—Claro que lo recuerdo... Oh Jimin... ¿Cómo olvidarlo? Aquí fue donde te conocí, y donde hice de tu cuerpo mío.
Decía en un susurro para sí mismo mientras cerraba sus ojos sin siquiera saber que Seokjin se encontraba afuera del mismo escuchando su conversación con una expresión de gracia por las estupideces que podían llegar a salir de los labios del estúpido de Min Yoongi', su hombre.
Sabía qué debía estar atento a cualquier circunstancia debido a que aquel maldito idiota se encontraba en busca de su pareja y claramente tenía que interferir en todo esto. Era completamente lógico que min yoongi extrañaba aquel idiota, sin embargo, Jin haría lo que sea y lo que fuera posible para que todo fuera completamente distinto y se olvidara de él.
cuando presenció que Yoongi estaba a punto de salir de aquel cubículo salió de manera rápida de aquel baño para caminar hacia la mesa en donde ellos encontraban.
En cuestión de segundos Yoongi volvió y se sentó a su lado.
��¿Estás bien Gigi?
—Si, estoy bien, Jin. Pensaba en que en la tarde podríamos divertirnos en casa
Susurraba en el oído de Jin quien mordió sus labios ante aquel comentario.
—¿Divertirnos?
Susurraba mientras sentía la mano de Yoongi deslizándose lentamente por su pierna debajo de la mesa.
—Jin, oh Seokjin
gruñía
—Si emites algún sonido que nos delate solo iremos a casa para dormir.
Susurraba coqueto en su oído aprovechando que nadie los veía.
—No quiero dormir, quiero jugar... Llévame a casa...
Suplicaba mientras sentía su mano sobre su pantalón y abría lentamente su boca lanzando su cabeza hacía atrás. Al momento de sentir que la mano de Yoongi se encontraba sobre su miembro apretándolo y masajeándolo de manera lenta. Uno de los meseros se acercó a ellos con una sonrisa amigable para preguntar qué era lo que ellos iban a comer. El joven si no sabía qué decir puesto la mano de Yoongi le robaba las palabras.
—Y—Yo...yo
—¿Esta bien se��or? —Preguntaba el mesero con confusión
—lo que mi esposa quiere decir es que quiere un Kimchi con una ensalada grande y uno de sus más finos vinos.
mencionaba el chico de cabellos negros mientras movía su mano con rudeza en el miembro de él castaño
—perfecto. ¿Y usted señor?
preguntaba el mesero mientras observaba los gestos de su contrario con extrañeza
—quiero lo mismo... y si puede hacerme el favor de traerme la botella con hielo estaría completamente perfecto.
—ahora mismo...
Justamente cuando aquel joven mesero se fue Jin mancho sus pantalones y mancho su la mano de Yoongi quien sonrío saco su mano.
—Chupa...
Ordenó, Seokjin asintió a la misma vez. Comenzó a lamer
—¿Te gusta cómo sabes?
Susurraba mientras veía a Jin lamer el semen, ese sabor salado era extraordinario., Salado y picante.
—Eso es bebé... Solo te advierto algo, si no comes tu comida no te daré nada de lo que deseas.