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Historia Paralela La Caída Capítulo 68: Alejandría.

"Amber despierta."

Una adolescente en sus dieciséis años escuchó una voz y ella abrió los ojos viendo el techo del auto en el que se encontraba.

Ella se frotó los ojos y miró a su madre. Alaysia Crawford era una mujer alta, esbelta y sumamente guapa.

Amber había heredado el color rubio de cabello y en parte la altura y a diferencia de su madre que tenía ojos azules, ella tenía ojos verdes.

Alaysia Crawford… No, ahora no era Crawford, sino que Bradley.

A veces le costaba darse cuenta del cambio de nombre que tuvieron que tomar y Amber simplemente suspiró no queriendo recordar su infancia.

"¿Has traído todos tus útiles?" Preguntó su madre y mirándola por el retrovisor, recordó. "Trata de no usar tanto el artefacto de traducción y trata de aprender árabe."

Amber al escuchar a su madre la miró conducir con calma y luego miró por la ventana, la ciudad en la que se encontraba viviendo desde hace unos años.

Ellas tuvieron que dejar Estados Unidos y no solamente se cambiaron de identidad, sino que decidieron vivir en otra parte del mundo y ese lugar fue Egipto.

A pesar del tiempo que ella había pasado aquí todavía no se acostumbraba al cambio de la cultura y si bien el idioma podía ser evitado con un artefacto de traducción, resultaba complicado adaptarse.

"Lo intentaré, madre." Respondió Amber en voz baja.

Su madre siguió conduciendo por la calle de la ciudad y Amber miró cuando ambos doblaron para viajar por la costa de la Ciudad de Alejandría.

Le gustaba el mar y la costa. La vista de los barcos a lo lejos, la playa llena de personas y el color del agua del mar eran agradables de ver y a ella le gustaba quedarse mirando por un tiempo.

"Sé que no he sido la mejor madre." Murmuró de repente su madre y sin mirarla, continuó. "Tu padre y yo queríamos lo mejor para ti y tu hermana. No queríamos que todo terminara de este modo."

Su hermana… Amber todavía recordaba a su hermana.

No solamente recordaba su enfermedad, sino que esa sensación de locura que su hermana siempre mostró y ahora ella al recibir la disculpa de su madre, dio una pequeña sonrisa.

"Está bien, madre. No es tan malo." Respondió Amber e hizo lo mejor para dar credibilidad a sus palabras a pesar de que era una mentira.

Su padre luego de la muerte de su hermana se dedicó a su nación y si bien se siguió preocupando por ellas, Amber sintió que no fue completamente.

Entregó su vida por su nación y las dejo a ellas atrás completamente solas.

Su madre tuvo continuar adelante por ella a pesar de que muchas personas buscaban sobre su padre y aquel con el que él se relacionó. Lo único que Amber podía hacer por su madre era aguantar.

Aguantar la escuela en la cual se sentía rechazada e intimidada, aguantar su soledad y también ocultar sus emociones… No podía ser una carga para su madre.

Alaysia continúo conduciendo y luego se detuvo a mitad de una calle, ya que varios autos también estaban detenidos impidiendo el paso.

"¿Qué sucede?" Preguntó Amber con curiosidad y preocupación.

Egipto estaba en una situación precaria. Al oeste estaba el desierto del cual venían criaturas, al sur las naciones caían como moscas y al este y noreste se encontraban gremios de jugadores y lunáticos.

Si bien la Ciudad de Alejandría estaba apartada de tales áreas, seguía siendo un sitio en donde había que estar con la guardia en alto.

"Parece que sucedió un accidente adelante." Murmuró su madre.

Los autos estaban cubriendo la vista y algunos conductores tocaban bocinas mientras que otros sacaban la cabeza por las ventanas para insistir que se apartaran. Otros autos desde atrás también se detuvieron por culpa de ellos y tocaron las bocinas para que se movieran.

"Hnhaa!"

De repente un gritó vino desde adelante y la gente empezó a gritar mientras que las personas de adelante abandonaron los autos y se alejaron huyendo.

Un conductor de adelante trató de mover el auto y los golpeó a ellos, queriendo hacer espacio para salir, pero antes de que siguiera empujando con el auto, lanzas de hueso cayeron en el techo de ese auto y el silencio tomó lugar.

Amber parpadeó sin entender lo que sucedía y fue su madre quien reaccionó de inmediato y tomando su mano utilizó un artefacto espacial.

El espacio se distorsionó y Amber cayó al suelo al aparecer en un callejón entre dos edificios, pero los gritos que sucedieron antes continuaban desde las calles y esta vez se juntaban con explosiones y ruidos de batalla.

"Levántate. Tenemos que ir…"

"HAAA!"

Su madre cuando la estaba ayudando a levantarse del suelo fue interrumpida cuando un grito vino desde la entrada principal del callejón.

Una mujer que había estado corriendo hacia ellos cayó muerta cuando una lanza de hueso le atravesó el estómago.

¿Lunáticos? ¿Jugadores? ¿Sectarios? ¿Una guerra? Amber tuvo miles de preguntas, pero su madre la preparó para estos momentos y ella se levantó.

Ella era apenas una psiónica de rango C y su madre no era una usuaria de habilidades, pero ambas tenían múltiples artefactos para protegerse o escapar.

Sin embargo, ambas se detuvieron sin poder moverse cuando la figura que había asesinado a la mujer apareció.

La figura estaba cubierta en trapos, sucia y antigua. El olor a podrido que venía de la figura era asqueroso y Amber recordó haber visto a esa figura.

Una momia… Tal era la única forma de describir a la figura que se los quedo mirando mientras liberaba una presencia siniestra y atemorizante.

"Corre y no mires atrás." Murmuró su madre en voz baja y al ver que ella no reaccionaba, gritó. "¡Ahora!"

La voz fue liberada con intensidad y Amber como siempre obedeció a su madre y corrió por el otro lado del callejón y escuchó los ruidos a su espalda.

Ella estaba temblando de miedo mientras escuchaba los ruidos y luego el grito que vino de su espalda y ella supo lo que había sucedido. Su madre era una persona normal y esa criatura…

"¡Ayuda! ¡Por favor!"

Amber gritó de miedo y temor ante lo sucedido y al ver el final del callejón ella aceleró gritando una y otra vez.

"Por favor. ¡Ayuda!"

Su grito se elevó cuando salió a la calle al otro lado, pero nadie la escuchó… Nadie podía escucharla.

"…"

Los gritos de ella se entremezclaron con los demás gritos. Mujeres y hombres huyendo desde las calles y metiéndose en los edificios.

Por el suelo estaban cadáveres que se movían y que a veces atrapaban las piernas de aquellos que trataban de huir deteniéndolo.

Adelante estaba luchando un par de usuarios de habilidades en contra una de las momias mientras que al otro lado de la esquina en las puertas de un banco varios policías estaban disparando mientras que aquellos que antes habían muerto se levantaron y se acercaban las puertas con movimientos lentos y mecánicos.

En esta clase de situación nadie la escuchó… No, alguien entre la multitud la escuchó.

Fue una momia que estaba en el centro de esta matanza y que había estado asesinando a otros caídos. Esa figura se giró y Amber pudo ver las llamas en los ojos y también los dientes podridos que se revelaron con salvajismo.

Y ella vio la criatura abalanzarse hacia ella y cuando estuvo a cinco metros, la criatura fue golpeada por un flash verde.

"¡GRaaa!"

"¡HAA!"

"¡Corran!"

Ella no fue la única que fue salvada, sino que decenas de cortes verdes bajaron del cielo, cortando las manos de los zombis que sostenían a las personas que querían huir y también deteniendo a la criatura que la atacó a ella.

Amber luego vio quien gritó en voz alta.

"…"

Una figura de cabello largo de color rubio ondeando en el viento, una coraza y hombros con botas plateadas. Ella tenía su rostro cubierto con una máscara de color blanco con tintes negros y si bien su voz sonaba juvenil, esta vez llevaba una presencia que atrajo a los zombis y la momia cercana.

La figura no se quedó mirando, sino que descendió, cortó la cabeza de un zombi y luego se adelantó desapareciendo a su vista.

Amber apenas podía ver un rastro de movimiento y simplemente notaba un flash apenas perceptible moviéndose con rapidez. En un momento estuvo a más de cincuenta metros y al instante siguiente, ya había limpiado la calle y estaba cortando el brazo de la momia al frente de ella.

"¡GRAAAA!"

La momia rugió con locura al encontrar un oponente, pero la figura tenía dos espadas y si una ya estaba atorada en el brazo, la segunda fue incrustada en el estómago de la momia y desde ahí la oscuridad brotó destrozando a la criatura desde adentro.

"¡Busquen un lugar seguro!" Ordenó la figura y lanzó su espada de color negra hacia adelante al otro grupo de usuarios de habilidades que estaba a cincuenta metros de distancia.

La espada estaba conectada con una cadena negra y voló por el cielo hasta que atravesó a una momia que estaba por atacar a un usuario de habilidad y luego desde la cadena salieron lanzas que detuvieron a los zombis y permitieron que aquellos atrapados en los autos escaparan.

Los zombis que recién se habían convertido seguían sangrando y la figura al ver tanta sangre y muertos se quedó tiesa, prácticamente congelada.

"Por favor, ayúdame. Mi madre… Ella…"

Amber habló. A pesar de que podía sentir el miedo de la figura, el asco a la sangre y también el temor de mover su espada, ella le pidió ayuda.

"Sí. Si… Vamos a ayudarla."

La respuesta de la heroína fue simple y detrás de su voz juvenil se encontraba frialdad, pero Amber pudo ver más. Sus habilidades le permitieron sentir las emociones de la joven.

Aun así, no era momento para distraerse y Amber llevó a la heroína de vuelta al callejón, corriendo hacia donde estaba su madre.

Amber corrió con todas sus fuerzas limpiándose las lágrimas y aguantando miedo y corrió, pero fue demasiado tarde.

Primero vino el olor a sangre y el gruñido bajo similar al gruñido que daban animales sin mente y luego la vista.

Amber se quedó paralizada al ver a su madre partida por la mitad.

Las entrañas se desbordaban desde la cintura partida de su madre y ella se movía… El cadáver se arrastraba al verlas y Amber vio el rostro de su madre y escuchó su gruñido.

"Ugh…"

Ella vomitó y en ese momento una lanza voló desde la momia que todavía estaba ahí, pero fue repelida por la heroína, cuyos pies se clavaron en la tierra.

"Esto es algo que podamos enfrentar… Necesitamos…"

Amber ya no escuchó más, su mente quedo en blanco, paralizada del miedo y de lo irreal que sucedía al frente de ella.

"Esto es un sueño… Un sueño… Un sueño…"

Ella murmuró una y otra vez. Repitiendo que era un sueño, que nada era real y que pronto desaparecería, pero la realidad la seguía enfrentando.

Amber podía escuchar el ruido de las espadas de la mujer desviando las lanzas de hueso de la momia y también podía oler la sangre del cadáver de su madre y la podredumbre de la momia.

Sentía la humedad de las lágrimas que corrían por sus figuras, los mocos cayendo por su nariz y la acidez del vómito y por sobre todo podía ver a la figura desviando las lanzas con una velocidad aterradora mientras retrocedía y sus pies agrietaban el suelo.

Aun así, no quería enfrentarlo.

"Ella ya no está. Debemos irnos."

La voz no vino de la heroína que estaba lanzando cortes verdes, sino que de los alrededores y la heroína se movió de inmediato.

Primero lanzó su espada negra y la oscuridad tragó parte del callejón, entonces al girarse levantó su mano y la oscuridad brotó desde las mangas para atraparla a ella y sostenerla.

Amber no luchó, sino que se dejó llevar como una muñeca y recién reaccionó cuando ambas empezaron a volar por el cielo, elevándose más allá del edificio y llegando al techo del edificio más cercano.

"Perdón por llegar tarde, pero ahora necesito que te quedes conmigo. Necesito que no te alejes de mí." Dijo la figura mirándola.

Amber pudo sentir las emociones gracias a su habilidad.

Sintió la pena, la preocupación, la ansiedad y el estrés de la heroína y también ese deseo de protegerla costara lo que costara. La figura quería parecer fuerte y trataba de dar la impresión de que cargaría con el mundo entero si era necesario, pero era una a

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