Paso un mes desde la reunión de Kain y Elinalise, y durante ese tiempo, Kain recibió todas las semanas reportes de sus muchachos. Para empezar, la familia Greyrat corto relaciones con la familia Dragonroad, solo Elinalise mantiene algún intercambio con ellos porque será la esposa de Cliff Greimori. No obstante, lo que está haciendo Rudeus con sus tres amigos y sus esposas, es un total secreto, incluso para Elinalise. Cuando Kain escucho esto le envió una carta a Elinalise y le pregunto una vez más si estaba de acuerdo con tal marido. A lo que recibió en respuesta otra carta, en la cual le decían que dentro de todo, no era que ella no supiera nada, sino que había prometido no contarle a nadie. No obstante, le pidió a Kain que no ahondara mucho, ya que ella a su manera mantiene un ojo sobre Sylphiette. Así que al final, Kain no siguió preguntando por ella y le pidió a sus muchachos que siguieran manteniendo un ojo en la familia Greyrat.
Ayer le llego el último informe; decía que Rudeus y su gente estaban celebrando afuera de unas bodegas de manera amistosa y relajada. Cosa que fue un alivio para Kain, parece que no estaban metidos en nada serio. Sin embargo, le dijo a sus hijos que no aflojaran la vigilancia, ya que era bastante raro que le prohibieran ir a ver a Sylphiette.
Mientras Kain recordaba el contenido y la información de las cartas, estaba mirando una obra urbana. Eran las seis de la tarde y en medio de la ciudad de Lapan, había un extensa zanja que cruzaba la ciudad de punta a punta. Los trabajadores hace media hora que se habían ido a sus casas y solo estaba Kain chequeando los avances del trabajo. Tachaba en un papel, una larga lista de puntos por completar y revisaba el horario para ver cómo iban de tiempo. La gente lo estaba haciendo muy bien, según su esquema, estaban cinco días adelantados. Recién estaban en el tercer mes del año, pero si seguían con la misma velocidad, el alcantarillado de la ciudad quedaría listo para fin de año. Dentro de todo, solo habían cavado tres metros de profundidad por cuatro de ancho, pero considerando la longitud de más de mil quinientos metros, era un trabajo más que satisfactorio. Una vez que la gente completara el trabajo de excavación, tocaría el turno de Kain para crear tuberías hechas de piedra. Las cuales después serían sepultadas bajo tierra y llevarían todos los desperdicios de la ciudad. Su destino sería una gran fosa de incineración, en donde un mago eliminaría de forma semanal todos los desperdicios.
Después de chequear que los soportes de las zanjas estuvieran bien colocados y no hubieran posibilidades de un derrumbe. Kain reviso la lista de gente asignada a esta área. Ahora la gente estaba empezando a distribuirse, de los doscientos cincuenta habitantes originales que trabajaban en cavar, ahora solo quedaban ciento cincuenta. El resto estaba trabajando en huertos de acuaponía. Mucha gente quedo feliz con esto, ya que ahora tenían peces y verduras frescas. Este sistema tenía un pequeño déficit, ya que necesitabas tener grandes cantidades de agua dulce, la cual en este sector desértico solo la podías obtener a través de la magia. En estos momentos Lapan carecía de eso, pero Kain esperaba que en uno o dos años más, los pequeños aprendices de Catalina pudieran suplir esa escases.
Kain soltó un suspiro y se sintió cansado, pensó que esto sería un paseo por el parque en un principio, pero era más trabajo del que pensó. Kain se encamino con dirección al municipio, ubicado casi al borde de la ciudad. El otro lado de la ciudad había sido desmantelado una vez que la gente termino de cambiarse de casa. Ahora ese lado de la ciudad, era un yermo de tierra seca y árida. Por otro lado, para el otro lado, era un hermoso conjunto de casas ordenadas y bien distribuidas. Los niños estaban en sus casas comiendo con sus familias, de lo contrario, estaban con personas que los cuidaban.
Las pisadas de Kain producían un roce con la tierra árida removida al lado de la zanja. El viento ululaba y le movía la larga cabellera blanca. A lo lejos un hombre de edad desde su casa, levantaba la mano en señal de saludo. Kain lo correspondió levantando su mano y siguió avanzando por todo el camino de tierra hasta llegar al municipio. La mansión de dos pisos del antiguo tirano local, había sido remodelada para que pareciera un edificio administrativo. Para empezar, Kain había puesto baldosas blancas en la recepción, en donde estaba el escritorio de Cristina. Después había quitado el tapis de mal gusto y había pintado todas las murallas de un gris claro. El techo se mantuvo blanco, pero se colocaron molduras de color dorado en las esquinas del techo. También puso un gran candelabro en la entrada de la recepción y varias plantas que fueron proporcionadas por Reida.
Una vez que Kain llego al dintel de entrada del municipio, tuvo que sacarse las botas. Estaban llenas de tierra, así que entro solo con calcetines y las botas las dejo fuera. Después hizo su camino a la recepción, le dio un beso a Cristina, la cual estaba ocupada revisando unos documentos. Después subió por las escaleras de madera hasta el segundo piso, camino por un pasillo a la derecha y en la primera puerta entro sin tocar. Esa era su oficina y si hubiera alguien, esa sería Catalina que tenía por costumbre ocupar su escritorio. Ella tenía su propia oficina pero siempre le decía que le gustaba ocupar la de Kain. Al final Kain como siempre cedió.
Por otro lado, aunque Catalina no estaba en la oficina, eso no quiso decir que no hubiera nadie. Sus tres hijos estaban en la oficina. Kain Jr estaba sentado junto con Elías en un sillón de tres cuerpos, a unos tres metros más allá de su escritorio y al lado de la ventana que daba al frontis. Por otro lado, Ars estaba sentado en la silla de Kain con sus botas sucias sobre el escritorio. No obstante, ni tonto ni perezoso, en cuanto vio a su padre, bajo sus pies y trato de limpiar toda la tierra que habían botado sus botas. Kain lo quedo mirando como a un gusano y Ars solo sonrió con incomodidad.
Después de amonestar con la mirada a su hijo, Kain se fijó en que había una maravillosa visita. Era Sylphiette, que estaba sentada entre Kain y Elías, tenía un rostro asustado y llevaba a Lucy en sus brazos. La arrullaba a pesar de que la niña no estaba llorando ni inquieta.
Kain al verla así, entro a la oficina, cerró la puerta y fue a dejar sus papeles al escritorio. No sabía que había pasado, pero lo más probable es que sería un dolor de cabeza. Una vez que se deshizo de los papeles camino hasta a donde estaba Sylphiette, y ella, de manera obediente, se levantó y se dejó abrazar. Sylphiette comenzó a sollozar y eso hizo despertar a Lucy que también comenzó a llorar. Por su parte, Kain las abrazo con suavidad y les hizo un gesto a sus hijos para que se levantaran del sillón. Una vez que estuvo desocupado, Kain llevo a Sylphiette para que se sentara y sus tres hijos, que permanecieron de pie, se ganaron delante de su padre.
Mientras Kain la seguía abrazando con suavidad, pregunto -¿Qué pasó?-
-Ese idiota quería enfrentarse a Orsted- dijo Kain Jr en un tono solemne que dejo toda la oficina con un silencio sepulcral. De repente todo el edificio municipal comenzó a remecerse, los candelabros a oscilar y las cosas a caerse de los estantes. No obstante, no termino ahí. El remezón siguió extendiéndose hasta el resto de la ciudad, asustando a los pobladores y desmoronando gran parte de las paredes de la zanja. Sin embargo, de un momento a otro se cortó el temblor.
Kain miró a sus hijos con frialdad y les dijo -cuéntamelo todo-
-o-
Kain Jr, Ars y Elías estaban entrenando como todas las mañanas. Esta mañana en especial había sido una de las más difíciles para levantarse. La noche anterior se habían quedado los tres con sus compañeras bebiendo hasta bien entrada la noche. Así que ahora, los tres idiotas estaban con dolor de cabeza. Entonces salieron los tres y se encontraron en el patio. Los tres se partieron de la risa al ver el estado de los otros, pero dándose ánimos, tomaron unos cuantos litros de agua y se pusieron a entrenar en el patio trasero de la mansión. Nada intenso, solo un leve intercambio de golpes, ya que ninguno estaba en condiciones de llevar la competencia al siguiente nivel.
El resto de la mañana se movió con total normalidad, no fueron a la universidad por razones obvias y se quedaron descansando, cada quien en su habitación. Sin embargo, como a eso de las dos de la tarde, comenzaron a sentirse leves estruendos a lo lejos. Era como si alguien levantara grandes peñascos a unos treinta metros de altura y los dejara caer con todas sus fuerzas. Sin embargo, eso no fue lo que los alerto, sino que fue un gran sonido de una explosión. Genero un remezón bastante fuerte que se sintió hasta la ciudad de Sharia. La gente salió a las calles asustadas gritando y preguntándose qué estaba pasando. Por otro lado, los tres grandes se levantaron y se encontraron en el pasillo del segundo piso. Asintieron entre los tres y salieron corriendo a ver que era.
Para su sorpresa y desagrado, era su estúpido cuñado, luchando contra la criatura más poderosa del planeta. Alguien al que su propio padre les había dicho en todos los tonos posibles, que nunca lo desafíen a menos que estén dispuestos a morir.
No obstante, en el momento en que ellos llegaron, la batalla ya estaba decidida. Rudeus estaba a los pies de Orsted, sangrando y con un brazo de menos. Por su parte, Orsted lo único que le faltaba era la parte superior de su ropa y tenía unos pequeños cortes superficiales.
Kain Jr y sus hermanos lo miraban todo desde unos veinte metros de distancia, sobre la copa de unos árboles. Mientras veían a Rudeus arrastrarse para morder a Orsted en las botas. Al mismo tiempo, vieron como dos mujeres, una humana pelirroja y mujer de cabello gris de la raza bestia, corrían a socorrer a Rudeus. Ellas los notaron, pero no les dieron importancia, parece que Rudeus era la prioridad.
El hecho es que Orsted no tomo en serió a Rudeus y lo pateó lanzándolo a cuatro metros de distancia. Camino con la intensión de rematarlo, pero llegaron sus amigos y esposas a socorrerlo. Incluso la mujer pelirroja se puso de su parte. Orsted le dijo algunas cosas y Rudeus en su desesperación le respondía. Sylphiette entre medio de eso estaba inquieta, abrazando a Rudeus desde su espalda y con la mano derecha extendida para atacar si hiciera falta. Sylphiette al escucharlo se asustó y en su nerviosismo, lanzo una lanza de hielo.
Orsted ni siquiera recibió un rasguño por ese repentino ataque, pero miró a todos cómo si la única solución, fuera matarlos.
En ese momento, los tres grandes corrieron a toda velocidad y se pararon frente a Orsted.
-Tranquilo, viejo dragón- dijo Ars colocando su lanza atravesada sobre sus hombros
-Señor Orsted, ha sido un tiempo- dijo Kain Jr
-Buenas tardes, Orsted- dijo Elías
-Kain, Ars y Elías Dragonroad ¿Qué quieren aquí?- pregunto Orsted cómo si esa intensión asesina de hace un rato, nunca hubiera existido
-Veras, andábamos de paseó…- dijo Ars medio en broma, pero no lo dejaron terminar
Kain Jr le pego un manotazo en la cabeza y le dijo -no es tiempo para tus bromas-
Ars chasqueo la lengua y respondió -Ok, lo entiendo-
-Señor Orsted, le pido por favor que reconsidere- dijo Kain Jr -la mujer de pelo blanco es nuestra hermana y mi padre se pondrá de muy mal humor si le pasa algo-
-¿Y el resto?-
-Me dan igual-
-¡Kain!- grito Sylphiette desesperada
No obstante, Kain solo pudo sonreír y añadió -o eso me gustaría decir, pero ya ves, es una chica sentimental, así que si ella le llora un poco a mi viejo, lo más probable es que obtengas algunos problemas-
-Yo no ocasione esto- dijo Orsted
-Lo más probable, este idiota lleva días moviéndose de manera extraña. Así que debe responsabilizarse. Por otro lado, cualquier acuerdo que logren, es cosa de ustedes. Solo te pido que no lo mates, esta niña y su hija estarían muy tristes si le pasa algo-
-Está bien, conversaremos, pero si me vuelve a atacar, los matare a todos-
-En ese momento no tendré quejas-
-¡Kain! ¿Cómo puedes decir eso?- pregunto Sylphiette entre lagrimas
Kain se dio la vuelta y le dio una mirada fría, llena de animosidad -atacaste a una persona para matarla, Sylphiette ¿Qué esperas que haga la otra persona? ¿Qué se ría y te diga que aquí no ha pasado nada?. Todos debemos responsabilizarnos por lo que hacemos. Dicho esto, tú te vienes con nosotros, tienes mucho que explicarle a mi padre-
Rudeus lleno de heridas y en un estado débil, le dijo en un susurro -ella es mi esposa, no te la puedes llevar-
-Bueno broma- dijo Kain Jr con una sonrisa cargada de odio -mi padre te dejo su mayor tesoro, lo más preciado que le quedaba de su hermano y de esta manera la proteges-
-Tu no entiendes nada-
-No, no entiendo de tu estupidez y tampoco entiendo a mi padre por aguantarte. Si fuera mi padre de siempre, cuando le dijiste a través de Sylphi que no la viniera a ver. Te hubiera tomado de una pierna y te hubiera zarandeado hasta que le dijeras la verdad. Pero padre siempre está pensando en Sylphiette-
Kain Jr le dio la espalda y miró a Orsted para darle una reverencia -le pido las disculpas del caso, le pediré a mi padre que le envíe algo en compensación por todas las molestias-
-Está bien- dijo Orsted en un tono seco
Kain y sus hermanos caminaron hasta Sylphiette para tomarla y llevársela a Millis, pero se interpusieron la mujer pelirroja y la mujer bestia.
-Fuera de aquí- dijo Kain Jr en un tono frio
-Ella es la esposa de Rudeus- dijo la mujer pelirroja
-Nadie le está quitando nada, solo la llevamos para que de las explicaciones del asunto- respondió Kain Jr
-No te la puedes llevar- insistió la mujer
Ars sonrió y se adelantó a sus hermanos -déjenme a la gata tetona- dijo tomando su posición de combate. Con un pie delante del otro y su lanza a la altura de sus hombros, apuntando a su enemigo.
La mujer de la raza bestia, sintió por un momento que esa lanza le traspaso la frente en un súbito instante. Sin embargo, cuando sintió el pánico de no poder defenderse, se dio cuenta de que no había pasado nada. El muchacho no se había movido de su posición de combate. Cosa que la hizo traspirar frio.
-Déjalo- dijo Kain colocando su mano sobre el hombro derecho de Ars -no venimos a luchar-
Ars chasqueo la lengua y respondió en un tono desenfadado -ok, lo entiendo, hermano eres un aguafiestas-
Kain Jr negó con su cabeza y camino pasando de las dos mujeres. Después se llevó a Sylphiette y viajo a Lapan a ver a su padre.