Historia Paralela La Caída Capítulo 79: Nada.
Nadia Haddad, que estaba en el orfanato de la iglesia, suspiró aburrida.
Era 1 de marzo y en muchos países las clases habían iniciado, pero como la ciudad de Jerusalén estaba alerta a causa de los jugadores del este, ellos eran la excepción.
A Nadia no le gustaba ir a la escuela o estudiar. Es más, para ella estudiar era demasiado aburrido, pero en este momento extrañaba la escuela.
En el orfanato podía jugar con los demás niños, pero en la escuela era diferente. Conocían nuevas personas, interactuaban con ellas y principalmente admiraban la brillantez de la Primera Heroína.
¡Esa era su razón principal! ¿Y cómo no lo sería?
La Primera Heroína era increíble y Nadia era una de las pocas personas que no solamente la conocía directamente, sino que podía considerarla su amiga.
Por las redes, todos hablaban de la Primera Heroína y fue lo mismo en la escuela o cuando se juntaba con los niños de la ciudad u otros orfanatos. Todos querían ser como la Primera Heroína.
Quizás la Primera Heroina no lo sabía, pero los pocos videos de ella ayudando sin parar en diferentes áreas se habían extendido y estaban motivando a muchos jóvenes a ser como ella.
La fuerza, la destreza y la amabilidad eran bien conocidas, pero Nadia, que se había acercado a la gran heroína, aprendió que ella era amigable, carismática y muy amable.
La Primera Heroína no pedía nada a cambio de su ayuda y siempre estaba dispuesta a arriesgarse. Ella era trabajadora.
"Cuando empiece la escuela, debo tener todas las tareas al día", murmuró Nadia mientras se acercaba a la ventana de su cuarto.
Desde allí, vio a su hermano jugando con los demás niños del orfanato en el patio.
Su hermano seguía siendo alguien callado, pero se había acostumbrado a la vida en el orfanato. Los encargados del lugar habían logrado que eso sucediera, y las estrictas reglas de la iglesia garantizaban que nunca les faltara nada.
La iglesia del Tiempo y el Espacio era generosa, aunque a Nadia le gustaba pensar que era gracias a la Primera Heroína y su conexión con ellos. La verdad era que la iglesia tenía normas muy estrictas para la educación y las comodidades de los huérfanos.
"Tengo que convertirme en una usuaria de habilidades", murmuró Nadia con cierta emoción.
Si se convertía en una usuaria de habilidades y finalmente despertaba, recibiría una beca para la mejor escuela de la iglesia: una escuela de despertados donde los estudiantes con los mejores promedios y destrezas eran aceptados.
Aunque la Primera Heroína no había mencionado asistir a esta escuela, Nadia y su amiga Amber suponían que ella sí lo hacía.
Tal idea vino de que la Primera Heroína era joven y estaba conectada a la iglesia y muchas veces mencionaba que tenía que ir a la escuela o que se acercaban las clases y se quejaba de ello.
Aunque la Primera Heroína usara máscaras, las veces que hablaba no ocultaba su información y no guardaba nada, lo que significaba que revelaba muchas verdades.
"Amber estará celosa", murmuró Nadia con una risa entretenida.
Amber estaba en Estados Unidos y, si bien había despertado, fue enviada a otra escuela y no pudo reunirse con su ídolo. Si ella lograba lo que Amber no pudo, obtendría los celos de su amiga.
Nadia se rió malévolamente en silencio.
No es que tuviera una rivalidad con Amber ni nada por el estilo, pero era muy divertido molestar a esa jovencita que era mayor que ella. Y más importante, ella quería conocer a la Primera Heroína por completo.
Sin duda alguna, eran amigas, pero conocer su identidad e ir a la escuela con ella sería aún más genial para Nadia.
¡Se convertiría en una motivación para estudiar!
Nadia, que se estaba dejando llevar por su imaginación, sintió una extrañeza en el aire. El viento corrió por el patio elevando las hojas y haciendo que los niños que estaban en el patio se detuvieran.
Algunos fruncieron el ceño al igual que Nadia, quien no podía entender lo que sentía. A pesar de que su cuerpo le decía que algo sucedía, ella no podía entender de qué se trataba y simplemente lo ignoró.
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Karsten, el jefe de paladines de la iglesia del tiempo y el espacio en Jerusalén, frunció el ceño.
Él era un hombre viejo y había superado los setenta años. Como la mayoría de las personas, él fue un jugador durante Terra Nova y tuvo diversas aventuras.
También cuando la tierra se enfrentó al Gran Cataclismo, él hizo frente a todos los desafíos que tal evento trajo consigo.
En definitiva, Karsten era un hombre con experiencia tanto en la vida misma como en batallas a muerte, pero hoy no podía dejar de sentirse extraño.
Había un sentimiento en el aire y, a pesar de que él miraba desde la entrada de la iglesia a la ciudad tratando de descifrar ese sentimiento, era incapaz de hacerlo.
Él no era el único que lo sentía. Los sacerdotes y la mayoría de los visitantes también parecían sentirlo.
Algo estaba sucediendo y nadie sabía de qué se trataba ni la gravedad a la que se enfrentaban.
"Señor, hemos recibido noticias de Omar. Mencionó haber detenido un par de rituales demoníacos. Los demás paladines también se han movilizado para revisar la ciudad", informó un sacerdote a su espalda.
¿Rituales demoníacos? ¿Los sectarios estaban haciendo algo? ¿Esa era la razón por la que sentía esa sensación ominosa?
"Sigue vigilando. Pide que todos los paladines se movilicen, avisa a las autoridades locales y a los policías para que resguarden la ciudad", dijo Karsten en calma.
La ciudad estaba a la vista y el sol estaba en lo alto rodeadas de varias nubes. Las calles seguían ocupadas, aunque algunas personas estaban sintiendo la misma sensación que él.
Todo continuaba en orden, pero Karsten no podía quitarse de la mente que algo estaba sucediendo.
"¿Quiere que pida refuerzos a los superiores?" preguntó el sacerdote al notar su tensión.
El sacerdote hizo la pregunta al verlo tan tenso, pero él no parecía sentir la misma sensación.
¿Estaba siendo paranoico? Karsten se hizo esa pregunta en su mente y suspiró.
Las tensiones con los jugadores, los sectarios y todos los problemas a los que esta ciudad enfrentaba lo estaban poniendo demasiado al límite. Mucho estaba sucediendo y, si bien él no era el principal encargado de lidiar con ellos, sí era uno de los primeros en enfrentarlos.
"Preguntaré al equipo de investigación de la ciudad. Es probable que la energía mágica esté aumentando y quizás aparezca una mazmorra", supuso el sacerdote.
Varias personas eran capaces de sentir esa sensación y algunos la sentían con mayor fuerza que otros, pero no todos eran similares, y el sacerdote era un ejemplo.
¿Se trataba de la energía mágica? Tal vez era una mazmorra.
El sentimiento no era ominoso como lo eran los rituales, así que era probable que no se tratara de ese asunto, pero sí estaba relacionado con la energía mágica.
La mazmorra que liberó una bestia de rango SS en Asia hace tiempo fue problemática, y la probabilidad de que ese tipo de mazmorras volvieran a aparecer era alta. Resultaba lógico pensar que ahora pudiera aparecer una mazmorra de rango SS.
Y si aparecía una mazmorra de ese rango, dependiendo de la suerte, podría tener una o varias criaturas de rango SS o una criatura de rango SSS.
"Si da la orden, también envía un mensaje en caso de que aparezca una mazmorra para activar las alarmas de seguridad", dijo Karsten, y al ver que el sacerdote empezaba a enviar mensajes, titubeó y continuó. "Comunícate con los gremios para mantenerse en guardia".
Si no era nada, entonces él podría tratarlo como un simulacro y lidiar con las consecuencias de alarmar y movilizar a las autoridades de la ciudad, pero Karsten no era un hombre que ignorara su instinto, y en este momento su instinto le estaba diciendo que algo sucedía.
Lamentablemente, era imposible definir qué era lo que estaba sucediendo, y en vez de pensar en la causa, él tuvo que centrarse en la prevención.
"Entiendo, señor", respondió el sacerdote al ponerse a trabajar.
Karsten volvió a mirar la ciudad y se dio cuenta de que la sensación disminuyó hasta el punto de que él no pudo sentirla.
Los pocos sacerdotes que habían salido como él hablaban suponiendo de qué se trataba y qué era lo que estaba sucediendo, y justo en ese momento, una presión cayó sobre la ciudad.
"¿Qué sucede?"
"¿Qué ocurre?"
"¿Es un ataque?"
Los gritos y preguntas aparecieron, y Karsten, que había estado tenso, voló en el aire sacando su espada y escudo de su anillo espacial y se dio cuenta de que por toda la ciudad otras personas también volaban.
Desde los militares en el ejército, las fuerzas policiales, los gremios y los paladines. Cada uno de ellos voló en el aire en la misma dirección.
Karsten atravesó las nubes y, una vez del otro lado, la presión que antes sentía se convirtió en un terror instintivo. El nivel de energía mágica que se estaba reuniendo era sumamente increíble, a niveles que él ni siquiera podía imaginar.
Un hechizo prohibido... Tal realización vino a su mente de inmediato y él levantó su espada.
"¡Ataquen!" Gritó, extendiendo su voz para todos los demás que estaban entrando a este pequeño espacio sellado.
Alguien se estaba ocultando entre las nubes, y cuando cientos de altos rangos lanzaron sus hechizos detrás de las nubes, en lo más alto se reveló un hombre.
Malik, de cabello plateado, los observó a todos y en los ojos blancos de ese hombre se podía ver la locura mientras él mismo hombre esbozaba una sonrisa brillante.
Y desde el bastón que estaba usando, el hombre extendió un pulso y luego... Nada quedó.
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Aurora escribió en la hoja de su cuaderno. Estaba en medio del examen y sus compañeros estaban en silencio, sentados en los bancos a su lado, y ella estaba concentrada.
La razón es simple.
—¿No quieres ayudarme? —preguntó Aurora por enésima vez.
—Es mejor que te concentres. Pierdes tiempo tratando de convencerme de que te ayude a hacer trampas. —respondió su sistema.
—No es trampa. Simplemente es ayuda. —murmuró Aurora, haciendo un puchero.
En lugar de distraerse, ella continuó. Aunque lamentaba que su sistema no la ayudara a acelerar su trabajo, ella había estudiado, así que las preguntas eran fáciles de responder.
En parte, ayudaba que ella fuera un rango S y su memoria fuera mejor que la de muchos de sus compañeros y maestros.
Por supuesto, si a ella le dieran la oportunidad de evitar tener que estudiar, lo habría tomado.
Mientras Aurora completaba la prueba, vio de reojo a la profesora usando el reloj holográfico y luego poniéndose pálida a niveles extremos.
Al instante siguiente, vio de reojo la oscuridad de su hermana deslizándose por una esquina y ella se dio cuenta de inmediato de que algo sucedía y abrió su reloj holográfico.
Su rostro se puso igual de pálido al leer las noticias.