Bajo el gigantesco árbol de copas doradas, en la plaza que estaba al frente de la zona, se podían escuchar risas de todas partes.
La Casta Guerrera que había actuado de forma tan seria y solemne, ahora estaban riéndose entre ellos mientras bebían un jugo extraño.
No era una bebida alcohólica, pero lograba energizar al cuerpo e instándolo a gastar energía… Esa era la única forma que Aurora podría describir la bebida.
Tras un largo y duro viaje, junto a una posterior limpieza de las ruinas que había dejado la defensa y reinstalar la defensa alrededor del portal, volvieron al gran árbol.
Quince Zarquianos eran los últimos locales de este mundo y ahora estaban bebiendo, riendo junto a los demás miembros entre los humanos.
Estaban mostrando su alegría e incluso Zixin el capitán de todos ellos escuchaba con una sonrisa en su rostro draconiano.
César, Rupert, Melgar, Zrag, Abdellah eran individuos que estaban compartiendo con ellos sus bebidas y probando nuevas bebidas locales.
Festejando junto a los Zarquianos este éxito… Y lo era.
La casta guerrera y la casta sacerdotal tenían objetivos diferentes, siendo el primero proteger a su raza y el segundo ayudar a su raza y cuidar el árbol del mundo.
Ahora cumplieron su mayor tarea… Salvar a toda su raza de la extinción.
Pero en esas expresiones de felicidad había algo más, una determinación inquebrantable, que Aurora trataba de no descifrar, aunque fue inútil.
Viendo que desde el gran árbol que era el templo, el Gran Sacerdote Yulong salía revelando sus colmillos con una sonrisa, Aurora no pudo negar lo que sentía.
La sonrisa de ese gran sacerdote solo creció cuando Alba y la Sumo Sacerdotisa Xaali se acercaron para comunicarse con ese sacerdote.
Seguramente informando sobre la situación del otro lado y el estado de los Zarquianos que llegaron a la tierra, causando que la expresión de ese gran sacerdote, solo creciera.
Ya se habían decidido… Cada uno de ellos había tomado su decisión sobre qué harían en este punto y el Gran Sacerdote Yulong, lo llevo aún más lejos.
Había salido del gran árbol y seguramente le había comunicado de forma unilateral lo que deseaban hacer a la Guardiana.
Nianya no mintió, el Gran Sacerdote Yulong era similar a ella con su deseo de quedarse con su 'Guardiana', solo que este gran sacerdote primero priorizó a su gente, antes de imponer su decisión.
"No tengo nada que decir." Murmuró Aurora en voz baja, para sí misma.
Nadie podía decir algo.
Era cierto que personas como Alice que estaba comiendo en una mesa o Amnestria que estaba también probando cosas nuevas no le importaba lo que eligieran, pero había otros que no deseaban arruinar la atmosfera o cuestionar la decisión de estos devotos guerreros y sacerdotes.
Iban en contra de la decisión de su Guardiana y eligieron por sí mismo quedarse con ella a pesar de lo que único que obtendrían era la muerte.
Bebiendo jugo mientras ocultaba sus pensamientos, Aurora dio un largo suspiro mientras veía que pronto oscurecería.
Una parte de ella se preguntaba si había una forma de ayudarlos, pero otra parte respetaba las decisiones de cada uno de ellos y no iba a tratar de convencerlos de lo contrario, cuando estaban tan decididos.
Aun así… No podía ocultar su deseo de encontrar un camino para ayudarlos.
No solo a ellos, sino que, a la Guardiana, que era la razón por la cual estos Zarquianos se quedaban y si bien esa entidad era un 'Dios', Aurora pensaba que incluso alguien como ella necesitaría ayuda.
"¿No crees lo mismo?" Preguntó Aurora en voz baja.
Fue una pregunta a su sistema, pero esta vez no hubo respuesta y ella pudo notar que su sistema no estaba presente.
Viendo que el Gran Sacerdote Yulong se acercaba, Aurora controló su expresión.
"Gracias por la ayuda." Dijo Yulong y con una sonrisa, añadió. "Mientras te quedes aquí, puede contar con nosotros si deseas ayudar las bestias mágicas inteligentes."
Su agradecimiento llevaba una gran fuerza y su sonrisa no ocultaba su felicidad, a la vez que su deseo de devolver el favor que le hicieron.
"Solo recomiendo que terminen en un corto periodo de tiempo sus asuntos y se retiren antes de que este mundo se encuentre con mayores complicaciones." Agregó el Gran Sacerdote.
"¿Su Guardiana ha tomado alguna decisión?" Preguntó Aurora con curiosidad.
La Guardiana de este mundo estaba manteniendo en control el gran agujero para que no tragara todo el mundo, pero Aurora estaba segura de que le estaba resultando cada vez más difícil.
Y ella no podía ocultar que sentía curiosidad por el curso de acción que iba a tomar esa Guardiana.
"No lo sé… Ella esta… Creo que se encuentra en una posición difícil." Murmuró Yulong en respuesta y sonriendo con calma, añadió. "Le recomendé que dejara este mundo atrás y que tratara de escapar. Incluso si eso lleva a que este mundo sea destruido en días. Creo que ella puede salvarse."
¿Dejar de proteger este mundo y escapar a algún lugar? Sonaba algo impensable cuando uno veía que este mundo estaba siendo destruido, pero de quienes estaban hablando era una 'Diosa'.
Tal vez podría escapar de este mundo e ir al espacio, por más irreal que le pareciera la idea, de quienes estaban hablando era de una existencia 'divina'.
Aun así, la recomendación de Yulong llevaría a que el mundo fuera destruido y ellos que se quedaron, morirían.
"Esperaremos la decisión de las bestias y luego nos retiraremos." Respondió Aurora tragándose sus dudas.
No sobre la decisión de ese hombre, sino que sobre las posibilidades de la Guardiana.
¿Iba a ser capaz de sobrevivir? Había estado leyendo sobre los 'Árboles de la Vida' de Terra nova y esos árboles se enraizaban en los mundos en donde eran plantados.
La suposición era que Zarquel plantó esa clase de árbol y esa era la 'Guardiana' de este mundo.
Que las raíces estuvieran cubriendo completamente los restos de este mundo, dejaba ver que ella estaba muy unida a este lugar.
Había alguna forma de…
"También extendemos una invitación para que se queden en el árbol mientras dure su estadía, este lugar será seguro y mejor que volver a su campamento." Dijo Yulong interrumpiendo sus pensamientos y con calma, recordó. "Allá fuera están los Kaniatha y como seguramente han sentido que muchos de los nuestros no están. Es posible que se vuelvan aún más agresivos."
Escuchando esas palabras, Aurora miró a su equipo algunos de los cuales habían sacado bebidas alcohólicas terrícolas para compartirla y asintió en silencio.
Dejando que el Gran Sacerdote Yulong se retirara a donde estaban todos bebiendo y ese gran zarquiano aceptó las bebidas de Zixin, uniéndose con el grupo para escuchar historias de sus compañeros.
"¿Te encuentras bien?"
Una voz sonó cerca de ella mientras estaba distraída y cuando se giró pudo ver a la pequeña 'gatita' flotando cerca.
Esos ojos púrpuras mostraban cierta preocupación.
"¿Estás pensando en la decisión de los Zarquianos para quedarse?" Preguntó Amnestria y al ver que estaba sorprendida, murmuró. "Alice te leyó fácilmente."
Escuchando ese murmullo, Aurora desvió su mirada a su hermana que estaba comiendo en silencio como si no pasara nada.
"Sí." Respondió Aurora y sintiendo los ojos púrpuras de esa tigresa, murmuró. "Estaba pensando en una forma para ayudarlo."
Amnestria que estaba escuchando flotó a sus brazos y Aurora sin contener su pequeña sonrisa, la abrazó, cargándola con cuidado.
Una poderosa bestia de rango SSS estaba actuando de forma tan cariñosa… Aurora en vez de pensar en el tema, la abrazó suavemente sintiendo que su cansancio se filtraba.
"Si se quedan los Zarquianos perderán un rango SS y nosotros un potencial aliado… Ese pensamiento frío está en mi mente, pero en el fondo, no puedo negar que deseo ayudar." Murmuró Aurora y viendo a la pequeña que estaba recostada en sus brazos mirándola, añadió. "Me gustaría creer que, si doy una mano, tal vez en un momento alguien me dé una mano o sé la de alguien conocido."
No negaba que su lado más frío y racional estaba presente.
Ese lado que le decía que, si los Zarquianos eran acompañados por el Gran Sacerdote Yulong e iban a la tierra, obtendrían un nuevo aliado muy poderoso.
Ya fuera que se uniera a Zerzura, al Bosque Mágico o se independizara en alguna parte de África, un rango SS era sin duda un individuo muy valioso.
Pero tampoco iba a negar que solo le gustaba ayudar, sin intenciones de por medio o sin deseo más profundo, excepto la idea de que tal vez en algún momento ellos le devolvieran la mano.
Ayudar siempre fue el motivo que la guiaba y ahora era lo mismo.
"Hoy nosotros y mañana ustedes… Me gusta ese idealismo de ti." Dijo Amnestria y cuando recibió su intensa mirada, las orejas se inclinaron hacia abajo y reveló. "Es un cumplido."
¿El idealismo de ayudar a otros sin pretensiones o deseos? A diferencia de cuando llegó a África hace ya tiempo, en este momento ella de verdad solo deseaba ayudar.
Era cierto que cerrar este portal abismal, completar la tarea y entender la enseñanza era importante y la razón principal por la cual vino, pero su deseo de ayudar era honesto.
"Lo sé…" Murmuró Aurora bostezando con algo de cansancio y abrazando a la pequeña, sin importarle que fuera alguien muy poderosa, sonrió al ver que Amnestria se acurrucaba en sus brazos.
El agotamiento del viaje, de la gran batalla y de toda la situación la estaba alcanzando de repente y que ahora estuviera abrazando a tan adorable tigresa cuyo pelaje era esponjoso le ayudaba a relajarse.
En su mente el pensamiento de encontrar otra manera de ayudar estaba en su mente.
Desde hablar con su 'sistema', preguntarle a la Cardenal Brousseau o incluso pedirle un favor a la Diosa del Conocimiento, que le ayudó a entender el idioma de los Zarquianos.
No obstante, en este momento lo único que deseaba era descansar y eso iba a hacer.
******
Dentro del gran árbol en el piso en donde estaba los invitados, una habitación estaba en completo silencio.
Un lugar decorado de forma agradable, con una cama de madera y hojas extrañas que conformaban un cómodo colchón junto a sabanas para dormir, estaban presentes.
Alice que estaba acostada miró el techo sin poder dormir a pesar de que era tan tarde en la noche.
¿Era por la falta de sueño o que no estaba cansada? Era un rango SS y eso significaba que era fuerte, pero también su cuerpo era diferente en este punto y si bien estaba en cambio constante, no se cansaba con facilidad.
Aburrida ella se volvió a levantar y utilizando cambio rápido se puso un vestido más cómodo que su pijama.
Extendiendo sus sentidos por este árbol, pudo captar las presencias de los demás miembros de la caravana por este 'piso' y en los pisos de abajo descansando.
La sombra falsa de Melgar estaba en la plaza junto a Zrag y a Zixin, en una tarea que estaba cerca de ser media guardia y a la vez una charla animada entre ellos.
Cada uno de diferentes mundos, diferentes razas que los humanos, tenían cierta afinidad entre ellos.
Entonces sus sentidos fueron a la habitación de su hermana en donde pudo sentir cierta barrera en el lugar que ocultaba dos presencias.
Dando una expresión extraña, Alice se movió por el pasillo que estaba oscuro y cuando llegó a la puerta, la oscuridad cubrió la entrada y al caminar literalmente llegó al otro lado, en donde su oscuridad se había extendido.
Al entrar sin abrir la puerta, no despertó a su hermana, pero si a quien estaba acostada con ella.
Cinco metros de longitud y cuatro metros de alto, la gran reina del bosque estaba acostada en una gran cama, mientras que abrazándola estaba Aurora.
"…"
Los ojos púrpuras de Amnestria brillaron en la habitación oscura mientras que la magia de oscuridad cubrió toda el área, en guardia para proteger a quien dormía a su lado.
Alice extendió su propia oscuridad y cuando ambas chocaron, ella devoró la oscuridad de la otra parte y al ver que Amnestria revelaba sus colmillos en una sonrisa, simplemente se retiró.
Antes de retirarse, le dio una mirada a su hermana que estaba acurrucada a lo que seguramente para ella era un gigantesco peluche.
"¿Quieres unirte?"
Cuando salió al pasillo pudo escuchar la voz de Amnestria cerca de ella y la expresión de Alice tembló.
Voz femenina y madura de una 'mujer' con una gran experiencia en la vida que ahora simplemente estaba durmiendo al lado de una joven que consideraba importante.
Esa pregunta no era una broma, ni tampoco fue dicho de forma ambigua, pero…
"No, no tengo interés en abrazar una bola de pelos." Respondió Alice en un murmullo demasiado bajo.
"Hmph. Tú te lo pierdes." La voz de Amnestria vino en un murmullo ligero que no pudo ocultar su propia diversión.
Aurora podría tratar a Amnestria como una linda gatita, amable, adorable que merecía ser abrazada, pero para Alice era una gran bestia poderosa, que era una adulta.
De cierta forma la relación que su hermana tenía con esa bestia era parecida a la de un domador de bestia y su compañero, que interactuaban con total confianza entre ellos... De esa única forma Alice podía describir que ambas bajaran sus guardias delante de la otra.
Dudando entre salir a explorar para buscar algo comestible o sacar algo comestible de su anillo espacial, ella sintió otra presencia.
Estaba en el piso de arriba, el piso más alto en donde se encontraba el balcón y la presencia estaba en ese lugar.
Caminando a las escaleras, Alice que estaba por bajar dio un suspiro.
"Es demasiado obvio…" Murmuró sin poder evitarlo.
Esa presencia estaba ahí arriba, pero la forma que se mostraba no era de alguien fuerte o poderoso, era tan ligero que pasaba desapercibido.
El problema fue que apareció justo en el momento en el que ella salió de su habitación y que Amnestria no saliera de la habitación, dejaba ver que solo era 'visible' para ella.
Dudando un momento, al final subió las escaleras en forma de caracol hasta que alcanzó el pasillo.
Solo estaba este pasillo que dirigía al balcón y en ese lugar estaba una figura de piel verdosa y cabello verde que caía por su hombro.
A pesar de que estaba de espalda y estaba algo oscuro, Alice era capaz de ver la ropa de hojas cubriendo su cuerpo.
Un cuerpo más pequeño que la figura que había visto antes.
Podía retirarse en este momento y hacer como si no hubiera visto nada, excusándose que temía hablar con esa figura o que no tenía interés en dialogar con esa existencia, pero esta vez dudo.
La atmosfera que liberaba esa figura que no ocultaba su verdadera apariencia dejaba ver cierta soledad y cierta tristeza, en este día que supuestamente debía ser alegre.
¿Fue la figura solitaria que la atrajo? ¿O su deseo de ser un poco más libre siguiendo el consejo de ese idiota?
Al final, se acercó a esa figura y se puso a su lado.
"…"
Cuando ella le dio una mirada la figura desvió su mirada hacia un costado, sin querer verla a los ojos, pero Alice sonrió.
El nerviosismo y la vergüenza que emanaba, solo dejo en evidencia que su presencia evidente fue para atraerla y que no se estuviera cubriendo su verdadera apariencia, dejando que las emociones que no era capaz de ocultar saliera, solo afirmaba sus pensamientos.
Era jovencita, pareciendo una adolescente, solo que su piel era ligeramente verdosa y su cuerpo estaba cubierto por hojas que conformaban un vestido mientras que sus orejas eran puntiagudas.
El cabello verdoso y ojos dorados grandes que ahora no se atrevían mirarla, eran agradables… Una Diosa ni siquiera la intentaba mirar ocultando su vergüenza.
"Gracias por la ayuda." Murmuró esa figura.
¿Le incomodo el silencio o la sonrisa que estaba esbozando? Alice trató de ocultar la sonrisa al ver que ni siquiera se atrevía a mirarla.
Era posible que la hubiera visto devorar la naturaleza, pero eso no era la razón por la cual no la estaba mirando.
La razón fue que la atrajo aquí de forma directa y que ahora pareciera tan dudosa, hizo que Alice se diera cuenta de que quien la guio tal vez no fue esa 'jovencita'.
Y fue por eso que miró hacia adelante afirmándose en el balcón.
"…"
Todo estaba en silencio y las estrellas junto a la luna iluminaba el cielo de forma ligera, dejando ver el color dorado de las copas de los árboles que se extendían a lo lejos.
"¿No es hermoso?" Dudó la jovencita esta vez levantando su mirada para ver la naturaleza.
Los ojos dorados eran grandes y relucían con un brillo curioso, pero a la vez ocultaba cierta sensación que fue fácil de captar para Alice.
No había ningún velo cubriéndola en este momento y eso significaba que cada expresión que daba era real… Era joven.
La juventud no venía de los años que había existido, sino que de la poca interacción que tuvo y la falta de experiencia por la cual había pasado.
"Estoy agradecido con la ayuda que su grupo nos ha dado." Dijo la Guardiana y dirigiéndole la mirada con sus ojos dorados, dio una pequeña sonrisa.
Estaba algo incómoda por haberla traído aquí y ahora estaba haciendo parecer como si su intención fue agradecerle… No lo era.
Había otra razón que ni ella sabía y Alice en vez de centrarse en eso, observó los ojos dorados que tras su incomodidad ocultaba algo más profundo.
Ocultaba miedo.
"Tienes miedo a morir." Dijo Alice y esta vez los ojos dorados de esa existencia temblaron, pero ella mantuvo su mirada y agregó. "La soledad te asusta, pero la muerte te aterra… Y ahora en tu muerte te acompañarán otros."
Cada palabra que decía lograba que esa existencia temblara entre la sorpresa de que fuera tan fácil de leer y la realidad de enfrentarse a sus verdaderas emociones.
Para Alice fue un chiste que estuviera sorprendida, hasta la persona más densa podría leer lo que esa existencia trataba de ocultar de forma tan ingenua.
Sin su velo cubriéndola, ella no era más que una jovencita asustada por su muerte, por la soledad y ahora cargando con la muerte de aquellos Zarquianos que se quedaron.
"Sí." Respondió en silencio.
Una corta respuesta, eso fue todo.
La atrajo a este lugar con su presencia, se quitó el velo para que fuera fácil de leer, pero ella una vez que obtuvo su atención, no dejo salir sus verdaderas intenciones… No, incluso ella no sabía por qué la atrajo.
Dando la impresión de que estaba siguiendo la guía de alguien o algo.
Alice dudo un momento.
Una parte de ella le decía que se vaya, que lo dejara pasar e hiciera como si no viera nada… Justo como esa existencia que ahora trataba de hacer parecer como si no hubo una intención profunda para traerla a este lugar.
Sin embargo, en vez de eso volvió a mirar este lugar.
¿Cuántos años podría sobrevivir la Guardiana? La que estaba protegiendo este mundo era ella, pero lo hizo con su verdadero cuerpo.
Y eso significaba que todo este tiempo que estuvo protegiendo este mundo estaba siendo lastimada y herida, en una constante batalla para proteger lo que quedaba de este insignificante mundo.
Cualquiera que leyera un poco de teología elfica o los orígenes de las existencias que adoraban algunos elfos, sabría qué era lo que estaba a su lado.
Una Diosa que no nació de la creencia acumulativa de la raza, sino que de una semilla que se ató a este mundo, alimentándose hasta crecer y convertirse en su 'Guardiana'.
Los elfos lo llamaban 'Árbol del Mundo', no obstante, Alice sentía que solo estaba al lado de una jovencita que temía a la muerte.
"¿Quieres vivir?" Preguntó Alice mirando hacia adelante.
¿Fue la soledad que mostraba? ¿El miedo que dejaba ver? ¿La simple curiosidad de saber que respondería? ¿O el deseo de ser libre que la empujo a preguntar?
La respuesta fue una risa solitaria como si la pregunta le hubiera parecido tonta, lo suficiente como para hacer que pasara sus límites.
"Sí, claro que sí. Deseaba proteger los vástagos de Zarquel, pero no quiero morir… Tengo miedo a la muerte, a morir en solitario… Tengo miedo a desaparecer." Dijo con una voz cada vez más baja.
Un silencio se extendió y Alice pudo escuchar como esa existencia respiraba hondo tratando de traer calma a su mente, pero incluso en ese momento, no se dio vuelta para mirarla.
Tampoco trató de consolarla, solo siguió viendo el inmenso bosque que rodeaba este lugar.
"Pero soy la Guardiana." Dijo la Guardiana, tragando sus emociones, sus miedos, aceptando el rol que había asumido y entonces declaró. "Está bien. Así es como debe ser."
Era la Guardiana de este mundo, un rol que había asumido por su propia voluntad y fue por esa razón, que tragó su miedo y lo aplacó, tomando la responsabilidad del rol que había asumido.
Alice al sentir que esa existencia se retiraba, se dio vuelta y mirando esos ojos dorados, dio una sonrisa.
"¿De verdad crees eso?" Preguntó con una sonrisa que dejaba ver que había visto a través de su respuesta de aceptación falsa.
Y eso la enfureció, llevando a que sus ojos dorados brillaran, pero se contuvo.
"No. No lo creo. ¿Pero habrá un cambio? No. Así que es mejor dejarlo de esta manera." Dijo la Guardiana y controlando su expresión de vuelta, le dio una mirada y añadió. "Perdona por molestarte."
La molesto… Puede que algo o alguien la hubiera guiado, pero fue su decisión haberla traído aquí y así como fue su decisión no revelar nada y ahora querer retirarse.
¿Por qué lo atrajo? Estaba claro que ni ella sabía la razón, pero al final no importaba.
"¿Y si hay una forma?" Preguntó Alice atrayendo la atención de esa figura que le dio una mirada seria.
Lo suficiente seria como para dejar en claro que no deseaba una broma en este momento, pero su simple mirada se derrumbó cuando vio que no estaba sonriendo como antes.
No era una broma, ni tampoco una mentira… Era la salvación que ella buscaba.
"Entonces… La aceptaré." Murmuró la Guardiana con una voz que trataba de mantenerse estable.
Que buscaba no derrumbarse ante la esperanza que sus palabras le dieron.
Tan solo ese hecho demostraba cuál era el estado mental de la Guardiana de este mundo.
******
Levantándose de su cama, dándose cuenta de que Amnestria no estaba en ninguna parte, Aurora se rio suavemente.
No iba a negar que abrazar a esa tigresa era agradable y tampoco iba a negar que ella aumentara el tamaño de su cuerpo fue aún más agradable.
Si antes sentía que era lindo abrazar a una pequeña gatita, cuando Amnestria era grande, era como abrazar a un peluche gigante, todo esponjoso y suave.
Hasta el punto de que la hizo preguntarse si utilizaba algún tipo de producto para su pelaje.
Era algo bastante probable cuando uno pensaba que algunas empresas vendían todo tipo de productos para las bestias mágicas.
Utilizando cambio rápido para cambiar su pijama por ropa más cómoda y casual, Aurora salió de su habitación en donde se había quedado y dirigiéndose a la sala, frunció el ceño.
Todavía era de noche y era normal cuando las noches eran tan largas, pero su fruncir de ceño era a causa de una presencia rara en la sala.
Al acercarse pudo verla.
Llevando un curioso vestido de hojas verdes y algunas flores que florecían decorándolo, una jovencita estaba probando los pasteles que Alice había sacado.
Cabello y piel verde, era tan natural y tan agradable, que fue imposible verlo como algo extraño, pero lo que verdaderamente atraía, eran sus grandes ojos dorados.
"Hola." Saludó Aurora con calma.
Alice estaba bebiendo té y Amnestria estaba sentada en un sofá de forma desinteresada, pero su saludo estaba dirigido a esa figura que era fácil de reconocer y que se acababa de atragantar con parte del pastel.
"Te has levantado." Dijo Alice y dando una mirada, presentó. "Ella ha venido a pedir nuestra ayuda. Tiene una manera para sobrevivir que será extremadamente peligrosa, pero nos ha pedido nuestra ayuda."
¿Fue así? La Guardiana que estaba a su lado tenía la apariencia de una adolescente con ojos grandes, pero por lo que el Gran Sacerdote Yulong habló, no parecía haber tenido un plan al menos hasta ayer.
Sin embargo…
"Eso es bueno. Estoy dispuesta a escucharlo." Respondió Aurora de forma sincera y con una expresión seria, añadió. "Con toda la expedición."
Esta misión no solo la incluía a ella, sino que a toda la expedición y las grandes decisiones debían tomarse en grupo.
No obstante, no podía ocultar que era agradable de escuchar que había una forma.
Como dije antes, seguiremos con la historia principal hasta que termine finalmente y luego seguirá la historia paralela hasta que le dé el final que deseo. Eso significa que de inmediato continuaremos. Dicho, eso estaba pensando si subir los últimos cinco o cuatro capítulos finales de una sola vez o hacerlo como siempre un capítulo por día, si eligen la primera entonces, en el futuro habrá una reducción de capítulos para mantener la reserva. En fin, pueden ir a comentar en Discord, que prefieren: discord.gg/WG8FX75