del mundo.

Al rato después, Riveria abrió los ojos con un sentimiento de haberse recién despertado. Kain estaba al frente de ella limpiándose la cara con una toalla. Por otro lado, la persona detrás de ella, jadeaba igual que ella. Después de que Kain terminara de limpiarse, tiro la toalla a un lado y se acercó a Riveria. Ella sonrió y lo recibió con una sonrisa. Kain la beso y ella a él. Después de eso, Riveria vio como Kain se levantó y se sacó el pantalón y la camisa. Un tubo de carne se extendía sobre su abdomen. Riveria se cuestionaba si entraría, pero antes de que pudiera expresar sus dudas. Kain se acercó y la beso. Riveria sentía como el pene de Kain, la carne caliente y larga, rozaba por sobre su sexo hasta llegar más allá de su ombligo. Era cálido y obsceno, pensó Riveria.

Kain comenzó a dirigir su pene a la pequeña apertura mientras besaba a Riveria con mayor intensidad. Después de eso, Kain entro en Riveria y esta última le mordió los labios. Kain solo se pudo introducir hasta la mitad y se detuvo. Riveria sintió el dolor en su entrepierna y miró asustada a Kain, pero después de ver como Kain tenía los labios cortados, se asustó.

-Lo siento- dijo Riveria estirando sus manos para sanarlos de alguna manera.

Kain negó con una sonrisa y le dijo -este es un pequeño precio por tomar algo de ti- la miró hacia abajo y vio la sangre. Riveria de nuevo se asustó, pensó en muchas cosas, pero al final, Kain la beso y mientras se debatía entre la agonía y el placer, se olvidó de lo demás.

Kain siguió moviéndose dentro de ella, sintiendo la cálida y apretada sensación de la carne tierna. Poco a poco fue haciendo su camino, hasta llegar al fondo de Riveria y esta última dio un grito mientras derramaba unas lágrimas. Kain la hayo linda, ese rostros aburrido e intelectual, parecía ser ahora el de una doncella. Bello, puro, enmarcado en sus cabellos esmeralda mientras emitía una mirada agónica y febril. Kain aumento sus movimientos, continuando hasta que ella volviera a acabar y solo después de eso, exploto dentro de ella. Fue una sensación tan embriagadora que Kain quedo lánguido sobre Riveria mientras la besaba y disfrutaba de su calor.

-Kain- dijo Aina en un apuro -estas un poco pesado, Riveria está bien, pero a ti no te puedo-

-Lo siento- respondió Kain mientras levantaba la mirada. Como extendió su cuello, Riveria aprovecho de besarlo y lamerlo. Parecía un gata lamiendo la leche, salvo que Kain solo emitía sudor.

Después de eso, Kain se salió de Riveria y se sentó sobre la frazada. El sudor le perlaba sobre el cuerpo. Riveria se acercó a él a gatas mientras aun sentía cierta incomodidad en su entrepierna. Se sentó sobre su muslo derecho mientras reposaba su cabeza sobre el pecho. Por otro lado, Aina se acercó a Kain para lamer el pene de este, pero la detuvieron.

-No hagas eso, Aina- dijo Kain -primero tengo que limpiarme, Riveria sangro bastante y lamer eso te podría enfermar-

Aina asintió mientras se sentaba con un rostro que decía estoy esperando. Kain sonrió y le dio una pequeña nalgada a la gata que tenía sentada sobre su muslo. Solo le faltaba ronronear. Riveria se abrazaba a Kain, le lamia el sudoroso pecho y se frotaba contra él. No obstante, al sentir la nalgada, dio un salto y miró hacia arriba con ojos de cachorro abandonado. Kain sonrió, le robo un pequeño beso y le dijo -queda Aina-

-Ya veo- respondió Riveria con cierta decepción. Se bajo de la pierna de Kain y se sentó a un lado. Por otra parte, Kain gateo hasta Aina y la beso mientras la empujaba sobre la frazada.

-Puedes ir directo- dijo Aina con una sonrisa coqueta -ya me prepare a mí misma-

-Jo,jo, déjame probar a que sabes entonces- respondió Kain

-No, espera- dijo Aina en un apuro, pero Kain no la escucho y solo bajo a su sexo y lo comió.

Aina gimió mientras era devorada, sentía que estaba haciendo aguas. Cuando jugo con su sexo se sintió excitada, pero ahora se sentía a punto de estallar. Era una sensación tan agónica, hasta que por fin pudo liberar la presión. Sintió que perdía la noción del mundo mientras acababa y todo su cuerpo hormigueaba.

Después abrió los ojos mientras su respiración era intensa y Kain la miraba como esperando a que ella volviera en sí. Después de eso, Kain le susurro si podía y ella con una sonrisa asintió. Fue doloroso, pensó Aina mientras abrazaba a Kain y clavaba sus dedos en la espalda de él, pero fue liberador.

Después de eso, Aina se sintió cansada, pero a su vez aliviada. Una vez que todo acabo, Kain, Riveria y ella se acostaron sobre la frazada mientras miraban el cielo estrellado. La brisa fresca de la noche le daba refrigerio a sus cuerpos. Aina miró a Riveria que parecía un chica mimada mientras se abrazaba al cuerpo de Kain. Ella también se sentía bien al abrazar a este hombre. En ese momento pensó que si por alguna locura, Kain le pidiera casarse, ella aceptaría con gusto.

Así que ya saben porque Riveria nunca bebe alcohol.

;)

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