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Perezosa.

En una sala de privada en el campamento temporal de las fuerzas aliadas, Aurora miró a la persona que estaba visitando.

"¿No deberías estar preparándote? Escuche que Regis quiere salir en una hora."

El hombre con máscara le habló en calma mientras estaba sentado en la silla al frente de ella.

Regis estaba por salir en una hora y se demoró un tiempo, ya que estaba encargándose de poner a su gente en posición y también movilizar a los Ejecutores del Orden en caso de que fueran necesario.

Luego de la exploración habría otra reunión en donde decidirían en qué medida responder… Tal idea era lo que algunos tenían, excepto Aurora.

Ya no podían esperar más, pero si ella iba por su cuenta podría ser problemático no por salir herida ella misma, sino que por no tener la gente suficiente que la apoyara.

Después de todo, en la reunión había varias influencias que podrían actuar a sus maneras o con las cuales podían estar en diferentes lados y el hombre que ella estaba hablando podía no estar de su lado.

"Esto es parte del preparativo." Dijo Aurora y observando al hombre, agregó. "Alice había querido venir a hablar contigo, pero la convencí para que fuera con la princesa Arwa."

La máscara impedía que ella viera el rostro del hombre y si bien podía captar cierta diversión por medio de las perlas negras que representaban los ojos del hombre, Aurora no podía ver a través de él.

Ella no estaba mintiendo.

Tal vez no era el momento de conocer el 'amigo' de Alice cuando estaban sucediendo tantas cosas, pero era imposible evitarlo.

"No pensé que te gustaran las máscaras y usar múltiples identidades." Dijo Aurora sonriendo sutilmente.

El líder del Gremio los Caídos que apareció cuando la guerra demoniaco-europea estaba iniciando y logró a unir a muchas personas para derrotar a los demonios. Cooperó con el Rey Demonio Pacífico y juntos crearon una nación.

Conocido como Mercurio, el rango SS que se decía que tenía una enorme destreza en la magia mental y cuya voz había logrado llevar a la desesperación a muchos durante esa gran guerra.

También era el Director Hermes, recientemente conocido por sus obras mundialmente conocidas… Aurora no lo había esperado.

"Soy un hombre simple con intereses por el arte, el cine y…"

"¿Mi hermana?" Preguntó Aurora interrumpiendo la respuesta del hombre que se detuvo en seco.

Hubo un poco de sorpresa por sus palabras, pero luego lo tomó como una broma y el hombre soltó una pequeña risa.

"Creo que he respondido esa pregunta antes." Dijo el hombre sin mostrar ninguna clase de incomodidad.

También su voz daba la impresión de alguien directo que no iba a tolerar que otros lo molestaran.

"Si, cierto. Es solo que con diferentes identidades creí que tenías diferentes respuestas." Respondió Aurora encogiéndose de hombros.

Las perlas negras se fijaron en ella durante un rato y luego el hombre agitó la cabeza.

"¿Cuándo usas una máscara eres diferente o la misma persona?" Preguntó el hombre y cuando la sonrisa de la máscara se deslizó, señaló. "Supongo que no viniste a hablar del tema."

El Director Hermes cuando estaba al frente de ella era un hombre obediente, que trataba de alejarse de ella sin bromear o sin causar molestia.

No quería causar enojo, ni tampoco quería obtener su odio o ganar su confianza, siempre manteniendo la distancia.

Jamás trató de hacerse amigos y probablemente mantendría la boca cerrada por las bromas que ella pudiera hacer, sin embargo, 'Mercurio' era diferente y no tenía, temía dar respuestas tanto a sus bromas como en este caso responder demasiado.

Aurora sonrió por la pregunta.

Ella había usado una máscara antes como la Primera Heroína y no la cambiaba demasiado de cómo era en realidad y eso era a lo que apuntaba el hombre.

"Cierto, no vine a hablar de qué clase relación tienes con mi hermana." Dijo Aurora y dando una expresión seria, declaró. "Me pregunto que necesitas para evitar que tú 'jefe' e Ivras intervengan."

A Aurora le encantaría ver que más ocultaba el hombre y preguntar desde cuando se conocían o como se conocieron con Alice, pero no había tanto tiempo.

Así que se centró en el tema principal.

Desconfiaba del Rey Demonio Pacífico e Ivras, quienes eran los dos Reyes Demonios que estaban entre las autoridades y necesitaba que los dos no se movieran, porque ella lo haría.

No podían esperar más y, por ende, tendrían que moverse de inmediato y más importante en secreto para que nadie se enterara.

Si ellos volvían de la exploración y hacían una reunión, los de adentro se podría enterar si algo sucedía, pero si un grupo de exploración se convertía en un grupo de ataque… Aurora observó a Mercurio-Hermes.

"¿Yo no estoy incluido en aquellos que desconfías?" Preguntó el hombre esta vez con curiosidad.

Fue una pregunta honesta y curiosa que buscaba entenderla, pero Aurora simplemente sonrió.

"No te confundas. Un asunto es cuestionarte por la relación que tiene con mi hermana y otro asunto es trabajo y Alice mencionó que confía en ti." Dijo Aurora y en voz baja, murmuró. "Algo raro cuando el principio dijo todo lo contrario."

Cuando Hermes era su 'no conocido', Alice se mostraba a la defensiva y ahora que Aurora lo miraba en retrospectiva tenía sentido, ya que la segunda identidad del hombre era la de líder de un importante gremio relacionado con demonios.

"Me costó ganarme su confianza. Es un trabajo de hormiga." Respondió el hombre y pese a que lo quería decir para relajar la atmosfera tensa, su tono fue honesto.

Aurora simplemente sonrió.

No conocía verdaderamente al hombre y probablemente jamás lo conociera en su totalidad y no era porque creía que él tuviera varias identidades, algo que podía tener, sino que se debía a que él jamás se acercaría.

Hermes y Mercurio tenían dos diferentes personalidades al interactuar con ella, pero ambos mantenían la distancia y no era que tuvieran la guardia alta, sino que se mantenía lejos.

Era probable que se debiera a Alice, pero a Aurora no le importaba demasiado y si bien su curiosidad era abrumadora, le dio un espacio a su hermana para que pudiera ser libre.

Después de todo, el hombre no mentía, ganarse la confianza de Alice era trabajar como una hormiga para reunir cada grano de confianza hasta que fuera algo decente y el problema era que si bien era difícil obtener la confianza era fácil perderla.

Aurora no quería que, por su insistencia y preguntas, Alice y el hombre se alejaran, ya que si bien ellos no tenían algún tipo de relación romántica como ella lo hacía entender, ambos se llevaban bien y eran cercanos.

"Te ayudaré. Mi jefe no está interesado en la calamidad no-muerta. Por eso no hemos venido con nuestra gente." Respondió Hermes-Mercurio.

"Una respuesta instantánea." Dijo Aurora sin poder evitarlo.

En vez de dudar o tratar de negociar alguna ganancia, el hombre aceptó el pedido con total calma y no lo hizo por ella, sino que por Alice.

El hombre se detuvo de repente al darse cuenta de que respondió demasiado rápido y Aurora simplemente se levantó de su asiento para retirarse.

Todavía tenía otra persona a la cual visitar, así que no podía perder demasiado tiempo en su curiosidad por el amigo de su hermana.

Aurora le hizo una señal para que se quedara en su asiento y no diera ninguna excusa, entonces al acercarse a la puerta se giró.

"¿Y cómo está ella?" Preguntó Aurora y viendo que el hombre se quedaba quieto sin entender, precisó. "Ya sabes, el souvenir que trajiste."

El souvenir que trajo del duodécimo portal abismal.

"Bien." Respondió Mercurio luego de considerarlo durante un breve momento.

Aurora asintió y se retiró de la sala dirigiéndose al ascensor para ir a visitar a la siguiente persona.

Al salir del ascensor, salió del edificio y se dirigió a la residencia de Oprovana la Nigromante.

No mintió cuando mencionó que su hermana estaba hablando con la princesa Arwa y Alice iba a conseguir el apoyo de la princesa. De esa forma podían empezar con la aprobación de la mayoría de los miembros entre las autoridades.

Al entrar al edificio que se le dio a la Reina Oprovana, Aurora de inmediato notó en la entrada a dos caballeros con armaduras de cuerpo completo.

El casco estaba bien cerrado, dejando solamente una línea para la vista de los ojos, y Aurora pudo notar las llamas de los no-muerto.

El aura de rango S era poderosa y al verla acercarse, los dos caballeros se apartaron y la dejaron entrar.

"Segundo piso, primera habitación." Aviso el caballero no-muerto y Aurora asintió en agradecimiento.

Subiendo el ascensor tocó el botón del segundo piso y al llegar al piso se dirigió a la habitación y tocó la puerta que fue abierta de inmediato.

La mujer llevando un vestido elegante de color gris con su velo tan reconocible la esperó en el interior y le hizo una señal para que entrara.

Aurora estaba nerviosa.

Hablar con un rango SS no era fácil y menos con alguien con tanta historia y autoridad como era una Reina Demonio, pero no mostró su nerviosismo.

Ya no era una niña que no quería aceptar la autoridad y el poder que tenía… Ella era la Protectora de Zerzura y aquí era la representante de la Ciudad de Zerzura.

"Bienvenida." Dijo la mujer con una voz suave y agradable.

Era una voz hermosa y relajante, pero también ligeramente atractiva… El velo traslúcido cubriendo su rostro, su vestido tan elegante y antiguo junto a la voz fue una combinación excelente.

Una mujer misteriosa que ocultaba su belleza detrás de un velo.

"Gracias." Dijo Aurora tratando de no observarla demasiado y sonriendo, agregó. "Soy…"

"Aurora Campbell, hija de Antón y Agatha Campbell. La Protectora de Zerzura y la participante de varios portales abismales. He escuchado de ti." Dijo la mujer revelando una sutil sonrisa detrás del velo.

Los ojos dorados de la mujer la observaban y Aurora no pudo evitar pensar que el velo traslúcido que mostraba sutilmente fue hecho a propósito.

Un velo que ocultaba a medias, dejando ver lo suficiente como para atraer, pero no tanto como para hipnotizar… Si es que eso tenía sentido.

"Es un gusto conocerla, Reina Oprovana." Saludó Aurora sentándose en donde la mujer le señalaba.

Luego de sentarse en el sofá, Oprovana se sentó al frente de ella y cruzó las piernas mientras le sonreía sutilmente.

Aurora la miró, sintiéndose algo extraña por la mirada, no era por el encanto de la mujer, sino que por la sensación de seriedad que la mujer trataba de ocultar detrás de la sonrisa.

Lo que estaba sucediendo era importante y quizás la Cardenal Najjar le reveló a ella más que a los otros, ya que la ayuda de una poderosa nigromante era importante, pero la seriedad era demasiado excesiva.

"¿De verdad es posible que las almas vuelvan a sus antiguos cuerpos?" Preguntó Aurora dejando de pensar en la seriedad.

"Es posible. Las almas al permanecer fuera de sus cuerpos se convierten en espíritus que con el tiempo son corrompidos y enloquecidos, perdiendo la cordura y también su conexión con su antiguo cuerpo. Se convierten en seres espirituales." Respondió Oprovana y viendo que ella asentía, añadió. "Pero es posible volver juntar el alma y el cuerpo. También es posible ayudarlos a recuperar la conciencia. No todos lo lograrán, pero un nigromante sabe cómo mantener su alma protegida o tiene un segundo plan."

En la tierra había espíritus y por tal razón las iglesias purificaban cementerios o incluso cuando se enterraban personas estaban sacerdotes para purificar los cuerpos.

Era un proceso básico que iba más allá de la religión que se creyera.

Sin embargo, Oprovana estaba apuntando más allá.

A la idea de que el alma del faraón que planeó todo estaba preparado para la eventualidad de que su alma enloqueciera y cuando llegara ese caso tenía un segundo plan ya fuera para recuperar la racionalidad o para evitar perderla.

¿Algún hechizo que protegía el núcleo del alma? Los nigromantes estaban relacionados con las almas y si bien no eran maestros en el tema como los magos espirituales, seguían siendo expertos en el campo.

Por supuesto, tal idea era general y podía existir magos nigromantes que fueran mejores que magos espirituales, ya que todo se trataba de conocimiento y estudio.

"¿Y hay una forma de evitarlo?" Preguntó Aurora notando la mirada de la mujer.

Oprovana la estudió durante unos segundos y asintió.

"Un espíritu o alma es más fácil de tratar cuando no está en un cuerpo, pero también un espíritu que no ha controlado un cuerpo totalmente tiene debilidades." Respondió Oprovana y en calma, señaló. "La Iglesia del Tiempo y el Espacio tiene alguien perfecto para esas cuestiones."

Se estaba refiriendo a Esmeralda, aquella joven mujer que había trabajado con su madre, y Aurora sabía que ella también estaba involucrada en esta misión.

La Cardenal Najjar habló abiertamente con Oprovana y quizás ambas habían cooperado más de lo que parecía.

"Por supuesto, también puedo luchar en contra de esa clase de enemigo. Aunque mi fuerte son los no-muertos." Dijo Oprovana.

La mujer lo dijo directamente y le estaba señalando cuál era su ventaja, reconociendo lo que Aurora buscaba.

Si ella decidía atacar, no podría hacerlo sola, ya que había mucho de lo que encargarse más allá de los inocentes que podían estar capturados, sino que de la tormenta de arena y almas o de los no-muertos que podían estar dentro de la tormenta.

También estaba el faraón, los cuerpos de ese individuo y las mentes maestras… Ella no podía hacer todo y necesitaba aliados.

Hermes era alguien que podía quedarse atrás y no era porque Aurora no confiara en él, sino que era todo lo contrario.

Ya había mostrado lo capaz que era para solucionar los problemas e incluso dirigir a la gente para que se moviera como él quería y él era perfecto para evitar a Ivras o el Rey Demonio Pacífico hiciera algo problemático.

Sin embargo, necesitaba especialista afuera de los miembros de la Iglesia del Tiempo y el Espacio que ya los apoyaba y no había nadie mejor que Oprovana para esta tarea.

"Me gustaría su apoyo para lo que está por venir. Si el precio es dinero, también puedo ofrecerlo." Dijo Aurora y analizando a la mujer cuyos ojos dorados brillaban, añadió. "También puedo ofrecer conocimiento antiguo."

Como el de una civilización antigua de nigromantes… Aurora lo había hablado con la Cardenal Najjar y esa mujer le había dado la autoridad para tratar con la pirámide o que debían hacer con ella.

Oprovana probablemente ya había visitado la pirámide para comprobar todo, pero era seguro que no tuviera el tiempo para aprender todo.

Quizás sea conocimiento antiguo y en desuso, pero era conocimiento de nigromantes y probablemente el hechizo de la maldición estaba al nivel de un hechizo prohibido.

"Podemos asegurar este trato por un contrato." Añadió Aurora.

Ya fuera que Oprovana quisiera dinero para participar o aceptara el conocimiento, no había mejor manera que un contrato para asegurar que ella participara y en caso del conocimiento, para evitar que ella lo usara en contra de la humanidad.

Un contrato en nombre de un dios… Aurora no iba a arriesgarse a darle conocimiento prohibido a alguien que podía terminar como enemiga y si bien la iglesia tenía a Oprovana en una alta estima, ella no la conocía bien.

Oprovana la miró en silencio durante unos segundos y…

"Tú no has escuchado de mí, ¿cierto?" Preguntó la mujer en calma.

"Supongo que no se refiere a la confianza de los informes." Murmuró Aurora y percibiendo que los ojos dorados de la mujer brillaban, reveló. "Aparte de los informes no he escuchado de usted."

En el historial que la iglesia tenía sobre Oprovana mencionaba que ella era de confianza y podían cooperar abiertamente en tratos amistosos.

No todos tenían esa aceptación y entre los Reyes Demonios probablemente Oprovana era la que tenía la mejor reputación entre todos, al menos para la Iglesia del Tiempo y el Espacio.

La fundadora de la magocracia, la nigromante de rango SS y la mujer que ocultaba su belleza y estaba cubierta en un velo de misterio.

Aurora solamente había centrado en el informe y no en los rumores, ya que los nigromantes de por sí no tenían buenos rumores sobre ellos.

"Supongo que tu madre no te ha contado." Murmuró Oprovana y observándola, reveló. "Te ayudaré. No necesitas pagar nada."

Aurora parpadeó sorprendida y vio a la mujer levantarse con una seriedad mayor y ella sintió un mal presentimiento.

Y tal como esperaba, sus instintos estuvieron en lo correcto y Aurora vio como la mujer se inclinaba en un saludo de aristócrata antiguo.

Tan elegante como lleno de respeto y por, sobre todo, devoción.

"Su Excelencia Pereza la Muerte Pacifica saluda a la cuñada de Su Majestad."

La voz de la mujer se volvió lenta y el tono lleno de tranquilidad y calma, entonces cuando Oprovana levantó la cabeza, Aurora vio a través del velo directamente a los ojos dorados y fue completamente hipnotizada al sentir la mirada del otro lado.

El saludo no fue 'enviado', sino que quien estaba al otro lado estaba dando sus saludos directamente por medio de su recipiente… Los pelos de Aurora se pusieron de punta ante tal idea y…

"Gracias. Es bueno conocerte." Murmuró Aurora tartamudeando un poco.

La mezcla de miedo, temor y luego incomodidad y sorpresa se convirtió en una mezcla de vergüenza al no poder recibir bien el saludo.

¿Qué demonios se respondía cuando alguien la saludaba por el solo hecho de ser cuñada de una Primordial? Aurora todavía le costaba aceptar ese hecho, pero desde que había decidido ir a visitar a su cuñada, sabía que algo así sucedería.

Los Dioses Infernales eran conocidos por ser devotos y algunos eran más excesivos que otros, así que era normal esta clase de saludo.

A pesar de que a Aurora le parecía excesivo saludar a la 'cuñada', supuso que ellos tratarían con respeto hasta la mascota de la deidad que adoraban.

Oprovana cerró sus ojos y luego se volvió a levantar otra vez en una posición más relajada, ya no emanando desde sus ojos esa luz misteriosa y profunda.

"Dígale a la Cardenal Najjar cuando usted esté preparada." Pidió Aurora antes de retirarse con prisa.

Vino a hacer un negocio, así que fue tomada por sorpresa por un saludo y en el fondo agradeció de que fuera un saludo.

Quizás la Gobernante del Cuarto Infierno fue considerada con ella… Era eso o era perezosa.

******

Alice miró la calle mientras estaba sentada en una silla en un balcón.

"¿Ya es hora?" Preguntó Arwa que estaba sentada al frente de ella.

Su hermana le había pedido que viniera ella a hablar con Arwa y si bien Alice le dio privacidad para que hablara con el idiota, estaba algo nerviosa.

Después de todo, ese idiota era poco confiable en algunos asuntos.

"Sí. Mi hermana se está dirigiendo a nuestro edificio." Respondió Alice y girándose a Arwa que estaba bebiendo té, preguntó. "¿Está bien con lo que hemos arreglado?"

Arwa aceptaba siempre ayudarla y ese era su modo de acercarse, pero Alice no quería que ella siempre la ayudara sin devolver la ayuda.

Si fuera de ese modo no sería una amistad… Al menos eso había aprendido al estar tanto tiempo con su hermana.

Una amistad era de a dos y ella no quería aprovecharse de Arwa y su intención de querer ser amigos.

"Sí. Siempre es bueno hacer negocios. Padre estará interesado en prestar apoyo y más si profundizamos la relación con la Empresa Apicius." Dijo Arwa y sonriendo, comentó. "Los negocios en áfrica han estado en auge."

Se estaba refiriendo al Reino de Mombasa y los negocios de la Empresa Apicius y Cosmos que estaban realizando allí.

Lo último que Alice había escuchado era que la Empresa Apicius tenía negocio con los Tartak del segundo portal abismal y sus productos de otro mundo.

Agregando a la mezcla a los Zarquianos en el centro del bosque mágico, se podía decir que el mercado de África tenía potencial y la Empresa Apicius era quien controlaba el mercado.

Literalmente ellos tenían comprado a gremios o empresas que estaban por toda África.

Alice, a diferencia de su hermana, no iba a dudar de usar lo que tenía a su disposición para conseguir lo que quería y más si de esa forma no se sentía en deuda.

"¿No habrá problemas con el rango SS que te acompaña?" Preguntó Alice para asegurarse.

El Reino de Arabia era una gran influencia en estas tierras y no solamente era por el Rey de rango SSS, sino que también el ejército y los pocos rangos SS.

"¿Te refieres a Gustav?" Preguntó Arwa y agitando su mano en calma, señaló. "No te preocupes. Él ha sido mi guardaespaldas desde que era una niña y no tiene problemas. Es más, si yo decido participar en la misión, él sin duda ira."

Arwa le estaba diciendo que si necesitaba ayuda, ella podría ir y de ese modo llevar al rango SS.

"Haz lo que desees." Dijo Alice en calma.

Era imposible no darse cuenta de que Arwa tenía curiosidad por adentrarse a la calamidad no-muerta y ofrecerle ayuda a ella era una excusa para lograr adentrarse.

El apoyo del ejército del Rey de Arabia que estaba en la frontera sería útil y si Arwa quería decir que en el trato que hicieron para cooperar estaba incluido que ella participara, entonces Alice la dejaría.

Después de todo, no podía detenerla si quería participar o hacer alguna locura.

"¡Por eso me agradas, Alice!" Exclamó Arwa y luego trató de controlar su emoción.

Le agradaba porque le daba la libertad y el apoyo que ella buscaba… Para Alice, Arwa era fácil de leer, pero también esa facilidad le ayudaba a que ella se sintiera en confianza.

"Tengo que irme. Mi hermana ya está llegando." Dijo Alice y mirándola, comentó. "Luego si quieres sigamos con el desayuno."

Los aperitivos que trajo Arwa desde Arabia eran deliciosos y Alice le gustaría seguir probándolo.

Al ver que la joven mujer asintió, Alice fue tragada por la sombra y en unos segundos después salió en la sala del hotel.

Aurora entraba al mismo tiempo y observó a Cesar, Leslie, Niko y el grupo del Coronel Makeba.

"Prepárense. Nos moveremos de inmediato." Ordenó Alice en un tono decidido.

Había visto que ella había logrado el objetivo y decidió avisar el inicio del plan.

Un plan que no involucraba a varias de las autoridades, pero si a las suficientes autoridades como para decir que fue aprobado por mayoría.

Todo fue planeado por Aurora, que ya no quería esperar más.

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