25 de diciembre de 2020, Nevada, Estados Unidos.
La invasión planetaria realizada por los demonios llevó a que naciones enteras cayeran y el orden se derrumbara.
Estados Unidos fue una de las naciones que cayeron por las constantes invasiones, pero dos años después de la invasión, la vida perduraba.
En el desierto de Mojave y sus montañas se construyó una de las cinco ciudades en el territorio de Estados Unidos que todavía resguardaban la civilización humana. La ciudad era una estructura gigantesca tanto bajo tierra como en la superficie, que sostenía la vida de cientos de miles de civiles.
Tenía viviendas, granjas, armerías y diferentes tipos de industrias e incontables secciones bajo tierra que permitían que la ciudad se mantuviera durante años.
A diferencia de aquellos que habitaban en la superficie y vivían con el constante miedo de morir a manos de los demonios y luchaban por su supervivencia, aquellos en las ciudades podían vivir en paz.
En la superficie tenían escuadrones armados que resistían las oleadas de demonios y les permitían moverse entre las ciudades para comerciar diferentes recursos.
Lo que les permitió sobrevivir no fue la tecnología, sino una nueva energía que entró en este mundo y que cambió los cuerpos de los seres humanos... Magia.
No todos podían sentir esa energía y de aquellos que lo lograban, muy pocos sabían cómo usarla y emplearla, lo que hacía que el conocimiento sobre la magia fuera vital.
Ya fuera para convertirse en magos, luchadores o espadachines.
Y en este 25 de diciembre, en el día de Navidad, los cinco gobernantes y protectores de la ciudad se reunieron en una sala.
El gobernante de Nevada, Aaron Vincent, observó a sus colegas en calma.
En Montana se encontraba otra ciudad gobernada por Archibald Morgan y se decía que él había logrado despertar algún tipo de linaje angelical perfecto para eliminar demonios.
Hace años tal idea era inimaginable, pero en este nuevo mundo era un hecho y Archibald era considerado como un ángel de la guerra para muchos.
En Michigan se encontraba un devoto individuo que adoraba a dioses desconocidos que le brindaban poder. Abraham Robynson era un hombre serio y devoto, pero en sus ojos había una mirada ordenada.
Los dioses existían y si lo que ellos lograron descifrar de los demonios era cierto, entonces uno de esos dioses demonios estaba invadiendo este mundo. No, él estaba invadiendo este universo.
La Tierra no era el centro del universo, sino una pequeña parte de un todo y, aun así, la padecieron como si el ataque principal fuera hacia ellos.
En Georgia se encontraba un colega y amigo de Vincent. Logan Harris era un hombre sencillo que abrió su ciudad a mercenarios y creó una profesión llamada "cazadores" que se encargaban de eliminar a los demonios.
Ellos eran quienes obtenían conocimientos de demonios magos y permitían a los seres humanos entender y utilizar la energía mágica con dicho conocimiento.
Luego, desde Washington, vino Frederick Crawford, quien era considerado como el Presidente de los Estados Unidos de América... O al menos de los restos del gobierno en Washington.
Las reuniones de este tipo eran raras. En estos tiempos era arriesgado viajar tanta distancia e, incluso si los magos espaciales aprendían y mejoraban cada día, no era suficiente para moverse cientos de kilómetros.
A pesar de los riesgos, aquí estaban reunidos y la razón lo valía.
"El Señor de la Guerra Víctor Pellegrini viene desde México hacia nosotros. Se espera que estalle una guerra", dijo Frederick Crawford y sacando un informe, detalló: "Víctor Pellegrini. Veinte años de edad. Se graduó de una secundaria con el tercer mejor promedio. Se esperaba que se convirtiera en un futbolista profesional, pero sucedió la invasión. Él estuvo en Asia durante la invasión. Aunque he pedido información del exterior, no nos han informado nada."
Los satélites todavía funcionaban y la comunicación, aunque limitada, era posible y ellos recibían noticias de vez en cuando de otros continentes.
Sin embargo, no todos eran capaces de viajar y cruzar el mar, y menos cuando existían invasores aéreos e incluso acuáticos.
Y aun así, Víctor Pellegrini llegó a Sudamérica luego de dejar Asia y allí empezó a tomar el control de los focos de supervivencia y creó un pseudo-estado. Llegó hasta el punto de que hace meses había terminado su conquista sobre los supervivientes de México.
Según los informes, ese hombre había logrado obtener un físico capaz de resistir misiles, pero la razón por la cual pudo formar un gobierno sostenible no fue él.
"Han diseñado un sistema de aprendizaje para los magos, luchadores y espadachines, permitiendo que su gente pueda despertar diez veces más rápido y seguro que cualquiera de nuestra gente", dijo Frederick, y viendo la seriedad, añadió: "También han realizado ingeniería inversa a las formaciones mágicas y todo tipo de artefactos, incluyendo los artefactos de comunicación y de almacenamiento espacial. Gracias a todos sus avances, han podido repeler a los demonios y mantener el control sobre todas esas tierras".
Genios... A la mente de Aaron Vincent vino esa palabra.
A su gente le costaba dar cada paso y muchas veces terminaban muriendo al realizar un hechizo incorrecto, pero ellos avanzaron más allá que cualquiera.
Los avances eran lo que les permitieron mantener estable un reino de sobrevivientes sin necesidad de ciudades ocultas bajo tierra, pero quienes estaban detrás no eran genios, eran lunáticos.
"El Investigador Loco Su Chin, a sus veinte años, ha traído múltiples avances al reino y, según nuestros espías, todos los recursos de Centroamérica serán dados a Su Chin", dijo Frederick con seriedad.
Un 'loco' ayudó a que un señor de la guerra cumpliera su ambición mientras él recibía recursos para avanzar en la investigación sin parar.
Sin embargo, él no era el único loco y existía alguien peor.
"Así que Norteamérica quedará en manos de 'él', ¿no?", preguntó Logan Harris frunciendo el ceño con frialdad.
Víctor no llegó a Sudamérica acompañado únicamente de Su Chin, sino de alguien más. Un individuo altamente peligroso.
"Karl Campbell. Sus padres murieron en Londres durante la invasión. Los rumores hablan de que él tiene el objetivo de asesinar a los dioses para vengarse", dijo Frederick, y cuando algunos de los presentes tragaron con dificultad, él continuó: "Veinte años de edad. Desarrolló la mayoría de los hechizos para el ejército. Sistematizó la magia elemental, invocación, magia espacial, ilusión y espiritual, entre otras. Él es quien lleva los experimentos con humanos y también es el estratega".
Un demente.
Aquellos que vieron la mano gigantesca cayendo al otro lado del mundo jamás pensarían en la idea de matar a dioses. Sobrevivirían, pero era inimaginable querer enfrentar a tal ser incomprensible.
Y, aun así, ese hombre lo quería hacer y se había puesto esa meta.
Si fuera alguien al azar, lo tratarían como un demente, pero el problema era que ese hombre no era pura habladuría de un lunático.
Su Chin era un investigador considerado 'loco' por sus hazañas en la ingeniería inversa y su desarrollo mágico, pero Karl Campbell solamente podía ser considerado como un demente, uno que era tan ambicioso como inteligente.
"Ni Su Chin ni Karl Campbell han despertado, ¿cierto?", preguntó Abraham con una voz seria.
Él ya sabía la verdad, pero quería escucharla.
"No. Ninguno de ellos son usuarios de habilidades. Son humanos normales", respondió Frederick con una voz seria.
La razón por la cual ellos dos eran tan conocidos no era por su destreza mágica, era porque ellos no eran magos. No eran capaces de sentir la energía mágica, pero, aun así, podían crear sistemas de enseñanza de magia, realizar ingeniería inversa y crear distintos avances.
Vincent era un mago de aire y él, mejor que nadie, entendía la dificultad de progresar y los errores mortales que podían suceder cuando diseñaba algún hechizo, y aún más cuando trataba de involucrarse con la magia de otros magos.
Y, aun así, ellos desarrollaban distintas magias sin ni siquiera haber sentido la energía.
"¿Han hecho algún ritual o trato con entidades peligrosas?", preguntó Abraham y, con seriedad, cuestionó: "¿O se han pasado al bando contrario?"
Sectarios y lunáticos que se rindieron a los demonios eran normales. Múltiples entidades mantenían fijas sus miradas en este mundo y algunos hacían tratos que causaban destrucción y caos.
Desde Europa llegaban rumores de que los restos de esas naciones luchaban en contra de un lunático que hizo un trato con seres extranjeros y lideraba un ejército. El nombre de ese individuo era Malik Zamora, pero lo bueno era que él estaba en otro continente.
"Nuestros espías no han encontrado nada de eso. No podemos estar seguros de nada", dijo Frederick con un suspiro.
Él era anteriormente el director del Departamento de Defensa de los Estados Unidos y en este momento controlaba todos los recursos de esa nación, incluyendo espías.
Sin embargo, era imposible estar al tanto de todo.
"Deberíamos prepararnos para la guerra...", Vincent, que estaba hablando, se detuvo al sentir un olor extraño y de inmediato movió su mano para realizar movimientos.
El diseño de hechizos que él aprendió de los demonios requería algunas palabras, pero ellos lo cambiaron y lo hicieron con movimientos de manos.
Luego de dos segundos, el aire se expandió alejándolo de la oficina.
"¿Qué sucede... Ugg..."
Logan Harris, que estaba por hablar, se sostuvo el cuello cuando Archibald Morgan desenfundó su espada y le cortó el cuello limpiamente.
Ese hombre parpadeó sin entender lo que sucedía.
"Yo pensé que había visto un monstruo", murmuró Archibald sin comprender lo que sucedía.
Magia de ilusión... Vincent se dio cuenta, pero fue demasiado tarde.
Abraham, liberando una luz purificadora, quemó a Frederick y ese hombre, al gritar de dolor, sacó una pistola con runas y le disparó a Abraham hasta la muerte y luego también a Morgan.
"¡No se muevan! ¡No se muevan!", Vincent gritó en voz alta y, a pesar de que vio cómo Morgan intentaba atacarlo, él cerró sus ojos.
Escuchó los ruidos, gruñidos, insultos y maldiciones, y él mantuvo sus ojos cerrados y evitó que su cuerpo reaccionara.
¿Quiénes eran los que lo atacaban? No, la pregunta más importante era... ¿Cómo supieron?
¿Cómo fue que supieron que ellos se estaban reuniendo aquí y cómo entraron a este sitio?
Vincent, luego de cinco segundos, abrió sus ojos y vio cómo la entrada se abría y un hombre de ojos negros entraba sin revelar ninguna pizca de emoción.
Llevaba un traje de color negro y Vincent reaccionó de inmediato al reconocer el logo de los guardaespaldas de Frederick Crawford.
"Curen a Frederick. Si sobrevive, me encargaré de que vea a su hija sin esa enfermedad que la atormenta", dijo el hombre en calma.
Vincent se dio cuenta. Frederick tuvo una hija y los rumores decían que estaba muy enferma y la enfermedad era mágica.
¿Fue él? ¿Él los delató? ¿Los trajo aquí? ¿Los vendió?
Vincent, que estuvo realizando movimientos de manos en silencio, creó una lanza de aire y corrió hacia el hombre antes de que los guardias de afuera entraran y, usando la lanza, le atravesó el cuello con facilidad y...
"Ugh..."
Él escupió sangre sin entender lo que sucedía. Frente a él estaba ese hombre con la garganta atravesada, muriendo delante de sus ojos y, aun así, él era quien escupía sangre.
El dolor apareció y rompió la ilusión, revelando a Archibald Morgan atravesándolo con una espada en el estómago mientras la lanza de aire le atravesaba el cuello.
A unos metros estaba el hombre sin reaccionar y Vincent, sin lograr entender cómo lo hizo, cayó al suelo desangrándose.
Lo último que vio fueron los ojos negros extremadamente fríos y carentes de empatía de ese hombre y luego todo se volvió oscuro.
******
"Oh, esto se puso bueno."
Una pequeña niña de cabello rubio y ojos rojos pronunció ese murmullo en voz alta.
Lo que hace años era un espacio rojo fuego se había convertido en una sala moderna con un sofá y un televisor. Ella tenía palomitas de maíz en sus manos y estaba acostada disfrutando de su último gusto culposo.
La historia de venganza para ella era común. Un cliché típico, pero a ella no le molestaban los clichés. Los disfrutaba aún más cuando la historia se torcía y cambiaba.
Y el protagonista del espectáculo que ella disfrutaba era Karl Campbell. Un mortal que perdió a sus padres y se puso como objetivo destruir dioses.
No era la primera vez que ella veía cómo los mortales ascendían y se convertían en dioses para matar a aquellos que odiaban, pero en este caso él era diferente.
Jezabel había visto todo tipo de mortales y él era igual que muchos otros, y, aun así, ella no podía quitarse la idea de que era diferente.
Nunca alguien la había atrapado de este modo en una historia y llegó al punto de quedarse a ver hasta cuándo él dormía.
Karl Campbell no era guapo y, a pesar de ser un genio absoluto en la magia, no era el primero de su tipo. Tampoco era el más astuto ni el más poderoso, y esto último era especialmente cierto ya que él era un mortal en todo sentido.
A pesar de que él no tenía nada especial, Jezabel no podía dejar de mirarlo y ahora estaba viendo la última parte de la trama del 'norte'.
Así fue como ella denominó al inicio y al fin del ataque a las ciudades del norte de ese insignificante continente.
El sur fue para un luchador, el centro fue para un mago y el norte fue para Karl, pero él no quiso gobernar.
Karl quería asesinar dioses, pero ni siquiera era un usuario de habilidades y no había despertado como otros individuos, así que su objetivo fue obtener poderes.
Y desarrolló una compleja magia ritual que involucraba cientos de miles de vidas y prácticamente utilizó las cinco ciudades de ese continente, así como varias ciudades del lejano norte, y las estaba sacrificando a todas.
La población de las cinco ciudades más grandes no solamente estaba falleciendo, sino que sus almas estaban siendo extraídas y la energía de esas almas era tomada y todas estaban siendo dirigidas al centro de la formación mágica en medio de esa nación, donde Karl esperaba y las absorbía.
Un ritual que estaba cerca de la apoteosis fue realizado por un mortal que hacía más de dos años no tenía ningún conocimiento de lo que era la magia. Todo lo hizo por su cuenta.
"Morirá", murmuró Jezabel al darse cuenta de lo que sucedería.
La pantalla lo mostraba absorbiendo la energía de las almas para fortalecer la suya propia y ella se dio cuenta de que moriría.
La formación mágica era masiva y, si bien él la perfeccionó sacrificando a muchas personas, la escala sin precedentes no era algo que alguien que no pudiera utilizar magia lograra. Aún peor, él era un simple mortal y su alma no podría resistir el cambio.
Si hubiera despertado, la situación sería diferente, pero en este momento moriría.
La lógica detrás del hechizo no estaba mal. En Terra Nova, al subir de nivel, se absorbía la energía del alma del rival muerto para fortalecerse, y esa lógica estaba siendo aplicada aquí de manera artificial.
"Es una pena", dijo ella en voz alta.
¿Cuántos mortales vio morir durante su existencia? Protagonistas de espectáculos tan grandiosos como increíbles fallecieron por errores y ella simplemente pasó a otro asunto con facilidad.
De los incontables espectáculos que ella presenció, muy pocos pudieron gustarle y aquellos que lo lograban siempre terminaban siendo personas increíbles. Los Dioses Infernales que la siguieron nacieron de ese modo.
Como protagonistas de espectáculos exitosos.
Jezabel parpadeó y, al abrir sus ojos, se dio cuenta de que estaba frente a ese hombre.
El hombre de cabello negro y ojos negros gritaba y gruñía de dolor mientras flotaba y absorbía la energía del alma de millones de personas, y a pesar de que resistía, eventualmente fallecería.
Ella vio su sonrisa sin temor y sin flaquear en su voluntad para resistir y...
"Quiero hacerte mío".
Tales palabras salieron de su boca, expresando el deseo más profundo que estaba sintiendo. En su mente, la posesividad surgió y ella no se dio excusas sin sentido.
Nadie había logrado sacarla por completo de su aburrimiento y mucho menos despertar su sentido de posesividad... Ahora alguien era esa excepción.
Ella flotó en el aire en su forma pequeña y se acercó a él, haciendo que abriera sus ojos y notara su sonrisa posesiva y distorsionada.
"¿Quieres vivir? ¿Quieres vengarte?", preguntó ella con un tono seductor y, sonriendo, murmuró: "Si haces un trato conmigo, te ayudaré".
Un trato simple haría que él sobreviviera con éxito y el costo sería su alma. Ella quería su alma, quería que él se convirtiera en su juguete, que fuera de ella.
Nunca antes había deseado que algo fuera suyo y ahora que tenía algo que desear, no lo perdería por ninguna razón.
Si él quería, le daría poder y entonces, cuando matara a Salveroth, se enteraría de que ella fue la causa de la invasión y ella se convertiría en el objetivo de su venganza. Sería el centro de su atención.
¡Era tan emocionante!
"No..."
Su emoción se detuvo por completo y Jezabel parpadeó al recibir la mirada de ese mortal. Volviendo a parpadear sin comprender, vio cómo él le sonreía.
Una sonrisa que a sus ojos fue fascinante y a la vez humillante. Lo rechazó a las puertas de la muerte y él se rió en su cara, pero ella no sintió ira, sino una emoción brotando desde su interior, intensa y enloquecedora.
Ella no entendía si esa emoción era posesividad, disfrute al ver un juguete oponer resistencia o algo más.
Su mente maquinó miles de escenarios para obtener la confianza de él y ganárselo por completo de un modo natural y sin percanes, pero en este momento no había tiempo.
"No era una petición", murmuró Jezabel, y al observar al hombre, su visión cambió. Ella notó el alma absorbiendo la energía y dividió parte de su voluntad, dejándola junto al alma del hombre.
De ese modo, lo ayudó a que él absorbiera la energía de las almas y al mismo tiempo ella controlaba el alma, permitiéndole manipularlo cada vez que quería.
Ella sintió que tenía el objeto más precioso de la existencia en su posesión y se rió como una niña con un juguete nuevo.
******
10 de marzo de 2024, Nueva Londres, Inglaterra.
En el nuevo palacio construido por el gobernante de Londres, Jezabel se ajustó el cabello y se miró en el espejo.
Una figura femenina con las proporciones perfectas. Ella sabía que su cuerpo físico era perfecto en todos los sentidos. Piel blanca suave, labios rojos, cuernos negros, sonrisa brillante y cabello rubio y largo.
Su presencia estaba comprimida al extremo, pero aún así afectaba a su entorno aumentando el calor, aunque eso no le interesaba.
Jezabel se giró para mirar la cama de la habitación.
"No era posesividad ni disfrutar de ver cómo un juguete oponía resistencia", murmuró Jezabel y soltó una carcajada.
Hacía tiempo que ella había dejado de ser espectadora y se había involucrado personalmente en su forma adulta. Sin darse cuenta, se había acercado a él y... habían terminado en una relación.
Lo que había sentido no era posesividad, sino amor. Una curiosa emoción por una entidad a la que durante la mayor parte de su existencia no había sentido cariño, ni hablar de algo tan 'grande' como el amor.
Ella nunca había sentido cariño por sus padres, que murieron cuando ella nació, y la persona más cercana a ella era su tío Aión, a quien había intentado asesinar más veces de las que podía recordar.
Sin embargo, él cambió toda su perspectiva y su mundo.
"Eres verdaderamente encantador", murmuró ella, y al acercarse nuevamente a la cama, sintió cómo él la abrazaba. Ella se dejó atrapar por sus brazos, se acercó a su oído y susurró: "Ámame. Ámame hasta el fin de los tiempos. Eres mío y debes amarme sin importar nada".
Después de hablar, ella bajó la cabeza y contempló el cuerpo de su amante y pareja. Luego, también observó su alma y se dio cuenta de cómo sus palabras penetraban en ella, convirtiéndose en órdenes que no podían ser desobedecidas ni borradas.
Él tendría que amarla para siempre y ese amor perduraría incluso después de que él se enterara de que ella fue la razón de la muerte de sus padres. Al igual que la primera vez que ella lo fue a ver, no le dio opciones.
Esta era la primera vez que Jezabel amaba a alguien y no lo dejaría ir, sin importar nada ni nadie... Incluso si ese alguien era él.
A pesar de que estos capitulos son súper rapidos en el sentido de poco descriptivos, la verdad que me gustaron. Espero que ustedes los disfruten o les parezca algo interesante.