Por el cielo nocturno armaduras de poder volaban luchando en contra de los 'Terrores Voladores'.
Cuerpos delgados, alas a sus espaldas, cuellos largos y cabezas puntiagudas, sus bocas liberaban sustancias llenas de corrupción y hace un momento se estuvieron dando un festín con las bestias que se movían al gran árbol.
Las armaduras de poder controladas por Minerva, estaban volando por el área, lanzando poderosos ataques láseres con sus brazos, acribillando a las bestias.
En esta clase de batalla no importaba el fuego amigo y las armaduras de poder que mostraban una fuerza superficial de rango S, no se contuvieron.
Algunas armaduras estaban encantadas, lanzando hechizos de hielo, de agua, de relámpagos y otros empezaban a disparar acribillando a todo lo que se encontraba.
Sus objetivos eran las criaturas del cielo y Minerva, las utilizó de forma estratégica.
Las cámaras que cada armadura de poder y dron de la zona, le permitía ver todo lo que sucedía en todas partes.
En esta zona de batalla significó que su estrategia planeada en un milisegundo era llevada a cabo con una precisión que solo eran capaces existencias como ella.
*BOOM*
Un solo cañón láser de una armadura de poder del tipo artillero destrozó a los Terrores Voladores que fueron reunidos por otras armaduras de poder en un mismo lugar y ese cañón continuo su viaje hasta la tierra, golpeando a una bestia de rango S que estaba en esa zona.
Captando que este lugar estaba controlado, Minerva mantuvo su control sobre las IA de las armaduras de poder y el dron nodriza cercano.
Convirtiendo esas IA en parte de ella o parte del procesamiento que ella podía hacer, manteniendo, la capacidad y el control que IA de guerra podían lograr.
No solo era simplemente multiplicarse como algunos humanos determinarían sus acciones, sino que extender su influencia, generando diferentes puntos de control, que le permitían seguir existiendo incluso si no estaba conectado con su red principal.
También como controlaban directamente los procesadores de cada inteligencia artificial de los drones y máquinas de guerra, significó un aumento de procesamiento que era casi instantáneo.
Su concentración principal se movió a donde estaban dos gorilas luchando entre los árboles.
Esos Gorilas Atronadores estaban luchando en contra de decenas de bestias, que empezaban a causarle heridas que ellos no podían evitar incluso con sus barreras.
Las bestias Seis Patas con la que luchaban eran bastante ágiles y problemáticas, pero cuando se combinaban con decenas de otras criaturas de todo tipo, empezaba volverse complicado.
El problema era que delante de ellos, estaban viniendo cada vez más y más criaturas de toda clase y formas, pero en cantidades masivas.
—Retírense. —Ordenó Minerva cuando determinó que no podrían resistir más.
Sus órdenes fueron obedecidas por ambos gorilas que retrocedieron hacia atrás, buscando ocultarse en los árboles.
El Gran Árbol estaba a unos doscientos metros y la defensa había sido presionada demasiado, y estaba volviéndose demasiado difícil mantener la defensa para la expedición y los Zarquianos.
Sin embargo, difícil no era imposible y solo se necesitaba una estrategia.
Cuando los gorilas retrocedieron, Minerva activó las minas que había instalado en esta zona y…
*Booom*
Decenas de explosiones se extendieron por todas estas tierras, eliminando un par de cientos de criaturas, de las cuales varias de ellas eran de rango A e incluso un par de rango S.
Minas mágicas con algún elemento, minas con puro poder explosivo o daño especializado y decenas de otras minas, solo dejaron una carnicería en el lugar.
No obstante, algunos rangos S y A sobrevivieron, enfureciéndose por el ataque, pero Minerva que ya se había movido los espero, con drones de guerra gigantescos que ya habían recalentado sus láseres.
"Gg…"
Sin permitirle gruñir los láseres fueron disparados, de tal forma que ninguno de los sobrevivientes pudo esquivar.
El gasto de energía era enorme, pero la Empresa Cosmos había diseñado estos drones con baterías de energía mágica, que no solo se recargaban automáticamente con la densidad de los alrededores, sino que podían mantenerse en batalla durante un par horas.
Y ahora esos láseres, golpearon a los rangos S que utilizaron sus cuerpos o sus magias para protegerse, pero tras un par de segundos de fuego constante, fueron quemados hasta sus cuerpos se hicieron trizas.
Cuando todo termino, los drones de construcción vinieron para guardar los cadáveres en sus inventarios internos y mayormente para instalar minas de vuelta en los alrededores.
Según su análisis, esta parte de la defensa, tendría cerca diez minutos de tranquilidad.
Observando con la cámara de un dron de curación a los dos gorilas atronadores, los vio respirar pesadamente y con demasiadas heridas en su cuerpo.
"¿Puedo comenzar con la curación interna?" Preguntó Minerva por medio del dron de curación.
"Lo odio, pero hazlo. Que sea rápido por favor." Respondió Rupert, cuyo brazo estaba masticado por una bestia y al mismo tiempo que un cuerno clavado en su estómago.
Seguía en pie a pesar de tales heridas y según los análisis de Minerva podría mantenerse cerca de una hora en tal estado… Lo que llevo a la conclusión de que el entrenamiento que recibieron fue de alta intensidad para soportar tal dolor.
Los drones de curación sacaron agujas e inyectaron un líquido en los brazos de ambos gorilas.
Una poción mágica diseñada por la Empresa Cosmos, que energizaba el cuerpo, aceleraba la curación y al ser inyectada de forma directa, su curación era inmediata, similar a los hechizos de magos de curación de alto rango.
Lamentablemente para Minerva, la Empresa Cosmos no envió brebajes genéticos que el Sabio Lucius diseñaba por diversión ni tampoco trajeron implantes cibernéticos, que ese mismo individuo mejoró de la tecnología Quoariana.
Volviendo a moverse, esta vez fue a donde estaba el portal y pudo ver que todas las bestias que se movían al portal, esta vez no lo hicieron por los túneles.
Decenas de drones estaban en los túneles principales, literalmente sellando el área, con sus proyecciones holográficas realistas y solo dejando pasar las bestias mágicas inteligentes, que sus drones exploradores captaban.
Lo que significó que todas las bestias se movían por arriba de los acantilados y si bien la presencia del portal era suprimida por la barrera dorada y lo que se filtraba por la presencia de la Guardiana, algunas bestias lo lograban captar y se acercaban por arriba de los acantilados.
Lamentablemente para ellos no llegaban tan lejos debido al acribillamiento de las decenas de torretas, armaduras de poder y drones de guerra que estaban en la zona.
Algunas torretas electromagnéticas permitían disparar a distancia, pero las torretas láseres que estaban instaladas en las cimas de algunas montañas, eran las más destructivas.
Las bestias voladoras caían antes de llegar, aquellas que se movían por el suelo, eran destrozadas por todas partes y como si fuera poco, las armaduras de poder, dirigidas por su antiguo 'jefe', estaba moviéndose por la zona, eliminando a todo lo que se encontraba.
El Gran Sacerdote Yulong estaba cubriendo el portal principal y encargándose que las bestias mágicas no se salieran de control y la bestia mágica llamada Azul junto a Abdellah, estaban encontrándose con las bestias mágicas inteligentes que no se acercaban a la zona de conflicto, trayéndolas por los túneles ocultos por los drones.
"¿Cómo va todo?" Preguntó Kairos mientras su armadura conformaba un rifle de gran tamaño y lo disparaba a lo lejos.
Era probable que no fuera bueno disparando, sino que las funciones de auto apuntado lo estuvieran ayudando y Minerva lo sabía, debido a que estuvo bajo su control.
Esa era una de las pocas tareas que ese individuo le daba cuando él la utilizaba, muy diferente a Aurora, quien sin dudarlo le dejo la tarea de la estrategia cuando ella demostró capacidad.
"La defensa está en marcha. Las municiones y el equipo de guerra son suficiente para resistir durante días en máxima potencia." Respondió Minerva ocultando los pensamientos que una IA normal no debería tener y luego de un momento, añadió. "Las pérdidas de los drones, el gasto de las municiones y los suministros, se contabilizarán en decenas de millones."
Las naciones entraban al portal abismal y si bien era importante protegerse de lo que fuera que estuviera en el interior, algunas naciones no gastaban tanta riqueza como los portales al cual su actual 'jefa' iba.
La tecnología que se utilizaba para empaquetar todo en espacios internos era impresionante y digna de una empresa que hizo de su sede principal un complejo gigantesco con magia espacial y tecnología.
Hacer que los espacios internos se superpongan con otros, no era una hazaña tan complicada como parecía, al menos para la Empresa Cosmos.
Fue por esa razón que le permitió traer cientos de drones de guerra, armaduras de poder, municiones de toda clase y prácticamente todos los suministros para una guerra.
Y eso llevo a que el gasto fuera enorme y si bien la Empresa Apicius compró parte de los suministros junto a la ciudad, fue a precio de tecnología 'base' y no la tecnología avanzada que actualmente se estaba usando.
Dejando que la otra parte fuera una contribución de la Empresa Cosmos como 'aliado' de la Empresa Apicius, muy similar a lo que sucedió durante el Séptimo Portal Abismal.
"No te preocupes por eso, tienes permiso para gastar lo necesario para mantener la expedición a salvo." Respondió Kairos con una voz llena de calma.
Mantener una maquinaria de guerra como la que estaba en este lugar costaba bastante y cuando se pensaba en las 'ganancias' que podrían obtener, era posible que todo terminara con 'perdidas'.
Y como también se estaba utilizando lo que se trajo en el reloj holográfico que estaba usando Aurora, significaba que todo lo que estaba allí, era un gasto para la persona que estaba conectado a una armadura de poder.
"Comprendo." Respondió Minerva antes de volver a otras de las tantas tareas que llevaba a cabo.
En todo momento estaba trabajando en diferentes partes y si bien la eficacia era alta, si ella le presentaba atención a un tema específico, el trabajo terminaría más rápido.
******
Decenas de misiles volaron por el cielo y en dirección de una horda, logrando que las filas de las criaturas fueran desbaratas por completos.
Las decenas de explosiones eran aterradoras y que algunas contuvieran algún tipo de ataque mágico, volvió esos misiles aún más aterradores.
Lo suficiente como para que las bestias restantes terminaran huyendo y Zrag se afirmó con su espada en sus manos, respirando pesadamente.
Pudo ver a Zixin, igual de cansado junto a otros Zarquianos que estaban protegiendo esta área con él.
El árbol era bastante grande y tuvieron que dividirse, pero entre más estrecharan la defensa, tenían una mayor facilidad para cooperar con otros.
No obstante, no era un trabajo fácil y el mayor problema era que debían luchar durante horas.
Tal vez los primeros minutos una criatura de rango C salvaje era fácil de eliminar e incluso decenas de ellas, pero nunca se detenía con una sola criatura.
Si una moría, otra tomaba su lugar y luego sucedía otra vez, impidiéndole que tomaran un descanso.
Llevando a que pasaran horas luchando y si bien todo era de noche y estaba oscuro, logrando que las bestias mantuvieran su paso, a veces eran provocadas lo suficiente como para alterarse y entrar en frenesí grupal.
"¿Te encuentras bien?" Preguntó Zixin con calma.
"Si… Estoy bien." Respondió Zrag afirmándose en su espada.
Era la noche y aunque no sabía que tan tarde era, estaba claro que faltaba mucho para que esta noche terminara.
Buscando recuperar su aliento, Zrag dio una mirada a los Zarquianos que también estaban agotados.
La presencia del agujero negro era cada vez más aterradora y la presencia de la Guardiana, había sido reducida bastante comparado a cuando todo comenzó.
Y eso llevo a que los Zarquianos lucharan con mayor fervor que nunca, no arriesgando su vida, sabiendo que podrían causarles problemas a sus compañeros, pero si luchando con sus máximas capacidades.
Las heridas se multiplican con el paso del tiempo y solo gracias a los diferentes tipos de suministros fue que se pudieron mantener en pie.
Zixin le paso una pequeña botella con un contenido azulado y Zrag lo bebió.
Unas pociones de curación, de recuperación de energía mágica, energizante y potenciadores para su cuerpo… Todo eso bebió en el mismo orden que varias veces antes.
"Creo que tenemos un tiempo. ¿Comemos?" Preguntó Zixin con calma y Zrag asintió.
Beber demasiadas pociones podría ser contraproducente debido a que el efecto se reducía con el tiempo, pero los suministros eran de la mejor calidad y les permitió seguir luchando de forma constante.
El único problema era el cansancio mental, que sentía cada miembro de la expedición y la alta tensión que le causaba problemas incluso a los expertos.
Si no fuera porque él, había pasado por estas situaciones, Zrag entendía que tendría que tomarse varios descansos.
"Oh, ahí está de vuelta." Murmuró un Zarquiano cuando a lo lejos vieron un sol que iluminaba los alrededores como si estuviera amaneciendo.
El hechizo personal de Alba diseñado para eliminar a una gran cantidad de criaturas cada vez que era lanzado.
Esa poderosa bestia tenía que estar sola o acompañada de individuos de gran fuerza si deseaban apoyarla, lo que significaba que siempre le encargaban áreas alejadas para que se desatara.
Amnestria era similar, pero si una calamidad como esa Reina del Bosque se desataba, Zrag había escuchado que la destrucción podría ser enorme.
Aun así, ellas dos permitían que gran parte de la concentración de la defensa solo se dedicara a algunos lugares en particular.
Sacando un cuenco de comida que daba la impresión de ser una sopa con carne simple, Zrag al tomar una cucharada no pudo evitar suspirar, dejando salir todo su agotamiento.
Cuando el juego se adentró por su garganta, una onda de energía se extendió por su cuerpo, revitalizando no solo sus órganos internos, sino que despertando su mente cansada.
"No me canso de comerlo." Murmuró un sacerdote zarquiano que estaba en su pequeño grupo.
"Sigo creyendo que no es normal." Dijo una zarquiana de la casta de guerreros.
Por lo general la casta de guerreros eran silenciosos y los sacerdotes solo se concentraban en su tarea, pero Zrag había estado luchando por más de veinte horas junto a su lado.
Era imposible que ellos no se soltaran.
"Los terrícolas sí que comen bien." Dijo Zixin de forma honesta y seria.
Era la seriedad que siempre llevaba, pero sus palabras dejaban salir su pensamiento honesto y Zrag dio una pequeña sonrisa, mientras terminaba su cuenco y sacaba otro de su anillo espacial.
En vez de decir 'humanos', dijo 'terrícolas' haciendo referencia no solo a los humanos de la tierra, sino que al demonio como Melgar, las bestias o a él que era un goblin.
"No, esto es especial." Respondió Zrag y mirando el cuenco simple, añadió. "En términos humanos, es posible que lo que estemos comiendo sea algo muy caro."
Las comidas que le fueron entregadas no era una simple comida con energía mágica, era algo mucho más importante.
Preparada con ingredientes específicos con un método especial utilizado por algún especialista o tal vez un maestro culinario.
Sus efectos en el cuerpo y en la mente era algo que cualquier comida normalmente no podría conseguir y Zrag podía sentir los beneficios de forma directa.
El cansancio mental desaparecía lentamente, dando la impresión de que volvía a sentirse fresco, mientras que su cuerpo se revitalizaba, volviendo a tener energía y sintiéndose físicamente un poco más fuerte que antes.
Eran elixires cuyo valor se elevaría en millones, un número que incluso con su arduo trabajo limpiando mazmorras, le sería difícil pagar y más cuando tenía varios platos de esto en su anillo espacial.
Sin necesidad de explicar el precio, Zrag frunció el ceño cuando vio a lo lejos que no venían más criaturas.
Gran parte del bosque estaba destruido en este punto y solo quedaban algunas raíces del Gran Árbol que fueron muy duras de destruir junto a algunos cadáveres calcinados, pero por lo demás no había nada destacable.
Un par de criaturas vagando, algunas bestias todavía heridas recibiendo el golpe final de los drones y nada más a la vista… No había llegado nada nuevo.
Sus ojos no eran capaces de mirar muy lejos pese a ser de noche, pero sin duda era raro y más cuando la presión del agujero negro se había estado extendiendo cada vez con mayor fuerza.
Debería haber otra oleada o rastros de la siguiente ola de criaturas y monstruos, tal como antes había sucedido.
"No se han detectado movimientos alrededor del área y en la zona. Desconocemos lo que sucede, pero ha ocurrido lo mismo en otras zonas." Dijo Aurora por medio de la comunicación global y con un tono serio, añadió. "Por ahora, mantendremos la guardia y descansaremos. Según el último mensaje de Alice, en la mañana se dará el paso final y todos saben lo que significa."
Era imposible que las criaturas se 'terminaran' o que tuvieran miedo de forma repentina o incluso que se detuvieran.
Muchas de las bestias y criaturas eran salvajes y muy feroces, pero Zrag estaba de acuerdo con Aurora.
Enviar exploradores ahora era demasiado arriesgado y más con lo que Aurora había informado de lo que ocurrió con los Kaniatha.
Lamentablemente los drones y los radares no llegaban tan lejos, así que lo único que podían hacer ahora era descansar hasta que la mañana llegara.
Una vez que Alice diera el paso final, significaría que todos debían huir hacia el portal y cuando llegara ese momento, debían estar en las mejores condiciones.
"Es mejor seguir las órdenes." Dijo Zixin con un tono serio, que no ocultaba la emoción.
No de que todo estuviera por terminar y la defensa por fin acabara o por el descanso, sino que ante la idea de que su Guardiana pronto podría ser salvada.
Esa sola idea era el empuje que los Zarquianos necesitaban y Zrag les dio una mirada atenta.
Había aceptado la misión, porque él entendía lo que era tener miedo a que todo fuera destruido y si bien nunca tuvo una relación cercana con los Dioses de su mundo, sintió que su ayuda hasta el final, era algo que desearía devolver.
Y como esas existencias ya no estaban, ayudar a otra que trabajo duro para proteger a su gente, era su forma de limpiar su conciencia.
Aun así, mantuvo su seriedad y cautela.
Su experiencia le decía que esta era la calma antes de la tormenta.