El viaje empezó temprano y de la misma forma los problemas aparecieron.
Tras salir de la ciudad y adentrarse por el camino creado en el bosque mágico, se encontraron con algunas criaturas que los atacaron.
Atraídas por el ruido de los vehículos llegaron para atacar, y si bien fueron detenidos por los patrulleros que estaban volando a la par de la caravana, dejo en claro cómo sería el viaje.
Edward no tenía la primera patrulla, pero prestó atención a los alrededores mientras la caravana comenzaba con su viaje.
Abdellah había revisado el camino y también había limpiado parte de los escombros antes de venir, lo que hizo que ahora los camiones fortalecieran el suelo y pavimentaran una carretera superficial.
Era lo suficiente como para que los refugiados no fueran molestados por baches.
Durante gran parte de la mañana que viajaban Edward solo se quedó mirando a los refugiados en la parte trasera del camión y los alrededores.
El bosque mágico era bastante impresionante y si bien lo había visto desde lejos, era un asunto diferente verlo desde adentro.
Al principio los árboles eran grandes y altos dejando un espacio entre ellos mientras que sus copas eran frondosas, evitando que la luz del sol entrara con fuerza.
Era un excelente punto para los aventureros debido a que tenían campo libre para observar y también luchar entre ellos.
Sin embargo, entre más se adentraban el bosque mágico se volvió más profundo, pero más importante, peligroso.
En este lugar la densidad de energía mágica era alta y eso significo que las mazmorras naturales y temporales posiblemente eran altas en número.
Era esa la razón por la cual los patrulleros en la mañana se encontraron con bastantes criaturas de todo tipo.
Algunas eran del tipo 'jabalí' que a veces estaba cubierto de piedra, otras veces tenía una piel marrón madera y otras veces, respiraban fuego.
La afinidad a un elemento cambiaba a las bestias mágicas… Aprenderlo en teoría fue muy diferente verlo en la naturaleza.
Otros depredadores que atacaban con frecuencia eran los Lycaon, esos perros salvajes africanos, eran comunes como bestias mágicas.
No tenían una elevada inteligencia y se guiaban por instinto, así que era normal que atacaran en grandes grupos y en este lugar se encontraban bastantes grupos de esa especie.
Fue hasta el punto de que él tuvo que detenerse y salir al lugar para apoyar cuando cerca de cincuenta Lycaon hambrientos se acercaron tratando de devorarlo.
Por su estado frenético estaba claro que ellos eran uno de los eslabones más bajos de este lugar.
Entonces, tras esa batalla que duro bastante poco debido a la debilidad de esas bestias, Edward formó parte de la guardia.
Los rangos S estaban extremadamente atentos, divididos entre todos los camiones y la razón era los veinte camiones extra que llevaban.
Esos camiones fueron requisados de los gremios que Aurora y Alice habían limpiado y si bien la Empresa Apicius envió artefactos de protección por el portal de la iglesia, sus barreras no eran tan fuertes.
A todo eso el tamaño de la caravana era enorme y la tensión que exigía era extremadamente elevada.
Edward se dio cuenta de ello cuando estuvo volando en la zona trasera.
Los camiones formaban una larga fila que se extendía hacia adelante y avanzaban con un ritmo lento, pero constante.
Cerca de dos mil personas estaban en esos camiones, temiendo por sus vidas y por un viaje que podría ser el último.
Prácticamente habían entregado su vida a la caravana y decidieron viajar usando este método.
Edward sintió la presión de esa responsabilidad.
Solo era un miembro no contado en este grupo, pero podía sentir la responsabilidad y el peso.
Si realizaba un error y dejaba que un monstruo o criatura pasara… Si se distraía y no veía a los enemigos y atacaban… Las posibilidades empezaron a aparecer en su mente.
Como un miembro del equipo solo tenía que hacer su trabajo y eso lo presionó lo suficiente como para hacer que se pusiera nervioso y estresado.
Entonces, cuando siguió patrullando y vio a esa jovencita que volaba por su cuenta con su espada en la mano, y su expresión se volvió horrible.
¿Solo podía resistir hasta este punto?
¿De qué estuvo orgulloso antes?
¿De ser un niño mimado por su maestro y creerse que era único a su edad?
Su propia mente hizo que la ira y el rencor se levantara, junto a sus celos… Aunque lo quisiera negar estaba celoso.
Sabía que era infantil, entendía que no tendría que sentirlo, pero incluso cuando su lado más racional le dejaba en claro esos hechos, su molestia solo se elevaba.
Para tratar de desahogarse, liberó su frustración en contra de las criaturas y bestias que se acercaban.
Sus relámpagos volaron por el aire quemando a sus enemigos hasta que los eliminaba por su cuenta.
Los ataques que realizaban siempre se centraban en paralizar o quemar a sus oponentes y no usaba ataques destructivos a gran escala o ataques que podían ocasionar un incendio.
El bosque era bastante frondoso y verde, siendo bastante difícil incendiarlo, pero nadie desearía tratar de hacer eso.
Si un gran incendio comenzaba era posible que una bestia mágica con afinidad al agua lo apagara, pero el problema era que antes de esos cientos de bestias mágicas perderían su habitad.
Y no sería nada agradable tener a miles de bestias fuertes saliendo del bosque y ni hablar de las bestias mágicas inteligentes que podrían retribuir el daño a su hogar.
Solo después del mediodía descansaron y para sorpresa del grupo, Abdellah que había explorado había elegido un lugar extraño para descansar.
Al lado del camino principal, cerca de altos y grandes árboles había espacio para descansar y en ese sentido era bastante perfecto.
Sin embargo, Edward cada vez que caminaba levantaba su mirada a las copas de los árboles y veía cientos de mariposas de todo tipo y tamaño.
No eran mariposas pequeñas, literalmente eran mariposas gigantes con la fuerza de rango B o A de todo tipo.
Estaban literalmente bajo un unido de mariposas y si bien eso asustó a los aventureros e incluso a las personas comunes, que tuvieron un mal momento en su almuerzo, fue ideal.
Ninguna criatura, ningún monstruo se acercó a ese lugar y eso era porque este era un nido.
Esas mariposas eran pacíficas y no atacaban al menos que la molestaran.
Sus nombres eran 'mariposas nocturnas' debido a que salían durante la noche y tenían una alta afinidad a la magia de luz.
Pero también eran bastante especiales, ya que si bien dormían de día en la copa de los árboles recibiendo la luz del sol, eran enemigos perfectos en contra de monstruos.
Cuando algunos monstruos ligeramente corruptos se acercaban, esas mariposas despertaban y lanzaban rayos de luz para asesinarla en el acto, entonces volvían a descansar.
No tenían una alta inteligencia, pero su naturaleza pacifica resultó perfecto para tomar un descanso con ellas como guardias.
La verdad era que el número de las fuerzas no era suficiente para cubrir a los setenta camiones y lo que significaba que había que exigirse aún más.
Incluso cuando los rangos S tomaban la delantera para reducir el peso que los demás tenían que cargar, la tensión sobre los rangos A y luego sobre los rangos B era bastante alto.
Y tal descanso verdaderamente valió la pena para Edward.
Tras descansar y almorzar de forma ligera, la caravana partió otra vez.
Esta vez había algo más de confianza tal vez tras sobrevivir en la mañana, pero tal confianza fue cuestionada de inmediato.
Entrando a una parte profunda del bosque mágico, la única zona con luz fue el camino principal, ya que cuando uno miraba a cada lado, el bosque estaba presente.
Era un bosque denso con árboles altos, pero a diferencia de los anteriores, estos eran extremadamente frondosos.
Ramas verdes por todas partes cubriendo la visión y cuando uno miraba en el suelo, entonces podía ver matorrales verdes que cubrían hasta la cadera de una persona promedio.
Como si fuera poco las lianas estaban por todas partes e hizo que fuera molesto tener que volar para moverse y para colmo, se complicaba luchar contra las bestias.
La razón era simple, algunas bestias se ocultaban en los matorrales y cazaban a sus presas que se elevaban.
Edward y todos sabían que si bajaban la guardia el peligro los alcanzaría, sin embargo, estaban equivocados… El peligro los alcanzó.
"¡HAA!"
Un grito vino de repente desde los matorrales y Edward se movió para ofrecer apoyo, entonces se encontró a un luchador de rango B, tratando de distanciarse de una enorme bestia.
Cuatro metros de longitud, tres metros de largo, sus patas eran musculosas y sus garras letales.
Edward lanzó un relámpago a alta velocidad empujando a la bestia a lo lejos, pero su expresión solo se volvió fría al ver que en la boca tenía el brazo del luchador.
Ese cuerpo musculoso no era una broma… Esa bestia era el 'Xenosmilus', primo lejano del Smilodon Fatalis y a diferencia de este ��ltimo, esta criatura se centraba en la fuerza y no en la agilidad y sigilo.
"¡Denle atención médica!"
Antes de que Edward volviera a lanzar sus hechizos brazos negros cayeron persiguiendo al Xenosmilus y Alice comenzó su persecución.
El Xenosmilus trataba de correr, pero Alice con sus brazos negros se movió con extrema agilidad entre los árboles usando todo a su paso e incluso las lianas molestas eran cortadas por sus brazos negros.
Edward se movió de inmediato usando un pergamino y guardando el brazo mordido y arrancado en su anillo espacial.
Siempre podía ser útil para recuperarlo con magia de curación avanzada, entonces alterado usó unas pociones en ese hombre que gruñía de dolor.
"Buen trabajo, ahora déjame a mí."
Tratando de aplicar los primeros auxilios que había aprendido escuchó una voz tranquila a su lado cuando la Cardenal Brousseau llegó.
Edward se distanció y tras ver que estaba en buenas manos, observó alrededores.
Ese luchador no había patrullado solo, pero ahora fue el único quedo y la razón era que ese Xenosmilus había asesinado a los cuatro compañeros que había tenido.
Una rápida emboscada letal… No, no solo eso.
Fue una emboscada planeada por una bestia mágica que sería considerada extremadamente peligrosa a la par del 'Quebrantahuesos' o el Smilodon Fatalis.
"Guarden los cadáveres e informa al resto del peligro. Reúnanse en grupo de diez, reduzcan el área de movimiento y solo rodeen los camiones, priorizando la barrera. En caso de un ataque de una bestia mágica, prioricen ataques a distancia. Entraremos a la defensiva." Ordenó Aurora cuando llegó al lugar y dando una mirada, declaró. "Nos detendremos un momento para reorganizarnos y enviar al herido a casa."
Su mirada era fría como si no estuviera sintiendo ninguna emoción y sus órdenes fueron directas y rápidas.
Los cuerpos de esos patrulleros tenían heridas fatales y no solo las garras atravesaron las armaduras del cuerpo, sino que incluso uno de ellos tenía una mordedura en su cuello que le rompió la garganta.
El Xenosmilus fue más letal de lo que había pensado y Alice había ido sola a cazarlo, pero en vez de preocuparse, Aurora solo se encargó de reorganizar la caravana e informar.
Dos aventureros y dos milicianos murieron por el ataque de una bestia mágica inteligente.
El luchador que era un mercenario perdió un brazo y tras ser estabilizado por la Cardenal Brousseau, se abrió el portal y fue enviado a Zerzura en donde fue atendido de inmediato
Mantener los portales como emergencia fue muy útil.
La muerte hizo que expresiones serias aparecieran entre los miembros de la caravana y tenía sentido… Una bestia mágica acaba de asesinar a cuatro miembros a una gran velocidad.
Era aterrador y se dieron cuenta de que las bestias mágicas dentro del bosque mágico no eran iguales que las criaturas que se encontraban en las mazmorras.
Solo cuando Alice volvió arrastrando el cadáver de ese Xenosmilus la moral se pudo volver a levantar.
El 'extra' de la situación fue que la Cardenal Brousseau le recordó que la Iglesia del Tiempo y el Espacio se encargaría de cuidar a los heridos y ayudarlos que se recuperaran, no importa la herida.
Mientras estuvieran vivos podrían ser ayudados y en caso del luchador que perdió su brazo, iba a ser tratado de forma gratuita.
Tras reorganizar todo, la caravana volvió a partir y esta vez tomando una formación defensiva.
Los grupos no patrullaban el área y se adelantaban para luchar por su cuenta, sino que protegieron los lados de la caravana mientras usaban artefactos de vuelo.
Los rangos S también volaban en el aire y hasta incluso la Cardenal Brousseau estaban preparadas para evitar ataques.
La idea era salir de este estrecho en donde era difícil observar los enemigos que estaban en ese frondoso bosque.
Era cierto que todos habían aceptado participar en esta misión conociendo el peligro, pero un asunto era conocerlo y otro diferente era darse cuenta de que la muerte estaba tan cerca.
En este momento Edward se dio cuenta de que la muerte estaba presente muy cerca.
Las bestias mágicas eran así de peligrosas y tal peligro hizo que todos le guardaran rencor y levantaran sus guardias.
El viaje se volvió más lento… No, debido a la atmosfera se sintió que fue lento y si bien algunas que otras criaturas se acercaban de vez en cuando, eran eliminadas de forma rápida.
La cola de la caravana era larga lo que significaba que los rangos S estaban divididos de forma estrategia siendo los rangos A, quienes debían ser la fuerza principal.
Volando por el aire con una mirada solemne, Edward sintió una agitación mágica de uno de los lados del bosque mágico.
Era el lado del bosque que dirigía a la zona más profunda y cuando Edward observó ese lugar, notó una luz rojiza e inmediatamente entro en razón.
"¡Ataque enemigo levanten sus barreras!" Gritó Edward extendiendo cientos de relámpagos con sus hechizos preparados para detenerlo.
Lamentablemente no fue suficiente.
*BOOM*