El patio principal que estaba al frente del árbol se estaba llenando de Zarquianos de las diferentes castas, que se acercaban al área.
No todos estaban aquí, ya que había otros que continuaban con sus patrullas, trabajos y diversas tareas que realizaban para mantener su subsistencia.
Aun así, aquellos que tenían una posición dentro de la sociedad estaban llegando cada vez en un mayor número.
Cada uno se acercaba a la plataforma principal que estaba frente del árbol, en donde la casta sacerdotal estaba viviendo.
Un par de días pasaron y como la ruta ya había sido decidida, era momento de moverse y principalmente que el Gran Sacerdote Yulong se encargara empujar que todos se movieran.
Si Alice era sincera, más que preocupada de que muchas personas desearan quedarse, estaba curiosa por ver que sucedería.
Después de todo, para ella hasta el Gran Sacerdote Yulong deseaba quedarse en este mundo y entendía que muchos otros pensaban igual.
Alice que estaba en el balcón de una casa, observando la reunión desde la distancia, comió una fruta local.
Una fruta extraña, cuyas semillas iba a llevar para que James se encargara de plantarlas en la tierra y era imposible que no lo hiciera.
El jugo brotó con solo una mordida y cayó por la comisura de sus labios, pero sin que tocara su ropa, pequeños tentáculos negros salieron desde su manga atrapando las gotas.
Llamada por los Zarquianos la 'Fruta del Corazón', su color rojizo, su jugo dulce, el aroma embriagador y la textura ligera, lo convertían en un excelente aperitivo.
"¿Crees que aquí haya 'Solanum tuberosum'?" Preguntó Alice con curiosidad la tigresa que estaba sentada a su lado.
César y Rupert estaban mirando desde el piso de abajo mientras que Aurora y Alba estaban entre la multitud, mostrándose de forma pública.
Los demás miembros de la expedición también estaban presentes en diversas partes, siendo Melgar y Zrag quienes resaltaban.
El primero debido a que estaba mostrando su forma demoniaca al público y el segundo debido a que su apariencia, ya destacaba por sí solo.
No obstante, ambos estaban delante del público, recibiendo la mirada de todos.
Los humanos para los Zarquianos eran seres extraños, pero si le agregaba un goblin y un demonio, solo aumentaba las miradas curiosas.
Extrañamente César, Rupert, Alba o la tigresa que estaba a su lado, eran aceptadas con mayor comodidad.
"Lo siento. No sé a qué te refieres." Respondió Amnestria con una voz llena de calma y a la vez algo de intrigada por su pregunta.
"Papas. Al hacerlas fritas, obtienes un tesoro y lo mejor es que es portátil." Respondió Alice sacando una bolsa de su anillo espacial.
Esta bolsa era de edición ilimitada y las papitas en su interior tenían un sabor a carne, pero había decenas de combinaciones de toda clase.
Algunas más mágicas y caras que otras, pero la buena comida no tenía precio.
Amnestria que estaba en un tamaño de dos metros de alto y cerca de tres metros de longitud, inclinó su cabeza al mirar la bolsa, pero Alice la ocultó.
Ignorando la mirada extraña de esa tigresa.
"Eres tal como tu hermana mencionó." Dijo Amnestria y cuando recibió su mirada, levantó la cabeza y señaló. "Alguien que no le convida su comida a nadie que no aprecie."
Apreciar… Una palabra especifica que Alice normalmente negaría, pero no lo hizo.
A veces era complicado no acercarse a algunas personas y si bien no era tan alto como la cercanía de su hermana, era bastante alto para sus estándares.
"Entonces a mí me mintió." Dijo Alice y recibiendo la mirada de Amnestria que inclinaba la cabeza con duda, reveló. "Mi hermana me contó que eras una adorable gatita, que con solo un abrazo puede animar los peores días."
Trataba de avergonzarla, buscando en esa depredadora de alto rango, algo de timidez, pero lo que consiguió fue una inclinación de cabeza.
"¿No lo soy?" Dudó Amnestria y mientras su cola se agitaba, reveló sus colmillos en una sonrisa feroz y murmuró. "Tal vez porque no me has abrazado. Aunque no dejo que nadie que no aprecie, me abrace y ahora solo hay una persona."
Dejando ver que esa tigresa no era una simple gatita y que era mayor de lo que mostraba con sus acciones habituales, Amnestria bromeó y a la vez, le hizo lo mismo que ella con sus papitas.
Solo que dejando en claro que dejaba que solo su hermana la abrazara, básicamente diciéndole que era una 'gatita adorable' solo para su hermana.
Para una poderosa bestia, que fuera tratada como una 'mascota' por una persona extraña, seguramente era algo que le causaría disgusto o incluso ira.
Tan solo ese hecho demostraba que Amnestria le agradaba mucho su hermana para permitirlo.
"Hay cosas más importantes que un abrazo que querría de ti." Murmuró Alice y sin contener su sonrisa ligeramente entretenida, añadió. "Como, por ejemplo, lo que está dentro de ti."
"¿Energía mágica o mi magia de oscuridad?" Dudó Amnestria de forma honesta, sin comprender su comentario.
"Me refería a tu carne." Respondió Alice y ver que esa poderosa pantera respondía con un 'oh', desvió su mirada hacia adelante.
Como una bestia de rango SSS era posible que su cuerpo contuviera una gran cantidad de energía mágica y un poderoso núcleo, mientras que su magia de oscuridad seguramente estaba a un nivel de naturalidad sin igual.
Ignorando a esa tigresa que no había logrado comprender su broma, Alice mantuvo su atención en la reunión que estaba por comenzar.
Entre los más influyentes de todos los presentes estaba el Gran Sacerdote Yulong y de su misma casta, estaba Nianya la sacerdotisa que parecía tener una alta influencia.
De la casta guerrera estaba Zixin, un guerrero zarquiano de dos metros de alto, con escamas rojas que, a diferencia de otros de su especie, tenía una textura arrugada, lo que lograba con su tamaño dar una apariencia imponente.
Su mandíbula puntiaguda y sus cuernos rojos con protuberancias afiliadas en ellas, que se combinaban con sus poderosas alas cuyas partes daban la impresión de estar afilada, causaba una gran impresión.
Su cola en vez de tener pinchos como sus compañeros, era delgada y ligera, pero a la vez tenías ligeras protuberancias extremadamente afiladas.
Alice sabia su nombre debido a que ahora mismo parte de su oscuridad estaba dividida en todo el escenario y ella estaba escuchando todo.
Desde los pequeños murmullos, sobre las impresiones de esa persona y las ideas que cada zarquiano expresaba.
De la casta de adoradores, se encontraba Yaoshe una zarquiana con bigotes de pez y escamas de color celeste, con un solo cuerno en su cabeza y una cola delgada.
Representaba a la casta de adoradores, que era la mayoría en este lugar.
"Por favor, todos guarden en silencio." Dijo el Gran Sacerdote Yulong y cuando obtuvo el silencio que buscaba, reveló. "Tal como ya saben, este mundo está llegando a su fin y pronto será destruido. Ya no podremos permanecer aquí."
Fue directo y no hubo sorpresa entre el público demostrando que todos sabían sobre el asunto.
Era algo curioso para Alice, ya que si humanos se encontraran en esta situación, era posible que no estuvieran con esta calma que los Zarquianos actuaban.
"Por circunstancias que están fuera de mi entendimiento y que solo la Guardiana comprende, extranjeros de otro mundo han llegado y ellos han decidido ayudarnos a ir a su mundo." Señaló el Gran Sacerdote Yulong y con calma, explicó. "El deseo de la Guardiana es que nuestra gente pueda ser salvada y siga existiendo. Antes de decidir, por favor, escuchen a los extranjeros."
Había estado señalando a Aurora, Zrag, Melgar y Alba que estaban en el centro y fue su hermana quien dio un paso adelante, viendo que todos la escuchaban.
"Ustedes no son la primera raza que la tierra, mi mundo ha aceptado. No voy a negar que tendrán dificultades para adaptarse, pero les aseguro que tendrán un lugar en el cual vivir cómodamente. Sin temor a otros humanos peligrosos." Contó Aurora y mirando a sus compañeros, detalló. "En nuestra compleja sociedad, hay números gobiernos y naciones independientes de humanos como yo, pero también se encuentran un gobierno de bestias, gobernados por bestias mágicas muy poderosas."
Zrag que estaba al frente del público asintió con calma y Melgar simplemente dio una sonrisa, dejando que Alba observara con solemnidad.
Su tamaño era grande y si bien no había soltado su presencia, cualquiera sabría instintivamente que era poderosa.
Era posible que Aurora se estuviera refiriendo a la tigresa que estaba a su lado, pero Alice estaba segura de que esta última no tenía interés en estar en el frente, aunque era posible que los aceptara en el bosque.
"En nuestro mundo hay conflictos, adversidades y tiene sus propios problemas. A todo eso, parte de la gente de nuestro mundo no siempre es amistosa, pero nosotros les ayudaremos a adaptarse, a progresar y a vivir a nuestro lado." Añadió Aurora con una voz llena de calma.
Sus promesas no eran vacías, si bien era necesario que los Zarquianos estuvieran en la tierra para averiguar a qué ambiente se adaptarían, tanto la Iglesia del Tiempo y el Espacio como la Ciudad Zerzura y el Bosque Mágico estaban abiertos a aceptarlos.
Aurora no podía prometer que se encontrarían en un mundo pacífico y eso era porque la tierra estaba extremadamente poblada y siempre había intereses en juego.
Lunáticos, jugadores y decenas de otro tipo de personas que solo buscaban lograr sus propios objetivos sin importar si podían utilizar a otros.
Y entre ellos se incluía a las bestias mágicas peligrosas que, si bien algunas de ellas eran tan o más inteligentes que algunos humanos, seguían siendo salvajes.
Lo que, si podía prometer era la ayuda que Zerzura siempre dio a los necesitados, no solo para adaptarse, sino que para progresar y luego para convertirse en parte de sus ciudadanos.
Justo como los goblins liderados por Zrag estaban haciendo y de esa misma forma como los Tartak hicieron en tierras europeas, aunque a su propia manera y con el apoyo de otros.
"Será difícil explicar que estatus tenemos en la tierra y les costara confiar en solo nuestras palabras, pero espero que las historias de mis compañeros pueden ayudarles a ver algo más." Señaló Aurora dando un paso hacia atrás.
¿Y que si le decían que ella era la Protectora de Zerzura o que Amnestria era la Gobernante del Bosque Mágico? Para los Zarquianos tales títulos no tenían significado y todo lo que dijeran para garantizar su estatus, solo iban a ser palabras, que podían ser una mentira.
Sin embargo, todo cambiaba cuando otros narraban sus historias.
"Yo y mi gente venimos de otro mundo diferente que se conectó a la tierra por los mismos portales que ustedes podrán tomar. Al principio hubo conflicto entre nosotros y los humanos y…" Zrag empezó a narrar la historia de los goblins.
Fue directo desde con la voz que lo había guiado para salvarse, su idea de que no deseaba que su gente terminara esclavizada y la batalla que tuvieron en contra de la humanidad.
Detallando que ellos lucharon contra algunos humanos que deseaban proteger su mundo o eliminarlos a ellos y entre aquellos humanos como la joven que estaba a su lado, que buscaba ayudarlos y que ahora estaba liderando esta expedición, para la cual había asistido por deseo personal.
Narró no solo el conflicto, sino que también parte de la historia interna del primer portal antes y la parte de cuando el primer grupo fue tragado, tal vez del punto de vista de aquellos goblins que fueron sacados de ese lugar y acabó hablando del 'Santuario', de Zerzura y la iglesia.
"Peligros desconocidos, personas que ocultan sus intenciones, una sociedad compleja y problemática que resulta complicado de comprender. Tal vez nuestra gente no se haya adaptado todavía, pero nuestro Santuario lentamente se adapta, manteniendo nuestras propias costumbres y cultura a la vez que nos perfeccionamos." Dijo Zrag y con calma mirando a Aurora, añadió. "Los humanos no solo actúan con pura fuerza, sino que autoridad que viene de la riqueza, de la influencia y aquí tienen una de las personas más influyentes de los alrededores."
Melgar asintió como si fuera obvio e incluso Alba lo hizo, consiguiendo que Aurora diera una pequeña sonrisa temblorosa.
Estaba claro que no le agradaba que la pusieran a ella en el foco de atención y que señalaran que era influyente, pero esa era la verdad para Alice.
Los líderes de Zerzura trabajaban para la ciudad, pero ninguno de ellos negaba la posición de su hermana en el asunto y si bien Alice sabía que ella misma tenía esa clase de posición, prefería utilizar su influencia por medio de James.
"Por nuestra parte, nosotros los demonios fuimos invasores-invitados y entramos en una gran guerra… Una en donde la fuerza de su Gran Sacerdote era desplegada de forma seguida." Dijo Melgar y empezó a narrar.
Desde las masacres de los demonios, el deseo de luchar y de conquistar junto al enfrentamiento con los humanos y como los rangos SS entre ellos cayeron como moscas ante la llegada del Imperio Falion.
Él dejó ver que era un espectador en todo el asunto, mencionando repetidamente que no deseaba unirse a la lucha, pero fue bastante directo al narrar la guerra europea-demoniaca y su posterior unión a Zerzura.
Mostrando que parte de la humanidad se buscaba defender eliminando a los invasores que fueron invitados por otros humanos, pero a la vez otra parte de la humanidad lo aceptaba, justo como la Iglesia del Tiempo y el Espacio.
No alagaron a la humanidad y a los terrícolas, evidenciando sus defectos, sus acciones y a la vez demostrando la diversidad de situaciones que se encontraba.
"Nosotros fuimos cazados durante mucho tiempo, tratados como meros animales, pero nos adaptamos, sobrevivimos y nos convertimos en una nación de bestias, que no pierde en contra los humanos." Dijo Alba, esta vez contando la historia de las bestias.
Enfrentándose a cazadores, lucharon de forma desenfrenada para sobrevivir y volvieron el bosque mágico su hogar y a la Reina del Bosque su gobernante.
Pero no todo era odio y por tal razón, ellos se relacionaron con Zerzura, por medio de Aurora y cooperaron con humanos, hasta que se volvieron una fuerza que no podía ser ignorada.
¿Cuántos rangos SSS había en el mundo?
Su número era demasiado bajo y si bien los rangos SS aumentaban con el pasar de los años como los rangos S, su número también seguía siendo bastante bajo.
Incluso las grandes naciones tenían un par sirviendo directamente y si bien había uno que otro líder de gremio de gran fuerza cada uno priorizaba sus propios intereses.
Y en ese sentido, el bosque mágico que era liderado por un rango SSS y con varios rangos SS bajo su mando, era una fuerza a temer.
"Gobernamos nuestras propias tierras y tenemos la fuerza para protegernos y proteger a otros." Añadió Alba de forma tranquila y sentándose al observar a todos, agregó. "Nuestra gobernante se encargará de proteger a los que están bajo de ella."
Alice pudo ver que las orejas de Amnestria temblaban.
¿Fue por qué prácticamente la estaba poniendo a ella como centro de todo? Era divertido de ver para Alice, pero mantuvo su atención en el asunto principal.
Algunos murmullos aparecieron entre la multitud y tras varios segundos, Nianya dio un paso adelante.
"¿Cuáles serán nuestras obligaciones? ¿Nuestros guerreros tendrán que luchar por sus guerras?" Preguntó Nianya y con calma, añadió. "Hemos tenido conflictos en el pasado con nuestros propios hermanos. Por lo que sus historias cuentan los humanos también tienen esa clase de conflicto y son numerosos."
Esa pregunta llevó a que todos observaran a Aurora.
Las historias que narraron se centraron en dos lugares, que eran considerados problemáticos.
África era un lugar lleno de conflicto al igual que las 'Tierras sin Ley', pero en cualquier otra parte del mundo los conflictos eran más ligeros y ocultos mientras que mayormente era todo paz.
No obstante, a donde ellos posiblemente se mudarían era a Zerzura o al Bosque Mágico y eso significaba que podría haber conflicto.
Aun así…
"No. Si lo desean podrían unirse, pero ni Zerzura o el Bosque Mágico los necesitaría. Sus fuerzas son altas, no obstante, no lo suficiente." Respondió Aurora en forma simple.
Cerca de cuatro mil Zarquianos estaban en este lugar, específicamente cuatro mil doscientos y un zarquiano y entre ellos treinta y dos eran rangos S, siendo parte de la Casta Guerrera y Sacerdotal.
Extrañamente el número de rangos A, era bajo con cincuenta y seis miembros dejando a los rangos B siendo el número más alto, con ciento diez Zarquianos.
Por supuesto, si es que el Gran Sacerdote Yulong era sincero con su número y en este punto no tenía sentido mentir.
Era un número alto para una población de unos cuatro mil habitantes, pero eso era todo.
En Zerzura había millones de ciudadanos y entre los gremios, los mercenarios, el ejército y las diversas fuerzas, treinta y dos rangos S, era bajo.
Incluso para las fuerzas que la Empresa Apicius podía controlar, treinta y dos rangos S era un número pequeño.
Tal vez hace cinco años o diez años hubiera sido impresionante, pero ya no.
Aunque en este caso, los Zarquianos seguramente tenían más fuerza que un rango S promedio de la tierra, aun así, no era necesario luchar por objetivos externos.
Parte de quienes escuchaban asintieron, pero la sacerdotisa mantuvo su mirada
"¿El Dios que creó ese portal es confiable? ¿Y los demás dioses de los que hablaron lo son?" Preguntó Nianya con solemnidad.
Las historias nombraron al Dios del Tiempo y el Espacio y principalmente a la Diosa del Orden y si bien eran 'Primordiales', no todas las culturas tendrían que saber lo que significaba o la fuerza que podían ejercer.
Cualquiera pensaría que como creyentes estaban acrecentando la fuerza de su dios, que simplemente contando la verdad.
"Nianya." Rugió el Gran Sacerdote Yulong.
Si hubiera algún miembro adorador de algún dios de los que se había nombrado era posible, que esa pregunta fuera recibida como un insulto, pero por Aurora fue tomada con una sonrisa.
"Si bien mis compañeros pueden o no diferir en cuanto a creencia. Yo personalmente no confió en ellos. A diferencia de su Guardiana con la cual pueden interactuar de forma directa, esos dioses son… Distantes." Explicó Aurora y agitando su cabeza, anunció. "Aun así, la gente que le sirve, que lo adora y que lleva a cabo sus designios, puede ser de gran confianza."
'Distantes' no era la palabra que deseaba utilizar.
¿Cuántas otras palabras se podía utilizar?
El Dios del Tiempo y el Espacio era quien podría recibir palabras más punzantes y prácticamente algunos de los paladines que le servían estarían de acuerdo.
Para Alice la última palabra, era inútil… Un completo inútil que no era capaz de ver el futuro a pesar de que él mismo era el concepto de 'Tiempo'.
Un Primordial que era el 'Tiempo' y el 'Espacio', ni siquiera podía controlar su propio 'concepto', llevando a que cometiera errores sin sentido.
Aun así, concordaba con su hermana que la Iglesia del Tiempo y el Espacio, específicamente sus miembros como la Cardenal Brousseau, Najjar o la Sumo Sacerdotisa Xaali eran confiables.
No tenía demasiado que decir de la Diosa del Orden y al final daba lo mismo.
Independientemente de sus acciones o sus errores, ambos Dioses eran Primordiales y su poder era incuestionable.
La respuesta de Aurora trajo un silencio ligero, no incómodo, por lo contrario, algo alegre para los Zarquianos, ante la comparación de su Guardiana con otros 'Dioses'.
Una buena comparación, aun así, había cierta atmosfera alrededor de Nianya y algunos sacerdotes.
"Algunos sacerdotes y yo hemos elegido quedarnos." Dijo Nianya dirigiendo su mirada al Gran Sacerdote Yulong y con una voz suave, añadió. "Nuestra casta sacerdotal tiene la obligación de cuidar a nuestra guardiana."
El Gran Sacerdote Yulong mostró una expresión seria, pero Alice podía notar que no estaba enojado, sino que sabía lo que se esperaba.
Sin embargo, antes de que pudiera responder, una presencia se extendió por este lugar.
No era imponente, pero era natural, dando la sensación de primavera y a la vez llenando a todos de vitalidad.
Entonces la figura descendió del gran árbol, una figura verdosa que solo mostraba una silueta sin forma ni detalles.
"No, no se quedarán." Dijo la Guardiana y mirando a los adoradores que se arrodillaban ante su presencia, ordenó. "Prepárense para el viaje y para retirarse. Deben sobrevivir."
"Como usted ordene, Guardiana." Respondió Yaoshe hablando por la casta de adoradores y Zixin de la casta guerrera asintió en calma.
Sin embargo, en todo este lugar solo Nianya permaneció observando a esa existencia que aterrizaba en la plataforma.
"Nosotros queremos…"
"En el otro mundo se necesitarán las fuerzas de la casta de guerreros para proteger a todos y también a la casta sacerdotal para ayudar. Para ser el guía espiritual y para organizar a todos." Interrumpió la Guardiana y con una voz solemne, añadió. "Les he enseñado a asumir responsabilidades. Ahora debes asumir la tuya, Nianya. Y esa responsabilidad es velar por todos los Zarquianos."
Los adoradores se quedaron en silencio y la casta guerrera solo puso una expresión aún más seria y Nianya fue igual, pero su mirada se mantuvo, ligeramente temblorosa y a la vez complicada.
"También nos ha enseñado a elegir… Y ahora deseo desde el fondo de mi corazón, estar con usted y quedarme a su lado." Rebatió Nianya y arrodillándose mientras lloraba, murmuró. "Después de todo, usted se quedará aquí sola, hasta que su existencia llegue a su fin… Yo no deseo que desaparezca en soledad… Que muera sola."
Alice vio algo que ninguno otro vio por medio de la sombra y fue el temblor de la figura verde ante las últimas palabras.
Fue sutil y casi imperceptible, pero estuvo presente.
Y las palabras que serían consideradas profanas para cualquier creyente, causaron miedo y preocupación entre los adoradores, los sacerdotes y guerreros.
"¿Crees que moriré? Sobreviviré. Y sin su presencia, mi posibilidad de supervivencia será más alta que estando acompañada." Respondió la Guardiana y viendo que los Zarquianos estaban aliviados, anunció. "Muévanse. Entre más tiempo me hacen perder, más problemas me crean."
Imponente y poderosa, su voz resonó por los alrededores llevando una fuerza incuestionable y ocultando emociones indescifrables.
Mintió… Alice lo sabía.
Las raíces que estaban cubriendo este mundo, tratando de protegerlos, eran el cuerpo de esa Guardiana, el verdadero cuerpo de esa Diosa.
Este árbol estaba conectado a este mundo y su destrucción, significaba la muerte de esa diosa.
Y ahora para Alice solo era alguien que estaba poniendo un frente fuerte ante la muerte, dándole falsa esperanza a sus creyentes, para que actuaran siguiendo su 'designio'.
Que Nianya diera un suspiro aliviado y asintiera aceptando la orden de su dios, dejo ver que la mentira fue eficaz para aliviar los temores.
¿Qué estaría pensando esa existencia? Alice al ver la figura verdosa que solo era una silueta, pensó que utilizaba esa forma para no mostrar expresiones… Para no mostrar sus verdaderas emociones.
Al final, no importo.
El viaje comenzaría y eso era lo único que importaba en este momento.