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Pago.

Mirando la decena de cadáveres de criaturas de tipo reptil tirados en el suelo, Érica y Leslie le dieron un vistazo a Clémentine.

"Te has vuelto bastante fuerte." Murmuró Leslie con un tono lleno de sorpresa.

Una mazmorra fuera del sistema de seguridad de Zerzura se desbordó a causa de la falta de limpieza.

Si bien las criaturas eran rango C y eran bastante débiles, su número era elevado y habían decidido venir juntas para encargarse de esta misión y había terminado muy diferente a lo que esperaban.

Algunas lanzas de hielo estaban esparcidas por los alrededores, pero no en los lugares que fueron lanzadas al principio.

Clémentine había aprovechado esas lanzas y las había usado como armas para derribar a una gran cantidad de enemigos.

Aunque no necesitaba armas para realizar la matanza.

En los alrededores había masas de carne con formas desagradables que era imposible de reconocer y esas esferas fueron creadas por la telequinesis y fuerza mental de Clémentine.

"Soy fuerte contra criaturas débiles. Ellos no generan fuertes barreras mágicas. No podría hacer lo mismo si me enfrentara a humanos." Comentó Clémentine con bastante humildad.

Estos reptiles eran enemigos que tenían únicamente fuerza física, lo que permitió que Clémentine utilizara su telequinesis para poder atraparlo y desmembrarlos o eliminarlo con facilidad.

Si se enfrentaba a humanos de rango C, entonces las barreras de sus cuerpos impedirían que sus acciones sean ejecutadas con la misma facilidad.

"Aunque supongo que, con ellos, solo tienes que poner un poco más fuerza." Señaló Érica agitando su cabeza.

Clémentine no pudo negarlo.

Había obtenido un aumento en su energía psiónica y su fuerza mental, pero principalmente su telequinesis había sido potenciada.

Aunque todavía era necesario seguir analizando en que más había progresado.

"Volvamos." Ordenó Clémentine y tanto Leslie como Érica asintieron.

Agitando su mano los cadáveres de los reptiles se levantaron en el aire y se acercaron a Clémentine, siendo guardadas por ella en su anillo espacial.

Puede que estas criaturas fueran débiles y fácilmente asesinadas por el grupo, pero los reptiles tenían un alto precio, alcanzando los diez mil dólares por un espécimen cuyos materiales no fueron dañados.

Por lo general su precio disminuía debido a que algunos materiales siempre se dañaban en la batalla.

Sin embargo, siempre había forma de convertirlos en dinero y no solo por los núcleos mágicos de las criaturas, sino que por sus escamas o algunas partes de su cuerpo que podían ser utilizadas para la alquimia.

Si bien las tres podrían ganar una considerable cantidad de dinero por este trabajo menor, ellas al estar realizando misiones diarias por el puro deseo de mejorar, decidieron donar sus ganancias, para ayudar a los refugiados capturados por el General Kavuri.

Tras guardar las criaturas sin desperdiciar nada, el grupo se acercó a la camioneta todoterreno y con Leslie conduciendo, se pusieron en marcha a su destino.

Esta misión literalmente estaba fuera del área de influencia de Zerzura y, por ende, del portal de grupo mercenario.

Por tal razón, tuvieron que pedir prestado una camioneta del pueblo cercano.

En la mayoría de los pueblos alrededores de Zerzura se encontraban camionetas del gobierno de Zerzura que podían ser pedidas por aquellos que trabajaban en el sistema de protección.

Atravesando la llanura y mirando los alrededores que eran bañados por la luz del sol, Clémentine suspiro al saber que pronto tendría que volver a sus casas.

Estuvo dos días realizando misiones diarias y para su lamento, ninguno de ellas podría retrasar más el regreso.

La mayor razón era que las clases de la academia volverían a comenzar la siguiente semana.

"Un mes aquí y me hizo sentir extraña sobre pensar en volver." Comentó Leslie y mirando los alrededores, bromeó. "Zerzura es hechizante."

Tanto Érica como Clémentine se rieron ante esas palabras.

En la Ciudad Zerzura siempre estarían ocupados y siempre había un lugar que podían ayudar.

No necesariamente tenían que eliminar criaturas o monstruos, podrían ayudar a proteger a los ciudadanos o simplemente ayudarlos con algunas tareas menores.

Los ciudadanos siempre eran agradecidos con quienes los ayudaban y era gratificante recibir sus 'gracias'.

Clémentine volvió a suspirar.

En cierto momento se había olvidado de que era una estudiante y que todo esto era una práctica.

En algún momento la responsabilidad más allá de simples estudiantes, convirtieron la práctica en un trabajo real.

Al día siguiente en la mañana volverían a sus hogares y en la siguiente semana tendrían que volver a la academia.

"Supongo que antes de volver tenemos que divertirnos." Dijo Leslie mientras conducía.

"Sí. Escuché que Vanessa y la Cardenal Brousseau vendrían hoy." Respondió Érica con una sonrisa.

Se había planeado una pequeña fiesta de despedida para los estudiantes y se invitaron algunos de sus conocidos.

Como Vanessa también era un estudiante, la Cardenal Brousseau y la Sumo Sacerdotisa Xaali también vendrían.

"Escuche que Vázquez también pensaba en venir." Dijo Clémentine tras recordar que había visto a Oscar invitándolo.

Nadie quería negarse a una buena fiesta y más cuando…

"Escuche que Alice invito a un gran chef." Comentó Leslie y con una sonrisa, añadió. "Según ella es muy bueno. Así que debe ser alguien reconocido."

Clémentine solo se rio.

A lo referido a la comida, Alice no era demasiado estricta y era alguien que aceptaba la mayoría de los platos, gustándole casi todo.

Así que por su parte Clémentine no pensaba que fuera alguien muy reconocido.

Mientras charlaban entre ellas volvieron a la aldea y tras dejar la camioneta, usaron un portal para volver.

Llegando a la sala del portal, el grupo utilizó los artefactos de limpieza para más comodidad y luego fueron a la sala del entrenamiento que estaba al lado.

Cuando llegaron a la sala de entrenamiento, se encontraron con Aurora y Nicole luchando entre ellas.

Estaban conteniendo su fuerza, pero eso no significaba que en apariencia el combate no fuera salvaje.

"UGhh…"

Nicole al realizar mal un contraataque recibió un golpe en su mejilla que la hizo retroceder.

"Luchar con un solo estilo no te ayudará demasiado. Usa todo lo que tengas." Ordenó Aurora mientras miraba a su oponente.

Nicole se limpió la sangre en su boca y se levantó mientras su cuerpo se reforzaba con energía mágica.

Sin necesidad de un grito llamativo avanzó hacia Aurora con un gran entusiasmo.

"Son demasiado salvajes." Murmuró Érica con una sonrisa cuando vio que el puño de Aurora y Nicole chocaban entre ellas, produciendo una pequeña onda expansiva.

El dúo de luchadores siguió intercambiando golpes que parecían dolorosos a una velocidad considerable y con una fuerza aterradora.

En un determinado momento Nicole ejecutó una patada giratoria, intercambiando muy rápidamente su estilo.

"¡Buena patada!" Exclamó Aurora cuando retrocedió tras recibir el golpe protegiéndose con sus brazos.

Fue repentino y sorpresivo, lo suficiente como para que Aurora tuviera que protegerse en vez de esquivar y que retrocediera, evidenció que la fuerza que Nicole usó no fue una broma.

"Creo que sería mejor si logro golpearte." Murmuró Nicole con un suspiro mientras se limpiaba las gotas de sangre de su labio partido que se estaba recuperando.

Los luchadores no solo tenían una elevada fuerza física y una resistencia alta, sino que también una regeneración más alta que otros individuos.

"Terminemos por ahora." Anunció Aurora al ver que ellas estaban mirando, le hizo una señal a Nicole para que la siguiera y se acercó al trío que había estado observando.

Los entrenamientos que tuvieron ellas, también incluyeron algunas palizas dolorosas y heridas ligeras, pero un luchador era más proclive a recibir golpes.

El trío que había estado observando estaba seguras de que ese puñetazo de Aurora debió haber dolido.

"Como ya finalizo la práctica. Es hora de la paga." Anunció Aurora y mirando al cuarteto que estaba aturdido por sus palabras, preguntó. "¿Quieren el depósito en su cuenta bancaria?"

Tanto Clémentine como los demás la miraron de manera extraña y algo avergonzadas.

Desde el principio se habían olvidado de la paga, la mayor razón era la armadura y trajes de combate que cada una de ellas tenía.

Era seguro que el precio de esas armaduras era muy elevado y ni hablar de los suministros que obtuvieron.

Leslie obtenía sus municiones a través del presupuesto que se le otorgó y era igual para los demás.

Desde ingredientes mágicos, pociones y otros artículos que se les había entregado.

Hasta la comida estaba realizada con ingredientes mágicos lo que aumentaba ligeramente sus cualidades físicas y mejoraban su estado.

Pedir un pago… Para ellos era una cuestión impensable.

"Solo reciban el pago. Ustedes trabajaron para mí e independiente de las razones se necesita realizar un pago justo por sus contribuciones." Dijo Aurora antes de que Érica pudiera intervenir y con un suspiro, agregó. "Todo lo demás es parte de la práctica."

Era probable que el grupo de mercenario no recibía un pago por parte de la Academia, ya que los estudiantes podrían trabajar durante su estadía en esos lugares.

Pero por su tono se notaba que quería cerrar el tema ahora.

"Está bien. Puedes hacerlo en mi cuenta bancaria." Respondió Clémentine con un suspiro a la vez que los demás asentían con una media sonrisa.

"Gracias." Murmuró Aurora y con una media sonrisa, contó. "Cuando fui a hablar con Andrés, tuve algunos problemas con el mismo tema."

Es normal… Clémentine se tragó esas palabras.

Un asunto era el pago y otro muy diferente era apoyarlas en todo sentido.

Era normal que Andrés se negara a recibir un pago y se sintiera incómodo o estresado, cuando literalmente sus drones valían una fortuna… Uno solo de las decenas que se le entregaron.

Tras realizar la trasferencia, los relojes holográficos vibraron y cuando las cuatro observaron sus cuentas bancarias, las expresiones de cada una de ellas cambió.

"¿Dos millones?" Preguntó Nicole tragando pesadamente.

Era un número bastante grande, no solo para ella, sino que para los demás.

"Sí. Medio millón vino del pago prometido cuando firmaron el contrato. Otro medio millón es la recompensa de la misión Arca. Es cierto que era un trabajo voluntario, pero al final ustedes realizaron una misión." Explicó Aurora y al notar que los estudiantes seguían mirándolos detenidamente, añadió. "Pueden tomarlo como un pago por el Smilodon Fatalis, es cierto comimos una parte, pero su núcleo mágico tenía un gran valor… Alice, Akira y Liam fueron lo que mencionaron pagarles por esa misión."

Otra vez parpadearon bastante incrédulos ante esas palabras.

Técnicamente, ellos no tuvieron ninguna participación cuando Alice, Akira y Liam se enfrentaron al Smilodon Fatalis y el tema fue, que ellas también comieron de esa bestia, cuando Aurora le hizo la cena a Alice

Añadiendo que habían obtenido sus partes de las ganancias de los monstruos y criaturas que cazaron durante la horda y la emboscada, este era un gran número extra bastante elevado.

"En cuanto al otro millón. Ese es un extra de la Empresa Apicius por encargarse de la misión Asalto. Nuestro objetivo fue encargarnos del General Kavuri, pero que se presentara el Terror Somalí significó un aumento de dificultad y, por ende, un aumento del pago." Reveló Aurora y con seriedad, explicó. "Si fuéramos un grupo de mercenarios normal, podríamos habernos retirado en ese momento y nadie nos juzgaría."

La llegada del Terror Somalí en la misión de asalto fue sorprendente e inesperada.

Esta vez su grupo de mercenario llevó adelante la misión, pero si hubiera sido cualquier otro grupo de mercenario que participaba, podría haberse retirado de la misión.

Un asunto era encargarse del General Kavuri y sus fuerzas, otro asunto muy distinto era enfrentarse al Terror Somalí.

Las dificultades sobrepasaban el contrato inicial y no importaba si tenían la capacidad para realizar la tarea, si rechazaban el contrato, no podrían ser culpados ni juzgados por medio legales.

Al menos que se hubiera dispuesto de antemano que seguirían participando, en ese caso era otro asunto, pero al menos ahora fue inesperado.

Acababan de recibir un pago de dos millones de dólares… Cada una de ellas.

Tal vez era un número bastante pequeño cuando uno pensaba que se enfrentaron a Rangos S, y podrían haber perdido sus vidas.

Sin embargo, la seguridad de la misión siempre estuvo garantizada con el apoyo de Rangos S y otros individuos fuertes.

Eso significaba que estaban en un ambiente seguro a pesar de la dificultad.

Los pagos normalmente serían muy diferentes respecto a la fuerza de los individuos y sus contribuciones personales.

Era por esa razón que los estudiantes suponían que Aurora estaba siendo bastante amable con ellos con el pago.

"Por cierto, Aurora, siempre he tenido la duda, pero… ¿Eres rica?" Preguntó Nicole sin poder contenerse.

Al realizar su pregunta Nicole miró los alrededores desde la sala de entrenamiento hasta la entrada de la habitación del portal.

Hacer esa pregunta era innecesaria cuando uno observaba lo que Aurora tenía.

Un enorme edificio, con un sótano increíble y un portal personal de gran capacidad.

En el edificio del frente de donde se encontraban, estaba un garaje con varios autos en ellos.

Además, el edificio no solo era uno normal, tenía la capacidad para crear pequeños portales y la capacidad para aumentar la energía mágica o psiónica en todo el edificio.

Sin olvidarse de la comida que siempre fue preparada con ingredientes mágicos con valores de varias decenas de miles de dólares por plato.

Sin embargo, la pregunta seguía siendo válida y tenían curiosidad.

"Bueno…" Dudando un momento, al final Aurora suspiro y respondió sinceramente. "Cuando llegue a África gaste toda la fortuna de mis padres. Ellos son bastante fuertes y eran ricos, pero no le importaban el dinero, lo que me permitió invertir todo en Zerzura y su gente. Ahora gracias a mi apoyo en ese tiempo tengo varios terrenos inmobiliarios en gran parte de Zerzura y me permiten tener una riqueza decente para seguir manteniendo mi estilo de vida."

Una corta narración que no explicaba los pormenores.

"Entre otros beneficios…" Murmuró Aurora en voz baja, sin deseos de profundizar demasiado.

Los estudiantes se sorprendieron un poco por su historia, pero sonrieron ante las palabras de Aurora.

Lo hizo ver como si su estilo de vida fuera insignificante y sin importancia.

Sin embargo, su gremio mercenario realizaba misiones sin recibir ninguna retribución económica y ese era el estilo de vida que llevaba.

Como vieron que Aurora no deseaba hablar demasiado de su riqueza, los estudiantes no preguntaron y esa joven sonrió al verlas.

"No se olviden de terminar sus asuntos antes de irse." Comentó Aurora y sonriendo un poco animada, añadió. "Prepárense para hoy. Alice está emocionada pidiendo los ingredientes para la comida."

Todos asintieron con sonrisas en sus rostros.

******

En la sala de una casa que se encontraba en los nuevos suburbios de Zerzura, Érica abrazó a una pequeña niña, que parecía una encantadora y adorable muñeca.

"Eres encantadora." Murmuró Érica abrazando a las pequeñas niñas en sus brazos sin poder resistirme.

La pequeña se retorció un poco y luego de un breve suspiró, sabiendo que no podría escapar de su brazo, la niña se dejó abrazar cómodamente y a la vez, también abrazando de vuelta.

Érica al sentir el abrazo, tuvo un subidón de dulzura que la hizo sonreír de oreja a oreja.

Esa pequeña niña que estaba en su brazo era la hija de Okello, el miliciano que la salvó en la misión Arca.

Una pequeña niña encantadora muy bonita, que había heredado la suavidad de la piel oscura de su madre y la mirada de su padre, mezclada con un dulzor y amabilidad único.

"¿Ashanti has realizado tu tarea?" Preguntó una voz y desde la cocina la esposa de Okello, Lewa se acercó.

La pequeña se retorció en su abrazo, tratando de ocultarse y dándole una mirada a Érica en un claro pedido de ayuda.

Érica puso la expresión más seria que pudo y redirigió su mirada a Lewa, mientras abrazaba a la pequeña, pidiendo con su mejor expresión un poco de tiempo.

Tal vez demasiado infantil para su carácter, pero ella no se arrepintió.

"Solo un momento. Tienes que estar motivada si quieres empezar la escuela." Dijo Lewa con un tono serio a su hija y dando una sonrisa a Érica, preguntó. "¿Te quedarás a cenar?"

Lewa no la estaba invitando por pura cortesía, sino que era una invitación que llevaba un poco de su deseo de que la aceptara.

Érica tenía que admitir que había congeniado bastante bien con la familia de Okello, especialmente con la pequeña en sus brazos y con la esposa de ese miliciano.

Lewa era una mujer encantadora, que era tan cálida como amable y su piel oscura suave, resaltaba dándole cierta belleza única.

Lo suficiente como para decir que Okello fue afortunado.

"No. Ya tengo planes para esta noche." Respondió Érica centrándose y mirando a la pequeña Ashanti, apretó las mejillas y con un suspiro, añadió. "Aunque me quedaré un rato contigo."

La pequeña se rio y Lewa se retiró agitando la cabeza con una sonrisa.

Tras pasar cerca de media hora con la pequeña a la cual terminó ayudando en su tarea, la puerta fue abierta y Okello entró.

"Perdón por retrasarme. Hoy tuve que entrenar un poco más de la cuenta." Comentó Okello al momento que notó a Érica.

"No te preocupes, pase mi tiempo disfrutando con mi nueva amiga." Respondió Érica con una sonrisa mientras revelaba a la pequeña niña que estaba duramente estudiando a su lado.

Ya había avisado que hoy vendría a visitarlos.

A pesar de que venía por Okello y para ver su estado, en realidad disfrutaba la compañía de Ashanti.

Okello dio una sonrisa agradable y se retiró a su habitación.

En la casa que se encontraban, era una casa en los suburbios nuevos de Zerzura y este era el hogar que Okello decidió tener.

Como estaba en un plan a largo plazo para los refugiados no fue tan difícil conseguir un lugar propio y este plan beneficiaba a muchos otros refugiados.

Okello habían elegido una casa bastante grande con perspectivas de expandirla en el futuro y tal elección se basó, en que él tenía buenas perspectivas en su carrera militar.

Érica observó a la pequeña Ashanti que estaba estudiando tan duramente y contuvo su desbordante deseo de abrazarla.

La pequeña y adorable niña, estaba por entrar a la escuela.

Todos los refugiados jóvenes seguramente irían a las diferentes escuelas esparcidas por Zerzura y sus alrededores y entre ellos estaban incluidos los adultos que eran motivados por los programas de la ciudad para que terminaran la secundaria.

Si bien Ashanti no había tenido la edad para entrar a la escuela antes, otros refugiados tenían la edad adecuada y lamentablemente, en los lugares en donde vivían, carecían de centros educativos.

Las personas que enseñaban a veces eran vecinos que se reunían a enseñar a sus hijos y esos lugares carecían de profesores o maestros capacitados especialmente para la educación y ni hablar de centros educativos más complejos.

Si no fuera por las organizaciones humanitarias, sería normal que no hubiera profesores en zonas donde el peligro era constante.

La Ciudad Zerzura entendía esa dificultad y buscaba educar a sus ciudadanos con los programas más accesibles para que todos pudieran recibir una educación.

Y si algunos deseaban, incluso entrar a la universidad de la ciudad, que era ligeramente reconocida.

"¿Mañana te vas?" Preguntó Okello cuando volvió a la sala llevando una vestimenta más cómoda.

"Sí. Tengo que volver a la academia. Aunque también tengo otros planes." Respondió Érica con una sonrisa casual.

Tenía que volver a la academia, que estaba por comenzar y si bien le agradaba la idea de volver, ella tenía otros planes en mentes antes de regresar.

Un largo viaje para entrenar y reforzar su afinidad elemental, tratando de ascender a Rango A.

Desde que tuvo la conversación con Aurora, ella pudo sentir el cambio en su fuente de energía mágica.

Ahora era más rebosante y energética permitiéndole lanzar una mayor cantidad de hechizos, sin embargo, todavía le faltaba sentir el elemento hielo con mayor precisión y aprender más hechizos.

Lamentablemente, la academia no le daría lo que necesitaba, era por eso que entraría más tarde que sus compañeros.

"Si tienes tiempo siempre puedes visitarnos. Estoy segura de que Ashanti estará feliz de verte." Dijo Okello rascándose la mejilla.

El joven era mayor por siete u ocho años, pero seguía siendo bastante joven hasta el punto de que se avergonzaba por decir esas palabras.

"Claro. Nosotros también." Dijo Lewa mientras llegaba de la cocina.

Ella dijo lo que Okello se estaba avergonzando en decir y por su sonrisa honesta, estuvo claro que esperaba la visita más que su esposo.

Clémentine se sorprendió ligeramente por esas palabras.

"¿O no somos amigos?" Preguntó Lewa con una mirada curiosa.

Aunque fue bastante poco tiempo, Érica no iba a negar que le agradó el ambiente familiar y lo amable que eran.

"¿No quieres ser mi amiga?" Preguntó Ashanti mirándola con curiosidad cuando Érica, no había respondido.

La forma que la inclinaba fue tan adorable que hizo que Érica la atrapara en sus brazos.

"Por supuesto que somos amigas." Exclamó Érica abrazando a la pequeña y con una media sonrisa mirando a la pareja, agregó. "Solo que me emociona que me vean de esa manera."

No estaba mintiendo.

Estaba feliz que la vieran como una amiga dejando de lado todas las diferencias que tenían.

Al ver que Lewa le sonreía cálidamente, Érica se avergonzó un poco y tosiendo cambio de tema.

"Por cierto Okello. Tengo el pago por la entrevista. Ya fue publicada y quería entregarte tu regalo."

Con esas palabras dejó de abrazar a Ashanti y entregó un anillo espacial que contenía una armadura diseñada especialmente para Okello.

"Se ajustará a tu 'licantropía' y te será muy útil." Explicó Érica sin dar demasiada información.

Al pedir que la diseñaran la misma Érica había tenido en cuenta la habilidad innata de Okello y por eso tenía fuertes efectos para ajustarse al cuerpo o a los cambios bruscos del mismo.

"Esto…" Okello volvió a dudar y…

"Ya es la hora de irme." Interrumpió Érica y tras abrazar a la pequeña, se despidió rápidamente de los demás.

Dejando a Okello sin tiempo para rechazar el pago/regalo.

Como Lewa sabía como era su esposo, en realidad ella también apoyó a Érica y al final cuando se fue, ella le terminó dando un pulgar en alto en secreto.

Ese regalo era una forma de mostrar su gratitud y no le gustaría que fuera rechazo.

Tras tomarse un taxi, Érica volvió al edificio y notó que había algunas presencias extras en el animado edificio.

Como ya estaba anocheciendo, seguramente eran las visitas que ya habían llegado para la fiesta de hoy.

Adentrándose para ver si necesitaban ayuda, Érica se encontró con Aurora ordenando la cocina y dejando todo tipo de ingredientes mágicos en ella.

"Ya he leído tu artículo. Es bastante bueno. 'Héroes sin títulos'. Es un nombre perfecto." Dijo Aurora con una sonrisa animada, al verla entrar.

Un artículo que detallaba como aquellos individuos desconocidos y cuyos nombres nunca eran mencionados protegían a sus familias, amigos y desconocidos.

En ese sentido los milicianos eran esa clase de individuos que ayudaron sin arrepentimientos, pero también Érica se estaba refiriendo a la misma Aurora y a Alice.

Que a pesar de su duro trabajo ayudando, era muy poco conocida.

Para Érica este artículo era una forma de demostrar su aprecio por el duro trabajo del grupo mercenario, que hasta ahora pasaba desapercibido.

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