"¡Uahhhh!"
El grave y cansado bostezo del pelirrojo detuvo toda la atención de la clase mientras el maestro del salón hacia su explicación sobre la historia de mesopotamia y el rey de aquella mítica ciudad bautizada con el nombre de Uruk.
"¿Haru Yoichi-kun no cree que debería estar utilizando su tiempo de una forma mucho más efectiva que solo dormir en clases?" el maestro apuntó a su libro de clases hacia Haru mientras lo increpaba ganándose así la atención de todos.
Haru solo giro la cabeza y miró por la ventana sin prestar atención al molesto profesor que solo siguio gritando con todas sus fuerzas.
Issei y sus amigos se rieron de la situación pero del otro lado de la sala solo la monja seguía preocupada por el bienestar del pelirrojo.
Para cuando terminaron las clases Haru volvió a su escondite, en la azotea era el lugar donde Haru podía ser Haru sin preocupaciones, allí los cuervos se reunían y devoraban cualquier golosina que el pelirrojo traía en su cuerpo.
"Haru-sama"
"Tus habilidades están mejorando Mitelt" Haru no dio vuelta la cabeza y solo se quedó bebiendo su soda de uva con casualidad.
Mitelt tomó asiento a un lado de Haru dejando que sus piernas colgaran desde la orilla de la azotea "Ahora puedo pasar inadvertida por casi cualquier tipo de sensores, mi energía se logra mezclar con el ambiente y no presenta problema alguno, practicar con usted mientras usa su byakugan es una experiencia única"
"Deja las alabanzas atrás, todo esto es por tu propio esfuerzo, no muchos ángeles caídos salen del rango bajo y entran en el rango medio. Ahora tienes dos pares de alas deberías ser un poco más importante dentro de la facción de los ángeles caídos pero para estar seguros te entrenare lo suficiente para que puedas obtener tres pares de alas"
"¡¿Tres pares?! Haru-sama no desconfío de sus habilidades y sus entrenamientos, pero entre los ángeles caídos solo un puñado puede tener las tres alas y no es un secreto que aquellos que pasaron de dos pares a tres pares solo se pueden contar con los dedos de las manos"
Haru ni se inmuto en cambio levantó la mano y lanzó la pequeña lata de gaseosa hacia el aire y cayó en un basurero en el patio, entre todos los estudiantes del primer piso "La segunda parte del entrenamiento se basa en el control, ya puedes alterar tu energía y mezclarla pero no tienes un control exacto para hacerte desaparecer o manipular tus habilidades para que parezcan diferentes"
Mitelt miro el lugar donde aquella lata vacía cayó y juzgo si podría hacer lo mismo sin emplear ningún tipo de poder especial pero solo pudo negar con su cabeza.
"Ahora mismo te dirigirás al bosque con uno de mis clones, un par de cuervos los seguirá para apoyar en lo que sea necesario, pueden irse"
"Si, Haru-sama" pronto Mitelt salió del lugar junto con un clon de Haru y los cuervos.
"Bien, ahora supongo que deberia volver a clases... ¿o debería dejar que un clon tomara mi lugar?" Haru pronto se detuvo y dejó que un clon tomara su lugar dentro de la sala de clases mientras su cuerpo original comenzó a tomar una siesta en la azotea de la escuela.
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Fuera de todo el área de la academia Kuoh, más arriba del cielo saliendo de la propia existencia del vacío y las dimensiones hasta entrar en otro mundo lleno de vegetación.
Bajo el suelo de aquel verde mundo se ubicaba una antigua sala hecha de grandes ladrillos de piedra, la sala de piedra estaba vacía a excepción de un gran pergamino estirado en el suelo y dos antorchas a los lados del pergamino.
Pronto desde la entrada apareció la figura de un fornido hombre musculoso, el hombre de tez morena y un notable afro de color verde al igual que sus ojos, caminaba hacia el pergamino mientras mantenía sus dos manos en su cintura.
"Aquí voy número 13, ya estoy imaginando nuestra batalla, mi sangre hierve solo de imaginar tu cara cuando veas un poder tan abrumador como el que tengo en mi poder"
Cada vez que el moreno caminaba, todos sus músculos hacen que sus tatuajes de serpientes se movieran como si se arrastraran en su piel, los dorados dientes del hombre brillaban constantemente mientras este hablaba como si de un loco se tratase.
"¿Entonces tú irás a buscar al número 13?" Pronto el monólogo del moreno fue interrumpido por la voz seca de una mujer ubicada en un rincón de aquella antigua sala.
"Oh, princesa de hielo, no pensé verla aquí, que viniera a despedirse antes de la misión que traerá gloria a este lugar es realmente un acto de gran valor" Al finalizar su diálogo el moreno golpeó sus dientes con fuerza mientras hacía una pequeña reverencia quedando a la altura de la mujer mientras sus caras solo eran separadas por unos centímetros.
Mientras que la mujer media alrededor de ciento setenta centímetros, el moreno tenía una espeluznante altura de doscientos cincuenta centímetros.
"Borraría esa desagradable sonrisa de tu cara cortando esa maldita lengua pero no quiero tener culpa si llegas a fallar en tu misión" la mujer dio una sonrisa mientras se giraba para salir del lugar pero el moreno solo extendió su mano para acariciar el cabello de la mujer.
"Si me tocas una hebra de mi cabello prometo contarte esa mano y meterla en tu trasero para que vayas a la misión satisfecho ¿entiendes a lo que me refiero?"
"Vaya, ahora entiendo por que te llaman la princesa de hielo" rio el moreno mientras retrajo su mano su acariciaba su muñeca "Cuando vuelva de esta misión tendrás que alabarme, sere tu superior y voy a hacer lo necesario para que caigas rendida a mis pies"
"Jamas caeria a los pies de una serpiente maloliente como tu"
"Oh, solo espera mi regreso y podrás sentir todo lo de esta serpiente...." mientras ambos hablaban el pergamino comenzó a brillar intensamente "Vaya, todo está preparado, la próxima vez que me veas será con la presa en mi mano"