En el bosque mágico donde los grandes árboles de copas altas cubrían los alrededores, estaban dos figuras caminando por el área.
Los árboles eran gruesos y median cerca de quince o veinte metros de alto, mientras que sus copas eran frondosas.
Aun así, la luz se filtraba entre las hojas y dando un brillo único a las plantas que crecían en el suelo.
Lo bueno de esta zona era que el suelo no había maleza descontrolada, sino que un suelo verde con un pasto fino y plantas mágicas que resplandecían agradablemente.
Esta era la representación que se tenía del bosque mágico y Aurora estaba aquí mientras caminaba al lado de la figura a su lado.
Kairos estaba observando los alrededores curiosa y atentamente.
El hombre seguramente había visto paisajes mejores y no era extraño cuando el bosque romántico de la Ciudad Atlántida fue mejor para una cita que aquí.
Aun así, Kairos seguía mirando disfrutando de la vista.
El hombre era joven, tenía piel suave y labios delgados y a pesar de ser delicado seguía siendo varonil, y sobre todo muy guapo.
El cabello castaño era corto y estaba bien arreglado mientras llevaba una camisa elegante y a la vez ligera.
Aurora deslizó su mano hacia la de él y lo apretó mientras Kairos se giraba.
"Es agradable." Dijo Kairos al girarse y le dio una sonrisa.
Los ojos de color zafiro estaban en ella y Aurora al sentir la atención y la sinceridad de sus palabras sonrió.
"Si es bastante hermoso." Dijo Aurora observando a Kairos directamente y desviando la mirada, comentó. "No soy fanática de la naturaleza, pero me gusta la paz que emana."
Ambos siguieron caminando.
Aurora no era alguien que disfrutara la naturaleza, aunque le gustaba la paz y el sentido de tranquilidad que daba.
Esta zona estaba bien cuidada por las bestias mágicas y a muchos le gustaba la tranquilidad y calma.
Ella trajo a Kairos aquí no porque quería disfrutar de la vista, sino que deseaba disfrutar de la compañía.
Siguiendo con la caminata, Aurora pudo sentir una pizca de nerviosismo en Kairos que miraba hacia adelante.
"¿Sucede algo?" Preguntó Aurora y un poco nerviosa, murmuró. "No soy muy buena para las citas, así que quería probar algo nuevo."
Tenía un plan que estaba centrado en el bosque mágico en donde muy pocas personas entraban y si bien Kairos era un hombre que dirigía una empresa que prácticamente podía obtener lo que deseaba, era posible que no haya entrado al bosque mágico.
Y menos tan en lo profundo donde era resguardado por las bestias mágicas y era altamente vigilado como era esta zona.
Kairos observó lo que lo rodeaba y entonces, al girarse hacia ella, la observó detenidamente.
"Me gusta. No muchas veces en mi vida me he tomado un momento para observar lo que me rodea." Murmuró Kairos honestamente.
Sentarse un momento para prestar atención a lo que lo rodeaba… No simplemente se refería a mirar algún tipo de vista, sino que a detenerse.
¿La vida de un director ejecutivo de una empresa era tan agitada o quizás se refería a la vida de un hombre de ciudad? Aurora tenía que admitir que estaba de acuerdo con el hombre.
"Hubo un tiempo en el que tampoco me detenía." Murmuró Aurora volviendo a caminar al lado del hombre.
En su tiempo, cuando había llegado a Zerzura, había muy pocos momentos en donde se paraba a mirar lo que había logrado.
Siempre tratando de avanzar y trabajar y en cierta manera su vida se trataba de trabajo y de sus objetivos.
Era complicado detenerse cuando había tantas tareas que podía completar… Aunque si era sincera, Aurora tenía que aceptar que era ligeramente adicta al trabajo.
"Aunque ahora disfruto de otras cosas…" Murmuró Aurora observando a Kairos que caminaba a su lado.
Si le preguntaban hace años si ella tendría novio o estaba dispuesta a entrar en una relación, Aurora prácticamente respondería que era imposible.
No era que creyera que le faltaba encanto, pero no estaba interesada en ese asunto y, sin embargo, ahora estaba observando al hombre que le gustaba sin apartar la mirada.
"También hubo un tiempo que solamente me centraba en algunos asuntos específicos… Ahora que lo pienso en retrospectiva es difícil decir si estuve 'vivo' en esos momentos." Dijo Kairos al caminar a su lado.
Aurora pudo comprender a lo que se refería.
¿Ella cuando vino a África por primera vez estaba viva o simplemente se movía mecánicamente tratando de superar la oscuridad en donde había caído?
"¿Cómo superaste ese momento?" Preguntó Aurora logrando que Kairos se detuviera y se pusiera ligeramente nervioso, al notarlo, cuestionó. "¿No me digas que conociste a otra mujer?"
El tono que utilizó fue ambiguo, dando la impresión de celos mientras también trataba de burlarse de alguna relación anterior.
Kairos estuvo nervioso y luego dio una media sonrisa al darse cuenta de que ella esperaba escuchándolo atentamente.
"Si estás en lo correcto, conocí a una mujer." Dijo Kairos y sonriendo misteriosamente, detalló. "Se puede decir que vi mi futuro."
Aurora entrecerró los ojos, pero la mirada del hombre se mantuvo en ella y ella se apuntó hacia sí misma y Kairos asintió.
"Me parece que eres un charlatán… Uno muy bueno, lo admito." Dijo Aurora y sin contener la curiosidad, preguntó. "¿Qué viste en ese supuesto futuro?"
Ella nunca había imaginado un futuro con alguien y tenía que admitir que nunca se le había pasado por la mente, incluso ahora.
No era que no viera su futuro como algo posible, sino que no estaba en ella mirar hacia delante tratando de prever o imaginar alguna situación que le gustaba.
Si le preguntaban si se casaría con Kairos o si tendría hijos con él, Aurora simplemente se avergonzaría, porque esa idea no había pasado por su mente… Y era un futuro muy lejano para imaginar.
"Solo a ti." Respondió Kairos y sonriendo mientras caminaba, detalló. "Y para mí fue un mundo de posibilidades desconocidas."
La vio a ella… Solamente a ella sin ningún otro detalle.
Sin imaginar un futuro juntos o alguna idea vergonzosa como esa, simplemente a ella y las posibilidades que podían suceder.
"Así que trabajé duro para conseguir alguna posibilidad en la que me acercara a ti." Añadió Kairos y observándola a ella, dio una sonrisa y señaló. "Aunque no esperaba que lo lograra."
Sonaba sincero.
Ver un mundo de posibilidades desconocidas significaba que no conocía lo que sucedería y en esas posibilidades podía haber una en la que no estuvieran juntos.
Así que en vez de perderse en la imaginación, se esforzó para acercarse a ella… Y cuando Aurora pensaba las veces que hubo coincidencias, entonces ella tenía que admitir que trabajo duro.
"Básicamente, te convertiste en un acosador." Dijo Aurora asintiendo múltiples veces y viendo que él estaba tieso en su lugar, comentó. "Uno charlatán."
El hombre se avergonzó sutilmente, pero en vez de cubrir su rostro, reveló una sonrisa descarada.
"Es difícil responder a esa acusación." Dijo Kairos en voz baja.
"Por supuesto, no tienes excusas." Replicó Aurora provocando que él temblara de vergüenza.
Aurora se rio a carcajadas al ver que Kairos quedaba sin palabras y ese hombre, como si no le gustara perder, se detuvo y se acercó a ella.
Kairos puso su mano en la cintura y la atrajo hacia él, entonces mientras ambos se miraban fue el hombre que se acercó.
Sus labios se conectaron y ambos se besaron durante varios segundos, hasta que Aurora con las mejillas rojas lo observó.
Ella era ligeramente más baja que Kairos que media alrededor de un metro ochenta y ella era más baja por algunos centímetros.
Una estatura promedio en general cuando uno consideraba que la energía mágica prácticamente ayudó al crecimiento de las personas.
Aurora, que era observada por los ojos zafiros, se lamió los labios y le dio otro beso, antes de separarse.
"Si te vuelves proactivo cuando te avergüenzas me haces querer que sea aún más malvada." Dijo Aurora sonriendo ligeramente entretenida.
Ella estaba avergonzada, pero no iba a negar que disfrutaba que él la sostuviera en los brazos.
Kairos al no haber tenido respuesta antes, decidió 'atacar' besándola y lo hizo porque era una manera de dejar la vergüenza.
Aunque si deseaba silenciarla, Aurora estaba orgullosa en admitir que la actuación del hombre hizo que quisiera seguir molestándolo aún más.
"…"
Kairos que estaba ligeramente rojo mientras la sostenía de la cintura, quedó en blanco por sus palabras y Aurora se rio malvadamente mientras lo sostenía de la mano para guiarlo.
"Ven vamos. Todavía estamos iniciando." Dijo Aurora con una sonrisa brillante.
Esta era una caminata en la mañana y luego tendrían el almuerzo.
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En lo alto del Adansonia gigante, cuyo tamaño superaba los mil metros, había una gruesa rama de varios metros y en ella estaba un pequeño balcón tallado en la madera.
Ahí estaba una mesa con dos sillas y Aurora observaba el paisaje mientras tomaba una copa de vino.
La vista del bosque mágico desde el árbol más gigante de este mundo era simplemente increíble.
El verdor del bosque mágico prácticamente cubría toda la visión a lo lejos y hacer una cena romántica aquí fue ideal para Aurora.
La última vez Kairos se esforzó con ese bosque en la Ciudad Atlántida, así que ella tenía que responder de la misma manera.
"Verdaderamente te luciste." Dijo Kairos mientras rellenaba ambas copas con el vino.
Había barreras instaladas en este balcón en el árbol, lo que significaba que el viento frío no los molestaba.
Este árbol tenía un tamaño mayor a mil metros de alto y estaba a la par de algunos edificios más altos del mundo.
Aun así, la vista aquí con las gigantescas hojas, la naturaleza y el bosque que lo rodeaba era diferente a la vista de una ciudad.
A pesar de que Aurora lo planeo, ella también estaba deslumbrada.
"Tengo que estar a la altura, la última vez me sorprendiste." Admitió Aurora y dándose cuenta de que era hora, señaló. "Iré a buscar el plato de hoy, así que espérame."
Ambos eran ricos y tenían la influencia para acceder a muchos lugares y para no ser sorprendidos con facilidad, así que la cita tenía que ser única de otra manera.
Kairos permitió que ese bosque romántico fuera creado y Aurora hoy lo trajo aquí… Al árbol más cuidado de este mundo y a al cual muy pocos se le permitía acercarse.
"Espera aquí." Dijo Aurora mientras se levantaba.
"Por supuesto, no es que tenga alguna oportunidad para huir." Respondió Kairos señalando el precipicio hacia abajo.
"Por eso mismo elegí este lugar." Replicó Aurora logrando que Kairos diera una sonrisa.
Aurora se dirigió al círculo mágico que estaba cerca y que servía para subir o bajar, entonces al moverse, sus alrededores se distorsionaron.
En el momento siguiente apareció en una habitación con una pared de madera.
Era el dormitorio de Amnestria en el interior del árbol y ahí Aurora se puso un vestido más elegante y sofisticado.
Iba a una cena romántica y estaba puliendo su encanto para sorprender a su pareja… Tenía que esforzarse y utilizar sus encantos.
El vestido era de color rojo con un escote en 'V' y era al estilo que Cithrel siempre le había recomendado que usara… Lo suficiente encantador para fascinar a su pareja.
"¿Este es el cortejo entre humanos?"
Una voz surgió desde la esquina y Amnestria en su forma de tigresa de dos metros de alto apareció cerca de ella.
La mirada que le daba era curiosa y la tigresa prácticamente la observó de pie a cabeza.
"Te ves bien. Muy guapa." Dijo Amnestria y observándola, preguntó. "¿Hoy es el día en el que te aparearas?"
Si Aurora estaba contenta de verse guapa, prácticamente tosió al escuchar la pregunta de esa tigresa que reveló un brillo juguetón en los ojos púrpuras.
La manera que decía aparearse… Era ambigua y logró que ella se avergonzara.
"¿Tendrás crías?" Preguntó Amnestria curiosamente.
Aurora tosió y trató de controlarse, hasta que notó que la cola de esa tigresa prácticamente se agitaba mientras trataba de contener la risa.
"Alice te envió supongo." Murmuró Aurora al darse cuenta.
"Me mencionó que, si hablaba del tema, te pondrías incómoda y te sonrojarías… No mentía." Respondió Amnestria soltando una suave risa.
Aurora agitó la cabeza y se miró en un espejo en el interior de la habitación cerca de la cama.
El vestido acentuaba su figura y si bien ella decía que no tenía tanto encanto, Aurora no iba a negar que se veía bien.
Era audaz, aunque no lo suficiente para lo que estaba insinuando Amnestria.
"No haré nada." Dijo Aurora al sentir la mirada de la tigresa y dándose cuenta, señaló. "Es complejo…"
¡La tigresa estaba insinuando profundizar en la relación y para Aurora era completamente una locura!
No era lo suficiente audaz como para… Empujarse al hombre.
Con solamente pensar en la idea se ponía demasiado nerviosa.
"¿Y qué hay de ti?" Preguntó Aurora tratando de cambiar el tema.
Ella estaba revisando la comida que había traído y mientras trataba de moverse con este vestido.
No era habitual para ella usar vestidos, pero quería ver la expresión sorprendida de Kairos así que no se sentía tan incómoda… Era más, estaba expectante.
E hizo la pregunta para desviar la vergüenza de antes y tratar de calmar el nerviosismo.
"No estoy interesado en eso." Respondió Amnestria y observándolo, explicó. "Tampoco encuentro a los de mi raza atractivos."
Aurora desvió la mirada a Amnestria y se dio cuenta de que la tigresa estaba siendo honesta.
No se trataba de que las bestias mágicas panteras eran raras, sino que ella no encontraba atractiva a ninguna de ellas y era difícil cuando Amnestria era única.
Sus ojos púrpuras, la fuerza y su talento para la magia de oscuridad… Un rango SSS única en su especie.
Aunque Amnestria dio la impresión de que no tenía ningún interés en temas románticos.
"No te preocupes, te ves bien. Estoy segura de que tu forma de cortejar atraerá a cualquiera." Dijo Amnestria para animarla.
Los ojos púrpuras de esa tigresa la observaban con atención mientras la cola se agitaba y las orejas estaban en alto.
Notó que Aurora estaba nerviosa y la animó.
"Gracias." Dijo Aurora y sin poder controlarse se acercó y abrazó a la tigresa con fuerza mientras acariciaba el suave pelaje.
Entonces luego se separó y respiró hondo, mientras que Amnestria creaba manos hechas de magia oscuridad para arreglar su vestido que se había desordenado.
"Ve." Instó Amnestria animándola.
Aurora sonrió y luego de respirar hondo tocó el artefacto de movimiento y en un segundo llegó a la cima del árbol en donde estaba el balcón.
Kairos que estaba observando el bosque, se giró para recibirla y el hombre abrió sus ojos observándola completamente sorprendido.
Estaba impactado y Aurora sonrió.
Esa expresión era lo que buscaba y lo consiguió.