En la sala del edificio de Zerzura, Aurora miró a la nada mientras sentía un fuerte abrazo, que, si fuera sincera, estuvo con ella desde que volvió a este mundo.
Todo comenzó cuando dejo la cuarentena con su grupo, tras haberse enterado de lo que sucedió en el Octavo Portal Abismal.
Ese mismo día, también se le fue informado que sus padres estaban de vuelta y que la expedición del Octavo Portal Abismal había fallado, solo quedando Edward como único sobreviviente.
Fue algo impactante para decir menos, y combinado con todo lo que había visto y vivido en el Décimo Portal Abismal, se sintió un poco abrumada.
Sin embargo, cuando volvió a casa, un abrazo la esperó y a pesar de que ya estaban en la segunda semana de enero y había dejado atrás el año anterior, el abrazo se mantuvo.
"¿Por cuánto tiempo seguirás?" Preguntó Aurora a la persona que la abrazaba.
Cabello rubio largo, un rostro que sin duda sería considerado bello y una sonrisa tan encantadora, que resultaba bastante hipnotizante.
Los ojos verdes brillaban como si se estuviera divirtiendo por su reacción.
"¿Te molesta?" Preguntó Amber con una sonrisa radiante.
Todos sus compañeros se comunicaron con ella cuando se le avisó que había vuelto y se retuvieron para no venir a saludarla personalmente, sabiendo que podía estar cansada.
Sin embargo, Amber decidió venir a verla y se quedó a su lado durante estas primeras semanas, ayudándola un poco a superar su aturdimiento.
"No, pero me siento como si fuera un peluche." Murmuró Aurora en respuesta.
Fue honesta, provocando que Amber la volviera a abrazar, como si fuera una niña y ella fuera su peluche.
"¿Es normal que sienta envidia?" Preguntó Cithrel con una media sonrisa.
Esa princesa también vino junto a Amber, en un paquete completo y la única diferencia, era que ahora se estaba conteniendo.
"Yo creo que sí." Respondió Amber dando una risa entretenida, antes de separarse y sentarse a su lado.
Aurora dio media sonrisa, un poco avergonzada ante la honestidad de Amber.
"¿Sigues pensando en lo sucedido en el Octavo Portal Abismal?" Preguntó Amber con curiosidad.
La forma que la miraba con sus ojos verdes brillando, dejo en claro que estaba captando sus emociones y sentimientos.
Aurora se preguntó qué era lo que captaba.
¿Ansiedad remanente luego de haber visto todo su universo rodeado de esa exuberante oscuridad? ¿Sorpresa ante la revelación de la 'necesidad'? ¿Desconcierto sin saber que era lo que debía hacer? ¿O temor a lo pequeña que era?
Quizás sus preguntas, causaron que sus emociones se volvieran aún más evidentes y Amber la volvió a abrazar, logrando traer calma.
La razón de esa calma fue bastante simple.
¿Y que si el universo estaba rodeando de oscuridad? ¿O qué importaba si descubrió que había una necesidad? Al final, al sentir el abrazo, Aurora creyó que daba lo mismo.
Porque, al fin y al cabo, no importaba cuán pequeña y diminuta se sintiera o cuál fuera la situación, ella se movía porque deseaba ayudar y a la vez proteger a aquellos que quería.
No cayó antes cuando fue golpeada más duro y menos ahora, que estaba completamente bien, rodeado de personas que estaban para apoyarla.
Sin embargo, era innegable que ahora había asuntos más grandes, que, en este punto, la superaban.
"Sí. Todo salió bien, pero digamos que descubrí más de lo que me hubiera gustado." Respondió Aurora y luego al darse cuenta, de que hubo un deseo de ser ignorante en su voz, se rio suavemente y declaró. "Al fin de cuentas, no importa si no lo deseaba. Ahora lo sé y quiero ver si es posible hacer algo al respecto."
Le hubiera gustado ser ignorante.
Era normal para ella ignorar algunos asuntos y su hermano era el mejor ejemplo de ignorar la verdad.
Y si bien también intentó ignorar a su 'cuñada', esa entidad que creaba los portales abismales, le dejo en claro, que no importaba si ella trataba de ignorarla, eventualmente tendría que enfrentarla.
Ahora era lo mismo con la necesidad y con este universo.
"No necesitas preocuparte. Solo tengo demasiadas preguntas y lo único que necesito son respuestas." Dijo Aurora calmando a su amiga, que estaba preocupada y dirigiendo su mirada a Cithrel, añadió. "Y tengo una persona que puede ayudarme a responderlas."
Cithrel dio una media sonrisa, pero al final asintió.
Tenía demasiadas preguntas sobre la 'necesidad'.
Lo que significaba esto para el mundo y a la vez estaba impactada por la situación, con demasiadas preguntas en su mente.
No obstante, tenía formas para responder sus preguntas y sus dudas, una de ellas era la 'nieta' de la Diosa del Conocimiento y futura Emperatriz de un Gran Imperio.
"¿Quieres empezar ahora?" Preguntó Amber, captando como ambas se miraban y levantándose, añadió. "Iré a ver a Venali y a informarle a mi manager, que me quedaré un poco más."
Fue considerada, sabiendo que ahora obtuvo un poco de 'valentía' para enfrentar tales cuestionamientos y en vez de dejar que pasara, la dejo que preguntara ahora antes de que se arrepintiera.
"Pide unos días más, así si lo deseas, te presentó a mis amigos." Dijo Aurora con una sonrisa.
Este comienzo de año a nivel mundial no fue muy agradable y empezar con la muerte de una leyenda, como lo era el Director Vincent sin duda no lo sería.
Tal vez Aurora no lo conocía demasiado, pero respetar a un individuo de su tipo era normal.
No obstante, no quería desanimarse y era por eso que luego de que unos días del funeral pasaran, deseaba reunirse con todos sus compañeros.
Al menos, Akira estaba bastante deseosa de reunirse y creía que lo necesitaba.
"Claro…" Respondió Amber y huyó un poco tímida, pero contenta.
Estaba feliz de que ella aceptara su pasado y que la presentara a sus actuales amigos, era de cierta forma introducirla a su presente.
"Es linda, ¿no lo crees?" Preguntó Cithrel con unos ojos azules brillantes y al ser observada, dio una sonrisa coqueta y bromeó. "No estés celosa, mi corazón es grande."
Un corazón grande que era capaz de abarcar a muchas pretendientes… Tal como se esperaría del Caballero Galante.
"Lástima que tengo ya tengo ojos para otra persona." Respondió Aurora, causando que Cithrel se sorprendiera un poco por su honestidad y sonriendo de manera descarada, añadió. "Y no supongas que te ocultas bien. Amber es capaz de notar las emociones, estoy segura de que el 'afecto' y las intenciones oscuras de un caballero galante, no pasan desapercibidas."
La expresión de Cithrel tembló.
Era de bromear y coquetear, pero si algo había descubierto Aurora era, que siempre lo hizo con personas que sabían que era una broma o con aquellas con las cuales tenía algún tipo de relación.
Por lo demás, siempre mantuvo su imagen de 'Princesa', elegante y majestuosa, que, para su lamento, era probable que Amber ignorara, viendo la verdad.
"Espero que no piense mal. Hay cosas que ni incluso yo puedo evitar." Murmuró Cithrel con una media sonrisa.
Aurora soltó una risa divertida, al darse cuenta de que Cithrel estaba siendo un poco honesta.
No era que no pudiera evitar resistirse a los coqueteos o no pudiera controlar a su 'caballero galante' interno, pero era otro tema cuando trataba de un asunto como el 'hambre' y Aurora había visto como cambiaba la mirada algunas veces incluso cuando la miraba a ella.
Ambas se quedaron en silencio luego de que la risa acabara y Cithrel fue la primera en dar un suspiro.
"Te has encontrado con alguien fuera de la norma en el interior, ¿cierto?" Preguntó Cithrel y al ver que ella asentía, explicó. "Mi abuela... Vendió la información sobre ti."
En su explicación se tragó sus malas palabras y fue directo a la verdad, no obstante, la expresión de Aurora no cambio demasiado.
"No pareces tan sorprendida." Murmuró Cithrel de forma honesta.
"Nunca espere que me ayudara de forma desinteresada." Respondió Aurora encogiéndose de hombros y observando a Cithrel, comentó. "Sin embargo, esa información debe valer más de lo que parece."
A pesar de que la Diosa del Conocimiento la ayudó y se dejó ver como una 'abuela' amable, Aurora únicamente pensó en esa existencia, como la más fiable entre aquellos que podía contar, pero nada más.
Eso no significaba que no encontrara molesto, que hubiera entidades que supieran quien era ella, pero en vez de enojarse, era preferible tratar de obtener beneficios.
"Cuando vuelva a hablar con ella, le diré que exiges tu parte del trato." Dijo Cithrel con cierta risa al captar lo que buscaba.
Comprendió que la información valía más de lo que creía, ya que esa existencia que se encontró en el portal abismal, salió de su papel para presentarse y darle un 'presente'.
Literalmente ayudándola a hacer trampa para encontrar la verdad sobre la enseñanza y la necesidad.
Aun así…
"Suena muy exigente. Hazlo como una pregunta mejor." Murmuró Aurora sin poder evitarlo.
Cithrel lo hizo ver como si exigía una parte de lo que ganó esa 'abuela' por vender su información, pero exigirle a una entidad de gran poder como esa, era demasiado para ella.
Si bien no fue tan directa, siguió adelante, queriendo en el futuro obtener la ayuda de esa existencia como retribución, cuando lo necesitara.
No sabía lo que iba a hacer a la larga, aun así, obtener la ayuda de esa abuela, sin duda podría ser una ventaja en cualquier meta que se pusiera por delante.
Cithrel asintió y la observó, esperando a que diera sus preguntas y Aurora la formuló en su mente.
"¿Sabes la 'Necesidad' que tiene la tierra?" Preguntó Aurora con curiosidad y viendo que Cithrel daba una mirada pensante, dudó. "¿Qué sabes sobre los dioses?"
Respirando hondo, sintiendo que estas preguntas no responderían lo que buscaba, Aurora dio una mirada seria y continuó.
"¿Es posible que los humanos alcancen esa posición? ¿Qué significa que el mundo necesite un 'Dios'?" Cuestionó Aurora sintiendo que tan solo sus preguntas, eran sumamente impactantes.
Si alguien le hubiera hecho las mismas preguntas antes de saber sobre la enseñanza, lo hubiera tomado como un asunto relacionado a la teología.
Tal vez algún cuestionamiento existencial, sin embargo, en este momento no lo sintió tan descabellado y si bien era chocante, en el fondo comprendía, que necesitaba conocer la respuesta o informarse del tema.
No importaba cuán abrumada se sintiera, en este punto de su vida, tenía demasiadas cosas a las cuales perder e ignorar la 'necesidad', podía llevar a que se arrepintiera.
Fue por esa razón que a pesar de que no les gustaban esos temas relacionados a esas existencias y que tampoco le gustaba involucrarse con deidades, lo hizo de igual forma.
"No conozco la situación en la tierra y tratar de compararlo con Terra nova es un sin sentido." Respondió Cithrel y con calma, añadió. "Después de todo, para los terranovense como yo, alcanzar tal posición, es por ambición, deseo y fuerza, hasta diría que política."
Cithrel era incapaz de profundizar en los temas de la tierra, a los cuales no conocía y era bastante normal, cuando no estuvo interesada en otros temas, excepto encontrar información de su tía.
Aun así, sus últimas palabras, demostraron que era conocedora sobre estos asuntos y más profundo de lo que Aurora hubiera imaginado.
"¿No quieres llamar a Alice? Tal vez esté interesada en estos asuntos." Añadió Cithrel con calma.
No solo podía estar más interesada, sino que también era probable que hiciera preguntas más específicas de lo que Aurora podía pensar, sin embargo, dio una media sonrisa.
"Ella debe estar ocupada en otros asuntos y dudó que le interese estas cosas, si es que ya no sabe algunos temas." Murmuró Aurora de forma honesta y viendo que Cithrel asentía, añadió. "No necesitas decirme secretos muy, muy profundos. Solo quiero una maestra que me enseñe lo básico."
Necesitaba saber lo suficiente como para cuando se decidiera preguntarle a su madre sobre estos asuntos, supiera entender lo que esa mujer hablara.
Fue por eso que no exigió saber los secretos relacionados a Terra nova, a Cithrel o al Imperio que eventualmente gobernaría.
"Entiendo. ¿Por dónde debería empezar?" Dudó Cithrel en voz alta y tras reflexionarlo, añadió. "Los rangos SSS, no son el epítome de la fuerza, sino que hay un rango más allá, el cual muy pocos pueden alcanzar. Son llamados Semidioses."
******
En un campamento cerca del 'Adansonia' gigante en el centro del bosque, Alice caminó por el área con una bolsa de papitas en su mano.
Amnestria dio la bienvenida a los Zarquianos y le permitió que crearan un campamento, cerca del Adansonia, que era tratado como el centro del bosque mágico.
Con mil metros de alto y unos doscientos metros de ancho, sus gruesas raíces y su tamaño no era tan sorprendentes para los Zarquianos, que vivieron bajo el gigantesco cuerpo de la Guardiana.
Por tal razón, le encontraron facilidad el asentarse en este lugar y lo que destacaba, era que ellos a diferencias de algunos humanos, no destruyeron para construir su futura residencia.
Se amoldaron a las raíces, viviendo a sus lados, construyendo un pequeño pueblo para sus más de cuatro mil miembros de su raza.
Aunque no eran los únicos, ya que, bajo el árbol en diferentes secciones, se encontraban miles y miles de bestias mágicas, que utilizaron el árbol como la base para una ciudad.
Casas de madera, en construcciones muy similares a los humanos, en otras partes casas de árboles y raíces, cuevas subterráneas para aquellos que le gustaba más la oscuridad y decenas de formas de vivir, se reunían en un solo lugar.
Ahora los Zarquianos agregaron su cultura a la mezcla tan diversa de vida.
Lo que le agradaba a Alice, era la higiene de toda el área, que era lo suficiente como para que pensaran que en este lugar no vivían 'bestias'.
Caminando por las construcciones que estaban siendo llevadas a cabo por Zarquianos, miembros de la iglesia y soldados de Zerzura junto a gorilas, chimpancés y bonobos que apoyaban, Alice se dirigió al primer edificio construido, en la base del árbol.
No se construyó un agujero en el interior del árbol, ni nada de ese estilo, sino que con magia se extendió una parte del árbol para crear la residencia principal que era un edificio de varios pisos, que se camuflaba con el gran árbol.
De cierta forma era similar a la residencia de los sacerdotes en el mundo de los Zarquianos y que Amnestria lo permitiría, dejo ver que los estaba recibiendo como uno de los suyos.
"Bienvenida." Saludó Nianya que estaba en la entrada de ese edificio-árbol y observándola, informó. "En el interior se encuentra Amnestria y una invitada."
El respeto en su voz y la mirada tan profunda que daba esa zarquiana, no causó ninguna emoción en Alice.
Aurora los salvó a ellos, pero para esa gente, fue ella quien ayudó a su Guardiana y por eso fue tratada con tanto respeto.
Agregando que al final, se quedara a luchar en contra de ese ser abismal, permitiendo que César escapara con la semilla, fue un extra que aumentó su reconocimiento.
En vez de preocuparse por ese tema, sintió las presencias y tras ser tragada por su sombra, apareció en el cuarto piso y se dirigió a una habitación al final.
La seguridad en esta zona, era muy elevada y Alice entró al lugar, sin ni siquiera tocar.
"Es una linda semilla. Nadie creería que fue una antigua diosa que ha caído." Murmuró una mujer en su veintena y al verla a ella, preguntó. "¿Por qué siento que está en un cuna?"
"Los Zarquianos creen que merece un lugar cómodo mientras descansa." Respondió Amnestria.
Una gran felina y una mujer en su veintena, estaban rodeando lo que para Alice era una cuna con una semilla en el interior.
¿Quién fue el que le acomodó la frazada en la cual la semilla se encontraba? Era muy posible que fuera Yulong, creyendo que de esa forma su guardiana estaría más cómoda.
Si descubría que había almohadas en miniaturas, era muy posible que las quisiera para acomodar a su 'Guardiana'.
Fue bueno que decidieran vivir con las bestias en el bosque en vez de presentarse a la ciudad humana o era probable que terminaran comprando fertilizante, suponiendo que funcionaria bien.
"Me retiraré. Tengo asuntos que cumplir y críticas que recibir." Informó Amnestria con un suspiro y mirándola a ella, añadió. "Envíale mis saludos a Aurora y dile que cuando quiera puede venir a visitarme."
Alice asintió, sin decir que era probable que su hermana se comunicara más antes de lo que esa tigresa esperaba.
Aunque era difícil decir, si la 'Gobernante' estaba desocupada cuando todos sus subordinados, probablemente se quejaban por haberse adentrado a un portal sin avisar.
Ignorando la mirada de su madre, Alice tomó la semilla y sacando un cuenco la dejo en el interior.
Su oscuridad en el suelo conformó una mesa y al dejarla en el lugar, ella sacó varias bebidas mágicas que había conseguido.
"¿Qué haces?" Preguntó su madre como una niña emocionada a su lado.
La sonrisa que daba, demostró que se estaba divirtiendo al verla trabajar, pero Alice solo mantuvo su calma, sin querer que su madre se burlara de ella.
"La estoy alimentando. Ella esta inconsciente y debe ser alimentada para que recupere su conciencia." Respondió Alice y viendo las bebidas que dejo en la mesa, sacó un libro de su anillo espacial y al abrirlo en una sección en específico, señaló. "Según el libro, las formas que se alimentaban los 'Árboles de la Vida' es por medio de la energía mágica."
Era complicado definir a los 'Árboles de la Vida', ya que no se trataba de una especie de árbol en específico, sino que más bien un suceso de la naturaleza.
Un árbol al consumir la energía mágica y extender sus raíces por la tierra consumía la energía mágica, evitando que los bosques a su alrededor se desbordaran.
Luego cuando obtenían 'conciencia' se convertían en 'Árboles de la Vida' y de la misma forma, cuando extendían sus raíces por todo el planeta se convertían en un 'Árbol del Mundo', llegando a la altura de la Guardiana.
En el libro detallaba la alimentación y el proceso, que ella desconocía.
Si fuera sincera, para Alice era más fácil convertirla en una semilla, que el trabajo que estaba haciendo ahora y eso fue, porque antes solo mantuvo vigilada a la Guardiana y a la existencia que llevo a cabo el proceso.
"Cuando me dijeron que te habías ofrecido a cuidar la semilla, no espere que fuera algo voluntario." Murmuró Agatha y con una sonrisa curiosa, preguntó. "¿De dónde has sacado ese libro, cariño? ¿Y lo sabe tu hermana?"
La sonrisa y el tono que usaba su madre, era el mismo que utilizaba cuando era una niña y le preguntaba en donde había conseguido comida, luego de ser castigada con dieta.
"A Aurora le regalaron una visión desagradable y a mí me dieron este libro." Respondió Alice y viendo que su madre la seguía mirando, murmuró. "Y en cuanto a la semilla… Debo hacerme cargo de mis acciones."
Su hermana le contó sobre la visión que tuvo al ver este universo y a la vez, esa entidad con la cual hablaron, le dio como regalo tal visión y la enseñanza.
A ella le entregaron un libro en su anillo espacial, sin que se diera cuenta.
"Bastante patético, para alguien de su nivel." Murmuró Alice sin ocultar su tono lleno de desprecio.
No sabía cómo su hermana veía todo, pero para Alice, tal regalo solo fue patético y ella prefería algo más sustancial.
"¿Lo hubieras aceptado si era comida?" Preguntó su madre y acercándose a ella para leer el libro, murmuró "Aunque es útil."
El libro detallaba bastantes temas sobre la semilla y Alice no sabía la mayoría de ellas, pero si tuviera que elegir, prefería un almuerzo o cena de regalo, antes de que un libro que era capaz de conseguir por sí misma.
Mientras ella pensaba en que comida sería su mejor regalo, pudo ver que su madre se cortaba su mano con una cuchilla de viento y dejaba que su sangre azul goteara el cuenco con la semilla en su interior.
Las bebidas que habían traído tenían una gran cantidad de energía mágica y eran capaces de proveer lo que necesitaba la semilla, no obstante, su madre fue a un nivel más alto.
Energía mágica en su forma líquida y pura.
"No era necesario, madre." Dijo Alice con una mirada seria.
En realidad, no era 'sangre', sino que la energía mágica solidificada que conformaba el actual cuerpo de su madre.
Era lo mismo que utilizar energía mágica para lanzar un hechizo y eso significaba, que su madre gastaba parte de su energía, llevando a que se agotara más rápido de lo normal.
"Está bien, cariño. Mira, lo está bebiendo." Dijo Agatha mirando como la semilla absorbía la energía mágica y mientras ambas estaban atentas a la escena, preguntó. "¿Por qué decidiste ayudarla? Si no lo deseas, no necesitas responder."
Fue una pregunta cuidadosa, que buscaba entender lo que pensaba y a la vez sin querer presionar para saberla.
Alice observó a la semilla.
"Me sentí identificada con la soledad que emanaba y como tenía las herramientas para ayudarla, lo hice.". Murmuró Alice y viendo la semilla, que volvía a quedarse quieta, contuvo sus emociones y añadió. "Ahora debo hacerme cargo de haberla salvado."
Tenía la capacidad para salvarla y en vez de ignorarla, lo terminó haciendo no al pensar en que su hermana se molestaría si la ignoraba, sino que solo queriendo hacerlo.
Y ahora a pesar de que creyó que el libro, era un tonto regalo, le vino bien para asegurarse de que la semilla despertara sin problemas.
"El Director Vincent fue asesinado. En el portal encontraron dos Semidioses y uno de ellos quiso ascender a una deidad, convirtiéndose en el 'Corazón del Mundo'." Reveló Agatha de repente y cuando Alice le dio una mirada algo sorprendida por tan repentinas palabras, esa mujer la miró y explicó. "Cariño, tú llevaste a que un Diosa cayera y si bien actualmente es solo una Semidiosa dormida, sigue siendo una antigua deidad con potencial y la trajiste a este mundo."
La expresión de Alice se volvió seria de inmediato.
Captó la preocupación en la voz de su madre y a la vez la seriedad en sus palabras.
No la estaba culpando, solo estaba dejando ver un hecho y a la vez evidenciando cuáles podrían ser las consecuencias.
"Vendrán a por ella." Murmuró Alice asintiendo al comprender.
"Lo harán. Hay una necesidad en este mundo. Algunos quieren llenarlas por ellos mismos y otros creen que las existencias a las cuales sirven son los únicos que pueden satisfacerla." Reveló Agatha y ojeando a la semilla, añadió. "Ahora la semilla que trajiste, puede también encargarse de esa necesidad y eso significa que es la competencia."
Y como cualquier competencia, abría algunos que desearían eliminarla.
Alice dio una mirada pensante, al ver la semilla y si bien comprendía que su madre estaba dando una hipótesis pesimista, le creía.
No, estaba segura de que buscarían eliminar a la competencia y era normal que lo hicieran, para quitar de sus propios caminos, las molestias.
"Gracias por el aviso, madre. Me encargaré de la situación." Respondió Alice de forma honesta.
Su madre le dio una mirada algo sorprendida, tan solo para abrazarla a la fuerza, sin querer soltarla.
Fue ella quien trajo la semilla, cuando era probablemente que la Guardiana debería haberse quedado y ahora, que esa entidad no era capaz de protegerse, era su deber encargarse de que las eventualidades no ocurrieran, aunque sea mínima la posibilidad.
"Oh, mi pequeña hija está creciendo y tomando responsabilidades." Dijo Agatha abrazándola con cariño y en voz baja, murmuró. "Solo recuerda, cariño. Si bien se ocultó la información, dejándola en los más altos mandos de la iglesia, es imposible ocultarla para siempre."
En el séptimo portal dejaron la tecnología a cargo de la Empresa Cosmos y con ello, los problemas.
Ahora su madre, le estaba diciendo que incluso si ocultaron la información, no debía confiar en que fuera confidencial para siempre, ya que eventualmente se filtraría.
De cierta forma, era una manera de decirle que aquellos que deseaban eliminar la competencia, podían venir desde todas partes.
"Ahora volvamos. Necesitamos prepararnos para el funeral del Director Vincent. Claro, si es que desean venir." Dijo Agatha con una sonrisa tranquila y al ver que no estaba interesada, añadió. "Antes podemos pasar tiempo en familia, con cenas y almuerzos incluidos."
En ese punto, la mirada de Alice se volvió interesada.
Me disculpo por si algún día falta otro capítulo. Estos últimos meses del año son complicados de muchas maneras.