Kaori
Caminé hacia papá y traté de sujetar el cuerpo de mi mamá, pero Lin lo evitó.
—No te acerques a este asesino, Kaori — me pidió, secando sus lágrimas.
Papá aún estaba en Shock, se veía muy mal.
Akira
Eres un chico bueno, no seas como tú padre.
¿Por qué mamá está tan fría?
¿Por qué mamá no despierta?
¿Por qué mamá no se mueve?
No veo una vida lejos de ti. Quiero estar siempre contigo, Akira.
Juro permanecer al lado de nuestros hijos y de ti, aún después de la muerte, lisa. Desde este día estaremos juntos para siempre, y ya no podrás escapar de mi, corderito.
¡Vas a ser papá!
No importa lo que hayas soñado, solo fue una pesadilla; nada malo voy hacerte.
Solo sabes destruir todo lo que tocas, Akira.
¡Te odio!
¡Eres un asesino!
Ya no más, por favor…
—Perdóname, lisa— saqué el cuchillo de su cuerpo y lo tiré a un lado. Caí de rodillas sujetando su frágil cuerpo, y pegé mi frente a la de ella—. No me dejes solo, por favor— le rogué entre lágrimas—. Juré jamás lastimarte, y estás manos malditas volvieron a hacerlo. Despierta, lisa; prometo esta vez alejarme, y no volver a acercarme a ti, te daré la libertad que querías, te dejaré en paz te lo juro, pero abre tus ojos. No me dejes solo, te lo ruego. Eres todo lo que tengo y que quiero. Yo jamás hubiera querido esto, jamás me hubiera atrevido, lo dije muchas veces, pero hubiera sido incapaz de hacerlo. Lisa, abre tus ojos, por favor.
—¡Eres un asesino! ¡Eres tú quien debería estar muerto! — gritó Lin en lágrimas—. ¡Aléjate de mi madre y lárgate de aquí! ¿No te fue suficiente?
Kaori
Me di cuenta de que papá no estaba en sí.
—No digas nada más — le pedí a Lin.
—¿Papá? — lo llamé al ver que estaba en otro mundo, presentía que algo andaba mal con él.
—Déjalo, déjalo que aprecie mejor su obra. A él nunca le importó nuestra madre, ¿Qué puede sentir este maldito monstruo?
—Hay que sacar a mamá de aqui, papá—traté de soltarme del agarré de Lin, pero me sujetó más fuerte.
Seguía tratando de hacer reaccionar a papá, pero su mirada estaba perdida.
—Tenemos que llevarla al hospital, Lin.
—¡Está muerta, Kaori! — respondió Lin en llanto.
—No digas nada más— le pedí nuevamente.
Akira
Miré mi mano, la cual estaba llena de la sangre de ella.
—He vuelto a fallarte otra vez. Solo he sido una maldición en tu vida. No quiero estar en un lugar donde tú no estarás; prefiero ponerle un fin a esta maldicion que tienen mis manos, que destruyen todo lo que tocan— acaricié su suave mejilla, y le di un delicado beso en los labios; esos labios que tanto amé, y que aún hoy amo—. Te amo, mi corderito, te juro que lo hago.
Kaori
—Suéltame, algo anda mal — insistí, pero no me hacía caso.
—Será mejor irnos de aquí.
—No dejaré a mamá, ni mucho menos a papá. Si quieres irte, vete tú — le grité.
—¿Vas a defender a este asesino?
—Tu quieres abandonar a nuestra madre y eso no lo voy a permitir, Lin.
—Es el momento de irnos, Kaori. Mamá está muerta, ¡Acéptalo! Ese asesino que tienes de padre, terminó con ella, y aún así estás defendiéndolo.
Vi cuando papá sacó el arma de su pantalón y le grité.
—¿Papá? — empujé a Lin con todas mis fuerzas.
Papá llevó el arma a la sien, y antes de que pudiera jalar el gatillo, me adelanté y empujé su brazo.
—¡No, papá!— le agarré el brazo y lo abracé—. No lo hagas, por favor— le rogué llorando. Luego de unos instantes, reaccionó y me miró.
—No merezco esas lágrimas, Kaori, yo no merezco estar aquí — musitó con una mirada muerta.
—Tenemos que llevar a mamá al hospital, no podemos dejarla aquí, papá. Olvidemos nuestras diferencias por ahora, por favor, no tenemos tiempo.
Papá sujetó en los brazos a mamá y se levantó, los tres nos dirigimos al hospital. Papá cargó el cuerpo de mi madre hasta dentro del lugar, se llevaron y nos quedamos los tres en la sala de emergencia.
—¡No quiero estar al lado de este asesino! ¡Este será tu castigo! — dijo Lin marchándose, no quise ir detrás de él, papá me necesita.
—Perdóname, Kaori. Sé que me odias y merezco esto y mucho más; sé que soy lo peor, pero realmente jamás hubiera sido capaz de hacerle esto a tu madre. La amo mucho, al igual que te amo a ti. Perdóname por cometer tantos errores y por ser este monstruo que soy. Perdóname, por favor— me rogó en llanto. Jamás lo había visto tan mal, no parecía esa persona aterradora que dicen que es.
—Nadie es perfecto; aunque no sé si pueda perdonarte esto algún día, pero creo que por mamá debemos hacer el esfuerzo de tener la fiesta en paz.
Luego de varias horas de angustia, el doctor se acercó a nosotros.
—¿Qué pasó con mi mamá, doctor? Dígame que está bien, por favor—el doctor se veía extraño, y cabizbajo.
—Quisiera poder darles buenas noticias. Hicimos lo que pudimos, pero la paciente no lo logró. Sentimos mucho su pérdida, señorita — el doctor bajó la cabeza al dar esa desgarradora noticia.
—¿Qué?—papá cayó de rodillas con el corazón roto en mil pedazos, yo tampoco lo soporté y caí de rodillas al lado de papá.
—Esto no puede ser — repetí una y otra vez.
Papá enterró sus uñas en la cabeza, su cuerpo estaba temblando y sus lágrimas bajaban por sus mejillas.
—¿Este era el futuro del que tanto hablamos, lisa? Me rehúso, no lo acepto. ¡Yo no puedo estar sin ti! ¡Tú no puedes dejarme! ¡NO PUEDES!— gritó con todas sus fuerzas, y no sabía que decir para consolarlo; aunque haya sido su culpa, estoy consciente de que papá la amó de verdad, y que no hubiera sido capaz de hacerle esto, a no ser que ella se hubiera metido en medio. Estoy segura que eso sucedió, y todo por defendernos. Fue mi culpa, yo le pedí que le ayudara.