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Ella misma.

En la oficina en el edificio de Zerzura, Aurora vio el video de ella y la Cardenal Brousseau yendo a trabajar.

El video fue 'filtrado'… Para decirlo abiertamente, ella y la cardenal arreglaron que se grabara y se enviara a los canales de televisión mientras que la ciudad liberaba un comunicado de su estado.

"La Protectora de Zerzura se encuentra en buen estado. A pesar de las graves consecuencias del intento de asesinato, ella ha mejorado. Presumiblemente gracias a la ayuda de la ciudad y la iglesia."

La anfitriona del canal habló y Aurora al levantarse se dirigió hacia la ventana hacia la calle y apartó ligeramente la cortina.

Esta ventana daba a la calle cuyo acceso estaba restringido y Aurora vio a los ciudadanos reunidos afuera… Una calle entera de personas reunidas y amontonadas todas juntas, esperándola.

No reunidos por Alice al ser un rango SS, sino que por ella y muchas de esas personas no eran jóvenes, sino que personas adultas que tomaron su tiempo para venir.

Ellos se tomaban tiempo de sus trabajos y venían para dejar las flores, regalos, comida y aquellos religiosos rezaban por su bienestar.

"Todavía no estoy muerta…" Murmuró Aurora en voz baja.

Lo dijo en broma a causa de las flores que los de seguridad traían cada vez en mayor cantidad, pero su voz salió con un tono lleno de complejidad.

Aquellos que venían no eran 'fans' que veían en ella un 'ídolo', eran personas que en algún momento fueron salvadas por ella. Eran aquellos primeros ciudadanos que ella había ayudado y ellos venían para mostrar su preocupación y apoyo.

¿Cuántas personas llorarían por su muerte? Según había escuchado el 'video' que todavía no había visto se extendió, pero fue censurado al instante, evitando que rumores problemáticos se extendieran.

Los ciudadanos confiaron en lo que le decía la ciudad y solamente algunos vinieron y se acercaron, pero si ella hubiera estado de gravedad o hubiera muerto… Aurora sabía lo que ocurriría.

Ella hace años no trabajo salvando personas por ellos, sino que para salvarse a sí misma y por tal razón no le gusto el título de 'Protectora de Zerzura'. No, cuando miles se habían sacrificado y trabajado tan duro para la ciudad.

Sin embargo, el título tenía un peso que hasta los más jóvenes conocían. Las historias de ella nunca dejaron de ser contadas y a pesar de que ella lo ignoraba, las obras de teatros en los barrios, las escuelas o los teatros de la ciudad hablaban de ella, su hermana y Zerzura.

Con solo decir que había escuchado que el Ministro había inaugurado una estatua de ella debía ser suficiente prueba para mostrar el aprecio y el cariño que los ciudadanos le tenían.

"…"

Aurora cerró sus ojos y se mordió los labios.

Ellos la alababan, admiraban o respetaban y se preocupaban por ella y Aurora estaba agradecida de esos sentimientos, pero el peso de su título significaba que ella tendría que responder con la responsabilidad dada por el título.

Si una situación peligrosa llegaba a la ciudad, ella como la Protectora de Zerzura tendría que ir al frente como lo hizo antes, aunque corriera riesgos… Aurora detuvo su pensamiento al sentir que su mano temblaba y no quiso pensar en el peor riesgo.

"Aurora."

Una voz vino desde su espalda y ella al abrir sus ojos volvió a ocultar sus emociones y se giró hacia Alice que la estaba esperando.

"Estoy bien." Dijo Aurora tratando de dar una pequeña sonrisa para calmar a su hermana.

Los ojos negros de su hermana estaban fijos en ella y la expresión que daba era compleja. Queriendo ayudarla, pero no atreviéndose a preguntar.

"No, no lo estás…" Murmuró Alice y al acercarse la miró detenidamente. "Yo no soy una niña. No soy tan débil como para que estés sonriendo queriendo permanecer fuerte."

La mirada de Alice fue atenta, preocupada y a la vez llena de firmeza. Su hermana sabía lo que ella estaba haciendo. Entendía que la sonrisa que daba ocultaba algo más y que era mostrada para tranquilizar a las personas que la rodeaban, incluyéndola a ella.

Ambas se miraron y Aurora vio la oscuridad en los ojos de su hermana.

Vio la rabia, la ira y la locura oculta en lo profundo. Estancada y violenta, esperando a explotar y también vio la seriedad, preocupación y cariño por ella.

Las dos no hablaron del tirador, ni de buscar los culpables o de contraatacar, sino que evitaron ese tema… Aurora evitó ese tema.

"Lo estaré. No te preocupes."

Al igual como ella evitó hablar de su estado. Aurora no podía derrumbarse ahora mismo y necesitaba permanecer fuerte y si no era por ella tenía que serlo por su hermana y sus amigos.

Podía ver las emociones ocultas de Alice y Aurora entendía que, si ella se derrumbaba, su hermana también caería y si su caída era en llantos, su hermana lo sería en sangre.

Así que debía permanecer fuerte. No era momentos de pensar y no era momento en ser atrapada por sus emociones, no ahora y no al frente de su hermana.

"¿Amnestria ya se fue?" Preguntó Aurora cambiando de tema.

Alice la miró por unos segundos, pero lentamente bajó la cabeza.

"Sí."

La respuesta de su hermana fue corta y Aurora pudo sentir la vergüenza. Su hermana se apoyaba en ella y por eso no podía detenerla o presionarla.

Aurora se acercó a su hermana y le dio unas palmaditas en la espalda.

"Gracias por aguantar tanto. Debió ser difícil." Murmuró Aurora y paso de palmaditas a un abrazo que Alice recibió.

"Yo no quiero que te hagas la fuerte para…"

"No me 'hago' la fuerte. Soy fuerte." Interrumpió Aurora y apartándose para mirar a su hermana cuyos ojos estaban húmedos, señaló. "No te preocupes, Alice. Necesito tiempo antes de volver a la normalidad."

Necesitaba tiempo y privacidad… Sus compañeros todavía estaban aquí y Aurora los adoraba, pero ellos no le daban tiempo para que ella pudiera reflexionar por su cuenta.

Tampoco podía ir al espacio blanco, no desde que… Ella dijo verdades en voz alta.

Para colmo no podía escapar para tomarse un tiempo a solas, ya que Alice la seguía a todas partes.

Sin embargo, ella no quería decirle eso a su hermana ni a sus compañeros, al menos por unos días estaría bien que su hermana sea su sombra y que sus amigos se quedaran en casa.

"¿Los demás están trabajando?" Preguntó Aurora al ver que Alice estaba más tranquila y cuando su hermana asintió, murmuró. "Creo que es hora de ir a ver a Liam."

"Akira se llevó a la mayoría de visita a la ciudad." Respondió Alice al ver que ella estaba decidida.

No la detuvo a pesar de lo que estaba por hacer.

Decían que había un video de ella durante el asesinato y que fue censurado y Aurora sabía a quién era una de las personas que trabajó para deshacerse del video.

Ella abrió un portal y al cruzarlo llegó a la sala del primer piso y caminó a la oficina de Liam, entonces antes de tocar la puerta, su compañero abrió la puerta para que pasara.

"¿Mucho trabajo?" Preguntó Aurora al entrar.

Vio las pantallas parpadeando en diferentes programas y ventanas que ella no entendía, pero también vio la pantalla principal puesta en un mapa de la República de África Occidental.

"Sí. Los antiguos señores de la guerra de la república han estado comprando armas. No lo hacen por medios oficiales, sino que con mafias de diferentes partes del mundo. Creemos que quieren retomar su influencia en algunas ciudades por medio de otros señores de la guerra." Contó Liam en calma y mirándola detenidamente, preguntó. "¿El video?"

Zerzura mantenía su influencia en toda África por medio de tratos y negocios con los diferentes gremios, empresas y señores de la guerra que controlaban las ciudades por todo el continente. Tal influencia le permitía tener mejores negocios y mantener el control, evitando conflictos y guerras sin sentido.

Sin embargo, esos gobernantes tenían rivales y otros que deseaban ocupar el puesto de gobernante y a veces esos individuos eran apoyados por otras influencias.

La república se fundó gracias a que grandes señores de la guerra decidieron unirse y como temían a la iglesia y a Zerzura, optaron por ocultarse detrás de un sentido de 'legalidad' que les daba formar parte de una 'nación'… Funcionó, ya que Zerzura no quería conflicto abierto y la Iglesia no intervenía en asuntos de gobiernos.

Aurora luego de reflexionar le dio un asentimiento a Liam.

La mayoría de esas tareas y movimientos para mantener la influencia no eran liderados por ella, así que Aurora lo dejó de lado y se centró en el tema principal… Ver el video que todos trataban de censurar.

"El video es difícil de ver." Dijo Liam titubeando si ponerlo o no.

Alice le dio un asentimiento para que lo pusiera.

Tenía que ver el video para decidir cómo respondería una vez que todos los vieran... Tal era la idea que ella decía para el exterior, pero en realidad quería verlo.

Quería ver que sucedió en ese momento.

Liam sintió su seriedad y en vez de seguir dudando, trajo un dron que proyectó al frente de ella un video.

Primero empezó con murmullos y Alice siendo grabada de manera oculta por algunos transeúntes. Ellos hablaban entre ellos y apuntaban a su hermana en silencio, todo mientras la glotona comía como siempre.

Nada fue extraño hasta que Alice miró a otra parte y la cámara siguió el movimiento y la grabaron a ella saliendo del edificio.

Aurora se vio a sí misma en el video y vio como caminaba unos pasos antes detenerse. La espada envainada apareció en su mano y al instante siguiente la desenvainó.

Las cámaras de los relojes holográficos eran avanzadas y grababan los movimientos de los usuarios de habilidades de alto rango, pero esta vez velocidad del desenvainar superó la cámara.

Sin embargo, no fue suficiente. La espada que hasta ahora había estado agrietada por varias partes se quebró y luego Aurora se vio a sí misma caer al suelo.

El brazo ya no estaba y parte del torso fue destrozado mientras caía.

"…"

¿Qué era lo que ella pensaba en ese momento? Aurora se vio a sí misma caer al suelo y se hizo esa pregunta.

¿Qué fue lo que pensó mientras miraba el cielo y daba su último aliento?

Ella no sintió el dolor, todo sucedió demasiado rápido para que su mente reaccionara ante el golpe, pero si recordó el miedo, la incredulidad y luego mientras el tiempo se ralentizaba hasta detenerse, ella tuvo sus lamentos.

Moriría arrepentida de aquello que no hizo. De perder oportunidades, de dejar a su familia atrás, a sus amigos y a su novio.

Sin embargo, en el video no se grabó sus pensamientos y todo pareció como si ella no tuviera tiempo para pensar, ya que cuando ella cayó el tiempo retrocedió para recuperarla y segundos después de que el tiempo haya reaccionado, el Sumo Pontífice Abraham apareció.

Ese hombre dio la impresión de que fue él quien retrocedió el tiempo, pero dar la impresión no significaba que lo haya hecho y el 'Tiempo' retrocedió por su cuenta antes, como si el mismo tiempo estuviera velando por ella.

Aurora lo dijo cuando habló con su cuñada, pero en ese momento podía hablar abiertamente porque entendió que ese sitio de oscuridad era seguro, no obstante, aquí fue diferente.

Antes había dado su idea y ahora veía que su idea era correcta.

¿Desde cuándo lo sabía? Aurora ocultó sus pensamientos como siempre lo hizo cuando hablaba con su sistema, pero ahora se dio cuenta de que él no estaba con ella.

"Es…"

Mientras la cámara se movía por el grito del intento de asesinato, Aurora vio primero como su hermana era grabada en un plano.

Su hermana convirtió su brazo en oscuridad y lo lanzó en contra del edificio de donde vino el disparo prácticamente barriendo toda la calle y luego derribando el edificio a la mitad, pero Aurora vio a alguien antes.

"Retrocede el video." Pidió Aurora con seriedad y Liam obedeció.

Retrocedió cuadro por cuadro hasta que ella levantó la mano para detenerlo.

Era en la parte de Alice atacando y en esa parte, alguien que Aurora reconoció estaba a espalda de su hermana y podía ser visto con claridad.

¿Qué hacía él aquí? ¿Justo en ese momento? Aurora se giró para mirar a su hermana, pero vio a Alice en silencio.

¿Por qué su novio estaba ahí?

Aurora le había dicho ese día que pasaría su tiempo con su hermana, así que no se iban a reunir, pero Kairos apareció de repente ahí cuando antes no había estado.

Le había querido dar una sorpresa o…

"Yo tengo que irme." Dijo Aurora levantándose de repente y viendo que Alice se levantaba a su lado para seguirla, reveló. "Iré a verlo."

"Te acompañaré." Dijo Alice en un tono serio.

"No, Alice. Quiero ir sola." Respondió Aurora y al ver que su hermana dudaba sin querer dejarla, pidió. "Quiero visitar a mi novio en privado. Si quieres puedes llevarme hasta la sucursal de la Empresa Cosmos de la ciudad. Iré por ese portal."

Quería usar el portal de la sucursal de la Empresa Cosmos para viajar a la Ciudad Atlántida de inmediato e irlo a visitar. Alice deseaba acompañarla, pero ella quería privacidad.

Tenía demasiado que pensar y ella estaba en su límite… Quería tiempo para sí misma y Alice al darse cuenta de sus emociones asintió.

"Bien." Murmuró su hermana y luego la tragó con su sombra.

Ambas se movieron, no yendo en un taxi, sino que Alice la llevó directamente y eso mostraba que su hermana no quería dejarla sola e ir a otras partes, pero a la vez le permitió que visitara a Kairos.

Alice al entrar a la sombra miró de reojo a su hermana.

¿Ellos dos han hablado algo? La manera que su hermana trataba de desviar la mirada como si supiera algo, la dejó pensando.

Su hermana no le agradaba Kairos y fue claro que ella no se acercaría, pero si ella lo pensaba, ahora su hermana mostraba más confianza. Que la estuviera dejando ir para visitar a su novio mostraba que su hermana confiaba en él.

Aurora pensó sobre su llegada ese día, pero luego recordó lo que la Cardenal Brousseau mencionó de la nave y el ataque del Gremio los Caídos y…

¿Desde cuándo ellos trabajaban juntos?

Ella detuvo su hilo de pensamiento. En este momento estaba pensando demasiado y dándole vuelta a preguntas que no necesitaban ser cuestionadas.

Si Alice y Kairos de algún modo se acercaron para ella era algo bueno... Tal pensamiento la relajó y ambas llegaron saliendo en el interior de la sucursal de la Empresa Cosmos.

Cuando los guardias la vieron, ella levantó la mano y la reconocieron al instante dejándola pasar hacia el interior.

Alice la acompañó hasta el portal y luego al verla la despidió sin decir demasiado.

"Señorita."

Al llegar al otro lado, un asistente la estaba esperando y ella reconoció al administrador del portal.

"¿Dónde está Kairos Cosmos?" Preguntó Aurora y esta vez su voz salió extraña.

En parte ella todavía no podía dejar de pensar en él apareciendo en ese momento, pero otra parte de ella recordaba cuando dio su último aliento. Específicamente los pensamientos que tuvo en su mente cuando dio su último aliento.

El miedo a la muerte y a perder a sus seres queridos, pero también ese sentido de lástima de dejar su vida atrás… Era joven y tenía tantas cosas que hacer y solo al final de su vida se dio cuenta de ello.

"Nuestro jefe debe estar en su casa." Respondió el hombre no sabiendo cómo responder.

El secretario simplemente estaba a cargo del portal y no sabía nada más, así que Aurora asintió y cuando estuvo por retirarse para salir del edificio, se detuvo.

"¿Este portal puede enviarme a su casa?" Preguntó Aurora en calma.

Ella no sabía dónde vivía él, ya que las veces que vino la pasaba saliendo por todas partes de la ciudad y teniendo citas alrededor del mundo.

Sin embargo, Kairos no era de moverse en auto o taxi, así que significaba que se teletransportaba y al ver que el secretario dudaba, ella se dio cuenta de que acertó.

"Envíame por favor." Dijo Aurora y sonriendo amigablemente, añadió. "Le daré una sorpresa."

El secretario la había visto a ella con él y ambos no se ocultaban demasiado. Por supuesto, Aurora nunca se involucró en la empresa, pero usaban el portal.

Al final, el secretario asintió y le hizo una señal para que subiera al portal.

"La enviaré a la puerta del departamento." Dijo el secretario luego de suspirar.

Aurora le agradeció y al momento siguiente los alrededores se volvieron a retorcer y antes de que se diera cuenta ella estaba en la puerta de un departamento en un barrio de alguna parte de la isla.

Ella se giró mirando los alrededores parpadeando un poco sorprendida. Había esperado una mansión o el pent-house de algún edificio, pero un departamento entre tantos fue una sorpresa… Aunque era probable que él tuviera tanto una mansión como diferentes edificios.

Eran estos pequeños detalles de conocer más a su novio lo que hizo que ella volviera a pensar en su muerte. Si hubiera muerto se perdería todos estos detalles de la vida de su novio.

No se trataba solamente de conocer que era lo que él le ocultaba, ya que ella había aceptado que tuviera sus secretos, lo que le importaba era estos momentos y esta clase de conocimiento.

Aprender donde vivía, conocer a su familia, amigos o aprender sobre sus deseos, sueños y lo que le importaba.

"…"

Ella tocó la puerta del departamento al cual había llegado y no pudo ocultar su temblor.

En su último momento ella recordaba sus arrepentimientos y él vino a su mente, no como una esperanza de salvación, sino como un deseo incumplido.

Aurora estaba feliz de decir que tenía un novio y era algo que antes jamás hubiera imaginado tener, pero ahora era un hecho.

Ella encontró un hombre que le gustaba, no solamente en apariencia, sino que le atrajera. Alguien con el que disfrutaba pasar tiempo, disfrutaba bromear y amaba besar.

Kairos era un hombre con el cual ella se sentía segura y en confianza no solamente para salir, besar o amar, sino que para más…

La puerta se abrió y Kairos llevando una camisa corta y pantalones largos, se sorprendió ligeramente al verla.

Su expresión de responder de modo indiferente paso a una sonrisa, que al instante siguiente se convirtió en una expresión preocupada al verla aquí, pero incluso con esa expresión él no podía ocultar su felicidad de verla.

"Te vi en el video." Dijo Aurora y el hombre se congeló completamente y al verlo, ella habló. "Llegaste ahí al mismo momento que el Sumo Pontífice Abraham."

¿Ambos habían estado juntos? La Empresa Cosmos aportaba una enorme suma a las arcas de la Iglesia del Tiempo y el Espacio y ellos eran los principales donadores y pilares económicos de la iglesia.

No sería raro que ambos tuvieran algún tipo de relación.

Aurora vio al hombre nervioso y luego lo vio mirarla con esos hermosos ojos de color zafiro, tan brillantes y resplandecientes que parecían contener el universo o la galaxia estrellada… A veces brillaba de tal manera que era fascinante e irreal, pero eran expresivos.

El nerviosismo, duda y cada emoción eran reveladas tan abiertamente por medio de esos ojos.

"Yo…"

Ella lo detuvo, cuando se abalanzó hacia él abrazándolo y luego besándolo.

Los labios tocándose entre ellos, el aliento tan seductor y la sorpresa de él que fue desapareciendo al mismo tiempo que respondía fue encantador.

A ella no le importó porque él estaba ese día ahí y lo único que pensaba era en sus arrepentimientos.

Nunca en su vida se había enamorado y él era el primer hombre que amaba y del cual confiaba no solamente para pensar en estar juntos por mucho tiempo, sino que con quien ella deseaba entregarse.

De entre todos esos arrepentimientos que tuvo el mayor fue no la simple idea de estar con él, sino que disfrutar a su lado su primera vez.

A ella no le intereso ni sus secretos, su edad o su empresa, lo amaba por como él se acercaba, mostraba sus emociones abiertamente y parecía tan feliz al estar con ella.

Justo como ahora que él la abrazaba cuidadosamente mientras cerraba la puerta y a pesar de que ella lo empujaba en contra de la pared él fue cariñoso.

Aurora lo besó intensamente y cuando sus lenguas se entrelazaron, ella movió su mano por debajo de la camisa, sintiendo la suavidad de la piel y el calor que el cuerpo de su novio emanaba.

"Hm…"

Él la besó y luego besó su cuello logrando que ella soltara un sonido que por primera vez no la avergonzó y ella trató de quitarle la camisa, pero él no la dejó.

Ambos sabían a donde se dirigía este momento y él fue quien se detuvo, simplemente abrazándola.

"De verdad me gustaría hacerlo…" Murmuró Kairos con su voz teñida de pasión, pero el hombre se controló y tomó distancia para que ambos se miraran. "Pero no así."

Aurora recibió la mirada y si antes estaba avergonzada, al ser vista directamente por el hombre, se quedó rígida.

"No necesitas presionarte. Tenemos tiempo." Dijo él acariciando su mejilla y sonriéndole con amor.

"No lo sabes…"

No lo sabía… ¿Tenían tiempo? Alguien en este mundo la quería muerta y lo consiguieron una vez, no era difícil suponer que podrían conseguirlo otra vez.

Su respuesta fue inmediata y Aurora sintió el miedo saliendo en su voz. El miedo a la muerte y a la idea de que perdería tanto.

Amigos, familia y su novio. Ella estaba en la mejor etapa de su vida en donde se aventuraba en una relación romántica, intervenía en todo tipo de eventos y hasta se relacionaba con su cuñada, una primordial.

Tenía tanto por vivir y tanto que perder y ella tenía miedo, porque se conocía bien y saldría otra vez a enfrentarse lo que fuera que este mundo deparara y podía no volver.

Porque por más que Primordiales la vigilaran había maneras de morir y era probable que fuera para siempre.

Kairos que vio su miedo se acercó y la besó suavemente antes de abrazarla con preocupación y cariño.

"No morirás. Ni ahora o cuando vuelvas a salir. Así que no tienes que apurarte…"

La voz de él llegó a sus oídos y fue suave y ligera, pero detrás de esa suavidad llevaba una fuerza que la hizo relajarse.

Kairos descubrió su miedo con facilidad y supo que lo que estaba haciendo ahora no era por deseo, era para completar una tarea por temor… Miedo a perder la oportunidad de hacer el amor con la persona que amaba.

Miedo a que esta fuera la última oportunidad que tendría para amar a alguien por última vez.

"Yo…"

Aurora trató de responder que estaba bien y trató de aparentar que era fuerte como lo hizo con su hermana, con sus amigos y colegas. De mostrar que ella estaba bien, pero no lo estaba y no pudo terminar sus palabras.

En vez de eso, ella lo abrazó y sollozó en silencio, porque aquí no necesitaba aparentar ser fuerte.

Aquí no necesitaba ser un pilar para la estabilidad emocional de su hermana, amigos o colegas.

En este lugar y en los brazos de la persona que amaba podía ser ella misma.

Alguien que temía perder lo que tanto le había costado obtener.

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