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Interludio - Reverse Side 2 - Land of the gods 3.3

Todo el viaje había sido tranquilo hasta llegar al piso treinta. Tuvieron algunos contra tiempos pero nada serio. Algunos heridos, algunas emboscadas y mucho trabajo, nada que represente una perdida significatica. Cabe decir que los pisos se volvían cada vez más extensos y ahora avanzaban por un piso tan grande que Orario podría caber dos veces en su interior. A su vez, poco a poco se iban acabando los parajes verdes y el agua, dando paso otra vez a la tierra y a la roca. Nada más llegar al piso treinta, fueron atacados por un tipo de monstruo con forma de lagarto. Según el bestiario de la Guild se llamaban bloodsaurus. Caminaba sobre sus patas traseras, poseía grandes garras y unas enormes fauces. Para poder enfrentarlo, por lo menos tenías que ser un nivel cinco. De lo contrario solo serías una molestia en el campo de batalla.

En estos momentos, Rómulo e Irene dirigían a sus equipos de elite, cada uno iba por un bloodsaurus diferente. El resto de los aventureros los miraban desde la distancia, sobre un acantilado que les impedía a los bloodsaurus atacarlos. Los herreros hacían lo mismo. Kain se sentó en el borde del acantilado y los veía luchar. Mientras trataban de dañar al bloodsaurus, los grupos de elite trataban de no molestarse. Ese era su cooperación, no colocarse en el camino del otro. ¿Ataques combinados?¿fintas, trampas y otros trucos para la cacería?.¡JA! Eso no existía. Mas cooperación había cuando se reunían a beber. Solo había un patrón, no estorbar y atacar cuando se dé la oportunidad. Por lo general, los lideres empezaban la cacería. Como eran los más fuertes, trataban de llamar la atención. Eran seguidos por sus subcapitanes y el resto del equipo. Una vez que alguien le daba un buen golpe al bloodsaurus, este perdía su concentración y perseguía al que le propino el golpe. Como eran más de cinco, al final, el bloodsaurus no sabía a quién perseguir y se confundía. En ese momento, el capitán tomaba la iniciativa y lo golpeaba, volviendo a repetir el mismo patrón.

Entre medio de eso, Irene detuvo al resto de su equipo y dejo solos al trio de idiotas. Aquiles tomaba la delantera propinándole profundos cortes al bloodsaurus con su espada corta. En su mayoría iban dirigidos a las piernas, tratando de reducir su movilidad. Después lo seguía Jason, que tomando esta oportunidad, le propinaba profundas estocadas en el cuello y en las articulaciones. En simultaneo, era respaldado por Odiseo, que desde una distancia de veinte metros utilizaba su arco para disparar a los ojos. Su puntería no era la mejor, pero incomodaba al bloodsaurus, reduciendo así su capacidad de combate. Al final, después de media hora de combate, lo lograron vencer.

Una vez que cayó el bloodsaurus. Jason y Aquiles quedaron al borde del cansancio. Se sentaron en el suelo, espalda con espalda y miraron a Odiseo. Al instante después se escuchó un fuerte aplauso de toda la elite. Eran tres nivel 4 que habían vencido a un bloodsaurus. Su coordinación y trabajo en equipo fue eficiente. Su estrategia fue brillante. Habían cumplido sus roles a cabalidad. Aquiles limitaba el movimiento. Jason proporcionaba el daño y Odiseo molestaba al bloodsaurus y dirigía el combate desde la distancia.

Kain los vio con una gran sonrisa, estaba orgulloso de que sus discípulos pudieran llevar a cabo la estrategia. Ahora solo les quedaba pulir su trabajo en equipo y generarían un cambio. No solo en su familia, sino también, en toda Orario. Parece lógico trabajar en equipo, pero pensando en el legado que dejaron los héroes, no lo es tanto. Cada nota, cada registro, cada historia que hay en Orario. En todas, absolutamente todas, se habla de un gran héroe justiciero. Alguien poderoso e invencible que puede vencer a todos por sí mismo. Es lamentable, pero la mayoría de los aventureros crecen idealizando a alguien así. Solo piensan en lograr sus sueños por su propia cuenta, no dándose cuenta de que lograron llegar hasta donde están por la ayuda de sus amigos e instructores. Así es la mentalidad de los aventureros. Llegar a la cima por su propia fuerza ignorando los siglos de evolución de la humanidad. Las cosas más hermosas, más increíbles y más atroces, se lograron cuando dos o más personas se unieron bajo una misma causa.

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Una vez que establecieron un campamento al final de piso treinta. Se armo una gran fogata donde danzaban, reían y cantaban todos los aventureros celebrando el brillante triunfo de los mocosos. Incluso Jack, el siniestro sub capitán de la familia Zeus, tuvo una epifanía, un momento de iluminación. Ver ese combate fue más precioso que escuchar a los dioses ¿Por qué nunca le habían comentado que se podían coordinar así? -maldito dios inútil- blasfemo en contra de su dios. Zeus de lo único que hablaba era de mujeres y de convertirse en un gran héroe. No contribuía con ideas, ayuda o daba alguna guía. Cada aventurero de la familia tenía que seguir su propio camino. Si tenía éxito, el dios tomaba el crédito y se llenaba la boca diciendo que en su familia todos eran brillantes. Si morían, no le ponía ningún sentimiento a la perdida. Según Jack, Zeus era un dios parasito. Pero al final y al cabo era su dios, solo por eso lo seguía.

-¿Qué pasa, Jack?- pregunto uno de sus más cercanos

-Nada, déjame solo y disfruta de la fiesta- respondió Jack

-Vamos hombre, somo amigos. Cuéntame-

-Anda a disfrutar de la fiesta. Mañana cuando estés sobrio te cuento-

-Vale, hombre, pero dime, somos amigos ¿cierto?-

-Por supuesto, por supuesto-

Entonces, el aventurero se fue y Jack se quedó solo. Amigos, ¡JA! Vaya broma. Dos amigos, son dos personas que están en los mismos términos, pensó Jack. -¡Tú lo único que quieres es un poco más de botín!- murmuro para sí. Después de eso, siguió viendo como toda su irresponsable familia festejaba. Ver el combate de los tres novatos de la familia Hera, era un paso adelante en sus planes, pensó Jack. Serviría de ejemplo para que su idiota capitán lo escuche y a lo mejor, le permite entrenarlos y mejorar su trabajo en equipo. No obstante, lo veía poco probable, a su capitán le encantaba entrenar a su familia. Porque Rómulo podría ser un cabeza muscular, pero en el entrenamiento era serio. Juntaba todos los días a un grupo de novatos y los entrenaba personalmente. También entrenaba a sus elites, pero eso lo hacía por separado. Pocos podían seguir el ritmo de su capitán, incluso los nivel seis. Así que terminaban exhaustos. -Si tan solo una familia se pudiera sostener sobre su elite- dijo Jack en un tono bajo. Miró su vaso con vino y soltó un suspiro.

Por otro lado, los tres idiotas festejaban de lo lindo. Bebían, reían y cantaban. Irene, la capitana de la familia Hera, tomo a Aquiles y le permitió reposar su cabeza sobre sus contorneados muslos. La mujer le acariciaba el suave cabello dorado mientras que Aquiles se ponía rojo como un tomate gracias del vino y la timidez. No obstante, se dejó querer. Era un sentimiento tan relajante. Bebía, se reía de sus idiotas amigos y disfrutaba de la cálida piel de su capitana.

Jason por su parte, tomaba pequeñas ventajas con algunas senior y novatas. Bailaba con ellas y conversaba. Lo cual era su fuerte y también su personalidad magnética. Pero no llegaba a nada serio, algún coqueteo, alguna insinuación. Mas tarde se verá si alguna pico el anzuelo. Odiseo por otra parte se reía, tomaba vino y pensaba en otras cosas mientras compartía. Emitía la presencia de un gran rey y solo por eso, tenía a varias niñas cuidando de él.

Kain los miraba desde la distancia. Solo pudo sonreír con aprobación. Era importante entrenar, disciplinarse y divertirse. Todo en un mismo nivel. Por otra parte, el exceso dañaba. Con mucho entrenamiento el cuerpo se cansa. Con mucha disciplina la mente se cansa. Con mucha diversión te vuelves auto complaciente. Todas las cosas en su justa medida eran buenas y por su esfuerzo, se merecían un descanso.

Apartándose un poco de los herreros, que por algunas razón también festejaban, Kain se fue a un lugar apartado. Él no lo había hecho en una semana y ya se sentía extraño. Saco sus dos lanzas y empezó moverse al ritmo de la danza de las cien lanzas. Scathach nunca le dijo como se llamaba su estilo de lucha, pero tomando en consideración las estatuas, le puso ese nombre. Cada movimiento era único, para un tipo diferente de enemigo, con diferentes capacidades y fortalezas. Pero dejando eso de lado, podía decir que extrañaba a su maestra. No había ningún sentimiento de por medio, pero era innegable su talento para guiar a otros. Kain por sí solo no había avanzado en nada. Seguía estancado a la mitad del camino. Entrenaba sin descanso pero no podía avanzar en su técnica.

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Después de cinco horas de gritos, risotadas y desorden, los dos campamentos quedaron en silencio. Por otro lado, quedaban algunos vigilando en pie o eso parecía. Si los mirabas más de cerca, te podías dar cuenta de que dormían apoyados en sus lanzas. Habían algunos durmiendo en el suelo, otros cerca de las hogueras. Otros se habían retirado a sus refugios. Mientras que todos descansaban, Kain seguía practicando. Su cuerpo se había puesto rígido sin entrenamiento. Recién ahora, después de una larga sesión, sentía que fluía con la técnica. Se deslizaba por el piso y cada estocada de sus lanzas llevaba el peso de una montaña. De repente se detuvo y miró hacia un conjunto de rocas. Sonrió y dijo a gran voz -no te han enseñado que es malo espiar-

Los tres idiotas salieron de detrás de las rocas, pero quedaron asombrados al ver que su maestro, no les dirigía la mirada a ellos. Era en la otra dirección. De la cual salió el capitán de la familia Zeus, Rómulo.

-¿Qué haces?- pregunto Kain

Rómulo algo avergonzado, le respondió con otra pregunta -¿Dónde aprendiste esa técnica? Nunca he visto algo parecido-

-Alguien increíble me la enseño-

-Mm, así parece-

-¿Y ustedes?- le pregunto Kain a sus discípulos

Tanto Jason, Aquiles y Odiseo se pusieron rojos. Jason dijo -vinimos a ver la gran presencia. Yo le dije a mis hermanos que eras tu, pero no me creyeron-

Odiseo torno los ojos al cielo y le dijo -no fuiste tu, fue Aquiles, deja de ponerte las medallas de otros-

-Deja de preocuparte por esas cosas, son pequeños detalles- le respondió Jason con una gran sonrisa

-¡¿A ver?!- dijo Kain con una sonrisa picarezca. Camino hasta Aquiles y le levantó el mentón para revisarle el cuello. Aquiles tenía claras marcas de besos. Kain sonrió y le pregunto -¿comiste o fuiste comido?- y soltó una risotada

Aquiles se puso rojo como un tomate y se escondió detrás de Jason. No podía decir lo que paso, pero como dijo su maestro en su momento, lo mandaron al paraíso. Jason contesto en su lugar -fue comido por la capitana-

-Jajajajaja no está mal. Estrenaste tu cuerpo a lo grande-

-Maestro, no se burle- dijo Aquiles con una pequeña voz

-Lo digo en serio ¿Cuántas personas conoces que pueden perder su virginidad con semejante mujer?- pregunto Kain, y después se puso serio. Hizo cuatro sillas de piedra y miró a sus discípulos. Ellos entendieron y se sentaron con Aquiles en medio. Entonces Kain continuo -¿sabes cómo funciona el mundo de las amazonas?- los tres asintieron. Kain solo necesitaba que Aquiles supiera, pero estaba bien de todos modos. Entonces, tomando un gran respiración, le dijo -las amazonas buscan la semilla de hombres prometedores. Eso quiere decir que tienen que ser grandes guerreros. Después de eso se llevan a sus hijas y las crían en la ciudad de las amazonas. Lo que quiero decir es lo siguientes: no esperes que esa mujer tenga una relación seria contigo-

-Lo sé maestro- respondió Aquiles en un tono suave, como si tuviera pena

Kain volvió a soltar un suspiro. La primera vez es importante. A lo mejor si fuera una prostituta a la que no vieras más, no pasaría nada. Pero aun así, hay casos en que los clientes se encariñan con esas mujeres. Así que lo más probable, es que Aquiles piense que esa mujer es suya. Kain negó con su cabeza y le dijo -No te digo que sea imposible tener algo serio, pero mantén los pies en la tierra. No esperes amarrarla a ti-

Aquiles asintió y Kain le palmeo el hombro. Después miró a Rómulo y le pregunto -¿Y tú, a que vienes?-

-También vine por la gran presencia- respondió Rómulo -pero después me quede estudiando tu técnica. Lo siento-

-No hay problema, solo me alejo para estar tranquilo. No es como si lo quisiera esconder. Además, dudo que puedas aprender solo mirando-

-También pienso lo mismo-

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